Gonzalo Anti New World Order


Quién es Zbigniew Brzezinski y cual es su rol en el Plan de Nuevo Orden Mundial (NWO)

Zbigniew Brzezinski.

15 de Agosto de 2010 

Brzezinski, ex consejero del presidente estadounidense Jimmy Carter, encarna la continuidad de la política extranjera de los EEUU, lo que no significa que sea una política de tendencia demócrata o republicana. Gran admirador de Henry Kissinger, Brzezinski  siempre ha defendido, alabado y demostrado sumo respeto por los dos conceptos de diplomacia del «maestro», el equilibrio de las potencias llevado a teoría por Metternich y la doctrina «containment» elaborada por George Kennan.

Zbigniew Brzezinski preconiza hoy cómo se debe debilitar y acorralar militarmente a Rusia, y está convencido de que la mejor manera es la desestabilización de sus regiones fronterizas, una estrategia política que mucho interés despertó en el equipo del fallido candidato presidencial estadounidense John Kerry, equipo que reclutó a su hijo Mark Brzezinski como consejero para política exterior.

Según el discurso de George W. Bush durante la campaña presidencial del año 2000, hubiéramos podido esperar que asumiera -según la doctrina de su consejero, «el halcón» Wolfowitz-, una actitud rígida, incluso agresiva hacia la Rusia de Vladimir Putin. En vez de eso, hemos observado un trato inédito en las relaciones políticas mutuas de estas dos grandes naciones. Esto ha sucedido después del 11 de Septiembre de 2001.

Muchos observadores y analistas estiman que existía un acuerdo entre Putin y Bush, por el cual la administración norteamericana se privaría de criticar las operaciones militares rusas en Chechenia a condición de que Putin no se entrometiera en las intervenciones e injerencias estadounidenses en el Medio Oriente.

Esta explicación no da la debida importancia a los hechos del 11 de septiembre de 2001 y al contrario los trata como si fueran una abstracción. Otro tanto sucede con los elementos provenientes del Kremlin con respecto a los mismos sucesos. Podemos añadir que las administraciones republicanas han dado siempre una mayor importancia al Medio Oriente, mientras que la tradición política demócrata en política exterior se centraliza más en Eurasia.

Para elaborar su estrategia frente a la entonces URSS, y más tarde para los Estados del Este, recientemente emancipados de la influencia soviética, el campo demócrata se ha apoyado -desde que Jimmy Carter asumió el poder-, en un hombre brillante, pero sin escrúpulos, y también un acérrimo antirruso: Zbigniew Brzezinski.

La doctrina de este conocido profesor ha logrado adeptos fuera del Partido Demócrata, por el simple hecho de haber definido el imperativo absoluto de la supervivencia y la prosperidad del Imperio: la conquista de Eurasia.

Este catedrático nació en Varsovia en 1928, hijo de un diplomático polaco. Brzezinski emigra a Canadá a la edad de diez años cuando su padre fue destacado en ese país. Obtiene una licenciatura y una maestría en la Universidad Mc Gill de Montreal, y, posteriormente, un doctorado en Harvard en 1953, convirtiéndose en ciudadano estadounidense poco después. Contrae matrimonio con la hija del ex presidente checoslovaco Eduardo Benes.

Entre 1966 y 1968 se desempeña como miembro del Consejo de Planificación Política del Departamento de Estado de los EEUU, donde desarrolla la estrategia de «implicación pacífica» frente y hacia la Unión Soviética, todo esto dentro del marco de la Guerra Fría. En Octubre de 1966 convence al presidente estadounidense Johnson de modificar las prioridades estratégicas de modo que el «deshielo» sea colocado antes de la reunificación alemana.

Durante la campaña presidencial de 1968, Brzezinski preside el grupo de trabajo encargado de la política exterior del candidato demócrata Hubert H. Humphrey, que perdería finalmente ante Richard Nixon.

El inspirador de la creación de la Comisión Trilateral

A principios de los años setenta, Brzezinski se distingue como analista cuando anuncia proféticamente la llegada de actores mayores al escenario del poder mundial. Se trata de Europa y Japón, cuyas economías se han levantado rápidamente después de la Segunda Guerra Mundial.

En un artículo suyo publicado en la revista Foreign Affaire, en 1970, expone su visión de este «Nuevo Orden Mundial»: «Se hace necesaria una visión nueva y más audaz -la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad. Además de los Estados Unidos de América y Europa Occidental, debe incluirse a Japón (…)

«Un consejo formado por miembros de Estados Unidos, Europa Oriental y Japón que fomentara encuentros regulares entre los jefes de gobierno, pero también entre personalidades menos importantes, sería un buen comienzo». El mismo año, Brzezinski lanza nuevas ideas en su nuevo libro titulado: Between two Ages [1], donde explica que ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos.

La revolución de las técnicas de producción, el cambio de la industria pesada a la electrónica, debía provocar un trastorno de sistemas políticos y una nueva generación de élites en el poder. David Rockefeller, entusiasmado con estos conceptos, lo contrata entonces para crear la Comisión Trilateral y lo nombra director. Esta fue establecida oficialmente en 1973, y reúne a importantes figuras del comercio mundial, de los medios bancarios internacionales, gobernantes y los grandes medios de comunicación europeos, japoneses y norteamericanos.

Cuando ocurrió el primera crisis petrolera, la principal preocupación de estos maestros de las finanzas mundiales fue la de quitarse de encima la responsabilidad de la deuda exterior de los países en vías de desarrollo, dando mayores obligaciones y fortaleciendo el Fondo Monetario Internacional (FMI). También se trataba para los Estados Unidos, debilitados en aquella época por su fracaso militar en Vietnam, de apoyarse en cada extremo geográfico del continente euroasiático, donde tenían gran influencia después la Segunda Guerra Mundial, con la finalidad de mantener y extender su hegemonía.

Esta misión, vista desde afuera, otorga sin dudas a Brzezinski una imagen de defensor de la paz, portavoz de la disminución de la tensión mundial (Guerra Fría) y de las relaciones multilaterales, e incluso -ante los ojos de la extrema derecha-, una apariencia de globalista inspirado en el Marxismo.

Para llevar a cabo los grandes planes de la Comisión Trilateral, lo mejor era que uno de sus miembros llegara a ser presidente de los Estados Unidos.

El presidente Carter y el doble juego

Desde la creación de la Comisión Trilateral, el pastor Jimmy Carter era uno de los que con seguridad formaban parte del equipo Rockefeller-Brzezinski. Había abierto las primeras oficinas comerciales para el estado de Georgia en Bruselas y en Tokio, cosa que hacía de él la imagen modelo o el concepto fundador de la Comisión [2].

Para su nominación como candidato a las elecciones y la elección presidencial de 1976, Rockfeller puso en funcionamiento sus relaciones en Wall Street y a trabajar a Brzezinski, cuya influencia académica al servicio del candidato demócrata Jimmy Carter fue de gran provecho para que ganara las elecciones. Naturalmente, cuando Carter fue elegido, Brzezinski ocupó el puesto privilegiado de consejero de seguridad nacional [3].

Una vez en su silla, Carter definió como prioridad la reducción del arsenal militar nuclear de los dos bloques (EEUU-URSS). Sin embargo, la crisis de los misiles SS-20 soviéticos apuntados hacia Europa hizo que Carter reaccionara con el despliegue de los mísiles Pershing, lo que arruinó sus esfuerzos, sinceros o no, y puso a ambos bloques en una situación de desconfianza recíproca.

Se puede constatar que en aquella época el campo soviético tenía buenas razones para sospechar que su adversario realizaba un doble juego: la derrota militar de los EEUU en Vietnam les obliga a mantener cierta modestia en el plano militar y estratégico, mientras que Brzezinski preparaba su plan de guerra por mandato, para preparar una trampa y obligar a la Unión Soviética a entrar en un conflicto periférico.

