Gonzalo Anti New World Order


Human Rights Watch: «Sharón murió sin ser juzgado por crímenes de lesa humanidad»

Ariel Sharón. AFP / Philippe Desmazes

El ex primer ministro israelí Ariel Sharón murió sin ser juzgado por los crímenes de lesa humanidad que cometió, entre ellos el de la masacre de Sabra y Chatila, denuncia la organización Human Rights Watch (HRW).

Mientras los líderes mundiales envían sus condolencias a Israel por la muerte del exprimer ministro, quienes sufrieron por las políticas que aplicó solo lamentan una cosa: no haberlo visto responder ante la justicia por sus crímenes.

Sharón, que desde 2006 se encontraba en estado vegetativo, falleció este sábado a la edad de 85 años. Para muchos israelíes fue un héroe nacional, pero parte de la sociedad lo considera un  criminal de guerra culpable de la muerte de civiles palestinos en el Líbano, Cisjordania y Gaza.

«Murió sin hacer frente a la justicia por su papel en las masacres de cientos y quizás miles de civiles a manos de las milicias libanesas en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila en el Líbano en 1982«, afirmó HRW en un comunicado emitido este sábado.

Matanza en la aldea de Qibya

En 1953 su nombre comenzó a ser conocido entre los dirigentes israelíes. Con tan solo 25 años de edad, Sharón dirigió una unidad que el 14 de octubre de aquel año fue responsable de una masacre en la aldea de Qibya (entonces territorio jordano) en represalia por la muerte de una mujer israelí y sus dos hijos. Volaron 45 casas  y mataron a 67 palestinos, entre ellos mujeres y niños. La operación fue reprobada a nivel mundial y fue objeto de una condena por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Masacre en los campos de refugiados de Sabra y Chatila

En los días de la guerra civil libanesa, las fuerzas aliadas israelíes masacraron sistemáticamente a cientos de palestinos, tres meses después de que Sharón, entonces ministro de Defensa, dirigiera la invasión del Líbano.Una investigación elaborada  por las propias autoridades israelíes determinó que el militar tuvo una «responsabilidad personal» en la masacre de Sabra y Chatila en la que murieron entre 700 y 800 personas, incluidos niños (entre ellos recién nacidos) y mujeres embarazadas, según datos del Estado hebreo.

Sin embargo, «las autoridades judiciales israelíes nunca abrieron una investigación penal para determinar si Sharón y otros altos cargos militares tenían responsabilidad criminal«, lamentó HRW.

Después de que encabezara la invasión del Líbano en 1982, Sharón pasó a ser conocido en el mundo árabe como el «carnicero de Beirut«.

Asentamientos

En el cargo del ministro de Agricultura que ocupó en 1977 arrasó asentamientos árabes en los territorios ocupados por Israel y se ganó el apelativo de ‘Bulldozer‘ (un tipo de excavadora empleada en las demoliciones).

De hecho, Sharón fue considerado el padre del programa de asentamientos israelíes. Aunque en 2005 ordenó la evacuación de cerca de 8.000 colonos judíos de cuatro asentamientos en la Franja de Gaza y Cisjordania, unos 500.000 colonos judíos viven todavía en asentamientos ilegales y este asunto sigue siendo un obstáculo para alcanzar la paz en la región.»La transferencia de civiles a un territorio ocupado por parte de una potencia ocupante supone una grave violación de las convenciones de Ginebra y, potencialmente, un crimen de guerra«, recordó la organización de defensa de los derechos humanos.

El muro de Cisjordania
HRW destaca que en 2002, cuando Sharón gobernaba, se aprobó la construcción del muro de separación que rodea Cisjordania. Según la organización israelí B’Tselem, durante los años en los que estuvo en el poder, el Ejército israelí acabó con la vida de más de 1.430 civiles palestinos.»La muerte de Sharón sin haber sido juzgado magnifica la tragedia de las miles de víctimas«, concluye el comunicado de HRW.

Fuente: Russia Today

Bombardeos en Israel elevan tensión en Gaza

Posted in atentados,noticia,sionismo por Gonzalo Fernandez en diciembre 12, 2011
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10 de Diciembre de 2011 – La tensión entre Israel y Hamás ha aumentado notablemente, propiciada por los ataques de la aviación israelí en la franja de Gaza, unos ataques que desde el miércoles han causado la muerte de cuatro palestinos y han hecho que las milicias hayan disparado varios cohetes contra el sur de Israel sin causar de momento daños personales.

La última víctima palestina fue un civil abatido en la noche del jueves al viernes, cuando la aviación bombardeó una instalación de entrenamiento de las Brigadas al Qasam, las milicias del movimiento islamista Hamás, al noroeste de la ciudad de Gaza. Un hombre de 38 años, que habitaba una casa cercana, murió y 13 miembros de su familia, incluidos siete niños, resultaron heridos.

Las cuatro salidas nocturnas de la aviación hebrea llegaron después de que las milicias dispararan media docena de cohetes contra Israel. Los proyectiles fueron la respuesta a la muerte el jueves de dos milicianos de Hamás y Fatah en la ciudad de Gaza.

Como es habitual en estos casos, el Ejércitolamentó” los daños causados a civiles y los atribuyó a que Hamás actúa “empotrado entre la población civil”. No obstante, Israel tiene una larga historia de muertes de civiles tanto en la franja de Gaza como en Líbano, donde sus últimas operaciones de gran envergadura causaron la muerte a cientos de civiles, incluidos centenares de niños.

