Gonzalo Anti New World Order


Londres reúne a la flor y nata de la Web para discutir sobre ‘ciberseguridad’

Grandes nombres en la Internet y representantes de unos 60 países se van a reunir el martes en Londres para reflexionar juntos sobre los grandes desafíos que plantea Internet tanto de los avances económicos y democráticos, como problemas como la llamada ‘ciberguerra’ o el ‘ciberterrorismo’.

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, el cofundador de Wikipedia Jimmy Wales o el vicepresidente de la compañía China de telecomunicaciones Huawei se encuentran entre los 900 delegados, que provienen también de países como Rusia o Corea.

Los principales actores en Internet – Google, Facebook, Microsoft, Tudou.com (un importante sitio web chino de intercambio de vídeo), entre otras- , así como agencias contra delitos cibernéticos y empresas especializadas en seguridad en la Red, trambién acudirán a esta cita.

La idea es «reunir a los principales actores de Internet y iniciar un diálogo amplio sobre cómo podemos colectivamente responder a las oportunidades y los retos que plantea su desarrollo«, dijo el ministro británico de Exteriores, William Hague, anfitrión de la reunión.

El programa es muy amplio: el impacto económico de la Internet y sus consecuencias sociales, así como su papel en los movimientos hacia la democracia como la llamada Primavera Árabe, con especial atención a la seguridad y la lucha contra los ‘ciberdelitos’.

Escepticismo

Algunos analistas se muestran escépticos sobre las posibilidades de éxito esta conferencia cuando los intereses de Europa y Estados Unidos o Rusia y China se oponen en muchos aspectos, sobre todo en lo que concierne a la libertad de expresión en Internet.

China también ha sido a menudo señalado como la fuente de muchos ataques, una creciente preocupación de las grandes potencias.

«Este ejercicio de diplomacia entre los Estados y los líderes empresariales de Internet es importante y permitirá proporcionar la atención que merecen estas temas«, señalaron Adam Segal y Matthew Waxman, del ‘think tank’ estadounidense ‘Council on Foreign Relations’, en un reciente artículo.

«Sin embargo, esta conferencia corre el riesgo que destapar también (…) fallos importantes en los temas más importantes y las cuestiones más complicadas«.

Seguridad frente a control

Por lo tanto, la seguridad se ha convertido en una de las principales prioridades de los países occidentales, que quieren proteger sus redes frente a ataques, mientras que China y Rusia quiere controlar el contenido y las redes sociales para impedir posibles sediciones.

El Reino Unido insiste en que no se trata de lograr un tratado o una nueva legislación, en particular sobre la seguridad internacional, aunque este tema será discutido a puerta cerrada el martes por la tarde.

Londres sostiene que este encuentro está destinado sólo a iniciar un ‘debate’ y señala que varios países ya han acordado organizar una conferencia de seguimiento en un plazo de 12 a 18 meses.

Hague espera «lograr un punto de partida común sobre lo que se puede considera una conducta aceptable en el ciberespacio«.

‘Ciberataques’

El tema de la ‘seguridad cibernética’ ha sido ya discutido este año dos veces bajo los auspicios de la ONU y la OTAN. EEUU y Australia también han acordado en Septiembre responder de forma conjunta en los casos de ‘ciberataque’ contra ellos.

No obstante, los organizadores señalan que ésta es la primera vez que todas los cuestiones relacionadas la Internet serán debatidas por tantas partes, entre ellas 25 jóvenes que van a explicar lo que la Web significa para ellos.

Irán no está invitado, a pesar de ser el objetivo del gusano Stuxnet que afectó a los ordenadoresde su programa nuclear, un ataque que según Teherán partió de Estados Unidos e Israel.

Fuente: El Mundo

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La evidencia muestra que el ataque terrorista de Noruega fue una bandera falsa

Kurt Nimmo

Antes de los acontecimientos en Noruega, el Departamento de Seguridad Nacional dio a conocer un video de propaganda que caracterizaba a estadounidenses blancos de clase media como  terroristas y  miembros de Al Qaeda blancos, un término diseñado  para combinar la imagen creada por la CIA del grupo terrorista islámico y los «extremistas de derecha» en los Estados Unidos.

El video de la DHS es parte de la campaña histérica del  gobierno «Ve algo, diga algo»  y que en su informe en 2009 que se filtró a los medios de comunicación, designa a los liberales y los defensores de designación de la Segunda Enmienda como terroristas y extremistas de derecha.

El presunto autor del atentado de Noruega  se describe como un extremista de derecha y  antiguo miembro de un partido político popular que se considera a sí mismo como un «partido del pueblo libertario«, con una ideología basada en el liberalismo clásico.

Anders Behring Breivik era a la vez  miembro del Partido del Progreso, de acuerdo con informes de prensa. Fue miembro desde 2004 hasta 2006 y en su partido de la juventud desde 1997 hasta el año 2007.