La desestabilización del régimen comunista afgano y el financiamiento y entrega de armas a las primeras milicias jihadistas anticomunistas en 1979 provocaron, como previsto, la entrada del Ejército Rojo en Afganistán. Para ello Brzezinski se apoya en los efectivos servicios de espionaje e inteligencia paquistaníes, el temido ISI.

Cuando la revista francesa Le Nouvel Observateur le realizó una entrevista en 1998, Brzezinski reconoció que el equipamiento de las tropas antisoviéticas de Bin Laden era anterior a la invasión rusa y destinado a provocar su reacción:

Le Nouvel Observateur: El ex director de la CIA, Robert Gates, lo afirma en sus Memorias: los servicios secretos norteamericanos comenzaron a ayudar a los mujaidines afganos seis meses antes de la intervención soviética. En esa época usted era el consejero del presidente Carter y su papel fue clave en este asunto. ¿Lo confirma?

Zbigniew Brzezinski: Sí. Según la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los mujaidines se inició en el año 1980, es decir, luego que el ejército soviético invadiera a Afganistán el 24 de Diciembre de 1979. Pero la realidad, mantenida en secreto hasta hoy, es muy distinta: fue el 3 de Julio de 1979 que el presidente Carter firmó la primera directiva sobre la asistencia clandestina a los opositores del régimen pro soviético de Kabul. Aquel día le escribí una nota al presidente en la que le explicaba que en mi opinión aquella ayuda provocaría la intervención de los soviéticos. (…) No empujamos a los rusos a intervenir, pero conscientemente aumentamos las probabilidades de que lo hicieran.

N.O.: Cuando los soviéticos justificaron su intervención afirmando que luchaban contra una injerencia secreta de los Estados Unidos nadie les creyó, sin embargo había un fondo de verdad. ¿No lamenta nada hoy?

Z. Brz.: ¿Lamentar qué? Esa operación secreta era una excelente idea. Tuvo como efecto atraer a los rusos hacia la trampa afgana, ¿y usted quiere que lo lamente? El día en que los soviéticos cruzaron oficialmente la frontera afgana escribí al presidente Carter en esencia: «Esta es nuestra oportunidad de darle a la URSS su Vietnam» (…).

N.O.: ¿Tampoco lamenta usted el haber favorecido el integrismo islámico, haber entregado armas y asesoría a futuros terroristas?

Z. Brz.: ¿Qué es lo más importante ante la mirada de la historia mundial, los talibanes o la caída del imperio soviético? ¿Algunos islamistas excitados o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?» [4]

(Nota de la redacción de la Red Voltaire: el conflicto en Afganistán desde sus inicios en 1979 ha causado miles de miles de muertos, para algunos observadores un millón de muertos y desplazado gran parte de la población civil del país, en la lamentable condición de refugiado, pero para el Sr. Brzezinski los fines justifican los medios).

Al hablar de «algunos islamistas excitados» en esta entrevista, Brzezinski no subestima el poderío de Al Qaeda, pero caracteriza la realidad de lo que los neoconservadores han erigido en mito a fin de justificar su cruzada mundial. Claro que un miembro del Council on Foreign Relations se cuidaría muy bien hoy de ser tan categórico.

Alianza objetiva con China y apoyo incondicional al Shah de Irán

Si bien Nixon y Kissinger habían jugado decididamente con el miedo al cerco de la Unión Soviética, iniciando un proceso de normalización de las relaciones con China, una parte de los más allegados a Carter desconfiaba de este acercamiento que pretendía Brzezinski.

Al llegar a la Casa Blanca, Carter había afirmado que optaría por el diálogo con la URSS y guardaría distancia con respecto a la República Popular China, pero su secretario de Estado, Cyrus Vance se enfrentó rápidamente a la obsesión antirrusa de Brzezinski y durante todo su mandato Carter tuvo que esforzarse por conciliar los antagonismos de su administración.

Quien hacía las veces de mediador entre estos dos polos era Richard C. Holbrooke, futuro embajador de los Estados Unidos en la ONU y asesor de John Kerry para la política exterior durante su campaña, junto a Mark Brzezinski, hijo de Zbigniew. Según Cyrus Vance y otros partidarios del diálogo, como el renegado demócrata Averell Arriman, la lógica triangular de cerco sólo podía conducir, en el mejor de los casos, a un malentendido con la URSS, cuando no a la guerra.

Preconizaban el diálogo sobre el desarme y la cooperación con la Unión Soviética para neutralizar los conflictos del Tercer Mundo. La normalización de las relaciones con China siguió en marcha. Brzezinski llegó a ultimar un programa conjunto de cooperación estratégica y a mantener buenas relaciones personales con Deng Xiaoping, lo que le vale ser actualmente bien visto entre los chinos.

La misma desconfianza de Brzezinski hacia la URSS se encuentra en su actitud con respecto a Irán, que bajo el régimen del Shah era considerado un baluarte contra la influencia soviética en el Medio Oriente. Así, Brzezinski le aseguró su apoyo al Shah hasta el último momento, y pidió la intervención militar de los Estados Unidos para mantenerlo en el poder incluso cuando una parte de la administración Carter, a la cabeza de la cual se encontraba el secretario de Estado, quería su salida.

Sin embargo, las acciones concretas de Washington fueron dictadas por el punto de vista del Departamento de Estado, y, a pesar de las conversaciones con los generales que derrocaron al Shah para garantizar un régimen moderado al frente del país, fue Khomeini quien ocupó el poder en un ras de mar popular.

Participó con Carter en las negociaciones de Camp David 1 en 1977 y desempeñó un papel en la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto sin necesidad de tener que imponer su presencia en el momento culminante de los debates, contrariamente a lo que siempre hizo cuando se trataba de la URSS.

Vuelve la amenaza rusa frente a la hegemonía norteamericana

En 1989 Brzezinski abandona la Universidad de Columbia, donde enseñaba desde 1960, para dedicarse a la elaboración del plan de estatus independiente de Ucrania, lo que marca el inicio de su compromiso con vistas a prevenir el resurgimiento de Rusia como superpotencia. Por el contrario defiende la integración de Rusia al sistema de Occidente y el «pluripartidismo geopolítico» en el espacio de la ex Unión Soviética.

Por otra parte, desarrolla «un plan para Europa» que pasaría por la extensión de la OTAN a las repúblicas bálticas. Sus esfuerzos darán frutos varios años más tarde, especialmente con la integración de las tres repúblicas bálticas a la OTAN en 2002. Durante los años 90 es igualmente el emisario especial del presidente de los Estados Unidos para la promoción del mayor proyecto de infraestructura petrolera del mundo, el oleoducto Bakú-Tbilissi-Ceyhan.

Dicho proyecto representa para él la mejor concretización de sus ambiciones tendentes a impedir el renacimiento de Rusia. Paralelamente preside desde 1999 el Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia (American Committee for Peace in Chechnya), instalado en los locales de Freedom House, cargo desde el que pretende intervenir en las negociaciones de paz entre el gobierno ruso y los independentistas dirigidos por Mashkadov.

Sin embargo, estas actividades, cuidadosamente revestidas de buenas intenciones «a lo demócrata» tienen cada vez más dificultades para disimular la realidad subyacente: la de un apoyo encubierto a los independentistas para mantener una guerra periférica, como en Afganistán, a fin de debilitar a Rusia y mantenerla alejada de las ganancias generadas por los recursos del Mar Caspio.

La materialización de la doctrina Brzezinski en el sentido de que «Una potencia que domine Eurasia controlaría dos de las regiones más avanzadas y económicamente productivas del mundo» pasa por la extensión de la OTAN hacia el Este, en lo que trabajó activamente la administración Clinton. ¿Pero cómo venderles esta necesidad de la OTAN a los europeos? «La entidad europea, situada en el borde occidental de Eurasia, y en la proximidad más inmediata de África, está más expuesta a los riesgos inherentes al desorden global creciente que una América políticamente más unida, militarmente más poderosa y geográficamente más aislada (…).