El primer ministro de Hamás en la franja de Gaza, Ismail Hanniya, declaró que su grupo está en contacto con terceras partes para evitar una escalada de violencia. Un país que quiere desempeñar un papel más activo en el conflicto es Egipto, aunque la compleja situación que atraviesa hace que sea incierto su papel.

El hecho de que fuera Hanniya quien hiciera un llamamiento a la calma revela que Hamás no tiene interés en una escalada de la violencia y pone de manifiesto que es Israel quien está iniciando los ataques ahora. En las últimas semanas el Ejército israelí ha llevado a cabo maniobras en distintos lugares del país, incluido el Golán ocupado a Siria, mientras sus líderes políticos y jefes militares no dejan pasar un día sin amenazar a Irán.

Fuente: Aporrea.org

¡Alerta! Vuelve el spam de la Hasbará

El gobierno israelí moviliza voluntarios para inundar Internet con comentarios de propaganda sionista

Richard Silverstein
guardian co. uk

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Muestra de censura capturada por Eidolon

¡La brigada de la Hasbará vuelve al ataque! Siempre se oye hablar de intentos israelíes de manipular los medios. Todos saben lo que pasa, pero generalmente el proceso ocurre mediante insurgentes cibernéticos como los involucrados con Giyus (y su software de monitoreo de los medios, Megaphone). Ahora bien, sabemos que el propio ministerio de exteriores israelí está orquestando esfuerzos de propaganda destinados a inundar sitios noticiosos en Internet con argumentos e información pro-israelíes.

Un lector de mi blog, recibió el siguiente correo que documenta tanto los esfuerzos como la agencia que los origina. El pedido de convertirse en un “voluntario mediático” pro-Israel también incluye una lista de enlaces en los medios que el ministerio gustaría que recibieran comentarios pro-israelíes:

Queridos amigos:

Tenemos la supremacía militar [sic], pero fallamos en la batalla por los medios internacionales. Tenemos que conseguir tiempo para que las FDI [ejército israelí, N. del T.] tengan éxito, y lo menos que podemos hacer es pasar algunos minutos (adicionales) en la Red. El ministerio de exteriores está invirtiendo grandes esfuerzos en el equilibrio de los medios, pero todos sabemos que es una batalla de números. Mientras más colgamos, blogueamos, respondemos, votamos – más probable será que obtengamos un sentimiento positivo.

El ministerio de exteriores me pidió que organizara una red de voluntarios, que estén dispuestos a contribuir a este esfuerzo. Si estás dispuesto recibirás un mensaje diario & un paquete mediático, así como objetivos.

Si deseas participar, por favor responde a este correo.

Mi amigo lo hizo y recibió el siguiente comunicado oficial del ministerio con temas de conversación sobre Operación Plomo Fundido que él o ella debía utilizar en sus esfuerzos propagandísticos. Entre los enlaces había un artículo de Peter Beaumont. Los siguientes fueron identificados como “sitios objetivo”; the Times, the Guardian, Sky News, BBC, Yahoo!News, Huffington Post, y el Telegraaf holandés. También otros sitios mediáticos en holandés, español, alemán y francés, considerados críticos de la invasión.

Localmente, aquí en Seattle, activistas por la paz realizaron un mitin frente a nuestro edificio federal al que asistieron 500 manifestantes. En el comunicado del ministerio de exteriores publicado el día siguiente, se instruyó a los activistas para que comentaran el artículo del Seattle Post Intelligencer sobre la manifestación. La línea de comentarios para el artículo está plagada de obvias argucias de la Hasbará que deforman el equilibrio de la discusión con sus argumentos programados, convirtiéndola en mucho más favorable de lo que sería de otra manera.

El coordinador del ministro de exteriores describe una reunión a la que asistió en la oficina del responsable del gobierno:

Hola todos,

Hoy tuve una reunión en el ministerio de exteriores, y me alegró oír que sus mediciones muestran que la posición de Israel en Internet se mejora cada día. ¡Significa que estáis haciendo un buen trabajo! El ministerio está preocupado por la opinión pública prejuiciada en Europa. Así que, por favor, concentrad vuestros esfuerzos en los medios europeos.

¿Qué podéis hacer para ayudar?

    • Identificar campos de batalla en Internet en diferentes idiomas, e informarme.
    • Comentar/colocar/votar en los enlaces enumerados y otros. Podéis utilizar el material adjunto.
    • Escribir cartas a autores y editores. Identificados como residentes locales.
    • Lograd que vuestros amigos se sumen a esta actividad.

Este mensaje tenía el objetivo de alentar a los activistas pro-Israel en su trabajo:

Los gobiernos siguen mostrando paciencia con la justificada operación de Israel en Gaza. La opinión pública [sic], por otra parte, se impacienta, para decir lo menos. Esta brecha se cerrará pronto – siempre lo hace.

Nuestro objetivo es cambiar la opinión pública, tal como aparece en Internet; evitando, o por lo menos minimizando, sanciones de los dirigentes del mundo. Tenemos que conseguir suficiente tiempo para que las FDI logren sus objetivos.

Aparte de los temas de conversación suministrados por el ministerio de exteriores a los activistas pro-israelíes en Internet, se les ofrecen materiales pro-israelíes en línea para que los vinculen con sus comentarios, como los siguientes:

Bicom.org.uk/

Aish HaTorah’s What Really Happened in the Middle East.