El Partido del Progreso se  identifica como una organización libertaria populista y su principal objetivo declarado es la reducción de  impuestos y la intervención del gobierno. El CFR dice que el Partido del Progreso y los partidos políticos similares en Suecia y Finlandia representan un movimiento Tea Party europeo en aumento. En los EEUU, el Tea Party se ha opuesto a los rescates de los banqueros por el gobierno y ha hecho un llamamiento para poner fin a la Reserva Federal.

La UE, el FMI y los banqueros internacionales están preocupados por el creciente populismo en Europa. «El aumento del populismo político en Europa, impulsado por la ira pública sobre el impacto de la crisis financiera, amenaza con hacer que la solución de los problemas de la zona euro como la deuda sea cada vez más difícil«,  reportó en Abril Reuters.

Millones de europeos se oponen a que asalten sus arcas para pagar la deuda ideada por los banqueros y convirtiendo un gran número de partidos políticos como el de Verdaderos Finlandeses (The True Finns).

El tablón principal de la campaña de Verdaderos Finlandeses es la oposición a la financiación de un plan de rescate para Portugal. En Abril, el grupo finlandés salió de una relativa oscuridad y se instaló en el centro de la atención política. Su repentina popularidad sorprendió al establishment europeo.

El ataque de falsa bandera de Noruega llega debido al crecimiento del populismo en Alemania, el mayor contribuidor de la deuda artificial en Europa .

Los políticos del establishment en Alemania han rechazado un segundo plan de rescate. «Lo hicimos una vez, y no podemos hacerlo por segunda vez, simplemente no podemos«, dijo Jochen Sanio, presidente del supervisor de mercados financieros aleman BaFin. Sanio dijo que si el gobierno asalta el tesoro alemán de nuevo los «contribuyentes nos colgarán a todos nosotros«.

La UE y la clase política europea están en deuda con los banqueros y sus «libre mercado» – así como la libertad de saquear una y otra vez – las políticas neoliberales han sacado todas las paradas en un esfuerzo por aplastar la resistencia a los rescates sin fin diseñada para romper economías locales y destruir la soberanía nacional.

No es un error que los medios corporativos estén comparando a Anders Behring Breivik y Timothy McVeigh. Horas después del ataque terrorista, la radio y televisión pública de Noruega NRK citando a Tore Bjorgo de la Escuela de Policía de Oslo,  dijo que el ataque se parecía a la explosión del edificio federal en Oklahoma City. El ataque de 1995 atribuido a Timothy McVeigh matando a 168 personas.

Bjorgo mencionó a los Diarios de Turner, la novela «anti-gobierno» escrita por William Pierce Lutero, el ex líder de la organización nacionalista blanco Alianza Nacional. La novela se presentó como evidencia durante el juicio de Timothy McVeigh, el chivo expiatorio puesto por agentes del gobierno para ser acusado del atentado.

El atentado de Oklahoma City fue un caso de bandera falsa usado para lanzar varios aspectos draconianos de la policía estatal en la década de 1990. Tras el ataque, el Congreso aprobó a instancias del entonces presidente Clinton una serie de propuestas de seguridad nacional que construyó la fundación y los antecedentes establecidos por la Ley Patriota en respuesta a los ataques del 11 de Septiembre de 2011.

Además de establecer una base para la llamada legislación antiterrorista, el atentado de Oklahoma City se utilizó para satanizar al movimiento patriota que se formó en respuesta al ataque del gobierno a la Rama de los Davidianos en Waco el 19 de Abril de 1993.

Los ataques de bandera falsa seguido por campañas de propaganda intensa es uno de los varios métodos utilizados por el gobierno para neutralizar la oposición política.

Breivik es, obviamente, un chivo expiatorio de una operación Gladio para destruir a la oposición política que está en contra de los banqueros. Operación Gladio fue una «estrategia de tensión«, ideada por la elite que empleaba el terrorismo – el asesinato y los atentados – para desacreditar a los opositores políticos en Europa. Fue puesta en marcha por la CIA, en parte, con ex-miembros de la policía secreta de Mussolini.

En los próximos días, podemos esperar más acontecimientos de bandera falsa. Estos serán utilizados por los medios corporativos para presentar a los opositores de la estafa bancaria como terroristas asesinos de niños. Para la élite global, los asesionatos en masa culpando de ellos a los opositores políticos es un instrumento legítimo en su plan para acabar con la economía nacional e instalar un gobierno mundial totalitario y un sistema bancario de corte neofeudal.

Fuente 1: Infowars

Fuente 2: Chemtrail Sevilla

Fuente 3: Movimiento Anti NWO

Quién es Zbigniew Brzezinski y cual es su rol en el Plan de Nuevo Orden Mundial (NWO)

Zbigniew Brzezinski.

15 de Agosto de 2010 

Brzezinski, ex consejero del presidente estadounidense Jimmy Carter, encarna la continuidad de la política extranjera de los EEUU, lo que no significa que sea una política de tendencia demócrata o republicana. Gran admirador de Henry Kissinger, Brzezinski  siempre ha defendido, alabado y demostrado sumo respeto por los dos conceptos de diplomacia del «maestro», el equilibrio de las potencias llevado a teoría por Metternich y la doctrina «containment» elaborada por George Kennan.