Los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa», explicaba Brzezinski en la revista National Interest en 2000 [5]. Esto tiene el mérito de la claridad: el despliegue de las fuerzas de la OTAN alrededor de Rusia era una medida preventiva. Si Rusia reacciona poniéndose a la defensiva, ello constituiría la prueba de que aspira a restaurar su imperio y a una vuelta al totalitarismo.

Trabajando al mismo tiempo como consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski está encargado en Azerbaiyán de redorar la imagen del dirigente Heidar Alyiev. Para ello no vaciló en calificar al dictador como un «tipo simpático» en una entrevista al New York Times [6]. Como justificación al apoyo anglosajón a la dictadura de Aliyev, Brzezinski argumenta que tras siete décadas de gobierno comunista no puede esperarse que Azerbaiyán y las demás repúblicas de la antigua Unión Soviética adopten la democracia en un lapso tan corto.

Si bien la represión política bajo el régimen de Aliyev tuvo una tendencia a acentuarse durante estos últimos años a medida que disminuían las expectativas sobre las riquezas del Caspio, Azerbaiyán no dejó por ello de pasar del estatus de país «no libre» al de «parcialmente libre» en la clasificación de Freedom House [7].

Al mismo tiempo, en 1999, la secretaria de Estado y discípula de Brzezinski, Madeleine Albright, invitaba a Heidar Aliyev a la celebración del aniversario de la OTAN. Siempre en la misma perspectiva de implantación de la OTAN para permitir a los intereses occidentales, sobre todo petroleros, implantarse en la región, Georgia, Azerbaiyán y Ucrania organizaron ejercicios militares conjuntos el 16 de Abril de 1999 auspiciados por el programa «Asociación para la Paz», de la OTAN [8].

Además de sus actividades de consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski apoya o presta su nombre a todo un sistema de fondos y de ONGs (organizaciones no gubernamentales) que apadrinan a las castas, a los intelectuales y a las élites de la antigua órbita soviética.

Por iniciativa del Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia, del que Brzezinski es presidente, tuvo lugar una reunión entre los principales líderes del movimiento checheno entre los días 16 y 18 de Agosto de 2002, en Lichtenstein, encuentro que se realizó dos meses después del realizado entre Bassaiev y Maskhadov, donde se estableció el acuerdo sobre la dirección común de las «Fuerzas Armadas de la República Chechena de Ichkeria».

Los participantes concluyeron que Chechenia no podía seguir incluida en Rusia, que era necesaria una amplia autonomía y que se imponían negociaciones con Maskhadov. La toma de rehenes de Beslán, reivindicada por Bassaiev, ¿forma parte del proceso de reivindicación de independencia de Chechenia o del proceso de desestabilización de Rusia? [9].

Podemos hacernos algunas preguntas a partir del hecho de que la principal consecuencia de esta acción fue el ascenso de las tensiones entre Osetia del Norte y la vecina Inguchia, es decir, una «balcanización» cada vez más importante de la región

Hoy Zbigniew Brzezinski es sobre todo activo en el seno del CSIS, pero sigue siendo el cerebro del programa demócrata en política exterior, de lo que da fe la obsesión del candidato Kerry, y sobre todo de su compañero de candidatura John Edwards, en lo referente a Rusia.

Según los consejos de Mark Brzezinski, eligieron adoptar como primera prioridad la cuestión del desarme nuclear de Rusia, cuando esta ha recuperado su capacidad de producción de petróleo de antes del derrumbe de la URSS y cuando el Estado ruso se beneficia ampliamente del precio actual del crudo, lo que recientemente le ha permitido duplicar su presupuesto de defensa. La cuestión del peligro del vetusto arsenal nuclear ruso no es por lo tanto algo de actualidad, contrariamente a lo que pretende John Kerry.

Su objetivo es otro, más vinculado a la estrategia de subordinación de Rusia defendida desde hace varias décadas por Zbigniew Brzezinski, pero es más difícil de ahora en adelante convencer a la opinión mundial de que Rusia encarna el mal absoluto y de que si no es subordinada volverá al totalitarismo [10].

Para ello hay que provocar su reacción de igual forma que en Afganistán en 1979, pues contrariamente a los Estados Unidos, está a buen resguardo de problemas de suministro energético para las próximas décadas. Así, verificamos una deriva en el discurso de Brzezinski, que calificaba recientemente a Vladimir Putin de «Benito Mussolini ruso», en entrevistas concedidas al Wall Street Journal et au Novaya Gazetta.

Invasión soviética de Afganistán (1979)

A finales de Diciembre de 1979, el Ejército Rojo de la URSS invadió Afganistán con 110,000 tropas terrestres, después de aceptar la petición del PDP (Partido Democrático Popular), de que interviniera en su ayuda, pues la movilización muyahidines provenientes de Pakistán, Arabia Saudí, Irán e incluso Argelia, armados y asesorados por la CIA, amenazaba la estabilidad y viabilidad del gobierno. El Presidente Carter suspendió sus vacaciones navideñas y volvió a Washington para mantener consultas urgentes con sus colaboradores. Brzezinski recomendó a Carter que pidiese al Senado que postergara el estudio del tratado SALT II, cancelara la venta de cereales a la URSS, suspendiera los privilegios pesqueros de los barcos soviéticos, y congelara los intercambios económicos y culturales.

Apoyó la venta de armamento moderno a Pakistán, y aseguró el acuerdo con Arabia Saudita para financiar operaciones de ayuda encubierta a los muyahidines afganos. Cabe resaltar que la intervención de los muyahidines, financiados por Arabia Saudí Osama Bin Laden a título personal y la CIA y entrenados por esta última, comenzó bastante antes de la invasión soviética. Así, el 3 de Julio de 1979, bajo supervisión del Consejo de Seguridad Nacional de Brzezinski, se había firmado ya la primera directiva sobre la asistencia clandestina a los opositores del régimen izquierdista de Kabul. Sin embargo, hay que subrayar que incluso la CIA había reconocido el carácter popular y autónomo del PDP y nunca se refirió al PDP como “agente de Moscú”.

Revolución en Irán (1979-1980)

Ante la inminente revolución iraní, dentro de la Administración Carter, Zbigniew Brzezinski fue el máximo valedor de la estrategia de apoyar hasta el último momento al ya debilitado Sha de Persia. Llegando a sugerir una intervención armada de EEUU para mantenerlo en el poder. Una vez consumada su caída, la estrategia de contraataque se basaría en presionar a Saddam Hussein a atacar a Irán.

En la primavera de 1980, Brzezinski indicó que Washington estaba dispuesto a cooperar con Saddam. Le aseguró que EEUU no se opondría si se apoderaba del suroeste de Irán. También convenció a los Gobiernos amigos de Kuwait y Egipto para que aconsejaran a Iraq que atacase Irán.

Para Brzezinski, los acontecimientos confirmaban una correlación de fuerzas mundiales, y obligaban a EEUU a involucrarse en una guerra encubierta de proporciones multicontinentales contra la infiltración soviética en Oriente Medio y América Central.

Últimos años

Zbigniew Brzezinski es miembro de la junta directiva de Council on Foreign Relations, Atlantic Council, National Endowment for Democracy, Center for Strategic and International Studies, y Amnistía Internacional. Es actualmente profesor en la Paul H. Nitze School of Advanced International Studies de la Universidad Johns Hopkins.

Su hijo Mark Brzezinski es un abogado que trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional durante la Administración Clinton, y ha integrado el equipo de asesores en política exterior de la campaña presidencial del Senador Barack Obama. Su otro hijo, Ian Brzezinski, ha asesorado a la campaña presidencial del Senador John McCain.

Fue requerido en 2006 ante una audiencia del Senado de Estados Unidos, donde explico que se podría dar un atentado terrorista como el del 11 de Septiembre, para iniciar la guerra contra Irán, afirmó esto: «Un escenario posible para un enfrentamiento militar con Irán implica que el fracaso iraquí alcance los límites americanos; seguido de acusaciones americanas que hagan a Irán responsable de ese fracaso; después, por algunas provocaciones en Irak o un acto terrorista en suelo americano, [acto] del cual se haría responsable a Irán. Esto pudiera culminar con una acción militar americana «defensiva» contra Irán que sumergiría a una América aislada en un profundo lodazal en el que estarían incluidos Irán, Irak, Afganistán y Pakistán«.

