Gonzalo Anti New World Order


Supersoldados del futuro inspirados en Iron Man

Investigadores del Ejército de EEUU trabajan para desarrollar una armadura de alta tecnología que daría a los soldados «fuerza sobrehumana», al más puro estilo de las películas de acción Iron Man.

Este tipo de armadura avanzada, llamado ‘Tactical Assault Light Operator Suit’ (Talos), será un exoesqueleto de protección avanzada que permitirá al soldado llevar equipo pesado y un potente ordenador, así como un sistema de monitorización de los signos vitales, explica el Ejército de EEUU.

«Algunas de las tecnologías consideradas para Talos incluyen una armadura avanzada, equipos que permitan que el soldado sepa dónde está en todo momento en el campo de batalla y comunicarse con el comando, y un sistema de suministro de energía y esqueleto externo altamente móvil«, explica el Ejército .

El Comando de Operaciones Especiales de EEUU (US Special Operations Command, SOCOM), que supervisa los comandos de élite de la Armada -‘Navy SEAL’- y el Ejército -los ‘Rangers’-, han hecho un llamamiento a los investigadores para que desarrollen una «armadura inteligente de combate».

Los proyectos podrán presentarse hasta septiembre de 2014. A continuación, el mando militar y los funcionarios del Pentágono decidirán cómo proceder teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias crecientes, dijo el portavoz del comando del Ejército para investigación, desarrollo e ingeniería, Roger Teel.

Esta futura armadura de combate también podría utilizar una suerte de «blindaje líquido» (parecido a lo que aparece en la película ‘Terminator’) pero esta tecnología todavía está en sus primeras etapas de desarrollo, afirmó Teel.

Se trata de la posible utilización de un líquido que se convierte en sólido con una carga magnética o eléctrica, de acuerdo con el proyecto desarrollado por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Hombres-máquina para el combate

Este proyecto forma parte de una tendencia de la investigación se centra en la interfaz hombre-máquina para multiplicar las capacidades de cada soldado.

Esta iniciativa fue impuldasa por el almirante William McRaven, jefe del Comando de Operaciones Especiales que se hizo famoso cuando lideró la incursión para matar a Osama bin Laden en mayo de 2011.

El almirante afirmó en julio que se sentía «muy unido» al proyecto. «Me gusta pensar que el último miembro de un comando caído en el campo de batalla será el último, y creo que podemos hacerlo».

El proyecto será desarrollado conjuntamente por universidades, científicos que trabajan para agencias federales y empresas de tecnología, dijo James Geurts, jefe de adquisiciones. No obstante, aún es demasiado pronto para estimar el coste, agregaron los líderes militares del proyecto.

Un dato más: aunque reconocen que Talos recuerda a la armadura de Tony Stark en ‘Iron Man‘, el Ejército insiste en que la armadura del futuro, a diferencia del superhéroe, no será capaz de volar.

Fuente: El Mundo

EEUU: Juegos peligrosos con las armas

Este sábado en una visita a Teherán, el vicecanciller de Rusia, Mijaíl Bogdánov, sostuvo que es imposible intervenir desde afuera en los asuntos interiores de los países de Oriente Medio, del Golfo Pérsico y de África de Norte. «Rusia insiste en la resolución pacífica de las situaciones de crisis a partir de un amplio diálogo nacional», subrayó Bogdánov. Pero EEUU parece tener otra opinión.

La distribución de armas realizada por Estados Unidas y motivada por ‘fines pacificadores‘ en realidad representa un gran peligro para la mayoría de los países del mundo. Porque los que hace años eran amigos de EEUU se convierten ‘de repente‘ en sus enemigos, y las peligrosas armas de fuego se encuentran ‘inesperadamente‘ en las manos de extremistas, terroristas, narcotraficantes, talibanes o piratas, entre otros bandidos.

Sanciones prolongadas contra Irán

El secretario del Departamento de Defensa de EEUULeón Panetta, advirtió este viernes que un eventual ataque a Irán acarrearía «consecuencias impredecibles». Destacó que hace falta aumentar «las fuerzas estadounidenses en la zona» y abogó por los métodos de presión diplomática y la introducción de sanciones económicas a Irán.

Mientras tanto, junto a los esfuerzos diplomáticos y las medidas económicas, Washington aumenta el suministro de armas a los países vecinos a Irán.

Es evidente, que las declaraciones de Washington sobre la necesidad de «mantener la estabilidad regional«, en realidad acaban en lo contrario, con inestabilidad y guerras civiles: en Afganistán, Irak, Libia… Posiblemente, ahora viene el turno de Irán.

«El enemigo de Irán es mi amigo»

Es posible que esta frase pueda ser pronunciada por cualquier de los jefes del Pentágono que distribuye armas de fuego por la región de Oriente Medio. Según los expertos, una nueva y muy sonora campaña de EEUU contra Irán en la prensa muestra con evidencia que Washington está preparando una nueva ‘Tormenta del Desierto‘, como en Irak, Afganistán, Vietnam, Yugoslavia y Libia.

Y una parte tradicional de los preparativos del Pentágono es la bien conocida distribución de armas entre los vecinos y las fuerzas opositoras del poder legislativo: antes de enviar a sus soldados a cualquier parte del mundo, Washington manda armas estadounidenses con las que los ciudadanos del país se matan entre ellos.

Unos documentos sobre acuerdos del control de armamentos de la Federación de Científicos Americanos (FAS, por sus siglas en inglés) consideran que EEUU presta ayuda militar a los países donde con evidencia se violan los derechos humanos, los que están al borde de la guerra civil, en los que operan bandas terroristas o los gobiernos que están bajo la ‘presión‘ de los narcobarones. Además del abastecimiento de armas a Oriente Medio, Washington suministra a sus clientes latinos, africanos y asiáticos que considera amigos de sus intereses. En especial, este ‘apoyo armado‘ creció tras el atentado contra las Torres Gemelas el 11 de Septiembre de 2001.

Rápidos y furiosos

Hace tres días Eric Holder, fiscal general de EEUU, reconoció ante el Senado estadounidense el fracaso de la operación ‘Rápido y Furioso‘. Desde 2010 Washington ha investigado este operativo secreto, con el que en 2009 hubo contrabando de armas a México con el objetivo de rastrear a los compradores supuestamente relacionados con el narcotráfico. Esta táctica autorizó el envío ilegal de cerca de 2.000 armas que luego se ‘extraviaron‘ y más tarde fueron utilizadas para cometer crímenes en ambos países.

Además, las autoridades norteamericanas realizaron otro operativo similar denominado ‘Receptor Abierto‘ en los años 2006 y 2007. Durante este intermediarios ilegales también compraron armas que luego se perdieron en México.

¿Cuáles son las consecuencias de estas operaciones del Pentágono? Según confesó Holder, la operación ‘Rápido y Furioso‘ falló «tanto en su concepto como en su ejecución«. «Desafortunadamente, sentiremos sus efectos durante años, ya que las armas que se perdieron continúan apareciendo en escenas de crímenes, tanto acá como en México«, dijo Holder.

Kurdos separatistas, entre los armados por EEUU

Según datos de un informe del Centro Brady para la Prevención de la Violencia con Armas, más de 16.000 armas de fuego han desaparecido de los inventarios de los fabricantes norteamericanos en los últimos dos años.

Mientras tanto, una investigación del Pentágono que estaba buscando 190.000 ejemplares de armas desaparecidas durante la invasión en Irak, llevó a Turquía en 2009. Desafortunadamente, después de averiguar algunos detalles, se ha aclarado que las casi dos centenas de armas estadounidenses cayeron en manos de los kurdos separatistas. En esta ‘torpeza‘ estaba involucrada una oficial del Ejército, la coronel Lavonda Self, que suministraba armas a los kurdos rebeldes. No parece que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, vaya a agradecer al Ejército de su ‘amigo‘ cercano, Estados Unidos, por alimentar a los kurdos con armas en la lucha por la separación de Turquía.

Ante toda esta cantidad de cifras y maquinacines, el terrorista kurdo que en la tarde de este viernes secuestró cerca de Estambul una nave turca con decenas de personas a bordo bien podría estar armado con ejemplares ‘made in USA‘.

Fuente: Russia Today

Bombas de pulso electromagnético de gran altitud (HEMP)

Increíble los cientos de explosiones nucleares atmosféricas que se produjeron en secreto y sus consecuencias.

El 9 de Julio de 1962, los Estados Unidos realizaban una prueba nuclear en el espacio exterior con el nombre en clave Starfish Prime: hicieron estallar una carga termonuclear de 1,44 megatones propulsada mediante un cohete Thor a 400 km sobre el Océano Pacífico. Por aquellos tiempos ya se sabía que las explosiones atómicas a gran altitud no pueden causar daños directos en tierra, pero presentan unas propiedades especiales que fueron un secreto absoluto durante más de treinta años, hasta el extremo de convertirse en un arma clave para la guerra nuclear sin que el público tuviera ningún conocimiento de ello. Los físicos sí que se lo imaginaban aunque, naturalmente, no dispusieran de los medios para realizar el experimento, que caía dentro de las atribuciones exclusivas de sus compañeros al servicio de las fuerzas armadas. Aunque a partir de 1981 se publicaron numerosos artículos en Science y otras revistas científicas revisadas por pares, fue sólo tras el final de la Guerra Fría –cuando sus posibilidades eran ya un secreto a voces en el mundo académico– que se empezó a hablar públicamente de la cuestión.