Zbigniew Brzezinski preconiza hoy cómo se debe debilitar y acorralar militarmente a Rusia, y está convencido de que la mejor manera es la desestabilización de sus regiones fronterizas, una estrategia política que mucho interés despertó en el equipo del fallido candidato presidencial estadounidense John Kerry, equipo que reclutó a su hijo Mark Brzezinski como consejero para política exterior.

Según el discurso de George W. Bush durante la campaña presidencial del año 2000, hubiéramos podido esperar que asumiera -según la doctrina de su consejero, «el halcón» Wolfowitz-, una actitud rígida, incluso agresiva hacia la Rusia de Vladimir Putin. En vez de eso, hemos observado un trato inédito en las relaciones políticas mutuas de estas dos grandes naciones. Esto ha sucedido después del 11 de Septiembre de 2001.

Muchos observadores y analistas estiman que existía un acuerdo entre Putin y Bush, por el cual la administración norteamericana se privaría de criticar las operaciones militares rusas en Chechenia a condición de que Putin no se entrometiera en las intervenciones e injerencias estadounidenses en el Medio Oriente.

Esta explicación no da la debida importancia a los hechos del 11 de septiembre de 2001 y al contrario los trata como si fueran una abstracción. Otro tanto sucede con los elementos provenientes del Kremlin con respecto a los mismos sucesos. Podemos añadir que las administraciones republicanas han dado siempre una mayor importancia al Medio Oriente, mientras que la tradición política demócrata en política exterior se centraliza más en Eurasia.

Para elaborar su estrategia frente a la entonces URSS, y más tarde para los Estados del Este, recientemente emancipados de la influencia soviética, el campo demócrata se ha apoyado -desde que Jimmy Carter asumió el poder-, en un hombre brillante, pero sin escrúpulos, y también un acérrimo antirruso: Zbigniew Brzezinski.

La doctrina de este conocido profesor ha logrado adeptos fuera del Partido Demócrata, por el simple hecho de haber definido el imperativo absoluto de la supervivencia y la prosperidad del Imperio: la conquista de Eurasia.

Este catedrático nació en Varsovia en 1928, hijo de un diplomático polaco. Brzezinski emigra a Canadá a la edad de diez años cuando su padre fue destacado en ese país. Obtiene una licenciatura y una maestría en la Universidad Mc Gill de Montreal, y, posteriormente, un doctorado en Harvard en 1953, convirtiéndose en ciudadano estadounidense poco después. Contrae matrimonio con la hija del ex presidente checoslovaco Eduardo Benes.

Entre 1966 y 1968 se desempeña como miembro del Consejo de Planificación Política del Departamento de Estado de los EEUU, donde desarrolla la estrategia de «implicación pacífica» frente y hacia la Unión Soviética, todo esto dentro del marco de la Guerra Fría. En Octubre de 1966 convence al presidente estadounidense Johnson de modificar las prioridades estratégicas de modo que el «deshielo» sea colocado antes de la reunificación alemana.

Durante la campaña presidencial de 1968, Brzezinski preside el grupo de trabajo encargado de la política exterior del candidato demócrata Hubert H. Humphrey, que perdería finalmente ante Richard Nixon.

El inspirador de la creación de la Comisión Trilateral

A principios de los años setenta, Brzezinski se distingue como analista cuando anuncia proféticamente la llegada de actores mayores al escenario del poder mundial. Se trata de Europa y Japón, cuyas economías se han levantado rápidamente después de la Segunda Guerra Mundial.

En un artículo suyo publicado en la revista Foreign Affaire, en 1970, expone su visión de este «Nuevo Orden Mundial»: «Se hace necesaria una visión nueva y más audaz -la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad. Además de los Estados Unidos de América y Europa Occidental, debe incluirse a Japón (…)

«Un consejo formado por miembros de Estados Unidos, Europa Oriental y Japón que fomentara encuentros regulares entre los jefes de gobierno, pero también entre personalidades menos importantes, sería un buen comienzo». El mismo año, Brzezinski lanza nuevas ideas en su nuevo libro titulado: Between two Ages [1], donde explica que ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos.

La revolución de las técnicas de producción, el cambio de la industria pesada a la electrónica, debía provocar un trastorno de sistemas políticos y una nueva generación de élites en el poder. David Rockefeller, entusiasmado con estos conceptos, lo contrata entonces para crear la Comisión Trilateral y lo nombra director. Esta fue establecida oficialmente en 1973, y reúne a importantes figuras del comercio mundial, de los medios bancarios internacionales, gobernantes y los grandes medios de comunicación europeos, japoneses y norteamericanos.

Cuando ocurrió el primera crisis petrolera, la principal preocupación de estos maestros de las finanzas mundiales fue la de quitarse de encima la responsabilidad de la deuda exterior de los países en vías de desarrollo, dando mayores obligaciones y fortaleciendo el Fondo Monetario Internacional (FMI). También se trataba para los Estados Unidos, debilitados en aquella época por su fracaso militar en Vietnam, de apoyarse en cada extremo geográfico del continente euroasiático, donde tenían gran influencia después la Segunda Guerra Mundial, con la finalidad de mantener y extender su hegemonía.