Notas

[1] Between two Ages: America’s Role in the Technetronic Era, por Zbigniew Brzezinski, editorial Harper, 1971. Édition française : Révolution technetronique, editorial Calman-Lévy, 1971.

[2] Es igualmente la Comisión Trilateral la que llevará al presidente francés Giscard d’Estaing a escoger como primer ministro a uno de sus miembros, Raymond Barre, profesor de Economía y sin experiencia política.

[3] Brzezinski llama junto a sí a Madeleine K. Albright (cuyo padre sirvió en Checoslovaquia durante el gobierno del suegro de Brzezinki, Eduard Benes), y a los dos teóricos del conflicto o Choque de civilizaciones Bernard Lewis et Samuel P.Huntington.

[4] Le Nouvel Observateur No. 1732, del 15 al 21 de Enero de 1998, p.76.

[5] Citado en «Bribing Montenegro – It didn’t work», por George Szamuely, antiwar, 15 de Junio de 2000.

[6] «Freedom spells B-A-K-U», Counterpunch Magazine, 1999.

[7] Ver: «Freedom House, quand la liberté n’est qu’un slogan», Voltaire, 7 de Septiembre de 2004 artículo en francés que será pronto publicado por la Red Voltaire.

[8] «U.S. and NATO goals in the Balkans», por Lenora Foerstel, International Action Center, 1999.

[9] «Beslán: La responsabilidad del ataque genocida apunta a los anglosajones» por Marivilia Carrasco, Agencia IPI y la redacción de Voltaire, 19 de Septiembre de 2004.

[10] «115 atlantistas contra Rusia» por Thierry Meyssan, Voltaire, 26 de Noviembre de 2004.

Fuente: 1984

EEUU creará un Internet clandestino para los rebeldes en todo el mundo

El Gobierno estadounidense encabeza una estrategia global de establecimiento de sistemas furtivos de Internet y telefonía móvil para ayudar a los disidentes a terminar con las dictaduras de gobiernos autoritarios, según informa el diario New York Times.

Una de las iniciativas en el marco del proyecto se centra en el desarrollo de un  maletín especial, llamado ‘Internet en una valija‘. Una vez se han pasado las fronteras de un país, es capaz de desplegar una plataforma de conexión inalámbrica con enlaces globales a la red convirtiéndose en una antena de transmisión portátil de comunicaciones, lo que permitiría a los grupos opositores recibir instrucciones desde el exterior del país.

El proyecto fue puesto en marcha en Egipto cuando el expresidente del país Hosni Mubarak ordenó el corte de los servicios de telefonía móvil e internet durante la revuelta popular de principios de año, con el objetivo de impedir por todos los medios que la oposición se organizara para acudir a las manifestaciones.

Además, el Pentágono junto al Departamento de Estado estadounidense invirtieron más de 50 millones de dólares en la creación de una red independiente de telefonía móvil en Afganistán, gracias al uso de las torres de bases militares en el país que trata de evitar las constantes interrupciones del servicio de comunicaciones oficial, ejecutadas por la insurgencia talibán.

El país norteamericano también está financiando la creación de redes inalámbricas clandestinas que facilitan la comunicación entre los rebeldes y la difusión de información ante cualquier censura en países como Irán, Siria y Libia.

Hillary Clinton apoya la iniciativa

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, es partidaria del nuevo proyecto de Washington, sostiene el rotativo. «Se trata de una oportunidad histórica para poner en práctica un cambio positivo. Cada día hay más y más gente que usa internet, teléfonos móviles y otras tecnologías para protestar contra la injusticia y cumplir sus aspiraciones«, expresó en apoyo a la iniciativa la responsable de la diplomacia estadounidense.

Fuente: Russia Today

El Memorándum 200: Cómo la política exterior de Estados Unidos está siendo influenciada por el control de la población

Resumen del Population Research Institute

A principios de los 70, durante los últimos días del gobierno del Presidente Nixon, un documento del Departamento de Estado creado bajo la dirección del Secretario de Estado Henry Kissinger, identificó el crecimiento de la población en los países del tercer mundo como «un asunto de máxima importancia».

Este documento, el Memorándum 200 (o Informe Kissinger) acerca de un estudio sobre la seguridad nacional o NSSM 200 (National Security Study Memorandum 200), alegaba que dicho crecimiento ponía en peligro el acceso a minerales y a otras materias primas que los EEUU necesitaban y que, por lo tanto, constituía una amenaza para su seguridad económica y política.

¿Cuál era la solución? Un extenso control de la población. Las siguientes citas que hemos escogido, demostrarán que el gobierno de los EEUU se ha involucrado en una de las campañas más egoístas e inhumanas del siglo XX. El Memorándum 200, desclasificado en Junio de 1989, todavía motiva muchas de las directrices de la política exterior de los EEUU. La ayuda a los países en vías de desarrollo todavía continúa siendo otorgada, a condición de que estos países estén dispuestos a implementar medidas para el control de la población. En realidad, esto implica el irse suicidando lentamente a nivel nacional.

Las siguientes citas, junto con sus correspondientes páginas, indicadas entre paréntesis, se han tomado palabra por palabra del Memorándum 200 (el énfasis es nuestro):

«La ubicación de conocidas reservas de metales de más alto grado de la mayoría de los minerales, favorece la creciente dependencia de todas las regiones industrializadas en las importaciones de los países menos desarrollados (PMD). Los problemas reales de los suministros de minerales, no consisten en si hay una cantidad básica suficiente, sino en los asuntos políticos y económicos en torno al acceso a dichos suministros, en las condiciones para su exploración y explotación, en la división de los beneficios entre los productores, los consumidores y los gobiernos de los países anfitriones» (p. 37).

«Ya sea a través de la acción gubernamental, de los conflictos laborales, del sabotaje o de los disturbios civiles, el flujo continuo de materiales necesarios se verá en peligro. Aunque evidentemente la presión demográfica no es el único factor, este tipo de frustraciones es menos probable bajo las condiciones de un crecimiento lento o cero de la población» (37-38).

«Se le debe dar prioridad, en el programa general de ayuda, a ciertas políticas de desarrollo de aquellos sectores que ofrecen la mayor «educación» esperanza de una creciente motivación en tener familias más pequeñas» (17).

«El desarrollo de un compromiso político y popular a nivel mundial a favor de la estabilización de la población, es fundamental para cualquier estrategia efectiva. Esto requiere el apoyo y el compromiso de líderes claves de los PMDs. Esto tendrá lugar sólo si se dan cuenta claramente, del impacto negativo que tiene el crecimiento sin límites de la población y si creen que es posible hacerle frente a esta situación a través de la acción gubernamental. Los EEUU deben animar a los líderes de los PMDs a asumir el liderazgo de la promoción de la planificación familiar» (18).

«La economía de los EEUU requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales del extranjero, especialmente de los PMDs. Este hecho hace que los EEUU tenga un gran interés en la estabilidad política, social y económica de los países suministrantes. Donde quiera que una disminución de las presiones demográficas, por medio de una disminución en los índices de la natalidad, pueda aumentar las posibilidades de dicha estabilidad, la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de los EEUU» (43)

«Existe también el peligro de que algunos líderes de los PMDs, vean las presiones de los países desarrollados a favor de la planificación familiar, como una forma de imperialismo económico y racial; esto podría crear un retroceso bastante serio» (106).

«Es vital que el esfuerzo por desarrollar y fortalecer el compromiso por parte de los líderes de los PMDs, no sea visto por ellos como una política de un país industrializado, para mantener reducido su vigor o para preservar recursos que serán usados por los países ‘ricos'» (114).