YouTube video: Amid Gaza violence, Israeli and Palestinian doctors save baby’s life –

CNN’s Amanpour interviews Tzipi Livni.

Military incursion should be seen as part of War on Terror.

Blog from Southern Israel, Morit Rozen.

¿Recordáis cuando el departamento de defensa pagaba a compañías de relaciones públicas y a periódicos iraquíes para que incluyeran artículos elogiando la guerra de Iraq? Las compañías también intentaron colocar cobertura favorable a los militares de EEUU en periódicos de EEUU. Hubo justamente alboroto en los medios por la manipulación. Veremos si lo mismo sucede con esto.

El ministerio de exteriores no debiera salirse con la suya en esto. Podrá considerar que una Hasbará semejante lleva al máximo sus esfuerzos por “explicar” su posición en el mundo de los medios. Yo lo veo como un intento cínico de inundar Internet y los medios noticiosos con publicidad favorable en un vano intento de inclinar la opinión pública a favor de Israel. No sólo causa un perjuicio a Israel, mancha cualquier esfuerzo legítimo que el ministerio pueda realizar para explicar al mundo, ya que nadie creerá una palabra si sabe que se involucra en semejante propaganda irrestricta.

No vale la pena decir que es pacotilla barata. ¿Qué ganan con esto? ¿Cuán efectiva puede ser y a cuántos podrán convencer? A propósito, incluso me di cuenta de cuáles eran los hasbaraniks en mi propio blog. Uno puede distinguirlos a un kilómetro de distancia, porque nunca han publicado un comentario antes de escribir algo como: “Me ha gustado su blog desde hace tiempo, pero cualquier que tenga un poco de cerebro sabe que Hamas quiere destruir Israel, bla, bla, bla”. Cosas bastante formulistas. También, uno puede buscar en Google unas pocas frases del comentario y si uno las encuentra en otros sitios en Internet, ya sabe que o se está ante un hasbaranik o de alguien que sufre de necesidad de repetirse.

En algunos casos, los medios occidentales pueden intencionalmente o de manera no intencionada ser víctimas de manipulación. Tony Karon señala que el periodista-historiador favorable a Israel, Michael Oren, ha publicado varios artículos en medios estadounidenses como New Republic y Los Angeles Times. También está en servicio activo con las FDI en Gaza, sirviendo como oficial de relaciones públicas para relaciones con los medios extranjeros. No hay nada que lo sugiera en la página de opinión editorial de Los Angeles Times. En efecto, los medios permiten que partidarios como Oren se presenten como expertos desinteresados cuando son todo lo contrario. Es necesario que los editores realicen una cierta diligencia debida cuando publican algún artículo que defiende un lado o el otro para determinar si puede haber conflictos de interés u otros factores no reconocidos que influencien el juicio de un comentador.

Parece que ya estamos de verdad en el mundo de Propaganda 2.0.

Fuente 1: The Guardian

Fuente 2: Rebelión.org

Fuente 3: 1984 (otros detalles del asunto)

Militares israelíes: «Lo único que hacíamos era humillar a palestinos inocentes todos los días, todo el tiempo»

19 de Febrero de 2011 – Un centenar de militares israelíes confiesan en un libro de la ONG Breaking The Silence los abusos de las IDF contra los palestinos.

Su objetivo no es ensuciar la imagen de las Fuerzas Armadas, sino «forzar a la sociedad israelí a hacer frente a una realidad creada desde dentro«.

Los soldados relatan como «rutinarias» las invasiones de tierras, la violencia en los check-points, el maltrato a niños o sumisión a las órdenes de los colonos. La asociación israelí Breaking The Silence (Rompiendo el silencio) acaba de editar un libro en el que recoge un centenar de testimonios de militares de las IDF, desde soldados rasos a mandos intermedios, en los que relatan los abusos que reciben los ciudadanos palestinos en Gaza y CisjordaniaLa ocupación de los Territorios: testimonios de soldados israelíes 2000-2010, es un repaso a las miserias cotidianas del que se honra de ser «el Ejército más moral del mundo«, narradas por sus protagonistas, soldados comunes y corrientes que cuentan lo que vieron, lo que oyeron y lo que hicieron en sus servicios. La obra se publica al cumplirse diez años de la Segunda Intifada y que se suma a monográficos anteriores (mujeres y ejército, Plomo FundidoHebrón…), con los que esta asociación denuncia, desde 2004, el cáncer que corroe a sus Fuerzas Armadas. Lo hace con conocimiento de causa, porque quienes la crearon trabajaron en las IDF, y ahora denuncian sus males «porque queremos transformarlas«, como relata Yehuda Shaul, uno de sus fundadores, cuyo único deseo desde pequeño fue ser soldado de Israel. Hoy es un hombre vilipendiado por parte de sus conciudadanos, por poner el dedo en la llaga, por quitarse la mordaza y animar a otros a hacerlo.