Esta misión, vista desde afuera, otorga sin dudas a Brzezinski una imagen de defensor de la paz, portavoz de la disminución de la tensión mundial (Guerra Fría) y de las relaciones multilaterales, e incluso -ante los ojos de la extrema derecha-, una apariencia de globalista inspirado en el Marxismo.

Para llevar a cabo los grandes planes de la Comisión Trilateral, lo mejor era que uno de sus miembros llegara a ser presidente de los Estados Unidos.

El presidente Carter y el doble juego

Desde la creación de la Comisión Trilateral, el pastor Jimmy Carter era uno de los que con seguridad formaban parte del equipo Rockefeller-Brzezinski. Había abierto las primeras oficinas comerciales para el estado de Georgia en Bruselas y en Tokio, cosa que hacía de él la imagen modelo o el concepto fundador de la Comisión [2].

Para su nominación como candidato a las elecciones y la elección presidencial de 1976, Rockfeller puso en funcionamiento sus relaciones en Wall Street y a trabajar a Brzezinski, cuya influencia académica al servicio del candidato demócrata Jimmy Carter fue de gran provecho para que ganara las elecciones. Naturalmente, cuando Carter fue elegido, Brzezinski ocupó el puesto privilegiado de consejero de seguridad nacional [3].

Una vez en su silla, Carter definió como prioridad la reducción del arsenal militar nuclear de los dos bloques (EEUU-URSS). Sin embargo, la crisis de los misiles SS-20 soviéticos apuntados hacia Europa hizo que Carter reaccionara con el despliegue de los mísiles Pershing, lo que arruinó sus esfuerzos, sinceros o no, y puso a ambos bloques en una situación de desconfianza recíproca.

Se puede constatar que en aquella época el campo soviético tenía buenas razones para sospechar que su adversario realizaba un doble juego: la derrota militar de los EEUU en Vietnam les obliga a mantener cierta modestia en el plano militar y estratégico, mientras que Brzezinski preparaba su plan de guerra por mandato, para preparar una trampa y obligar a la Unión Soviética a entrar en un conflicto periférico.

La desestabilización del régimen comunista afgano y el financiamiento y entrega de armas a las primeras milicias jihadistas anticomunistas en 1979 provocaron, como previsto, la entrada del Ejército Rojo en Afganistán. Para ello Brzezinski se apoya en los efectivos servicios de espionaje e inteligencia paquistaníes, el temido ISI.

Cuando la revista francesa Le Nouvel Observateur le realizó una entrevista en 1998, Brzezinski reconoció que el equipamiento de las tropas antisoviéticas de Bin Laden era anterior a la invasión rusa y destinado a provocar su reacción:

Le Nouvel Observateur: El ex director de la CIA, Robert Gates, lo afirma en sus Memorias: los servicios secretos norteamericanos comenzaron a ayudar a los mujaidines afganos seis meses antes de la intervención soviética. En esa época usted era el consejero del presidente Carter y su papel fue clave en este asunto. ¿Lo confirma?

Zbigniew Brzezinski: Sí. Según la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los mujaidines se inició en el año 1980, es decir, luego que el ejército soviético invadiera a Afganistán el 24 de Diciembre de 1979. Pero la realidad, mantenida en secreto hasta hoy, es muy distinta: fue el 3 de Julio de 1979 que el presidente Carter firmó la primera directiva sobre la asistencia clandestina a los opositores del régimen pro soviético de Kabul. Aquel día le escribí una nota al presidente en la que le explicaba que en mi opinión aquella ayuda provocaría la intervención de los soviéticos. (…) No empujamos a los rusos a intervenir, pero conscientemente aumentamos las probabilidades de que lo hicieran.

N.O.: Cuando los soviéticos justificaron su intervención afirmando que luchaban contra una injerencia secreta de los Estados Unidos nadie les creyó, sin embargo había un fondo de verdad. ¿No lamenta nada hoy?

Z. Brz.: ¿Lamentar qué? Esa operación secreta era una excelente idea. Tuvo como efecto atraer a los rusos hacia la trampa afgana, ¿y usted quiere que lo lamente? El día en que los soviéticos cruzaron oficialmente la frontera afgana escribí al presidente Carter en esencia: «Esta es nuestra oportunidad de darle a la URSS su Vietnam» (…).

N.O.: ¿Tampoco lamenta usted el haber favorecido el integrismo islámico, haber entregado armas y asesoría a futuros terroristas?

Z. Brz.: ¿Qué es lo más importante ante la mirada de la historia mundial, los talibanes o la caída del imperio soviético? ¿Algunos islamistas excitados o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?» [4]

(Nota de la redacción de la Red Voltaire: el conflicto en Afganistán desde sus inicios en 1979 ha causado miles de miles de muertos, para algunos observadores un millón de muertos y desplazado gran parte de la población civil del país, en la lamentable condición de refugiado, pero para el Sr. Brzezinski los fines justifican los medios).