«Los EEUU pueden ayudar a minimizar las acusaciones de tener un movimiento imperialista detrás de su apoyo a favor de las actividades demográficas, afirmando repetidamente que dicho apoyo se deriva de una preocupación por: (a) el derecho del individuo a determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos… y (b) el desarrollo fundamental, social y económico, de los países pobres» (115).

«Finalmente, el procurar servicios integrados de salud y planificación familiar a un amplio nivel, ayudaría a los EEUU a enfrentarse a la acusación ideológica de que los EEUU están más interesados en disminuir la población de los PMDs que en su futuro y su bienestar. Si bien es cierto que se puede argumentar, y argumentar con efectividad, que el limitar la población puede muy bien ser uno de los factores más críticos para mejorar el potencial para el desarrollo, así como las posibilidades para el bienestar, debemos reconocer que aquellos que argumentan en conformidad con sus posturas ideológicas, han hecho mucho ruido con el hecho de que la contribución de los EEUU a los programas para el desarrollo y a los programas de salud, ha disminuido ininterrumpidamente, mientras que sus fondos para los programas de población han aumentado a un ritmo constante. Si bien hay muchas maneras de explicar estas tendencias, el hecho es que han constituído un impedimento ideológico para los EEUU en la evolución de su crucial relación con los PMDs» (177).

«Los programas obligatorios pueden hacer falta y debemos considerar estas posibilidades ahora» (118).

«¿Podrían considerarse los alimentos un instrumento de poder nacional? ¿Nos veremos forzados a elegir a quién razonablemente podemos ayudar, y en tal caso, deben ser los esfuerzos demográficos un criterio para dicha ayuda? Están los EEUU preparados para aceptar el racionamiento de los alimentos para poder ayudar a los pueblos que no pueden o no quieren controlar el crecimiento de su población?» (119-120).

«Nuestras estrategias de asistencia para estos países deben considerar sus capacidades de financiar actividades demográficas que son necesarias» (127).

«Es evidente que la disponibilidad de servicios de anticonceptivos e información al respecto, no constituye una respuesta completa al problema de la población. En vista de la importancia de los factores socio-económicos para determinar el tamaño de la familia que se desea, la estrategia para una ayuda total debe enfocarse cada vez más en aquellas políticas que contribuirán a la disminución de la población, así como en otros objetivos» (108).

«[Debemos tener] niveles mínimos de educación, especialmente para las mujeres, así como la educación y el adoctrinamiento de la actual generación de niños, con respecto a la conveniencia de que las familias sean más pequeñas» (111).

«En la India [se llevaron a cabo] algunos experimentos controversiales pero extraordinariamente exitosos, en los cuales los incentivos económicos, junto con otros mecanismos de motivación, se utilizaron para lograr que un gran número de hombres aceptaran las vasectomías» (138).

«Se va a necesitar algo más que los servicios de planificación familiar para motivar a otras parejas a querer tener familias más pequeñas y a que todas las parejas quieran tener niveles de reemplazo, que son esenciales para el progreso y el crecimiento de sus países» (58).

«Es muy necesario convencer a las grandes masas de que es de su interés individual y nacional el tener, como promedio, solamente tres y quizás sólo dos hijos… el foco obvio y creciente de la atención debe ser cambiar las actitudes de la próxima generación» (158).

El Population Research Institute o PRI (Instituto de Investigación sobre asuntos de población) es una institución no lucrativa que se dedica a denunciar el control demográfico realizado por medio de la anticoncepción, la esterilización y el aborto, así como las falas premisas que lo sustenta, como el mito de la «sobrepoblación«. El PRI también ofrece una visión de las alternativas correctas para un justo desarrollo de los pueblos. El PRI publica la revista bimensual PRI Review, así como un informe semanal por email a sus suscriptores. Diríjase (en inglés) a Population Research Institute, P.O. Box 1559, Front Royal, Virginia 22630, USA. Página web: www.pop.org. Email: pri@pop.org. Tel.: (540) 622-5240.

Enlace al Memorandum de Resolución de Seguridad Nacional (NSDM 314, en inglés).

Fuente: 1984

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Las incógnitas en torno al cadáver de Bin Laden

Osama Bin Laden murió de un disparo que le destrozó la cabeza propinado por un oficial del cuerpo especial de la Marina, conocido como los ‘SEAL’. Los soldados recuperaron el cuerpo, lo subieron a un helicóptero y lo evacuaron hacia Afganistán. Pero puede estar en un hospital militar estadounidense en Alemania o, incluso, en los mismos Estados Unidos.

Según dijo una fuente oficial del Pentágono a la cadena CNN, «ha sido tratado con dignidad, acorde a los ritos islámicos«. Y según los medios estadounidenses, el cuerpo ha sido llevado a Afganistán y enterrado en el mar posteriormente.

Hasta aquí la versión oficial, pero se abre una panoplia de especulaciones sobre la suerte del cadáver. Las preguntas son muchas. ¿Piensa Estados Unidos traerlo a su territorio o se quedará para siempre en el mundo árabe donde sería cremado y sus cenizas esparcidas en una zona desconocida para no crear lugares de culto de sus seguidores?

En 1967, Estados Unidos cometió el error de dar a conocer la muerte del guerrillero argentino Ernesto Che Guevara, no ocultó su muerte pero no divulgó el lugar donde lo enterró. La incógnita transformó al Che en una leyenda mitológica de la izquierda mundial que dura hasta hoy y cuya imagen está siempre presente en la cabecera de toda manifestación ante una Embajada estadounidense por ese mundo fuera.

¿Quiere Estados Unidos crear un nuevo mito en el Cercano Oriente? Fuentes consultadas esta madrugada por ELMUNDO.es, en el estamento político y diplomático estadounidense han asegurado que «eso no sería lo deseable«.

Pero también han coincidido en que el Gobierno del presidente Barack Obama debe presentar algún tipo de evidencia física de que, finalmente, logró «hacer justicia» con el responsable de las más de 3.000 muertes por los atentados terroristas del 11 de Septiembre del 2001.

«Lo ideal sería invitar a un grupo selecto de periodistas con credibilidad, de varios países, llevarlos a Afganistán y mostrarle el cadáver«, dijo a ELMUNDO.es un exdiplomático de Estados Unidos en Latinoamérica.

Se trata de una operación logística complicada. Lo más probable, agregó un exanalista del Departamento de Estado, es que si Obama decide hacer algo así, «no puede olvidar a la opinión pública de los países árabes«. Por lo tanto, una muestra pública del cadáver debe incluir a periodistas del mundo árabe. Sin embargo, hay que ponderar las reacciones de la población.

Desde la ejecución en Libia en 1931 del héroe independentista Omar al-Mukhtar, a manos de las tropas fascistas italianas de ocupación, el mundo árabe no tiene un héroe emblemático. El año pasado, el dictador libio Muamar Gadafi desembarcó en Roma con una foto de Mukhtar en el pecho de su uniforme militar.

«Estados Unidos debe evitar eso con Osama bin Laden a toda costa. Con el tiempo se olvida la memoria y la cultura popular lo puede transformar en un héroe, que no lo es«, advirtió el ex diplomático estadounidense en Latinoamérica.

Una cosa es el anuncio de la muerte de OsamaOtra cosa es la presentación de las pruebas. Cuando capturaron los cadáveres de los dos hijos y un nieto de Saddam Hussein, en Irak, las tropas estadounidenses tuvieron que mostrar los cuerpos a la prensa dos veces, porque de la primera ninguno de los reporteros estuvo seguro de que se trataban de ellos.

Con Osama no puede haber dudas. «Tienen que dar alguna evidencia, tienen que mostrar el cuerpo«, agregó el exanalista del Departamento de Estado.

Un presidente popular como Obama puede perder la reelección si no adelanta pruebas más creíbles que su palabra. Por ahí ya anda Donald Trump, dicen os primeros chistes circulando minutos después del anuncio del presidente: «Quiero ver el certificado de defunción de Osama«.