Shaul, ya de uniforme, tomó conciencia de que formaba parte «de una gran maquinaria, un gran sistema de ocupación, con unidades no sólo en el Ejército: en la Policía, la Policía Militar, los Tribunales Militares, el Gobierno, los políticos, los colonos…«. Por eso decidió crear la asociación, «y descubrir la brecha que existe entre la realidad que los soldados encuentran en los Territorios Palestinos y el silencio que hallan luego en su casa. Hay que forzar a la sociedad israelí a que haga frente a esta realidad dolorosa, creada desde dentro, porque conocer la verdad del abuso contra los árabes nos hará rectificar«, señala con una fe profunda. La palabra «abusos» engloba demasiadas realidades dolorosas, como las llama Shaul: «terror sistemático«, palizas, tiroteos, detenciones arbitrarias incluso con civiles, «humillación» en controles y redadas, expulsión de hogares y campos de labranza, «farsas» en tribunales militares, represión «violenta» de cualquier forma de protesta, «irracionalidad premeditada» en el régimen de expedición de permisos para trabajo, asistencia médica o educación, «supresión» de las leyes israelíes por los deseos de los líderes colonos… «Esta vez no hemos publicado las grandes violaciones de derechos humanos, sino el mal cotidiano, ramificado, que llega a todas partes, que aplican hasta los soldados más jóvenes porque repugna las primeras veces, pero luego se convierte en rutina… esa droga devastarora de la costumbre«, puntualiza el director de Breaking The Silence.

La promoción del libro está contando con la ayuda entusiasta de Davil Shulman, profesor de Estudios Humanísticos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, uno de los mayores defensores de los derechos humanos en Israel y de la causa palestina. Casi colérico, se revuelve cuando se le pregunta por los ciudadanos que defienden estas prácticas abusivas para mantener la seguridad del país. «Siempre se asegura que Israel actúa con criterios defensivos, es la idea generalizada, que controlamos los Territorios a nuestra manera exclusivamente para proteger a los ciudadanos, pero eso es incompatible con la información suministrada en este libro por los miembros de las IDF… ¡Dejémonos de cinismo! En este país el servicio militar es obligatorio y, quien lo haya hecho en los últimos años, sabe que se están perdiendo las formas. La seguridad no es excusa para la violación«, sostiene. Shulman denuncia tanto la «incitación» del Gobierno de Benjamin Netanyahu a mantener las «malas prácticas» como la «ceguera profunda y deliberada» de gran parte de los israelíes. «No es una ceguera sobre la existencia de los palestinos, por supuesto, porque están ahí, sino sobre la humanidad de estas personas, sobre su igualdad natural para con nosotros los judíos. Es más grave aún. Es una ceguera que se traduce en apatía, abatimiento, superficialidad, silencio o pasividad en la gente común, la gente decente. Eso lleva incluso al racismo y al nacionalismo protofascista. Por eso reconocer estos hechos es demoralizante pero necesario, sano. Ya no podemos justificar los medios con el fin, ya no estamos en la etapa de terrorismo cruento. Se supone que vamos a negociar la paz… hay que hablar«, concluye el profesor. Es lo que han hecho este centenar de soldados, sumados a los más de 600 compañeros que ya han dejado testimonio de sus experiencias en el Ejército de Israel en la base de datos de Breaking The Silence. Lo que viene a continuación es un breve resumen de los relatos de siete de ellos. Son anónimos, pero la asociación tiene los datos de todos los testigos, por si un día las denuncian prosperan en los tribunales. Todos están dispuestos a dar la cara, con nombres y apellidos, para repetir su historia.

Testimonio 2: Granadas a las tres de la mañana. Paracaidistas. Nablus. 2003.

Hemos acometido todo tipo de situaciones muy dudosas estando de servicio en la Zona A [es decir, supuestamente bajo el pleno control de la Autoridad Nacional Palestina]. Eso significa, por ejemplo, ir el viernes, cuando el mercado está lleno, en una ciudad como Tubas, para hacer un control sorpresa en el centro del pueblo. Una vez, llegamos a hacer uno de esos controles, en uno de sus días de descanso, y empezamos a aumentar nuestras exigencias, en vez de observar y punto; lo hicimos como si estuviéramos en un puesto de control fronterizo, con la misma intensidad: inspeccionamos a todos los coches, furgonetas y autobuses que pasaban. A 300 metros de nosotros había un pequeño grupo de niños que comenzaron a tirar piedras, pero como mucho se quedaban a diez metros de nosotros, no nos golpeaban. Ellos comenzaron a insultarnos y todo y, al mismo tiempo, la gente comenzó a reunirse para ver qué pasaba. Por supuesto, ese episodio fue seguido del uso de nuestras armas contra los niños, puedes llamarlo “legítima defensa”… es lo que alegó luego nuestro superior. (…) El control no estaba motivado. Querían hacer visible la presencia de las IDF en el casco urbano, en la zona donde las mujeres van de compras, donde los niños juegan, querían decir “aquí estamos”. Creo que también querían iniciar un tiroteo, aunque pasado un segundo ya no sabía si nosotros éramos los responsables en el fondo, porque todo fue muy rápido y tenso. Al final salimos sin un rasguño, sin que pasara nada, pero el comandante de la compañía ya había perdido los papeles. Ordenó a uno de los lanzagranadas que disparase una granada antidisturbios contra los manifestantes, o sea, los niños. El soldado se negó y después fue tratado terriblemente por el comandante de la compañía. Si no recibió un castigo es porque el comandante sabía que su orden había sido ilegal. Pero trató de forma realmente repugnante a todo el personal después de aquello. Así acabó la historia. (…) Otro caso que nos ocurrió en Tubas es que estábamos de patrulla a las tres de la mañana, llevando granadas de aturdimiento, y las echamos por la calle. No había ninguna razón para hacerlo, sólo querían despertar a la gente. El propósito era decir de nuevo: “Estamos aquí. El ejército israelí está aquí”. Cuando protestamos nos dijeron que si los terroristas escuchaban en la noche la presencia de las IDF en la aldea, entonces tal vez tratarían de escapar. No salió nadie. Parece que el objetivo era sólo mostrar a la población local que el ejército israelí estaba allí, y es una política que se repite: “Vamos a hacerle la vida amarga a todos ustedes hasta que decidan detener el terror. El ejército israelí está aquí, en los Territorios, y su vida será un infierno hasta que no se entreguen todos los terroristas”. Nosotros y los que lanzaban las granadas no entendíamos por qué lo estábamos haciendo. Tiramos otra granada más. Escuchamos el boom y luego vimos a la gente despierta. Cuando regresamos al puesto de mando nos dijeron: “Ha sido una gran operación”, pero no entendíamos por qué. Eso ocurría todos los días. Una unidad diferente cada vez, pero la rutina era fija.