Al hablar de «algunos islamistas excitados» en esta entrevista, Brzezinski no subestima el poderío de Al Qaeda, pero caracteriza la realidad de lo que los neoconservadores han erigido en mito a fin de justificar su cruzada mundial. Claro que un miembro del Council on Foreign Relations se cuidaría muy bien hoy de ser tan categórico.

Alianza objetiva con China y apoyo incondicional al Shah de Irán

Si bien Nixon y Kissinger habían jugado decididamente con el miedo al cerco de la Unión Soviética, iniciando un proceso de normalización de las relaciones con China, una parte de los más allegados a Carter desconfiaba de este acercamiento que pretendía Brzezinski.

Al llegar a la Casa Blanca, Carter había afirmado que optaría por el diálogo con la URSS y guardaría distancia con respecto a la República Popular China, pero su secretario de Estado, Cyrus Vance se enfrentó rápidamente a la obsesión antirrusa de Brzezinski y durante todo su mandato Carter tuvo que esforzarse por conciliar los antagonismos de su administración.

Quien hacía las veces de mediador entre estos dos polos era Richard C. Holbrooke, futuro embajador de los Estados Unidos en la ONU y asesor de John Kerry para la política exterior durante su campaña, junto a Mark Brzezinski, hijo de Zbigniew. Según Cyrus Vance y otros partidarios del diálogo, como el renegado demócrata Averell Arriman, la lógica triangular de cerco sólo podía conducir, en el mejor de los casos, a un malentendido con la URSS, cuando no a la guerra.

Preconizaban el diálogo sobre el desarme y la cooperación con la Unión Soviética para neutralizar los conflictos del Tercer Mundo. La normalización de las relaciones con China siguió en marcha. Brzezinski llegó a ultimar un programa conjunto de cooperación estratégica y a mantener buenas relaciones personales con Deng Xiaoping, lo que le vale ser actualmente bien visto entre los chinos.

La misma desconfianza de Brzezinski hacia la URSS se encuentra en su actitud con respecto a Irán, que bajo el régimen del Shah era considerado un baluarte contra la influencia soviética en el Medio Oriente. Así, Brzezinski le aseguró su apoyo al Shah hasta el último momento, y pidió la intervención militar de los Estados Unidos para mantenerlo en el poder incluso cuando una parte de la administración Carter, a la cabeza de la cual se encontraba el secretario de Estado, quería su salida.

Sin embargo, las acciones concretas de Washington fueron dictadas por el punto de vista del Departamento de Estado, y, a pesar de las conversaciones con los generales que derrocaron al Shah para garantizar un régimen moderado al frente del país, fue Khomeini quien ocupó el poder en un ras de mar popular.

Participó con Carter en las negociaciones de Camp David 1 en 1977 y desempeñó un papel en la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto sin necesidad de tener que imponer su presencia en el momento culminante de los debates, contrariamente a lo que siempre hizo cuando se trataba de la URSS.

Vuelve la amenaza rusa frente a la hegemonía norteamericana

En 1989 Brzezinski abandona la Universidad de Columbia, donde enseñaba desde 1960, para dedicarse a la elaboración del plan de estatus independiente de Ucrania, lo que marca el inicio de su compromiso con vistas a prevenir el resurgimiento de Rusia como superpotencia. Por el contrario defiende la integración de Rusia al sistema de Occidente y el «pluripartidismo geopolítico» en el espacio de la ex Unión Soviética.

Por otra parte, desarrolla «un plan para Europa» que pasaría por la extensión de la OTAN a las repúblicas bálticas. Sus esfuerzos darán frutos varios años más tarde, especialmente con la integración de las tres repúblicas bálticas a la OTAN en 2002. Durante los años 90 es igualmente el emisario especial del presidente de los Estados Unidos para la promoción del mayor proyecto de infraestructura petrolera del mundo, el oleoducto Bakú-Tbilissi-Ceyhan.

Dicho proyecto representa para él la mejor concretización de sus ambiciones tendentes a impedir el renacimiento de Rusia. Paralelamente preside desde 1999 el Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia (American Committee for Peace in Chechnya), instalado en los locales de Freedom House, cargo desde el que pretende intervenir en las negociaciones de paz entre el gobierno ruso y los independentistas dirigidos por Mashkadov.

Sin embargo, estas actividades, cuidadosamente revestidas de buenas intenciones «a lo demócrata» tienen cada vez más dificultades para disimular la realidad subyacente: la de un apoyo encubierto a los independentistas para mantener una guerra periférica, como en Afganistán, a fin de debilitar a Rusia y mantenerla alejada de las ganancias generadas por los recursos del Mar Caspio.

La materialización de la doctrina Brzezinski en el sentido de que «Una potencia que domine Eurasia controlaría dos de las regiones más avanzadas y económicamente productivas del mundo» pasa por la extensión de la OTAN hacia el Este, en lo que trabajó activamente la administración Clinton. ¿Pero cómo venderles esta necesidad de la OTAN a los europeos? «La entidad europea, situada en el borde occidental de Eurasia, y en la proximidad más inmediata de África, está más expuesta a los riesgos inherentes al desorden global creciente que una América políticamente más unida, militarmente más poderosa y geográficamente más aislada (…).