Fuente: El Mundo

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EEUU se alinea con los manifestantes y pide al régimen iraní que ‘abra’ su política

Posted in noticia,otros temas de interes por Gonzalo Fernandez en febrero 15, 2011
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Estados Unidos ha tardado apenas horas en reaccionar a las protestas que mantienen en vilo a la capital de Irán y que buscaban apoyar los alzamientos en el norte de África, pese a que las autoridades habían advertido de que la marcha estaba prohibida.

Washington apoyó estas manifestaciones a través de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton quien, además de hacer un llamamiento a la calma y al cese de la violencia, instó al régimen iraní a «abrir» su sistema político. Además, elogió el «coraje» de los manifestantes.

«Queremos que la misma oportunidad para la oposición y las personas valientes que salieron a las calles de Irán que tuvieron sus homólogos de Egipto la semana pasada«, señaló.

Los incidentes estallaron en varias partes de Teherán entre los miles de manifestantes y la policía que utilizó gases lacrimógenos, según el testimonio reportado por sitios de la oposición o recogida por AFP. Además, varios medios aseguraron que se han producido «cientos de detenciones«.

Por la tarde, los incidentes esporádicos parecía continuar en la capital, mientras que las unidades de la Guardia Revolucionaria tomaron posiciones en algunos lugares.

Reacción oficial vía Twitter

Más allá de la comparecencia ante los medios, el Departamento de Estado norteamericano ha iniciado también una cuenta en Twitter dedicada a los iraníes y escrita en farsi, en la que mantiene la misma línea de su jefa. En los mensajes se alaban las protestas de los jóvenes ycritica al gobierno de Mahmud Ahmanideyad por no permitir las mismas manifestaciones que, recordó, saludó en Egipto.

«El Departamento de Estado reconoce el papel histórico de los medios sociales entre los iraníes. Queremos unirnos a sus conversaciones«, fue el primer ‘tweet’ con el que Washington inauguró el domingo la cuenta ‘USAdarFarsi’, haciendo referencia al poderoso papel que las redes sociales tuvieron durante las protestas tras las elecciones en el país persa en 2009.

En las últimas horas, y mientras en Teherán la policía trataba de dispersar a los manifestantes congregados en la universidad y en la plaza Azadi que gritaban consignas como «Muerte al dictador» de forma similar a las protestas que en El Cairo llevaron a la caída de Hosni Mubarak, los «tweets» oficiales estadounidenses han llamado crecientemente a respetar los derechos de los ciudadanos a «reunirse pacíficamente«.

«Estados Unidos llama a Irán a permitir a su pueblo disfrutar de los mismos derechos universales de reunirse pacíficamente y manifestarse que en El Cairo«, señala uno de los mensajes electrónicos. «Irán ha demostrado que las actividades por las que alabó a los egipcios las considera ilegales e ilegítimas para su propio pueblo«, critica otro.

Fuente: El Mundo

Ni «revolución islámica» ni «rebelión popular»: Egipto marcha hacia la «democratización» USA-imperial

El objetivo es terminar con el títere, y preservar la continuidad del titiritero. La «salida democrática» no es una opción islámica como pregonan el «progresismo» y la izquierda, sino una opción concertada entre la Casa Blanca de Obama, los halcones del Complejo Militar Industrial y la logia bancaria de Wall Street. Los dueños de Egipto.

Por Manuel Freytas (*)

Ni «revolución musulmana» ni «rebelión popular«, tras casi tres semanas de protestas callejeras, Egipto empieza a desaparecer de las pantallas y de los titulares de los grandes medios internacionales.

Nadie, ni EEUU ni las potencias imperiales «aliadas«, lo quieren a Mubarak (un títere desgastado y en desuso de Washington) en el gobierno que ya cumplió su ciclo y deberá retirarse a gozar de su jubilación.

En un escenario montado por el Pentágono y el Departamento de Estado (las líneas matrices que controlan Egipto y al resto de los Estados árabes «aliados«) Washington negocia entre bambalinas la «democratización» de Egipto con un amplio abanico de «fuerzas opositoras» en el cual se incluyen los «Hermanos Musulmanes«, el bastión histórico de la resistencia contra Mubarak.

En la práctica, y luego de tres semanas de multitudinarias protestas, y con el ejército sin orden de reprimir, solo unos miles de opositores resisten atrincherados en la plaza Tahrir de El Cairo y piden la renuncia de Mubarak, convertido (con la bendición de EEUU y la Unión Europea) en el timonel de la «transición hacia la democracia«.

Con el ex director de la OIEA, Mohamed Mustafa el-Baradei , por el «ala izquierda» con el Departamento de Estado, y con el brazo local de la CIA, Omar Suleiman, y con el «ala derecha» del Pentágono, toda la «oposición» política egipcia tiene su lugarcito bajo el sol en el nuevo diseño de control de Egipto con la «salida democrática«.

De esta manera, el país de los faraones se integra al dispositivo estratégico (aggiornado y corregido) del proyecto de «remodelación del Medio Oriente» iniciado por los halcones del lobby judío neocon de la era Bush con Rumsfeld y Cheney a la cabeza.

La idea de la Casa Blanca, hoy controlada por el lobby judío «liberal» con Obama como gerente, es plasmar en la órbita de sus satélites árabes el «proyecto democracia» renovando la cara del viejo «orden armado» y terminando con la figura gastada de los dictadores al estilo Mubarak que generan odio y resistencia popular.

Desde el punto de vista estratégico, las revueltas callejeras desatadas contra Mubarak en Egipto, tienen varias lecturas. Incluidas las que alimentan ingenuamente las hipótesis de una «revolución musulmana» o de un «levantamiento popular» que instale en Egipto un régimen alejado del dispositivo de control imperial que rige en Medio Oriente.

En los hechos, y más allá de las proclamas voluntaristas de la izquierda, en Egipto no hay una «revolución musulmana» contra EEUU, sino una protesta social para terminar con Mubarak, un títere desgastado que ya no le sirve al eje EEUU-UE-Israel en sus estrategia de control regional.

El objetivo es derrocar al títere, y preservar la continuidad del titiritero. La «salida democrática» no es una opción islámica como pregonan el «progresismo» y la izquierda, sino una opción concertada entre la Casa Blanca de Obama, los halcones del Complejo Militar Industrial y la logia bancaria de Wall Street. Los dueños de Egipto.

Como sostiene acertadamente el profesor Michel Chossudovsky en un artículo en Global Research: «Las consignas en Egipto son «Abajo Mubarak, abajo el régimen». No se habla de carteles contra EEUU… La influencia decisiva y destructiva de EEUU. en Egipto y en todo Medio Oriente sigue sin mencionarse«.

O sea, en la práctica más rigurosa del escenario egipcio, nadie quiere derrocar al dueño del circo (EEUU), sino voltear al payaso de turno, sacando de la escena aparente al poder militar, y sustituyéndolo por el refinado mecanismo (también aparente) del dominio con el poder «democrático«.

De acuerdo con Chossudovsky, «Las potencias extranjeras que operan entre bastidores están protegidas contra el movimiento de protesta. La embajada de EEUU en El Cairo es una importante entidad política que invariablemente resta importancia al gobierno nacional. La embajada no es un objetivo del movimiento de protesta«.

Está claro entonces, y mirado objetivamente en todos sus ámbitos de resolución, que en Egipto no hay ninguna «revolución musulmana«, al estilo del Irán de Komeini de fines de los setenta (ni nada que le parezca), sino un proceso digitado en todas sus líneas por la embajada norteamericana y las usinas operativas de la CIA y el Pentágono, que controlan la policía y las fuerzas armadas egipcias.

Como siempre, el clima social y político de la rebelión callejera contra Mubarak está alimentado por las líneas convergentes de la politica imperial norteamericana en Medio Oriente con sus ramificaciones y terminales en Israel y en la Unión Europea.