Testimonio 5: “¿Qué es sino un gueto?”. Paracaidistas. Qalqilya. 2004.

Como oficial de instrucción yo tenía que atender y estar cerca del comandante de batallón cuando hacía revisiones tácticas en el cuartel general, un trabajo muy interesante. El comandante puede hacer muchas preguntas y hablar con la gente. Lo que voy a contar ocurrió en mi primera –creo que también su primera- visita al muro de separación con Cisjordania. Teníamos la intención de dar una vuelta por la noche en un jeep para hacer un reconocimiento del terreno y ver que los soldados cumplían con su deber, que es básicamente impedir a los pobladores cruzar a través del muro. Vio a lo lejos a algunas familias palestinas sentadas en sus sillas y empezó a chillarles: “Dime, ¿cómo haces para llegar a tal o cual sitio?”. “No podemos llegar –le decían-, porque está el muro”. “Ya, ya, pero debes llegar, ¿no? ¿Quieres llegar? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cómo lo haces, por dónde lo intentas?”, les decía, ridiculizándolos, provocando, porque sabían que no podían moverse. “Hablaba mucho con los residentes de allí. Les decía que iba a cerrarles todas las rutas, las arterias principales de su pueblo, igual que se había levantado la valla. Que no se iban a poder mover”. (…) Yo al principio pensaba que sólo era política, que el trazado de la valla no tenía nada que ver con el ejército. Pero al final comprendías lo terrible que es. Sobre todo lo vi en Qalqilya, que está cerrado por todas partes y que tiene una sola puerta. Están encerrados con un muro y una valla doble de alambre. ¿Qué es sino un gueto? Está cerrado, y punto. Es una gran ciudad, con muchos residentes, y no es razonable cómo están.

Testimonio 16: “Hice que se cagara en los pantalones”. Unidad de Policía de Fronteras. Wadi Ara. 2003.

El trabajo con la población era entretenido. Por lo menos en Katz. “Trabajando con la gente”, nos decían, y era un giro agradable respecto a los meses encerrados en la base. Eso era lo que había que hacer. Entonces, de repente, cuando se construyó la valla, ya no había más población con la que trabajar. Se acabó el contacto. Estaba la población israelí de la que teníamos que cuidar y luego estaba Barta´a, donde hay población árabe. Entonces, ¿había que trasladar las operaciones a Barta´a? Al principio mantuvieron a las IDF allí, vigilando a la población árabe, pero en el fondo aquello también es Israel y estaba tranquilo, así que se olvidaron y el trabajo lo desarrollamos principalmente a lo largo de la valla. Los primeros días sólo mirábamos, pero luego nos ordenaron capturar gente que pasara cerca. Ahí entrábamos nosotros. Realmente la violencia que vi entonces hacia la gente era peor que antes de la valla, era una humillación. Antes la vigilancia era rutina. Ahora era una opresión constante. Había soldados que derramaban a propósito las bolsas que llevaban los niños, que jugaban con sus juguetes. Ya sabes, para tomar uno de ellos y decir: “Mantente lejos con tus juguetes, no te acerques a nosotros”, y se los tiraban lejos. (…) Los niños gritaban todo el tiempo, lloraban y tenían miedo de nosotros. Muchas veces perdían el control por el trato que dábamos a los mayores. Porque los adultos también lloraban, por supuesto, porque eran degradados. Uno de los principales objetivos siempre era hacer que un hombre se pusiera a llorar delante de sus hijos y que hasta se cagara en sus pantalones. Yo vi gente que se hacía encima sus necesidades. La mayoría lo hacían porque eran atacadas. Eran golpeadas, algunas hasta la muerte, y amenazadas, y gritaban de terror. Sobre todo si estaban delante de sus hijos, chillaban y se asustaban, por lo que también acababan asustando a los pequeños. Una vez, otra vez… Hubo un hombre que se detuvo con su niño, el niño era muy pequeño, como cuatro años. Los soldados no solían golpear a los niños, pero a un policía le molestó que el adulto trajera a los niños para que tuvieran piedad de él. Así que le dijo: “Tú traes a tu niño para que tenga misericordia de ti, así que ahora le vamos a mostrar a su hijo quién eres de verdad”. Y entonces va y le pega con fuerza, y le grita, diciendo: “¿Qué susurras? Te voy a matar delante de su hijo, tal vez así lo sentirás más… “. Es terrible. Hay muchas historias como esas. El hombre se orinó de miedo delante de su hijo. (…) Hay una gran cantidad de historias que afectan al honor de los árabes, de humillación. “Vas a ver, te voy a dar, te voy a matar, voy a hacer que te cagues”, les dicen… Yo también tuve que hacerlo en ocasiones. Y lo decían de forma rutinaria, no como algo excepcional. Además, de este tema se hablaba abiertamente, en los bares, las cafeterías… Creo que si un oficial dice que él no lo sabía, es totalmente mentira. Los oficiales de alto rango sabían lo que pasaba. Los comandantes de pelotón tenía menos que ver con los que lo hacían habitualmente, pero el comandante de la compañía, el asistente del comandante de la compañía, los oficiales de operaciones… incluso alguno se animó y se sumó. Vale, no lo hacen directamente, no vienen y dicen: “Dale una paliza”, pero había una especie de legitimación; de lo contrario, no habría sucedido nunca.