«Eran los daños causados por el EMP, tanto como los debidos a la explosión, el fuego y la radiactividad, lo que ensombrecía todos los estudios detallados sobre la posibilidad de recuperarse después de una guerra nuclear. Sin disponer de esencialmente nada eléctrico o electrónico, incluso en remotas áreas rurales, parecía sorprendentemente difícil que América pudiese recuperarse. La América posterior al ataque, en todos estos estudios, quedaba anclada a principios del siglo XX hasta que pudieran adquirirse en el extranjero equipos eléctricos y componentes electrónicos. Por razones obvias, todo el tema EMP era alto secreto y los seguimientos del Congreso se efectuaban a puerta cerrada. De hecho, esta es la primera sesión de seguimiento a puertas abiertas que recuerdo». – Dr. Lowell Wood, director de los Laboratorios Nacionales Lawrence Livermore, en audiencia ante el Congreso de los Estados Unidos, el 7 de Octubre de 1999.

No se lo dijeron a nadie, pero Starfish Prime modificó el campo magnético de la Tierra –específicamente, el cinturón interior de Van Allen– y creó un cinturón de radiación a su alrededor que dañó tres satélites. Durante muchos años, hubo que construir los satélites artificales con mayor blindaje debido a este hecho. De manera más notoria, ocurrieron cosas extrañas en las Islas Hawaii, situadas a casi mil quinientos kilómetros de distancia: se fundieron misteriosamente trescientas farolas del alumbrado urbano, se dispararon cientos de alarmas contra robo e incendio aunque no hubiera llegado ni la más mínima vibración, y el enlace interinsular de microondas de una compañía telefónica se quemó. Estas averías fueron reparadas rápidamente, sin dar ninguna explicación.

La Unión Soviética protestó, como era de esperar, aunque sólo uno de sus satélites había resultado afectado marginalmente. Lo que no dijeron los rusos es que ellos tenían ya preparada sus propias pruebas para apenas tres meses después, relacionadas con el estudio de la Defensa Antibalística de Moscú: la serie K, que se hizo estallar en Kazajistán entre Octubre y Noviembre de 1962, con cinco cargas de hasta 300 kilotones. La tercera prueba de la serie, denominada poco imaginativamente K-3, detonó el 22 de Octubre a 290 kilómetros de altitud, no muy lejos de la vertical de Jezkazgan, mientras el resto del mundo andaba ocupado con la Crisis de los Misiles de Cuba. Los científicos soviéticos monitorizaban muy discretamente una línea telefónica aérea de 570 km para medir los efectos de aquella energía secreta que parecía hacer cosas a los sistemas eléctricos a distancias enormes; para ello, la habían dividido en varios sectores de 70 u 80 km., instrumentados independientemente.

Se puede imaginar su estupor cuando los 570 km quedaron fritos con corrientes de 1.500 a 3.400 amperios, con todos sus fusibles y disyuntores a gas, y con ellos toda la red de líneas secundarias. No sólo eso: también se incendió violentamente la central eléctrica de Karaganda, mientras 1.500 km de cables eléctricos subterráneos entre Astana y Almaty quedaban fuera de servicio, además de una cantidad incontable de daños menores. De nuevo, aquella energía secreta invisible e imperceptible había demostrado su capacidad de dañar gravemente la infraestructura civil y militar a distancias enormes mediante la sobrecarga masiva de los sistemas eléctricos y electrónicos radicalmente indispensables para cualquier forma de sociedad tecnificada.

Al año siguiente, los Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron el Tratado de Limitación Parcial de las Pruebas Nucleares, prohibiendo todos los ensayos excepto los subterráneos, que después suscribiríamos hasta 123 países. La razón fundamental de este tratado fue reducir la cantidad de lluvia radiactiva que estaba ya contaminando toda la Tierra debido a las 331 pruebas atmosféricas norteamericanas, las 200 soviéticas y las decenas de Francia, el Reino Unido y China. Y eso estuvo bien. Aunque también hubo otra razón menos confesable: mantener esta fuerza secreta en la oscuridad, lejos del alcance de cualquier futura potencia nuclear.

Pero, ¿de qué se trataba? ¿Qué clase de fuerza extraordinaria es esta que puede destruir el sustrato más básico de la civilización tecnológica contemporánea a lo largo y ancho de todo un continente, después de una explosión nuclear en el espacio exterior que ni siquiera llega a verse y mucho menos notarse desde tierra? Porque este arma sólo deja como prueba de su presencia unas luces multicolores bellísimas, muy altas en el cielo, que son en realidad auroras boreales: las luces del fin del mundo. Por eso la llaman la bomba del arco iris.

El pulso electromagnético de gran altitud (HEMP).

Cuando se produce un pico súbito de energía electromagnética, durante un periodo muy corto de tiempo, decimos que se trata de un pulso electromagnético. Podríamos afirmar que, por ejemplo, un rayo o un relámpago causan pulsos electromagnéticos naturales.

Ya en 1945, durante las primeras pruebas nucleares en Nevada, se blindaron por partida doble los equipos electrónicos porque Enrico Fermi se esperaba alguna clase de pulso de estas características generado por aquellas bombas atómicas primitivas. A pesar de este blindaje, numerosos registros resultaron dañados o destruidos. Lo mismo les ocurrió a los soviéticos y los británicos, que llamaban a este efecto radioflash.

Lo que ocurre es que, en una bomba atómica que estalla cerca del suelo, el pulso electromagnético es pequeño, tiene poco alcance y en general queda dentro del área de destrucción térmica y cinética ocasionada por el arma, con lo que no se detecta a primera vista. Pero en un explosivo atómico que detona fuera de la atmósfera terrestre, en el espacio exterior, este efecto es muy distinto y resulta amplificado a gran escala por el propio campo magnético natural terrestre. ¿Cómo es esto posible?

Buena parte de la energía de una carga atómica se libera en forma de rayos gamma instantáneos. Los rayos gamma no son otra cosa que una forma de energía electromagnética de alta frecuencia; esto es, fotones como los que, a frecuencias menores, componen la luz, las ondas de radio o los rayos X. Su emisión es característica en los procesos que afectan al núcleo de los átomos o las partículas subatómicas que los forman. En una explosión nuclear, por tanto, se producen masivamente.

Dentro de la atmósfera terrestre, los rayos gamma resultan absorbidos rápidamente por los átomos del aire, produciendo calor; parte de la devastadora energía termocinética que caracteriza a las armas atómicas se debe precisamente a esta razón. Pero fuera de la atmósfera terrestre, esta absorción no se produce, porque no hay aire ni nada digno de mención que se cruce en su camino: a efectos macroscópicos, viajan por el vacío. Y siguen haciéndolo a la velocidad de la luz, hasta volverse imperceptibles en la radiación de fondo. Algunos de los objetos más lejanos que conocemos son los brotes de rayos gamma, en el espacio profundo, precisamente porque esta radiación puede desplazarse sin muchas molestias a lo largo y ancho de todo el universo.

Sin embargo, en una detonación próxima a la Tierra, la parte de esta radiación gamma que enfoca hacia el planeta viaja a la velocidad de la luz hasta alcanzar las capas exteriores de la atmósfera. Si se ha producido lo bastante cerca (típicamente, entre cien y mil kilómetros), esta esfera de radiación gamma en expansión no habrá llegado a disiparse mucho y billones de estos fotones de alta frecuencia chocan con los átomos del aire, a entre 20 y 40 km de altitud, cubriendo la extensión de un continente e incluso más. Entonces, se producen dos efectos curiosos.

El primero es que los átomos de la atmósfera resultan excitados y se ponen a liberar gran cantidad de electrones libres de alta energía, por efecto Compton. A continuación, estos electrones resultan atrapados por las líneas magnéticas del campo terrestre y se ponen a girar en espiral en torno a las mismas. El resultado es una especie de «dinamo» gigantesca, del tamaño del planeta, con un «bobinado» (los electrones libres capturados) que gira a la velocidad de la luz.

No giran mucho tiempo, pero da igual. Como consecuencia, se produce un inmenso pulso electromagnético que carga de grandes cantidades de electricidad el aire circundante y la tierra que está a sus pies. Estas cargas eléctricas ionizan intensamente la atmósfera, causando las bellísimas auroras boreales que dan nombre a la bomba del arco iris, y a continuación se abalanzan sobre todo lo que esté a su alcance con un potencial de decenas e incluso cientos de miles de voltios/metro. Especialmente, sobre los sistemas eléctricos y electrónicos.