Egipto es un país clave en el dispositivo estratégico regional del eje USA-UE-Israel. No solamente porque es el país árabe islámico «aliado» con mayor potencial militar para contrabalancear la influencia y el poder militar de Irán, sino porque el país de los faraones se ha constituido en la mayor base militar terrestre del Pentágono enclavada en la zona roja de Medio Oriente.

El objetivo de la «democratización» (que comienza por Túnez y Egipto) es terminar con los regímenes resabios de la era de la «doctrina de seguridad nacional» e instalar gobiernos títeres legitimados en las urnas. El propósito evidente es «lavarle la cara» a las bases del dominio imperial en Medio Oriente, para neutralizar focos de resistencia armada en alianza con Irán que puedan desestabilizar el dominio imperial en la región.

Señala la BBC: «Los jóvenes que comenzaron a alentar las protestas en Internet, animados por la caída del gobierno de Túnez, no han conseguido la salida de Mubarak, pero algunos cambios son evidentes. En palabras del presidente de EEUU, Barack Obama: «Egipto ya no volverá a ser lo que era».

O como afirma Michel Chossudovsky: «Tanto Hosni Mubarak como Ben Alí permanecieron en el poder porque sus gobiernos obedecieron e impusieron efectivamente los dictados del FMI. De Pinochet y Videla a Baby Doc, Ben Alí y Mubarak, los dictadores han sido instalados por Washington. Históricamente en Latinoamérica, los dictadores fueron colocados en sus sitios mediante una serie de golpes militares patrocinados por EEUU. En el mundo actual se hace mediante «elecciones libres y limpias» bajo la supervisión de la «comunidad internacional».

«Bajo los auspicios de Freedom House -continua-, disidentes egipcios y oponenttes de Hosni Mubarak fueron recibidos en Mayo de 2008 por Condoleezza Rice en el Departamento de Estado y el Congreso de EEUU También se reunieron con el Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Stephen Hadley, quien fue «el principal consejero de política exterior de la Casa Blanca» durante el segundo período de George W. Bush.

«La captación de los dirigentes de los grandes partidos de oposición y organizaciones de la sociedad civil en anticipación del colapso de un gobierno títere autoritario forma parte de los cálculos de Washington, aplicados en diferentes regiones del mundo«, agrega el profesor Chossudovsky.

Y se pregunta: ¿Los titiriteros apoyan al movimiento de protesta contra sus propios títeres?

«La remoción de Hosni Mubarak ha estado, durante varios años, entre los planes de la política exterior de EEUU.
El reemplazo del régimen sirve para asegurar la continuidad, mientras suministra la ilusión de que ha tenido lugar un cambio político significativo«, afirma Chossudovsky.

En su opinión, «La agenda de Washington para Egipto ha sido «secuestrar el movimiento de protesta» y reemplazar al presidente Hosni Mubarak por otro jefe de Estado títere, dócil«.

En este escenario, el reemplazo de Mubarak, no es nada más que la concreción de una estrategia de doble vía. Crear por un lado una fachada de «apertura democrática» con elecciones libres y participativas. Y por otro, legitimar y reforzar el aparato militar y policial egipcio como reaseguro interno y externo contra la influencia islámica irradiada por Irán y los países del «eje del mal«.

En términos estratégicos, el reemplazo del régimen «militarista» de Mubarak por un gobierno «democrático» elegido en las urnas significa la combinación del «poder duro» (El Pentágono) con el «poder blando» (el Departamento de Estado) dentro de un dispositivo convergente de control por «izquierda» y por «derecha«.

En otras palabras, controlar Egipto sin oposición, y con todos los gatos metidos en una sola bolsa.

Fuente: IAR Noticias

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

EEUU: La Cámara de Representantes se opone a la declaración de un estado palestino

16 de Diciembre de 2010 – La Cámara de Representantes de EEUU aprobó el miércoles una medida condenando medidas unilaterales para declarar o reconocer a un Estado Palestino, y respaldando una solución negociable para el conflicto israelí-palestino.

La medida de la Cámara se presenta luego que Brasil, Argentina y Uruguay, a principios de Diciembre, reconocieron al Estado Palestino dentro de las fronteras de 1.967, los límites que existían antes que Israel invadiera y ocupara a Cisjordania y la Franja de Gaza.

La resolución, introducida por el demócrata Howard Berman, reafirma el “fuerte apoyo” en la Cámara Baja del Congreso de EEUUpara una solución negociada al conflicto israelí-palestino resultando en dos estados, un democrático estado judío de Israel y un viable estado palestino democrático”.

El texto también “reafirma su fuerte oposición a algún intento para establecer o buscar reconocimiento de un estado palestino fuera de un acuerdo negociado entre Israel y los palestinos”.

Insta a los líderes palestinos a “detener todos los esfuerzos para eludir el proceso de negociación” y hace un llamado a “gobiernos extranjeros de no extender ese reconocimiento”.

Una de las co-patrocinantes de la medida de la Cámara fue la republicana Ileana Ros-Lehtinen, presidente entrante del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, quien condenó anteriormente las medidas de países suramericanos de reconocer un estado independiente palestino.

El vocero del Departamento de Estado Philip Crowley dijo que el reconocimiento de los países suramericanos era “contraproducente” para lograr paz en el Medio Oriente.

La Unión Europea el lunes se abstuvo en reconocer absolutamente a un estado palestino a pesar de la creciente presión para romper el impasse del Medio Oriente, pero reafirmó su buena disposición para reconocer tal estado en un momento “apropiado”.

Las conversaciones directas entre Israel y la Autoridad Palestina colapsaron luego que Washington admitió haber fracasado para asegurar el acuerdo con Israel para un nuevo congelamiento en la construcción de asentamientos, la condición de los palestinos para continuar las negociaciones.

El enviado de EEUU para el Medio Oriente, George Mitchell, a principios de esta semana sostuvo dos días de conversaciones con Benjamín Netanyahu y Mahmud Abbas para tratar de encontrar una forma de mantener las partes comprometidas en la búsqueda de la paz.

El foco de EEUU esáa ahora en nuevas ideas, con Mitchell proponiendo seis semanas de conversaciones «paralelas«, donde los negociadores sostendrían conversaciones separadas con los estadounidenses en un formato que no sería visto como «negociaciones«, expresó un funcionario palestino a la AFP el miércoles.

Fuente: Aporrea.org

Noam Chomsky: La revelación más grave del cablegate es el desprecio de EEUU por la democracia

Washington, Diciembre 16 – La siguiente es la entrevista que hizo Bárbara Schijman para la Revista Debate al intelectual estadounidense Noam Chomsky.

¿Cuál es su reflexión en torno al caso WikiLeaks?

Hay varios escándalos, pero podemos estar seguros de que no serán comunicados o discutidos. El escándalo más grave es el desprecio notable por la democracia por parte del cuerpo diplomático, el Departamento de Estado, los periodistas que han informado de todo esto y la comunidad intelectual que no logra siquiera advertirlo. La revelación más espectacular de las filtraciones, capturando la mayor parte de los titulares, es el material concerniente a los Estados árabes e Irán que, de acuerdo con Hillary Clinton y muchos otros, muestra que el mundo árabe apoya las preocupaciones de Estados Unidos sobre la amenaza iraní e, incluso, quiere que bombardeemos Irán.

¿Qué lectura hace de los cables?

Hay sólo dos problemas. Uno menor es que los cables informan lo que los diplomáticos quieren escuchar y que saben que sus amos financieros en Washington desean escuchar. El punto fundamental fue bien expresado por Craig Murray, el valiente ex embajador británico en Uzbekistán que se atrevió a informar sobre las atrocidades ocurridas allí y que el Ministerio de Asuntos Exteriores no quiso escuchar y, en consecuencia, fue echado del servicio diplomático. Dijo: «Por supuesto, los documentos reflejan la opinión de Estados Unidos, son comunicaciones oficiales del gobierno de Estados Unidos. Lo que muestran es algo que presencié personalmente, que los diplomáticos como clase muy rara vez cuentan verdades desagradables a los políticos, sino que informan y refuerzan lo que sus patrones quieren oír, con la esperanza de recibir ascensos«. En resumen, no sabemos lo que los líderes árabes piensan respecto de estas filtraciones.