Testimonio 4. “Él es sólo un colono civil, pero nos impone las leyes”. Fuerzas Especiales Maglan. Hebrón. 2002.

Junto a otros militares, yo realicé labores de vigilancia del asentamiento de Eshkolot y otras pequeñas aldeas cercanas. Una vez… no recuerdo en qué colonia fue… la población palestina más cercana estaba a uno o dos kilómetros. Había un grupo de árabes trabajando sus tierras a 500 metros de donde nos encontrábamos, abajo, en el valle. El asentamiento estaba en lo alto de una colina, y ellos estaban abajo, trabajando. Lo que recuerdo, aunque es un poco como una nebulosa, es que una vez que los árabes estaban allí cultivando vinieron de repente los colonos, y salieron corriendo. Habían superado la valla del asentamiento, a pesar de que no debían, que era una frontera… pero ellos corrieron hacia ese límite, en la zona de expansión de la colonia, que estaba en construcción. Los colonos gritaron a los palestinos. No les dispararon ni nada, pero ellos salieron de allí asustados y dejaron de trabajar. No sé dónde fueron (…). El coordinador de seguridad del asentamiento, un civil, nos llamó pasado un rato y empezó a dar órdenes. “Desplegaos, venga, yo iré con un soldado”, decía. “Tenéis que hacer esto y aquello, contra ellos, porque están cruzando la frontera, están explorando nuestra tierra”. ¿Cómo voy a saberlo yo, si los veo trabajar sin más? Yo no vi nada malo en los árabes. En resumen, que el coordinador nos sigue gritando a nosotros y a los palestinos que se veían a lo lejos. “Salid de aquí, iros de aquí”, les chilla. Más tarde, al fin, me convence y voy a patrullar con él en nuestro vehículo. Entonces veo a una niña palestina jugando en la entrada del asentamiento, en la carretera de acceso a la urbanización, pero aún por debajo de ese límite, aún fuera de la valla, en una zona que no forma en absoluto parte de la colonia, sino que está en el valle, abajo. Él ve a la chica y de inmediato escucho que empieza a gritarle en árabe, con el megáfono, algo así como “Rasak”. Yo no entendía lo que decía, pero sí su violencia. Entonces le pregunté: “¿Qué le grita a la chica?”. Y el colono me dice: “Si vienes por aquí te rompo la cabeza”, o algo por el estilo. (…) La situación allí es básicamente la siguiente: un comandante civil, del asentamiento, es quien dice lo que está permitido y lo que está prohibido. Qué palestino se puede mover y cuál no. Él decide si se dispara al aire o se intimida, aunque en principio era yo el comandante con más rango en toda la unidad allí desplegada. A veces se lo recordaba, ¿verdad?, pero le daba igual. Él señalaba cuándo y a quién disparar e incluso a veces ordenaba que se hiciera a discreción. Él delineaba la política que debíamos aplicar, aunque no es una autoridad militar. Si fuera el comandante de la compañía, un oficial de la zona… Es una situación bastante curiosa cuando lo piensas, porque un civil le está diciendo a sus Fuerzas Armadas cuáles deben ser sus acciones, sus limitaciones e incluso sus propias leyes.

Testimonio 48: “En realidad estamos abusando de la población”. Inteligencia. Hebrón. 2005-2008.

Nosotros llevábamos a cabo labores de observación en el sur de Hebrón. A veces el brigada quería jugar con nosotros. Cuándo íbamos de misiones, trataba de unirse a cierta compañía de infantería y organizar algún tipo de equipo para entrar en una casa, para ocupar un camino, lo que fuese. Una demostración de nuestra presencia en la zona. Se supone que una misión necesita una lógica, un objetivo, dibujar una estrategia… pero en este caso sólo quería abusar de la población. La idea era la siguiente: el equipo de infantería toma el control de alguna vivienda y nosotros le damos cobertura, como inteligencia, para que nadie lo sepa, entrando en la casa de enfrente, en la misma calle. Uno aquí, el otro allí. Los soldados de aquella unidad hicieron mucho ruido, rompieron cosas, y entonces lógicamente los propietarios protestaron. Al final hasta quemaron neumáticos dentro de la casa, como en una trinchera. Los soldados querían tomar el control, entraron con mucha fuerza, portando banderas y granadas de aturdimiento, como en el campo de batalla. Esa era su misión. Eso ocurrió durante muchas horas, llegamos por la noche y la acción fue durante la madrugada. (…) Cuando pregunté qué nos proponíamos me dijeron que la idea era que tal vez algún hombre armado podría salir de su escondite en la zona, si es que había terroristas; a continuación nosotros lo cogeríamos, porque estábamos allí en secreto, en una esquina diferente. En realidad no salió ni un solo hombre armado, pero la casa fue igualmente destruida, su familia quedó sin vivienda. Una casa de inocentes, sólo una casa en el mapa, que el Shin Bet tenía que asegurar que no existía. Y eso es lo que realmente ve y sufre la población inocente. Y si son inocentes, ¿para qué vamos a entrar en sus casas? Yo entré en esa vivienda después y sé que la destruyeron entera, tenía las ventanas rotas, porque habían lanzado piedras, y los daños del fuego… estaba entera destruida. La familia… no sé dónde estaba, habían tenido que huir. (…) Aquello fue en Yatta. Y así es como se hace en toda la zona, ¿sabes? La idea al principio, cuando te sientas con un mapa ante el comandante de la brigada, parece muy bonita… “Vamos a tomar el control de esta casa como una demostración de nuestra presencia. Estaremos ocultos, armados, y todo saldrá bien y será limpio”. Pero la verdad es que fuimos a un campo humilde y destrozamos la casa de una familia, eso fue todo. Y eso pasó durante muchos días, durante mucho tiempo. No es una actividad fuera de lo común, no, sino habitual para los soldados de Infantería, al menos. Yo mismo lo he hecho más de una y más de dos veces. La única diferencia es que nosotros siempre lo hacíamos en secreto.