Típicamente, el pulso así generado tiene tres componentes, denominados –de manera igualmente poco creativa– E1, E2 y E3. Ninguno de ellos tiene la capacidad de dañar de manera significativa a la materia corriente o a las personas. El E3 es un pulso muy lento, con decenas a cientos de segundos de duración, ocasionando un efecto parecido al de una tormenta geomagnética muy severa; tiende a deteriorar o dañar las grandes líneas eléctricas y sus transformadores. El E2 es muy parecido al ocasionado por el relámpago, y resulta fácilmente neutralizado por los pararrayos y otras protecciones similares contra embalamientos energéticos. El E1, en cambio, es brutalmente rápido, casi instantáneo, y transporta grandes cantidades de energía electromagnética; por ello, es capaz de superar las protecciones corrientes contra rayos y otras sobrecargas, induciendo corrientes enormes, miles de amperios, en los circuitos eléctricos y electrónicos que quedan a su alcance: miles de kilómetros de alcance.

El resultado es sencillo: los circuitos, simplemente, se fríen de modo instantáneo por todo el continente. Esto sucede sobre todo en aquellos que están conectados a antenas (pues una antena capta tanta energía electromagnética del aire como puede) y a líneas que actúen de antena (por ejemplo, los propios cables de la red eléctrica). Pero se ha documentado también muchas veces en circuitos apagados y desconectados, pues el pulso es lo bastante intenso para inducir corriente en su interior.

Los microchips de alta integración en los que se basa toda nuestra tecnología presente, desde las grandes instalaciones industriales y energéticas hasta los aparatejos que nos compramos continuamente, son especialmente frágiles ante el componente E1 del pulso electromagnético, que quema con facilidad las uniones P-N por embalamiento térmico, tanto más cuanto más pequeños sean sus componentes. La subsiguiente dislocación de los sistemas SCADA, los controladores PLC y otros elementos clave de los sistemas que garantizan los servicios de la civilización actual puede poner fácilmente a una sociedad contemporánea de rodillas durante las primeras fracciones de segundo de un ataque así, incluso mucho antes de que empiece la guerra de verdad… en caso de que haga falta después de algo así.

Se ha documentado que esta clase de circuitos pueden quedar dislocados con pulsos de 1.000 voltios/metro y la mayoría de ellos resultan destruidos por debajo de 4.000 voltios/metro. Un arma nuclear detonando en el espacio para generar pulsos electromagnéticos puede barrer fácilmente un continente entero con un potencial de entre 6.000 y 50.000 voltios/metro, incluso con potencias explosivas muy bajas, por debajo de 10 kilotones, menos que la primitiva bomba de Hiroshima. Aunque la documentación pública al respecto es ciertamente críptica, parece como si el componente E1 fuese en gran medida independiente de la energía total liberada por el arma (a diferencia del E3, que es directamente proporcional).

Debido a la distribución característica de las lineas del campo magnético terrestre, y dado que la generación del pulso es totalmente dependiente de las mismas, su intensidad está relacionada con la latitud. El pulso tiende a ser débil cerca del ecuador e intenso en las latitudes intermedias donde se hallan Europa, Estados Unidos, China, Japón y las áreas más habitables de Canadá y Rusia. Su impacto sería mucho más notorio en sociedades altamente urbanas e industrializadas y menor en las zonas agrícolas subdesarrolladas o en vías de desarrollo. Las ciudades, que dependen de una infinidad de servicios garantizados por estas tecnologías y son prácticamente inhabitables en ausencia de los mismos, sufrirían de manera particular. Toda gran urbe depende de sus suministros y su pujanza económica; la capacidad del pulso electromagnético inducido para desarticular los suministros y suprimir la actividad económica les resultaría letal.

Esto último nos hace observar un hecho singular: las armas de pulso electromagnético podrían ser una opción extraordinariamente interesante para países que se sientan en condiciones de inferioridad tecnológica o industrial respecto a un adversario. En un intercambio de bombas del arco iris, el bando más tecnificado e industrializado sufriría daños y dislocaciones de sus infraestructuras esenciales mucho mayor que el bando menos dependiente de la tecnología avanzada. Si las armas nucleares tienen en general una capacidad igualadora importante, las de pulso electromagnético llevan esta capacidad al extremo. Hipotéticamente, una nación agrícola atrasada y anclada a principios del siglo XIX no sufriría ningún daño por un ataque de estas características, mientras que una nación sofisticada, urbanita y avanzada sufriría pérdidas inmensas y correría grave riesgo de aniquilación.

Efectos del HEMP

«Los automóviles modernos dependen de los semiconductores y los microprocesadores; la posibilidad de que sufran daños catastróficos es, por tanto, extrema. Ninguno de los sistemas militares desprotegidos que hemos sometido a pruebas soportaba más de 10.000 voltios por metro […] Las tormentas solares, de potencia muy inferior a esta distancia, han provocado cortes de electricidad muy severos. Existen múltiples razones para creer que las partes de nuestros sistemas de comunicaciones basadas en semiconductores, es decir su práctica totalidad, serían extremadamente vulnerables a un ataque EMP. Es razonable afirmar que muchos, si no todos los sistemas informáticos modernos expuestos a campos EMP de 50.000 voltios por metro, desde los portátiles hasta los grandes sistemas, dejarían de funcionar como mínimo. Y la mayoría de ellos se quemarían. Cualquier arma nuclear de cualquier tipo [generará EMP si se detona a la altitud adecuada]». – Dr. Lowell Wood, op.cit.

Durante un intenso ataque de pulso electromagnético de gran altitud (HEMP) un ciudadano corriente sólo notaría al principio que se ha ido la luz. Su sorpresa aumentaría al mirar su reloj (digital) de pulsera, querer usar el teléfono, encender su portátil o descubrir que al menos una parte de los coches y camiones han dejado de funcionar repentinamente y están formando grandes atascos: nada parece estar operativo. En muchas ciudades, que dependen de bombas para el correcto funcionamiento de la red de aguas potables, la presión de los grifos comenzaría a descender (y en otros puntos aumentar, hasta el extremo de reventar las tuberías). El personal de mantenimiento o emergencias que acudiera a reparar las averías e incendios descubriría que sus propios instrumentos están dañados y al menos una parte de sus vehículos inutilizados.

Así reducido ya al estado de un campesino del siglo XIX sin saberlo, es posible que nuestro amigo o amiga pasara sus primeras horas esperando a ver si vuelve la corriente, leyendo a la luz de las velas, jugando con los niños o bajando al bar (donde no funciona ni la cafetera, ni la cocina) para echar la partida sin luz. En este momento, su vida sería aún parecida a quienes experimentaron algún gran apagón como esteeste o este otro. Quienes trabajen o estudien lejos de sus casas tendrían muchos problemas para regresar, y es probable que debieran hacerlo a pie.

Puede que su nerviosismo comenzara a aumentar a la mañana siguiente, al descubrir que todo sigue sin funcionar, que los alimentos del refrigerador comienzan a estropearse y que los cajeros automáticos continúan muertos. Trata de conseguir una radio a pilas, se dirige a la comisaría más próxima o a la junta de distrito a preguntar. Nadie sabe gran cosa. Corre el rumor de que ha habido una guerra. Los supermercados y la mayoría de comercios, desprovistos de cajas registradoras, suministros diarios y controles de stock y personal están en su mayoría cerrados a cal y canto; sólo quedan abiertos algunos pequeños comerciantes, vendiendo el fondo de almacén y sacando las cuentas con lápiz y papel. Se pasa por el trabajo, donde le dicen que no hay nada que hacer hasta que vuelva la luz. Los niños siguen yendo al colegio (si viven cerca), pues para dar clase sólo se precisa tiza y pizarra, pero los profesores andan un poco confundidos.

Cuando pasa por delante de un hospital, se encuentra con largas colas en las puertas de urgencias. Aparentemente, tienen problemas para atender a los enfermos, y no digamos ya cuando se precisa una intervención quirúrgica. Oye decir que se les están agotando los medicamentos más utilizados. Un poco asustado, busca una farmacia abierta para adquirir los fármacos que usa la familia. No se los quieren vender sin receta, y de todas formas algunos ya no quedan. Por todas partes hay vehículos inútiles empujados malamente sobre las aceras y arcenes. Gracias a eso pueden circular ahora unos pocos trastos viejos, anteriores a la era de las centralitas digitales y el encendido electrónico. Pasa un arcaico Land Rover de la Guardia Civil, pidiendo por megafonía a viandantes y vecinos que permanezcan en sus casas siguiendo instrucciones de la Delegación del Gobierno.

Nuestro ciudadano se asusta y decide regresar al hogar. Cuando pasa por cerca de la estación del tren, observa que allí tienen luz eléctrica. Al asomarse, descubre que han conectado una locomotora diésel-eléctrica del año de la tos, a modo de generador. Las modernas máquinas computerizadas para los AVEs y Alaris y demás redes de velocidad alta, en cambio, parecen estar inutilizadas.