Los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa», explicaba Brzezinski en la revista National Interest en 2000 [5]. Esto tiene el mérito de la claridad: el despliegue de las fuerzas de la OTAN alrededor de Rusia era una medida preventiva. Si Rusia reacciona poniéndose a la defensiva, ello constituiría la prueba de que aspira a restaurar su imperio y a una vuelta al totalitarismo.

Trabajando al mismo tiempo como consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski está encargado en Azerbaiyán de redorar la imagen del dirigente Heidar Alyiev. Para ello no vaciló en calificar al dictador como un «tipo simpático» en una entrevista al New York Times [6]. Como justificación al apoyo anglosajón a la dictadura de Aliyev, Brzezinski argumenta que tras siete décadas de gobierno comunista no puede esperarse que Azerbaiyán y las demás repúblicas de la antigua Unión Soviética adopten la democracia en un lapso tan corto.

Si bien la represión política bajo el régimen de Aliyev tuvo una tendencia a acentuarse durante estos últimos años a medida que disminuían las expectativas sobre las riquezas del Caspio, Azerbaiyán no dejó por ello de pasar del estatus de país «no libre» al de «parcialmente libre» en la clasificación de Freedom House [7].

Al mismo tiempo, en 1999, la secretaria de Estado y discípula de Brzezinski, Madeleine Albright, invitaba a Heidar Aliyev a la celebración del aniversario de la OTAN. Siempre en la misma perspectiva de implantación de la OTAN para permitir a los intereses occidentales, sobre todo petroleros, implantarse en la región, Georgia, Azerbaiyán y Ucrania organizaron ejercicios militares conjuntos el 16 de Abril de 1999 auspiciados por el programa «Asociación para la Paz», de la OTAN [8].

Además de sus actividades de consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski apoya o presta su nombre a todo un sistema de fondos y de ONGs (organizaciones no gubernamentales) que apadrinan a las castas, a los intelectuales y a las élites de la antigua órbita soviética.

Por iniciativa del Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia, del que Brzezinski es presidente, tuvo lugar una reunión entre los principales líderes del movimiento checheno entre los días 16 y 18 de Agosto de 2002, en Lichtenstein, encuentro que se realizó dos meses después del realizado entre Bassaiev y Maskhadov, donde se estableció el acuerdo sobre la dirección común de las «Fuerzas Armadas de la República Chechena de Ichkeria».

Los participantes concluyeron que Chechenia no podía seguir incluida en Rusia, que era necesaria una amplia autonomía y que se imponían negociaciones con Maskhadov. La toma de rehenes de Beslán, reivindicada por Bassaiev, ¿forma parte del proceso de reivindicación de independencia de Chechenia o del proceso de desestabilización de Rusia? [9].

Podemos hacernos algunas preguntas a partir del hecho de que la principal consecuencia de esta acción fue el ascenso de las tensiones entre Osetia del Norte y la vecina Inguchia, es decir, una «balcanización» cada vez más importante de la región

Hoy Zbigniew Brzezinski es sobre todo activo en el seno del CSIS, pero sigue siendo el cerebro del programa demócrata en política exterior, de lo que da fe la obsesión del candidato Kerry, y sobre todo de su compañero de candidatura John Edwards, en lo referente a Rusia.

Según los consejos de Mark Brzezinski, eligieron adoptar como primera prioridad la cuestión del desarme nuclear de Rusia, cuando esta ha recuperado su capacidad de producción de petróleo de antes del derrumbe de la URSS y cuando el Estado ruso se beneficia ampliamente del precio actual del crudo, lo que recientemente le ha permitido duplicar su presupuesto de defensa. La cuestión del peligro del vetusto arsenal nuclear ruso no es por lo tanto algo de actualidad, contrariamente a lo que pretende John Kerry.

Su objetivo es otro, más vinculado a la estrategia de subordinación de Rusia defendida desde hace varias décadas por Zbigniew Brzezinski, pero es más difícil de ahora en adelante convencer a la opinión mundial de que Rusia encarna el mal absoluto y de que si no es subordinada volverá al totalitarismo [10].

Para ello hay que provocar su reacción de igual forma que en Afganistán en 1979, pues contrariamente a los Estados Unidos, está a buen resguardo de problemas de suministro energético para las próximas décadas. Así, verificamos una deriva en el discurso de Brzezinski, que calificaba recientemente a Vladimir Putin de «Benito Mussolini ruso», en entrevistas concedidas al Wall Street Journal et au Novaya Gazetta.