Testimonio 57: Una patrulla para golpear a los árabes. Brigada Kfir. Hebrón. 2006-2007.

Durante el servicio había un montón de incidentes…Muchísimas tonterías que nos obligaban a hacer. Teníamos que golpear a los árabes en todo momento, nada especial, pero constantemente… Sólo era para pasar el rato. Hubo casos en los que se abrió fuego contra ellos, cuando había disturbios, y con munición de guerra. Tenía que hacerlo, tenía que forzarlos… eso ocurrió varias veces, sí… Tenía que decirles: “¡De rodillas, de rodillas!”. Estaban pensando todo el tiempo en cómo caldear más el ambiente con los palestinos, sin duda. Había militares que querían hacer de aquello algo entretenido e interesante, así que buscaban métodos para sacar de quicio a los árabes. Les disparaban balas de goma, en un número considerable, y entendían que así el tiempo pasaba más rápido en Hebrón. Esos métodos los pensaban todos, los soldados y los comandantes. Por supuesto que los comandantes estaban allí sentados… Nunca, lo juro, nunca dejarían solos al pelotón, y lo que ocurría allí era como un secreto de estado, nadie lo podía saber. Quien no lo sabía era el comandante de la compañía, eso no. Era sólo algo nuestro, de nuestro comandante y nuestro sargento. Tenían reuniones en una sala, y los jóvenes estábamos en otra, y se sentaban a decidir lo que se iba a hacer cada día… Se planificaban todo tipo de cosas. A veces decíamos algunos: “¿Para qué hace falta esa patrulla?”, y nos contestaban: “Es para golpear a los árabes, o para reírnos de los niños”, para hacer todo tipo de cosas sin sentido. En esas patrullas iban toda clase de militares, pero los oficiales más altos no estaban en el ajo. Teníamos una reunión informativa antes para ver lo que íbamos a hacer durante la patrulla. A algunos les gustaba mucho saber qué tocaba… Cuando un grupo sale a una patrulla de este tipo, no siempre es por su propia elección. Todo el mundo sabe qué debe ser una patrulla. Esa es la misión de patrullar, para proteger. Pero aquí añadieron más tareas, simplemente siguió ocurriendo. Ya sabes. Es lo que pasaba. A algunos nos dieron bofetadas porque pusimos mala cara cuando nos designaron a esas patrullas. No fueron pocos los golpes, y a veces no sólo las daban los jefes sino los compañeros. 

Testimonio 49: “Vamos a las casas de gente inocente, todos los días, todo el tiempo”. Inteligencia. Todo el territorio palestino. 2004-2006.

Lo que me sorprendió, lo que me hizo estar en shock permanente, es descubrir que tú, todos los días, haces misiones incorrectas, que vas a las casas… a las familias… Por ejemplo, una vez llegamos a casa de una familia palestina que no tenía ni baño. Eso me extrañó mucho, pero también me causó mucho pesar, de corazón. Aquel día, los palestinos que vivían allí tenían la intención de sacar unos pollos para venderlos. Fuimos capaces de entenderlos porque algunos de los miembros de mi equipo hablaban árabe. Ese era su trabajo: recoger los huevos, vender los huevos, vender algunas aves… La esposa no trabajaba, estaba en la casa con los niños. Nosotros entramos en la casa e impedimos que el marido saliera a trabajar. La mujer se agarró la cabeza con fuerza y empezó a llorar. “Le habéis impedido ganarse la vida”, decía. Un soldado le contestó: “Es sólo por un día”. Pero no, lo hacíamos muchos días, íbamos a hogares de personas inocentes a humillarlos todos los días, todo el tiempo. Eso es lo que hacíamos. (…) Algunos decían entre nosotros que podían no ser inocentes y estar escondiendo cosas. Por supuesto, los habría. Otros no ponían excusas, ni lo pensaban. Han ordenado ir a las casas y vamos, es la santidad de nuestra misión, ¿de acuerdo? Si protestas te dirán eso, que no hay ningún problema ético en lo que estás haciendo. Que no estás dañando el código moral del ejército si los golpeas. Si se resisten, entonces tienes permiso para golpearles más, para responder con lo que sea, no hay problema en lo que se refiere al castigo. No lo hay. Así que todo está bien, y es por el bien de la misión, que el fin justifica los medios, y eso es todo. Pero en realidad, ahora que repaso las misiones… No pueden asumir eso siempre con naturalidad. Había una gran cantidad de misiones que no tenían un propósito claro, me mandaron a algunas tareas tan mal diseñadas o tan sin sentido que lo mejor era evitarlas. Lo cierto es que tenía que enfrentarme a estas familias, eso es lo que sucedía en la mayoría de los casos, que iba a hacerles daño. Digamos que en el 95% de las misiones había que ir a por una familia, fastidiarla y regresar. Se hacía deliberadamente, no sé si en la teoría pero sí en la práctica. Eso es lo que sucedió en la práctica, sí. Y entonces uno empieza a pensar en que lo que parecía desorganizado no es así, hay experiencia detrás, hay inteligencia en cada paso, detrás está el Shin Bet o quien sea. El Ejército siempre tiene quien ejecute las órdenes, sean las que sean. Para ellos, esos saqueos eran considerados como grandes misiones.