En unos pocos días, a nuestro ciudadano ya no le queda comida, ni medicamentos, y el agua potable es de dudosa salubridad. La electricidad sigue sin regresar, pues las fábricas que debían construir los repuestos para hacer millones de reparaciones a gran escala también están destruidas. Se habla de que van a evacuar a la gente al campo. Pero, ¿en qué campos van a meter a los millones de habitantes de las ciudades? Desde la terraza, ve cómo se van formando las primeras colas de refugiados. Sólo entonces comprende que su vida y la de los suyos ha cambiado para siempre, propulsados a un mundo antiguo donde, realmente, ya no sabe cómo sobrevivir.

«Esto no son hipótesis. Este es el tipo de daño que vemos en los transformadores durante las tormentas geomagnéticas. Una tormenta geomagnética es una variante muy suave, muy sutil, del llamado componente lento del EMP [E3].

Así que cuando estos transformadores quedan sometidos al [E3], básicamente se queman, no debido al propio EMP sino a la interación del EMP con la operación normal del sistema eléctrico. Los transformadores se queman y cuando se queman así, señor, ahí se quedan y no se pueden reparar. Deben reemplazarse, como usted apuntó, desde fuentes extranjeras. Los Estados Unidos, como parte de su ventaja competitiva, ya no producen grandes transformadores eléctricos en ningún lugar. Toda la producción está deslocalizada en el exterior.

Y cuando quiere usted uno nuevo, lo pide, y entonces hay que fabricarlo y entregarlo. No se almacenan. No hay inventario. Se fabrica, se embarca y se entrega por medios muy lentos y complejos porque son objetos muy grandes y masivos. Vienen despacio. El retraso típico desde que ordena usted uno hasta que lo tiene en servicio es de uno a dos años, y eso es si todo sale estupendamente [y tiene usted dinero para pagarlo.]» – Dr. Lowell Wood, en otra comparecencia ante el Senado de los EEUU, 2005.

Uso militar del HEMP: destruyendo la civilización a continentes

«Los soviéticos planificaron un ataque EMP muy extenso contra los Estados Unidos y otros objetivos […] Un ataque así causaría billones [europeos] de dólares en daños infraestructurales […] A finales de la Guerra Fría […] sólo la Unión Soviética tenía la capacidad de montar ataques EMP contra los Estados Unidos, y muy probablemente lo haría como el primer golpe de una lucha a muerte realizada con medios técnicos protegidos contra EMP. Las respuestas indicadas a cualquier ataque EMP eran bien claras. La capacidad soviética máxima para imponer esos ataques existe todavía en las fuerzas estratégicas de la Federación Rusa, y predigo sin duda ninguna que seguirá existiendo durante muchas décadas […] Cualquier país que disponga de un arma nuclear del tipo de las utilizadas en la II Guerra Mundial [y un cohete capaz de transportarla al espacio] puede realizar un ataque EMP.» – Dr. Lowell Wood, op.cit. (1999)

Se ha postulado insistentemente que las armas de pulso electromagnético y otras aún más esotéricas como las de oscurecimiento constituirían el compás de apertura de la guerra nuclear. Un país así atacado a escala continental sufriría grave desarticulación de sus sistemas defensivos, y muy especialmente en sus radares y telecomunicaciones radioeléctricas. Pero, si bien todos los medios militares que se pueden proteger suelen estar protegidos, su efecto sobre la infraestructura civil resultaría tan devastador que un atacante podría optar por utilizar únicamente esta técnica para asestar un golpe terrible sin iniciar una guerra nuclear a gran escala.

Un solo cohete con una sola cabeza detonando en el espacio exterior, lejos de cualquier sistema antimisil del presente o del futuro próximo, puede provocar con facilidad esta clase de efectos a mayor o menor nivel. Hace tiempo que los científicos rusos y chinos publican abiertamente artículos sobre las posibilidades de construir armas de «súper-EMP«, diseñadas específicamente con objeto de llevar esta clase diferente de destrucción a sus límites teóricos máximos. Para potencias que disponen desde hace décadas de tecnología de armas nucleares avanzadas, misiles balísticos y cohetes espaciales, el coste de tales opciones es ridículamente bajo. Incluso países mucho más atrasados como Corea del Norte podrían llevar a cabo un ataque de este tipo con éxito, lo que seguramente explica algunas realidades presentes de la política internacional.

Curiosamente, un ataque de pulso electromagnético sólo se puede realizar una vez, y luego hay que esperar a que la atmósfera se descargue para repetirlo: cuando el aire está altamente ionizado por la detonación precedente, los siguientes pulsos «se ponen a tierra» y no hacen gran cosa. Por este mismo motivo se prefieren armas de fisión de una sola etapa en vez de armas de fusión multietápicas, o se corre el riesgo de que el pulso generado por la pequeña carga iniciadora debilite los efectos de las siguientes etapas.

Por su capacidad para causar grandes daños en un área inmensa a un coste ridículo, de manera difícilmente evitable y con la hipotética posibilidad de desarticular por completo la sociedad atacada durante un periodo de tiempo indeterminado, es muy probable que este tipo de armas se utilizaran en cualquier conflicto que escalara al nivel nuclear.

Armas de pulso electromagnético no nucleares

Se han postulado diversas armas electromagnéticas de alcance reducido, con el propósito de realizar ataques selectivos contra una instalación o vehículo determinados. Ya en 1951, Andrei Sajárov y su equipo propusieron en la URSS un cierto generador por compresión de flujo mediante bombeo explosivo, que fue reproducido poco después en el Laboratorio Nacional Los Álamos estadoundense. Los generadores Marx usados en la investigación de los efectos del pulso electromagnético constituyen otra posibilidad, aunque son caros y voluminosos para una aplicación militar en el campo de batalla. Un dispositivo llamado vircator puede convertir con facilidad la energía producida por estos generadores en fuertes pulsos locales, con un alcance de decenas o cientos de metros.

No se ha documentado con claridad el uso de este tipo de armas en guerras reales, probablemente porque están envueltas en un velo de secreto, los sistemas militares suelen estar protegidos contra pulsos y las redes eléctricas civiles se suprimen con más facilidad y de manera más selectiva mediante el uso de bombas de grafito.

Defensa contra pulsos electromagnéticos

Es conceptualmente sencillo proteger una instalación o equipo contra pulsos electromagnéticos, y en ocasiones hasta barato: si la defensa se implementa en la fase de diseño, puede llegar a encarecer el producto final en cantidades tan bajas como un 5% (aunque en otros casos llegue a superar el 100%). Sin embargo, esto sólo es aplicable a determinadas instalaciones y dispositivos, y una protección fuerte contra pulsos electromagnéticos militares presenta numerosos problemas de índole práctica (y económica).

Uno de estos problemas sustanciales radica en que, para proteger una instalación o equipo contra esta clase de ataque, la única aproximación verdaderamente eficaz consiste en encerrarlo en una caja o jaula de Faraday. Sin embargo, una jaula de Faraday perfecta resulta más fácil de decir que de hacer, sobre todo cuando hablamos de instalaciones voluminosas como una central eléctrica o telefónica, una estación de transformación, una refinería o una planta industrial. Entre otras cosas, requiere un costoso mantenimiento constante, para evitar que la humedad, la oxidación o incluso cosas como pequeños corrimientos de tierra que generen grietas en el subsuelo dejen un «paso libre» al pulso.

Otro problema importante radica en que las propias redes (eléctrica, telefónica, incluso la de aguas y alcantarillado…) pueden transportar el pulso con facilidad al interior de la instalación o dispositivo. Todo contacto con el exterior debe estar defendido con componentes dieléctricos, fusibles o disyuntores ultrarrápidos –raros y caros, pues como ya hemos mencionado las protecciones contra el rayo no sirven contra el componente E1 del pulso– o, incluso, mediante el uso de equipos totalmente autónomos situados dentro de la jaula.

Resulta especialmente complicado proteger los dispositivos provistos –externa o internamente– de antenas o de cableados o circuitos que actúen como una antena, dado que la naturaleza de las mismas es precisamente captar tanta energía electromagnética de la atmósfera como sea posible. Esta clase de aparatos quedarán destruidos con facilidad durante un ataque de esta naturaleza, e incluso pueden llegar a incendiarse o estallar. Prácticamente todos los equipos electrónicos que utilizamos cotidianamente y las redes que los alimentan son susceptibles de actuar como una antena.

Investigación de los pulsos electromagnéticos

Los procesos y efectos de los pulsos electromagnéticos de gran altitud se estudian fundamentalmente por dos vías. Una de ellas son los generadores Marx, capaces de inducirlos localmente sobre los equipos que se desea poner a prueba. De esta forma, se pueden descubrir sus efectos sobre cada aparato específico y sobre las protecciones que se les puedan haber implementado. Pese a que estos equipos son costosos y muy voluminosos, son numerosos los países que han trabajado con los mismos: Estados Unidos, la URSS y luego Rusia, China, el Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Suiza e Italia.

Para comprender la manera como se generan estos pulsos y otros fenómenos similares de utilidad tanto civil como militar se utilizan las instalaciones del tipo del HAARP, tan del gusto de los conspiranoicos (aunque nunca sean capaces de acertar a qué se dedican realmente, y desde luego no tiene nada que ver con los terremotos).