Invasión soviética de Afganistán (1979)

A finales de Diciembre de 1979, el Ejército Rojo de la URSS invadió Afganistán con 110,000 tropas terrestres, después de aceptar la petición del PDP (Partido Democrático Popular), de que interviniera en su ayuda, pues la movilización muyahidines provenientes de Pakistán, Arabia Saudí, Irán e incluso Argelia, armados y asesorados por la CIA, amenazaba la estabilidad y viabilidad del gobierno. El Presidente Carter suspendió sus vacaciones navideñas y volvió a Washington para mantener consultas urgentes con sus colaboradores. Brzezinski recomendó a Carter que pidiese al Senado que postergara el estudio del tratado SALT II, cancelara la venta de cereales a la URSS, suspendiera los privilegios pesqueros de los barcos soviéticos, y congelara los intercambios económicos y culturales.

Apoyó la venta de armamento moderno a Pakistán, y aseguró el acuerdo con Arabia Saudita para financiar operaciones de ayuda encubierta a los muyahidines afganos. Cabe resaltar que la intervención de los muyahidines, financiados por Arabia Saudí Osama Bin Laden a título personal y la CIA y entrenados por esta última, comenzó bastante antes de la invasión soviética. Así, el 3 de Julio de 1979, bajo supervisión del Consejo de Seguridad Nacional de Brzezinski, se había firmado ya la primera directiva sobre la asistencia clandestina a los opositores del régimen izquierdista de Kabul. Sin embargo, hay que subrayar que incluso la CIA había reconocido el carácter popular y autónomo del PDP y nunca se refirió al PDP como “agente de Moscú”.

Revolución en Irán (1979-1980)

Ante la inminente revolución iraní, dentro de la Administración Carter, Zbigniew Brzezinski fue el máximo valedor de la estrategia de apoyar hasta el último momento al ya debilitado Sha de Persia. Llegando a sugerir una intervención armada de EEUU para mantenerlo en el poder. Una vez consumada su caída, la estrategia de contraataque se basaría en presionar a Saddam Hussein a atacar a Irán.

En la primavera de 1980, Brzezinski indicó que Washington estaba dispuesto a cooperar con Saddam. Le aseguró que EEUU no se opondría si se apoderaba del suroeste de Irán. También convenció a los Gobiernos amigos de Kuwait y Egipto para que aconsejaran a Iraq que atacase Irán.

Para Brzezinski, los acontecimientos confirmaban una correlación de fuerzas mundiales, y obligaban a EEUU a involucrarse en una guerra encubierta de proporciones multicontinentales contra la infiltración soviética en Oriente Medio y América Central.

Últimos años

Zbigniew Brzezinski es miembro de la junta directiva de Council on Foreign Relations, Atlantic Council, National Endowment for Democracy, Center for Strategic and International Studies, y Amnistía Internacional. Es actualmente profesor en la Paul H. Nitze School of Advanced International Studies de la Universidad Johns Hopkins.

Su hijo Mark Brzezinski es un abogado que trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional durante la Administración Clinton, y ha integrado el equipo de asesores en política exterior de la campaña presidencial del Senador Barack Obama. Su otro hijo, Ian Brzezinski, ha asesorado a la campaña presidencial del Senador John McCain.

Fue requerido en 2006 ante una audiencia del Senado de Estados Unidos, donde explico que se podría dar un atentado terrorista como el del 11 de Septiembre, para iniciar la guerra contra Irán, afirmó esto: «Un escenario posible para un enfrentamiento militar con Irán implica que el fracaso iraquí alcance los límites americanos; seguido de acusaciones americanas que hagan a Irán responsable de ese fracaso; después, por algunas provocaciones en Irak o un acto terrorista en suelo americano, [acto] del cual se haría responsable a Irán. Esto pudiera culminar con una acción militar americana «defensiva» contra Irán que sumergiría a una América aislada en un profundo lodazal en el que estarían incluidos Irán, Irak, Afganistán y Pakistán«.

Notas

[1] Between two Ages: America’s Role in the Technetronic Era, por Zbigniew Brzezinski, editorial Harper, 1971. Édition française : Révolution technetronique, editorial Calman-Lévy, 1971.

[2] Es igualmente la Comisión Trilateral la que llevará al presidente francés Giscard d’Estaing a escoger como primer ministro a uno de sus miembros, Raymond Barre, profesor de Economía y sin experiencia política.

[3] Brzezinski llama junto a sí a Madeleine K. Albright (cuyo padre sirvió en Checoslovaquia durante el gobierno del suegro de Brzezinki, Eduard Benes), y a los dos teóricos del conflicto o Choque de civilizaciones Bernard Lewis et Samuel P.Huntington.

[4] Le Nouvel Observateur No. 1732, del 15 al 21 de Enero de 1998, p.76.

[5] Citado en «Bribing Montenegro – It didn’t work», por George Szamuely, antiwar, 15 de Junio de 2000.

[6] «Freedom spells B-A-K-U», Counterpunch Magazine, 1999.

[7] Ver: «Freedom House, quand la liberté n’est qu’un slogan», Voltaire, 7 de Septiembre de 2004 artículo en francés que será pronto publicado por la Red Voltaire.

[8] «U.S. and NATO goals in the Balkans», por Lenora Foerstel, International Action Center, 1999.

[9] «Beslán: La responsabilidad del ataque genocida apunta a los anglosajones» por Marivilia Carrasco, Agencia IPI y la redacción de Voltaire, 19 de Septiembre de 2004.