¿Y el segundo problema?

El problema más significativo, de lejos, es que para los diplomáticos, el Departamento de Estado, y los comentaristas el mundo árabe se reduce solamente a dictadores dirigentes. Desnudando una absoluta falta de interés por el mundo árabe. Tienen conocimiento apenas de algunas personas allí, aquellas que fueron consultadas recientemente en una encuesta cuidadosamente publicada por el prestigioso Instituto Brookings.

¿Qué arrojó la encuesta?

En pocas palabras, los árabes sí perciben una amenaza iraní: el diez por ciento de la población. El 88 por ciento considera a Israel la mayor amenaza, el 77 por ciento a Estados Unidos. La oposición a la política de Estados Unidos es tan fuerte que el 57 por ciento piensa que la situación en la región mejoraría si Irán tuviera armas nucleares. Para aquellos cuyo desprecio por la democracia es tan profundo que ni siquiera lo pueden percibir, estas cifras carecen de sentido. Si los dictadores nos apoyan, ¿qué más importa? De más está decir que éstas son actitudes que los argentinos reconocerán muy bien de la historia reciente.

¿Qué otra cuestión le llamó la atención?

Hay algunas otras revelaciones importantes. La embajada de Tel Aviv, o bien no tiene ni idea de lo que sucede entre Israel y Palestina o, de lo contrario, está mintiendo descaradamente en sus informes a Washington sobre el ataque israelí a Gaza, en diciembre de 2008/Enero de 2009. Un cable de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa reporta un estudio del golpe militar realizado por el personal de la embajada, concluyendo que era ilegal e inconstitucional, conclusiones que no tuvieron eco alguno en Washington cuando Obama, luego de algunas vacilaciones, se separó de la mayor parte de Europa y América Latina al reconocer que las elecciones se llevaron a cabo bajo un régimen militar brutal. Y algunas otras cosas. Pero la revelación principal, creo yo, refiere una cultura imperial en su actitud hacia la democracia y los derechos humanos.

¿Cuál es su percepción acerca de la Ley de Arizona?

La ley es, claro está, una abominación. La misma somete a una gran parte de la población a una investigación intrusiva por el solo hecho de que alguien piensa de otro, que no se ve lo suficientemente blanco. Esto tiene poco que ver con las cuestiones más generales en torno a la «inmigración ilegal«, y es especialmente llamativo en este caso.

¿En qué sentido especialmente llamativo?

Porque están inmigrando hacia áreas robadas a México en una guerra de agresión que el presidente Ulysses S. Grant, quien ha peleado en ella, describe como «una de las más injustas que jamás haya emprendido una nación más fuerte contra una mucho más débil«.

¿Qué diría acerca de la reacción de la sociedad en torno de la ley?

Lamentablemente, la mayoría de la población de Estados Unidos la apoya. Ése es uno de los elementos relacionados con los sentimientos anti inmigratorios que está en aumento. Éstos han sido comunes desde hace más de un siglo, a medida que los inmigrantes en esta sociedad inmigratoria intentaban integrarse. Esta situación de oposición se repite frente a cada nueva oleada. Los sentimientos son especialmente extremos ahora, una especie de reacción ante las dificultades económicas, una reacción tanto irracional como repugnante, pero sin embargo comprensible. El racismo viene de lejos en el tiempo. Benjamin Franklin, por ejemplo, quizá el más civilizado de los Padres Fundadores, especulaba acerca de si los alemanes y los suecos debían ser autorizados a entrar, habida cuenta de que no son lo suficientemente blancos. Hasta bien entrado el siglo XX, Jefferson, así como muchas otras personalidades, estaba encantado por los mitos del origen anglosajón y la necesidad de preservar la pureza de la raza totalmente mítica.

¿Cómo está encarando el asunto el gobierno de Barack Obama?

Hasta ahora, el gobierno de Obama se está oponiendo formalmente a la ley por considerarla inconstitucional.

¿Cree que la ley es una nueva forma de instalar la distinción de amigo/enemigo?

En cierto modo; pero está lejos de ser el peor de los casos. Basta con mirar hacia atrás, en la Ley de Exclusión de Orientales (Oriental Exclusion Acts). O pensemos en la década de 1930 y 1940. Estados Unidos retornó refugiados judíos de Europa antes de la guerra y prohibió la inmigración. Después de la guerra, los sobrevivientes estaban viviendo bajo condiciones típicas de campos de concentración, como informaron los propios investigadores de Harry Truman. No eran admitidos en Estados Unidos. Truman se consideraba a sí mismo profundamente humanitario al exigir que el Reino Unido permitiera que cien mil personas pudieran ir a Palestina. La vergüenza de estos años aún no se reconoce.

Fuente 1: Chomsky.Info

Fuente 2: Portal.Ajintem

Fuente 3: Aporrea.org

Tribunal italiano condena a 23 agentes de la CIA por secuestro del imán Abu Omar

Roma, 16 de Diciembre, RIA Novosti – Un tribunal de apelaciones de Milán condenó a penas de entre siete y nueve años de cárcel a 23 agentes de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, CIA, por su participación comprobada en el secuestro del imán de la mezquita de Milán, Abu Omar, en 2003, informó hoy la prensa italiana.

De acuerdo con la sentencia, la pena máxima, de nueve años, fue dictada en rebeldía del acusado, al dirigente de la sección de Milán de la CIA, Robert Seldon Lady. La corte ordenó también una compensación por daños al imán y a su mujer, de 1,5 millones de euros, que deberán pagar los otros 22 condenados, quienes cumplirán penas de cinco años de prisión.

Contra la exigencia de la Procuraduría de Milán, el Tribunal ordenó el cese de persecución judicial contra el exjefe del servicio secreto SISMI italiano, el general Nicolo Pollari y  de su suplente Marco Mancini, en virtud del secreto de Estado del país.

Durante el proceso el suplente del procurador general de Milano, Piero de Petris,  solicitó contra Pollari y Mancini, una condena de 12 y 10 años de prisión respectivamente, dada «la seriedad del caso, que provocó una  profunda reacción por parte de la comunidad internacional«.

Según los órganos de seguridad de Italia, Omar era sospechoso de trabajar para «Al Qaeda«, fue detenido en Milán, el 17 de Febrero de 2003, por agentes de la CIA, que lo trasladaron a la base militar de los EEUU en la ciudad  italiana de Aviano. De ahí, vía Alemania, el imán posteriormente es llevado a una cárcel de Egipto,donde hasta hoy es sometido a torturas.

El ministerio público de Milán, en Julio de 2006, exigió la extradición de todos los agentes de la CIA implicados en el secuestro y declaró su búsqueda internacional. Sin embargo un representante del Departamento de Estado de los EEUU dijo que Washington no iba a cumplir con la exigencia del ministerio público de Milán.

Pasados tres años, en Noviembre de 2009, un tribunal de Milán de primera instancia condenó a 23 agentes de la CIA y dos empleados del servicio secreto SISMI italiano, a diferentes plazos de prisión.

Fuente: RIA Novosti

EEUU creará el puesto de coordinador de ciberseguridad después de WikiLeaks

Tras la revelación de documentos confidenciales por parte de la plataforma en Internet WikiLeaks, el Departamento de Estado de EEUU creará el puesto de coordinador de ciberseguridad, anunció la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Este nuevo puesto ayudará a las autoridades a proteger mejor documentos secretos que se hallan en el sistema informático, agregó Clinton.

La implementación de este nuevo puesto, un «pequeño remedio» según el diario The New York Times, es parte de una iniciativa mayor para reformar el Departamento de Estado.

En el futuro, se trabajará y reaccionará de forma más efectiva y rápida ante crisis y evoluciones internacionales, añadió.

«Todo el mundo puede potencialmente ser responsable de una fuga de datos«, comentó Clinton.

Fuente: El Mundo

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