Que esta demostrado por científicos como pueden provocar los terremotos con el haarp, como con distintas armas de geoingeniería.

Tanto el HAARP norteamericano (con su potencia de 3,6 MW… hay cadenas de radio que emiten más energía) como la instalación rusa de Sura (190 MW, 53 veces más) o el EISCAT europeo (cerca de un gigavatio total) y algunos otros de menor potencia son equipos de calentamiento ionosférico por radiación electromagnética. Estas instalaciones permiten simular de manera limitada el bombeo de rayos gamma y X en las capas exteriores de la atmósfera característicos de una carga nuclear EMP (y también de un montón de fenómenos naturales, como la radiación solar).

Sin que el mundo lo supiera, las principales potencias han dispuesto durante más de cuarenta años de un arma capaz de acabar con la civilización tecnológica moderna en apenas una fracción de segundo. En vez de corregir discretamente esta debilidad, la evolución de las sociedades y los mercados hacia unas tecnologías cada vez más delicadas y una economía donde se tienden a presionar todos los costes a la baja han magnificado el riesgo de que un ataque así suprima radicalmente los medios técnicos de una nación moderna y la envíe de vuelta al siglo XIX… en un tiempo donde ya nadie recuerda cómo se sobrevivía en el siglo XIX. Al igual que ocurre con las armas nucleares, no hay manera de desinventar el pulso electromagnético; sólo queda protegerse contra él. La pregunta es si queremos. Si queremos pagarlo, claro.

Fuente: Explayandose’s Blog (Nuevamente gracias David por la difusión) ^^

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¿Armas de ciencia ficción o equipamiento militar de EEUU?

¿Creía que los soldados con capacidades extra humanas, escáneres que ven por debajo de la tierra y aviones espías del tamaño de un colibrí son cosas de videojuegos y películas de acción? No es así. Una agencia especial del Gobierno estadounidense ya los ha diseñado e incluso probado.

La Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa, subordinada al Departamento de Defensa, se encarga de hacer realidad el equipamiento bélico aunque parezca de ciencia ficción.

Colibrí espía

Ya existen muchos aparatos de espionaje que son realmente pequeños, pero no todos son tan móviles y verosímiles como el colibrí robot diseñado por la DARPA. El llamado Nano Air Vehicle mide unos 15 centímetros, pesa menos de 30 gramos y tiene una apariencia muy natural. Sin embargo, su uso es limitado, a causa de que el hábitat de estos pajaritos no abarca todo el mundo.

Ver más allá

La civilización humana ya sabe ver muy lejos por medio de los telescopios y ver en la oscuridad con cámaras de visión nocturna. Aunque ver a través de los muros, todavía parecía algo más bien de súper héroes, pero no para la DARPA.

La tecnología HIBR que está desarrollando puede permitir crear mapas exactos de edificios enteros y hasta detectar el desplazamiento de las personas a tiempo real desde fuera, aunque las paredes sean de más de 900 centímetros de espesor. Y por si fuera poco, también están trabajando en un aparato volador capaz de escanear búnkeres subterráneos.

Súper-hombres

Otra aspiración para los científicos es perfeccionar el cuerpo humano. Para eso ya han creado un ‘exoesqueleto’ que haría a los soldados 17 veces más fuertes. Una suerte de armazón sobre los brazos y la espalda alivia el esfuerzo a la hora de subir una carga o dar un golpe fuerte lo que permite al agente hacer más trabajo sin sentir cansancio. El problema es que de momento el aparato necesita una fuente de energía externa y las baterías son muy pesadas.

Pero dotar al soldado del equipamiento más avanzado no sería suficiente si al final se duerme del cansancio o sufre un ataque de nervios. Este ‘defecto’ de los seres humanos también puede arreglarse pronto mediante unas máquinas ultrasónicas de estimulación cerebral. Una tecnología parecida se usa para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. El aparato, instalado en el casco, envía señales directamente al cerebro bloqueando el cansancio y agudizando la atención a pesar de la falta de sueño.

Sería deseable que todos estos inventos y tecnologías nada baratos encontraran su uso con fines pacíficos y no sirvieran para la proliferación bélica en los numerosos conflictos en los que participa el Ejército estadounidense.

Fuente: Russia Today

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Protección en el ambiente QBN

Nota: Primero consultar este artículo para mayor comprensión.

Tanto las primeras máscaras antigas como los más novedosos equipo de protección surgieron debido a la necesidad de mantener en las tropas su voluntad de lucha.

Junto con el empleo de las primeras armas QBN, nacieron aquellos equipos especiales destinados a contrarrestar sus efectos letales, con el fin de mantener en las tropas, la aptitud operacional para el cumplimiento de las misiones.

Los primeros sistemas de protección no fueron demasiado efectivos y contaban con diseños muy precarios (1). Sin embargo, a medida que avanzaban los tipos de agresivos, como también las técnicas de lanzamiento y su empleo, crecía aun más la necesidad de brindar protección a las fuerzas que eran víctimas de dichos ataques.

Durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), la utilización de los sistemas de armas QBN no estaba prohibida. Por el contrario, su uso respondía a avances novedosos de los ejércitos más desarrollados. En esa etapa, la utilización de agentes de guerra químicos fue tan importante, que en poco tiempo fueron lanzados agresivos capaces, no solamente de producir bajas entre el personal por su penetración a través de las vías respiratorias, sino que también lo hacían por medio del contacto del agresivo con la piel.

Al inicio de aquella guerra, la aparición de la máscara de protección bastó, pues, para anular los efectos de los primeros agresivos sofocantes -también llamados asfixiantes- tales como el cloro, fosgeno y el disfosgeno. Pero la llegada del gas mostaza, agente químico que causaba bajas en el personal por las serias heridas en la piel -piénsese que penetraba fácilmente la ropa de combate común de las tropas- hizo necesario el uso de trajes especiales para evitar tal contaminación.

Al respecto, cabe consignar, que además del gas mostaza -y pese a que en el año 1925 el empleo de agentes químicos y toxinas fue prohibido por la Convención de Ginebra-, surgieron los agentes químicos llamados nerviosos o neurotóxicos. Los primeros agentes de este tipo fueron desarrollados en Alemania, a fines de la década del 30 -el gas sarín, somán y tabún-. Más tarde, en la década del 50 -según se cree, en los EEUU– se desarrollaron los agentes VX. Al igual que los mostazas, estos agentes actúan penetrando la piel, pero con la diferencia que lo hacen en forma más rápida y letal.

La consecuencia de estos desarrollos, produjo la modificación sustantiva de los conceptos de protección mantenidos hasta aquellos años.

La protección individual

El desarrollo de la protección tuvo, en general, algunas contradicciones, las cuales apuntaban al siguiente interrogante: «¿Para qué realizar enormes esfuerzos e inversiones en equipos de protección para las fuerzas si el uso de Armas QBN está prohibido en numerosos tratados y convenios internacionales?» Sin embargo, y aunque era en las distintas respuestas donde se concretaban dichas contradicciones, bastaba analizar la gravedad del uso de tales armas QBN, en los últimos conflictos, para reconocer la necesidad de ampliar la correspondiente protección. En consecuencia, las grandes potencias no hicieron esperar tales acciones, y apoyados por la tecnología actual desarrollaron sofisticados sistemas de protección frente a una amenaza real e inevitable.

Desde las antiguas máscaras de protección, pasando luego por los primeros trajes de protección -uniformes de combate impregnados con sustancias espesas que no permitían la penetración de los agresivos- actualmente, y después de pasadas varias décadas, se han obtenido sistemas de protección individual que brindan cierto comfort y un altísimo porcentaje de seguridad frente a la contaminación, cuyas características pasaremos a describir.

Los equipos componentes

El Equipo de Protección Individual (EPI) está compuesto por una serie de elementos, capaces de detener la contaminación producida por los sistemas de Armas QBN. De esta manera, evita que la misma dañe, a través de las vías respiratorias, digestivas o cutáneas, al personal expuesto. Además, cuenta con compuestos para realizar una descontaminación de urgencia, y es apto para realizar un tratamiento de primeros auxilios, en caso de que el personal sea afectado por agentes químicos nerviosos.

Los elementos que componen el EPI son:

Tiene como función principal proteger al individuo de los agresivos, impidiendo que ingresen a través de ojos, nariz y boca.

Posee tres partes constitutivas:

-Facial: está confeccionado en goma butílica, cuenta con oculares de policarbonato, hebillas y cintas de sujeción, además de un dispositivo que permite beber agua.

-Filtro: está compuesto, en su interior, por carbón activado. Es apto para retener agentes químicos y biológicos (menos virus), y partículas alta y beta.

-Bolsa de porta máscara: permite el transporte de la máscara y accesorios.

Trajes de protección

Están compuestos por chaquetilla y pantalón. Poseen dos tipos de tela: la exterior de Rip-Stop y la Interior de lámina de carbón activado, que posee excelentes propiedades absorbentes. El material del traje posee propiedades ignífugas. Repele el aceite y el agua, y puede someterse hasta seis veces a procedimientos de descontaminación, mediante el empleo de vapor seco.