[10] «115 atlantistas contra Rusia» por Thierry Meyssan, Voltaire, 26 de Noviembre de 2004.

Fuente: 1984

The Economist: «Sí, una «Globocracia» de Elite no elegida dicta la política mundial, pero no es una conspiración»

Por Steve Watson: infowars.com – prisonplanet.com

Hemos denunciado durante mucho tiempo el hecho de que grupos como el Club Bilderberg, la Comisión Trilateral y/o el Council on Foreign Relations dirigen el mundo hacia un sistema de control centralizado único a través de agentes en el poder que pertenecen a estos grupos. Algo que los medios corporativos o niegan o censuran, con algunas excepciones, como un artículo bastante extraño en la revista The Economist de hoy, que aborda esta estructura de poder. El artículo, lejos de rechazarlo todo como una teoría de la conspiración, simplemente reafirma el hecho de que un club elite cosmopolita decide en reuniones secretas la política del mundo que esta “superclase” en el futuro próximo quiere habitar.

Por supuesto, The Economist no suele hablar de la conspiración o de estos grupos ya que su editor es un participante regular en la conferencia anual de Bilderberg, algo que orgullosamente reconoce el escritor al principio del artículo. Empieza ridiculizando las denuncias de que el Club Bilderberg es «una conspiración para dominar el mundo«, y luego prosigue afirmando que en realidad sí, el grupo realmente domina los acontecimientos mundiales.

Dice que Bilderberg fue responsable por la moneda única europea, que acoge a los aristócratas y magnates más influyentes del mundo, así como un grupo selecto de periodistas representantes de los mega-medios corporativos que han jurado cumplir las normas de Chatham House, lo que significa que no se puede revelar ninguna de las «grandes ideas» que nacen en las reuniones.

«El mundo es un lugar complicado, con océanos de nueva información dando vueltas«. Continúa: «Para ejecutar una organización multinacional, ayuda mucho tener una idea aproximada de lo que está pasando. También ayuda estar «entre amigos» en compañía de los demás «globocratas». Por lo tanto, los financieros cosmopolitas de élite internacional, los burócratas, los jefes de la caridad y grandes pensadores, para conocerse y dialogar, acuden a estas reuniones de elite y/o forman clubes«.

Los clubes más influyentes, según el artículo, son el Club Bilderberg, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), la Comisión Trilateral, el Fondo Carnegie para la Paz Internacional y el Grupo de los Treinta (G30).

Ahora están desenmascarando su naturaleza secreta y revelándose al mundo. Las altas sociedades secretas se están «abriendo«, reconoce el artículo.

El artículo continua exponiendo algunos ejemplos de los principales eventos internacionales que se han orquestado en los últimos años en las reuniones de élite, incluidos los acuerdos diplomáticos e incluso las decisiones sobre las grandes guerras. «Estas reuniones son una parte importante de la historia de la superclase«, The Economist cita al ex asesor de Henry Kissinger, David Rothkopf, autor del libro The Global Power Elite and the World They Are Making. (La élite del Poder Global y el Mundo que Crean).

«Lo que estos grupos ofrecen es el acceso a los líderes más inaccesibles del mundo que en realidad son los mecanismos informales del poder mundial«, Rothkopf añade.

Sin embargo, la crisis financiera, insta el artículo, no es culpa de esta globocracia de élite. Asegura que los banqueros internacionales bajaron la guardia y fueron sorprendidos por la crisis mientras algunos corruptos saquearon el sistema. En última instancia el artículo intenta convencer a los lectores que la presencia de una elite internacional interconectada realmente salvará al mundo del colapso financiero total y así que podamos dormir tranquilos.

Por supuesto, cualquier persona que sigue de cerca la actividad de estos grupos de élite diría que de ninguna manera fueron sorprendidos con la guardia baja y estaban plenamente conscientes de que la crisis estaba siendo cuidadosamente orquestada desde el 2006. Los informes de las reuniones de Bilderberg en Canadá en el 2006 y en Turquía en el 2007 predijeron una caída mundial de la vivienda y pronosticaron una prolongada crisis financiera como resultado. El hecho es que el grupo ha estado debatiendo precisamente la forma en que llevar la crisis desde el principio hasta el fin. Parece ser que se ha encargado a la EL ECONOMISTA con la tarea ahora de limpieza de imagen debido al creciente interés en el «Gobierno en las Sombras«.

No hace mucho tiempo cualquier que hablara siquiera de la existencia del Club Bilderberg, mucho menos sugerir que manipulara los principales acontecimientos del mundo, hubiera sido rotundamente tachado de chiflado. Hoy en día las afirmaciones mismas constituyen la materia de editoriales en la prensa mundial del mundo.

Traducido por Greg Grisham
investigar11s.org
Haciendo lo que los periodista$ y ON€ españoles cobran por no hacer.

Fuente 1: The Economist

Fuente 2: PrisonPlanet

Fuente 3: Investigar-11S

Fuente 4: Movimiento Anti NWO

Fuente 5: Lázaro

Fuente 6: 1984

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