Cubrebotas

Son compuestos de goma butílica, que se utilizan sobre las botas de combate, y que pueden luego ser descontaminados.

Guantes

Al igual que los cubrebotas, están compuestos de goma butílica. El espesor puede variar de acuerdo con las actividades del personal. En su interior, están forrados con algodón, para que este elemento absorba la humedad de las manos y evite que los guantes de goma se adhieran a la piel.

Papeles detectores

Son utilizados para identificar agentes químicos del tipo nerviosos o vesicantes, en estado Iíquido. Actúan cuando el químico reacciona con el compuesto del papel, ocasionando un cambio de color. En forma predeterminada, cada color representa un agente químico. En general, son adosados al traje de protección y brindan alerta en caso de que aparezca un ambiente químico.

Antídotos autoinyectores

Posee dos inyecciones que deben ser aplicadas por el personal, en caso de ser afectados por agentes nerviosos. Una contiene Atropina -que acelera los impulsos cardíacos- y la otra posee Pralidoxime -que sirve para restituir las funciones del sistema nervioso-.

Kit de descontaminación

Son sustancias utilizadas para inhibir agentes vesicantes o nerviosos, presentes en la piel o en el equipamiento individual. Pueden presentarse en forma de gasas, manoplas o polvos.

Tabletas de pretratamiento

Están compuestas por pastillas de Piridostigmine, que deben ser ingeridas con anterioridad -horas o días- a un posible ataque químico. Ayudan a inhibir los efectos sobre el sistema nervioso, junto al autoinyector.

Dosímetro

Es un instrumento que permite la acumulación de radiación que el personal recibe dentro de un ambiente nuclear.

Protección para cada agresivo

Para cada agente QBN, se debe disponer de una protección particular, hecho que bastará para neutralizar la contaminación, impidiendo que produzca un efecto nocivo.

Medidas de protección para el cumplimiento de la misión (MPCM)

Cabe destacar, por su importancia funcional, que el empleo del EPI produce disminución en la eficacia del personal (trastornos en recepción y transmisión de órdenes, campo visual acotado, respiración forzada, etc) originando además, un consecuente cansancio en los integrantes de las tropas en combate.

Las MPCM –conocidas también como MOPP (siglas en inglés que significan Mision Oriented Protective Postures) – representan una solución que determina la protección apropiada, de acuerdo con los niveles de peligro en ambiente QBN.

En efecto, con el uso de este sistema, el personal está protegido para dar cumplimiento a las órdenes impartidas, con el menor riesgo posible.

Las MPCM son brindadas por los comandos superiores, quienes, además, son los responsables de seleccionar el tipo de MPCM. Esta selección responde a distintas informaciones, como por ejemplo:

1. Capacidad y tipo de sistema de armas del enemigo.

2. Forma de uso de las armas QBN.

3. Áreas en las cuales serán empleadas.

4. Detalles sobre el terreno y las condiciones meteorológicas.

5. Informes basados en los reconocimientos QBN.

La protección colectiva

Está constituida por aquellos sistemas especiales, que brindan protección a un número determinado de personal.

Básicamente, se encuentran destinadas a funciones de sanidad, comunicaciones, puestos comandos y refugios.

Existen cuatro tipos de estos sistemas o equipo especiales:

Máscaras de ventilación

El sistema provee aire filtrado a las máscaras de las tripulaciones de aviones o vehículos de combate. Aunque el personal deba continuar con el EPI colocado, dichas máscaras facilitan la respiración, disminuyen la transpiración y extienden las capacidades del EPI. Su principal desventaja consiste en que no protege el interior del vehículo de contaminación.

Sistemas de sobrepresión

Está representado por todos aquellos recintos cerrados con disposición de presión positiva y purificación de aire, a través de filtros de alta eficacia.

Cuenta con sistemas especiales de entrada que previenen la contaminación del interior de la estructura.

Existen tipos de estructuras fijas o móviles, y pueden ser usadas temporalmente como áreas de descanso para las tropas.

Sistemas híbridos

Proporcionan protección al personal que se halla en vehículos de combate o en refugios.

El sistema híbrido combina la sobrepresión con máscaras de ventilación dentro del lugar con la opción de utilizar solamente sobrepresión, máscaras de ventilación o ambas al mismo tiempo.

Sistemas totales

Estos sistemas agregan al híbrido un control de temperatura ambiente, con lo cual el personal que opera en condiciones de extremo calor siente un consecuente alivio, ya que dispone en el interior de un sistema de aire acondicionado.

Conclusiones

Como ha podido observarse, en los últimos años han surgido avances importantes en materia de protección QBN. Ello ha ocurrido, casi exclusivamente, con la finalidad de que las tropas sean capaces de resistir a un ataque QBN y con el propósito de retener aquellas zonas contaminadas del terreno que se suponen de dominio vital.

1. Una fuerza bien entrenada e instruida constituirá, siempre, un blanco poco rentable para el empleo de estos sistemas de armas.

2. Resultará necesario un adecuado equipamiento de las fuerzas, como también el profundo conocimiento sobre los aspectos QBN. Téngase en cuenta que ambos aspectos constituyen, juntos, los dos pilares fundamentales sobre los cuales se sustenta este tipo de protección.

3. El empleo de los sistemas de armas QBN no está solo restringido al campo de combate; en muchos casos, estas armas forman parte de acciones de sabotaje y de terrorismo.

4. Actualmente, no existe escenario en el mundo que descarte la acción de algún tipo de armas de destrucción masiva. Esto implica, principalmente para aquellas fuerzas participantes en misiones de la ONU, la responsabilidad de los conocimientos pertinentes y de la preparación necesaria, relacionados ambos con el empleo de los equipos de protección individual.

(1) La primera protección utilizada ante el primer ataque de gases en Ypres, fue un pañuelo o trapo de algodón embebido en orina humana, que mitigaba en parte los efectos de los mismos.

Fuente 1: DEYSEG

Fuente 2: 1984

Toxicología bélica

Fuente 1: Toxicología bélica

Fuente 2: 1984

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FunVax – ¿El fin de la libertad religiosa?

A continuación os dejo una conferencia del creador de la vacuna, Joey Lambardi, en el Pentágono hablando sobre el FunVax.

Este video fue tomado en el año 2005 y en él expone en el Pentágono, un científico sobre el entonces proyecto de crear una vacuna que inhiba (mediante virus) el llamado GEN DE DIOS o GEN VMAT2.
En la exposición el científico habla de aplicar el virus en vacunas para cambiar la conducta, mediante el bloqueo del gen VMAT2, y apunta a la gente de Afganistán. Sin embargo, con esto nos queda clarísimo lo que ya sabíamos. Están usando las vacunas como armas biológicas y con el fin de controlar a la población ya no sólo enfermándola, sino que cambiando sus conductas.

El científico explica que puede ser liberado en vacunas de la gripe.

FunVax es una vacuna que «cura» el fundamentalismo religioso. Inhibe  el VMAT2 el llamado «gen de Dios» que hace que la gente sea propensa a tener experiencias espirituales. Aunque FunVax ha traído estabilidad a varios países en el Oriente Medio y es actualmente responsable de las manifestaciones pro-democracia en todo el Oriente Medio, creemos que es un peligroso precedente para el futuro. También nos preocupamos de que FunVax se extienda a Países Occidentales e interrumpir el sistema de creencia en los EEUU y Europa.

¿Cómo funciona ?

A la vuelta del siglo, un gen llamado VMAT2 fue descubierto. Este gen llegó a ser conocido como el gen de Dios. El gen de Dios predispone a las personas tener experiencias espirituales. Las personas que son fundamentalistas tienen una sobre-expresión del gen VMAT2. Los científicos del Departamento de Defensa utilizó esta información para crear una vacuna contra el fundamentalismo religioso. Fue una vacuna viral que se propaga a través del aire y está diseñada  para inhibir el gen VMAT2 haciendo que la gente sea menos religiosa. Tomó a los científicos del gobierno 5 años en perfeccionar la vacuna, en 2009 fue probada en Irak. Más tarde en Irán. El presidente Obama ha autorizado la liberación de FunVax a cada país musulmán. Pero, ¿Por qué lanzarla en los Estados Unidos?

FunVax tiene éxito, pero tiene que ser parado. El gobierno está sustituyendo el libre albedrío con pensamientos programados.

Para más información aquí.

Fuente 1: Chemtrail Sevilla

Fuente 2: 1984

Más allá de Obama: ¿Alguien se preguntó porqué EEUU domina el mundo?

(IAR Noticias) 05-Junio-2011

EEUU no domina el mundo por formulaciones doctrinarias político-diplomáticas o eventuales discursos «democráticos» o «militaristas» de sus presidentes, sino porque impone al resto de los países la lógica de su poderío militar y económico, indestructible, salvo por un estallido nuclear del planeta.

Por Manuel Freytas (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
Informe especial

1) El discurso impuesto como realidad

La prensa mundial y los analistas del sistema han puesto de «moda» el análisis de los procesos económicos, militares y políticos de EEUU partiendo de los discursos del empleado (el presidente de turno en la Casa Blanca) y no de la dinámica funcional del patrón (los intereses de la estructura capitalista sionista que controla al presidente de EEUU).

En los medios de comunicación del sistema la interpretación del rol del presidente de EEUU está generalmente disociado de los intereses estratégicos (planetarios) del poder capitalista que representa la Casa Blanca.

La costumbre mediática de analizar los discursos del gerente USA despojados de la realidad estructural totalizada de la empresa capitalista imperial que controla la Casa Blanca, dio como resultante que las mayorías planetarias crean que los EEUU se manejan exclusivamente por la voluntad y la decisión de sus presidentes de turno.

Este falsa percepción (inducida por el propio poder imperial) se traslada a las mayorías que hablan y «comentan familiarmente» sobre los presidentes USA como si fueran personajes de la farándula , ignorando por completo la realidad estructural y funcional del poder estratégico de dominación imperial de EEUU que los controla.

Esta disociación conceptual entre el poder imperial central y los discursos de su presidente de turno, posibilitó recrear la mística del «nuevo sueño americano» y generar una expectativa de «reciclamiento democrático» del Imperio USA en la figura y en los discursos de Barack Obama.

Obviando la realidad estratégica del dominio hegemónico geopolítico-militar-nuclear de EEUU (cuya dinámica se nutre y retroalimenta con la conquista militar permanente de países y la depredación de recursos estratégicos a escala global) la prensa mundial y sus analistas edificaron en la figura y en los discursos de Obama una «nueva alternativa mundial» con EEUU renunciando a su status de potencia imperial dominante.

Con el acceso de Barack Obama a la presidencia de EEUU, se desarrolló una campaña mediática destinada a hacer creer a las mayorías mundiales que la primera potencia capitalista imperial, empantanada en Irak y Afganistán, con su sistema financiero pulverizado por la crisis y por una recesión económica de efectos imprevisibles, se podía recrear a sí misma generando nuevas expectativas y cambios «democráticos» de política a nivel mundial.

Como sostiene Henry Kissinger, Barack Obama proclamó desde su discurso «una especie de orden mundial sin una potencia dominante en el que la potencia que puede dominar dirige a través de la automoderación«.

De acuerdo con el histórico gurú del sionismo imperial, en el discurso de Obama «el liderazgo estadounidense deriva de la disposición a escuchar y de afirmaciones inspiradoras. La acción común surge de convicciones compartidas. El poder emerge de un sentido de comunidad, no de la acción unilateral, y se ejerce mediante la asignación de responsabilidades según los recursos de un país«.

Desde el punto de vista de la realidad estratégica imperial, el Nuevo Orden Mundial «multilateral» proclamado por Obama sólo se trata de ilusionismo fabricado para incautos.

La construcción conceptual y discursiva de un EEUU «automoderado» que rompe con la «unilateralidad militarista» de la era Bush, ya choca con la realidad de la gestión de Obama en la Casa Blanca.

Durante sus primeros 90 días de gobierno, y mientras reafirmaba en sus discursos la «renuncia de EEUU a su rol de potencia imperial dominante«, Barack Obama decidió profundizar la ocupación militar enviando más tropas a Afganistán, elevar el presupuesto militar estadounidense a niveles récord, e imponer (a través del G-20 y el FMI) un nuevo plan de endeudamiento para hacer pagar la crisis financiera imperial a los pueblos de Asia, África y América Latina.

En Marzo pasado, el gerente imperial ordenó el primer bombardeo a Libia que hoy se encuentra despedazada y balcanizada bajo los ataques aéreos constantes de la OTAN que junto con el Pentágono ensayan un nuevo tipo de invasión contra un país petrolero.

Esta es la mejor prueba de que las políticas estratégicas de supervivencia imperial del Estado USA están por encima de la voluntad personal (o del discurso electoral «democrático«) del eventual gerente que ocupe la Casa Blanca.

Como ya está probado en forma histórica y estadística: En EEUU, la potencia locomotora del capitalismo sionista a escala global, no gobiernan los presidentes o los partidos, sino la élite económica-financiera (el poder real) que controla la Reserva Federal, el Tesoro, Wall Street, el Complejo Militar Industrial y Silicon Valley.

Terminada las luces artificiales de la campaña electoral, demócratas y republicanos dejan de agredirse y se complementan en un diseño de política estratégica de Estado en defensa de los intereses de las grandes corporaciones económicas que marcan el accionar de las políticas internas y de la conquista de mercados encubierta en las «guerras preventivas» contra el «terrorismo«.

Y en la práctica, esas políticas imperiales (y su continuidad en el tiempo) no tienen nada que ver con el discurso y los nuevos preceptos «doctrinarios» expresados por el gerente de turno en la Casa Blanca, en este caso Obama.

2) El poder militar imperial

Como primer concepto estratégico, es necesario aclarar que EEUU no domina el mundo ni se constituyó en primera potencia imperial capitalista con los discursos de sus presidentes eventuales, sino con el aparato aparato nuclear-militar más poderoso del mundo, siete flotas con poder atómico surcando los océanos y cerca de mil bases militares rodeando los puntos estratégicos del planeta.

A la hora de controlar el mundo del capitalismo trasnacionalizado, EEUU no utiliza discursos presidenciales sino estrategias de dominación enmarcadas en la supremacía mundial de su poderío militar y económico.

La actual proyección global del poder militar EEUU, se divide en cinco comandos regionales distribuidos en los cinco continentes: el Joint Forces Command (USJFCOM) para la región de América del Norte; el Southern Command (USSOUTHCOM) para América del Sur; el Pacific Command (USPACOM) para Asia y Oceanía; el European Command (USEUCOM) para Europa y África; y el Central Command (USCENTCOM) para las regiones del noreste y cuerno africano, Península Arábiga, Golfo Pérsico y Asia Central.

El 1 de Octubre de 2007 entró en operaciones el USAFRICOM, o AFRICOM, un Mando Combatiente Unificado del Pentágono, responsable de las operaciones militares de EEUU en relación con las 53 naciones africanas (excepto Egipto). Pasó a ser totalmente autónomo y operativo el 30 de Septiembre de 2008.

EEUU posee el mayor arsenal de armas de destrucción masiva del mundo, y es el único que ha utilizado alguna vez armas nucleares en la práctica, contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de Agosto de 1945). En la actualidad el arsenal nuclear USA cuenta con 534 misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de los modelos Minuteman III y Peacekeeper; 432 misiles balísticos de lanzamiento submarino (SLBM) Trident C4 y D5 (desplegados en los 17 submarinos clase Ohio) y aproximadamente dos centenares de bombarderos nucleares de largo alcance, entre los que se cuentan 16 «invisibles» del tipo B-2. El total de cabezas nucleares desplegadas podría oscilar, según fuentes militares, entre 5.000 y 10.000.

Exceptuando Rusia, el poder nuclear-militar de EEUU supera al de todas las superpotencias capitalistas juntas.

Con un presupuesto que ya supera los US$ 800.000 millones las fuerzas armadas combinadas del Pentágono superan los dos millones de efectivos, esparcidos en los cinco continentes, equipados con la mejor tecnología del mundo, con el mejor entrenamiento y la mejor paga profesional de todo el planeta.

EEUU cuenta con cerca de 1000 bases militares distribuidas en todo el mundo y un despliegue operativo de sus fuerzas armadas que abarca a más de 180 países de Europa, Asia, África y América Latina.

Su estructura de poder naval cubre todos los océanos y mares del mundo con siete flotas operativas cuyas unidades de combate (buques, submarinos y aviones) están equipadas con poder nuclear.

Ese poder hoy no está al servicio de los discursos «democráticos» de Obama, sino (como siempre lo estuvo) al servicio de la expansión de los bancos y corporaciones imperiales que extraen su mayor tasa de rentabilidad capitalista de las políticas de conquista militar que sostienen el edificio de la primera potencia imperial.

3) La línea de continuidad histórica

Hay una línea de continuidad histórica que rige la política militar del imperio rector (más allá del discurso de sus presidentes):

Con la administración del demócrata James Carter, en la década del setenta, se estableció la llamada «Doctrina Carter» que estipuló que cualquier movimiento por parte de un poder «hostil» que pretendiera ganar el control de la región del Golfo Pérsico, – y consecuentemente sobre los enormes recursos energéticos de la misma – deberá ser considerado como un ataque contra los intereses vitales de EEUU justificando el uso de la fuerza militar para rechazarlo.

Durante la administración del republicano Ronald Reagan, en Enero de 1983, las Rapid Deployment Joint Task Forces (RDJTF) se convirtieron en el US Central Command (USCENTCOM), cuya misión abarca la proyección estratégica del poder militar de EEUU sobre los recursos energéticos gasíferos del Golfo Pérsico, el Cáucaso y Asia Central que contienen más del 70% de las reservas mundiales.

El republicano George Bush (padre de W), en 1991 lanzó la primera guerra contra Irak que tuvo como misión reposicionar estratégicamente las fuerzas militares de EEUU en el Golfo Pérsico con proyección hacia las regiones petroleras de Cáucaso y el Asia central.

Con el demócrata Bill Clinton, el aparato militar de EEUU profundizó su avance y extendió su cadena de bases en el Asia Central y en el Cáucaso, se posicionó en el territorio del ex imperio soviético de Europa del Este con el bombardeo y posterior control de Yugoslavia, y sentó las bases de la invasión a Irak con los bombardeos preventivos a ese país.

Con el republicano George W Bush, y bajo el precepto doctrinario de la «guerra contraterrorista«, EEUU invadió militarmente dos enclaves estratégicos para su proyecto de apoderamiento de los recursos energéticos del Golfo Pérsico y del Asia Central: Irak y Afganistán.

Al demócrata Barack Obama, le toca la misión de ampliar y extender el dispositivo del control geopolítico militar sobre los corredores energéticos euroasiáticos con la ocupación militar de Pakistán, el reposicionamiento del poder de EEUU en el Caucaso, y la profundización del control sobre la «llave petrolera» del Golfo Pérsico destruyendo el poder militar de Irán.

Como se puede apreciar, esta realidad emergente de las necesidades estratégicas (reales) de supervivencia del Imperio militar norteamericano no tiene nada que ver con el discurso «democrático» (irreal) de Obama que compran y venden a diario la prensa de mercado y los analistas del sistema.

4) El poder económico imperial

El poder militar de EEUU, y a modo de columna vertebral, sostiene y garantiza a su vez (en carácter de «policía mundial«) la supremacía global y el orden vigente de su poder económico imperial expandido a escala planetaria.

Hay que que precisar que EEUU no cifra su poder de potencia económica hegemónica en los discursos de sus administradores (presidentes) de turno en la Casa Blanca, sino en la imposición imperial vigente del dólar como moneda de transacción y de reserva a escala mundial que le permite a Washington (el emisor del dólar) controlar los procesos tanto de los mercados internos como de los mercados internacionales del sistema capitalista a escala planetaria.

Un 80% de las transacciones internacionales, un 70% de las importaciones mundiales y la casi totalidad del comercio petrolero se realizan en dólares, según el Banco Mundial y el departamento de Comercio estadounidense.

Según el Banco Internacional de Pagos, el banco central de los bancos centrales, el dólar continúa siendo la «moneda favorita de los bancos centrales» y representa un 55% de sus activos y pasivos en moneda extranjera.

EEUU, la primera economía mundial, Europa, la segunda economía mundial, China, la tercera economía mundial, y Japón la cuarta economía mundial, realizan la mayoría de su comercio en dólares (además de yenes y euros).

Si la divisa estadounidense colapsara, colapsarían EEUU, la Unión Europea, China, India, Japón y Corea del Sur, (los mayores vendedores y compradores del mundo), que juntos suman más 70% de la economía mundial.

Y hay un tercer factor que cierra el círculo geométrico del poder imperial de EEUU: Las primeras 200 corporaciones comerciales, industriales, financieras y tecnológicas del planeta (que dominan los procesos económicos productivos y los comercios exteriores de los países a nivel mundial) cotizan en Wall Street, valorizan sus activos en dólares y depredan el planeta protegidas bajo el «paraguas lobbista» de las embajadas USA.

Además, las más poderosas corporaciones económicas imperiales adquieren bonos del Tesoro de EEUU como «refugio» ante la crisis global, y la mayoría abrumante de los países subdesarrollados o emergentes de Asia, África o América Latina tiene sus reservas en dólares y también adquieren papeles del banco central norteamericano para escapar del colapso económico.

Esta realidad, estadística y verificable, y no el discurso de los presidentes de turno en Washington, es lo que determina las bases estratégicas del poder imperial de EEUU asentado sobre el poder nuclear-militar y la supremacía económica global con el dólar como moneda patrón.

En resumen, EEUU no domina el mundo por medio de eventuales formulaciones doctrinarias político-diplomáticas de «unilateralidad» o «multipolaridad«, o por los eventuales discursos «democráticos» o «militaristas» de sus presidentes, sino porque impone al resto de los países la lógica de su poder militar y económico, indestructible, salvo por un estallido nuclear del planeta.

En este escenario ¿quién puede pensar lógicamente que EEUU va a resignar «mansamente» su rol de potencia dominante, a desaparecer como Imperio regente del sistema capitalista, sin utilizar antes el poder militar destructivo más poderoso del planeta?

¿Y quien pude pensar, sin pecar de insano mental, que EEUU va a renunciar a su dominio militar, a su condición de potencia económica capitalista dominante, para convertirse en una Estado «democrático» que respeta el derecho de los demás por la simple voluntad del doble discurso de Obama?.

Solamente la ignorancia generalizada sobre quién es el empleado (Obama) y quién es el patrón (la estructura de poder imperial que controla la Casa Blanca) permite a la prensa del sistema poner a Obama y a sus discursos marketineros como si fueran el centro decisivo del poder imperial.

Fuente: IAR Noticias

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

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Barack Obama insta a debate sobre control de armas en los EEUU

Posted in noticia,otros temas de interes por Gonzalo Fernandez en marzo 15, 2011
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El presidente estadounidense, Barack Obama, instó a un nuevo debate sobre el control de armas en el país después de que a principios de este año (Enero) en el estado de Arizona fueran baleadas seis personas y otras catorce resultaran heridas, entre ellas la congresista demócrata Gabrielle Giffords.

En un artículo publicado en el diario Arizona Daily Star Obama hace hincapié en que el presunto responsable del tiroteo que se produjo en la ciudad de Tucson (que fue rechazado para servicio en el Ejército) fue capaz de comprar un arma en una tienda del país.

«Desde ese día, quizás hayamos perdido a otros 2.000 miembros de nuestra familia estadounidense por la violencia relacionada con las armas y miles más han resultado heridos«, agregó.

Cabe mencionar que el domingo pasado se produjo otro caso de tiroteo en los EEUU en uno de los bares de Nueva Orleans y que dejó una víctima mortal.

Un hombre armado abrió fuego durante una fiesta de un bar que causó la muerte inmediata de un joven de 18 años. Otros cinco adolescentes de 14 a 16 años resultaron heridos. El agresor huyó del lugar del accidente. La policía de Nueva Orleans realiza la búsqueda del delincuente.

Fuente: Russia Today

La India y Pakistán prueban con éxito misiles nucleares

Un misil de crucero es lanzado desde Pakistán, el pasado mes de Febrero.

La India y Pakistán, potencias rivales del sur de Asia que protagonizan una carrera de armamento, llevaron a cabo, este viernes, sendas pruebas de misiles capaces de llevar ojivas nucleares, según informaron fuentes oficiales a ambos lados de la frontera.

La India probó con éxito su misil tierra-tierra Prithvi II desde la base de Chandipur, situada en el estado oriental indio de Orissa, y la versión naval de este misil, el Dhanush, desde una embarcación militar situada frente a la costa de la región.

«La prueba de vuelo fue perfecta, con la trayectoria planeada. El misil alcanzó el objetivo con una precisión muy alta, de unos metros«, dijo a la agencia india IANS el director del Centro Integrado de Pruebas, S. P. Dash, en referencia al Prithvi.

El Prithvi II es uno de los cinco proyectiles en desarrollo en el programa indio de misiles y tiene una capacidad de portar cabezas nucleares y convencionales de hasta 500 kilos de peso y un alcance de 350 kilómetros.

Los lanzamientos indios tuvieron paralelo al otro lado de la frontera: Pakistán probó, por su parte, el misil balístico Hataf-2, un proyectil de 180 kilómetros de alcance, igualmente con capacidad de transportar cabezas nucleares y convencionales.

‘Proceso de validación’

El servicio de prensa del Ejército paquistaní aseguró en un comunicado que la prueba, «exitosa«, formó parte de su «proceso de validación y mejoras técnicas del sistema de misiles balísticos«, pero no precisó el lugar desde el que ejecutó la prueba.

Según el jefe del Estado Mayor del Ejército (CJCSC) -un cargo que en Pakistán es ceremonial-, el general Khalid Shamem Wynne, la prueba servirá para consolidar la capacidad disuasoria del país, y proporciona al Ejército capacidades «operativas«.

Pakistán y la India han protagonizado tres guerras desde la partición, en el año 1947, y ejecutan regularmente este tipo de pruebas.

La India está desarrollando los misiles balísticos Agni y Prithvi, los misiles tierra-aire Akash y Trishul, y el misil antitanque Nag, además del misil de crucero Brahmos que desarrolla conjuntamente con Rusia.

El repertorio de Pakistán incluye los misiles balísticos Hataf y Ghaznavi, los misiles de alcance medio Ghauri y Shaheen, los misiles de crucero Babur y el misil antitanque Baktar-Shikan, la mayoría de ellos desarrollados con ayuda de China.

Fuente: El Mundo

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