Fuente 1: Periodismo Humano

Fuente 2: Aporrea.org

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Israel niega la entrada al país a bomberos palestinos que ayudaron a extinguir el incendio del monte Carmelo

16 de Diciembre de 2010 – El pasado martes las autoridades israelíes cancelaron una ceremonia prevista para homenajear a los bomberos palestinos que la semana pasada ayudaron en las labores de extinción del incendio del monte Carmelo, después de que a varios bomberos palestinos les fuera negado el permiso para cruzar la frontera.

El comandante del Servicio de Bomberos Palestino, Ahmed Rizik, dijo que él y su equipo se llevaron una sorpresa cuando al llegar al puesto de control fronterizo israelí constataron que (las autoridades israelíes) sólo autorizaban la entrada a Israel a siete de los 10 bomberos palestinos, aunque a todos ellos se les había permitido entrar a Israel en el momento de la desastre.

«No hay ninguna razón lógica y no sé lo cuál fue el motivo, pero desgraciadamente no pudimos pasar la frontera, y a resultas de ello el acto de homenaje se ha aplazado hasta una fecha posterior«, afirmó.

El ejército israelí dijo que los permisos fueron denegados debido a un error burocrático y explicó que la lista de nombres fue procesada sin que se incorporaran a ella los números de identificación de cada bombero.

El ejército israelí dijo que estaba trabajando para conseguir para los homenajeados los permisos adecuados.

El diputado árabe israelí Ahmed Tibi calificó el incidente como «no solamente una locura o un teatro del absurdo, sino como la estupidez y actitud señorial normativa características del régimen de ocupación«.

«Es una completa vergüenza«, agregó.

La Autoridad Palestina respondió diciendo que había enviado sus bomberos por puro sentido de «responsabilidad humana» y que no podía entender por qué a aquellos que arriesgaron sus vidas se les negaba ahora la entrada a Israel.

«No está claro por qué a los mismos bomberos a los que los israelíes concedieron autorización para ayudar a extinguir el fuego se les niega ahora autorización para asistir a una ceremonia para homenajearlos«, dijo la Autoridad Palestina.

«Ayudamos a extinguir el incendio a pesar de la ocupación porque era nuestro deber humanitario«, agregó. «Sabíamos que la ocupación seguiría ahí después de nuestra ayuda«.

El primer ministro palestino Salam Fayyad llamó el presidente israelí Shimon Peres el mismo día en que estalló el incendio para ofrecerle la colaboración de los equipos antiincendios palestinos.

El incendio que mató a 43 israelíes y que causó estragos en los bosques de las afueras del puerto de Haifa pilló a Israel sin suficientes equipos de extinción de incendios y obligó el Primer Ministro Benjamin Netanyahu a recabar la ayuda de cerca de una docena de países.

Fuente 1: Haaretz

Fuente 2: Aporrea.org

El Ejército israelí descubre a mil desertoras del servicio militar gracias a Facebook

La mili es obligatoria en Israel. Pero no inevitable. De hecho, pueden librarse de hacerla los jóvenes que firmen una «declaración de religiosidad» que acredite que son judíos ortodoxos practicantes, lo que les impide comer comida que no sea kosher o trabajar en Shabbat.

Y esto fue lo que más de 1.000 mujeres alegaron para no tener que realizar el servicio militar, obligatorio para los mayores de 18 años de ambos sexos. Sin embargo, según recoge el diario británico Daily Telegraph, el Ejército israelí contrató a varios investigadores privados que comenzaron a hacer un seguimiento de las cuentas de Facebook de estas mujeres y descubrieron fotografías en las que incumplían todas las condiciones por las que podían quedar exentas de realizar el servicio.

Falsas invitaciones

«En la actualidad, Facebook es muy popular y te ayuda a ver realmente lo que los jóvenes están haciendo«, afirma el capitán del ejército, Arye Shalicar. Las Fuerzas Armadas tienen hasta 60 días para impugnar la «declaración de religiosidad» de las desertoras.

Algunas de ellas tenían fotografías en restaurantes comiendo cualquier tipo de comida, sin tener en cuenta si era kosher o no. Otras aceptaron las falsas invitaciones enviadas por los investigadores privados para asistir a fiestas los viernes, cuando comienza el Shabbat. «Si ves a alguien actualizar su cuenta el sábado, quiere decir que está usando un ordenador y, probablemente, hablando por teléfono y viendo la televisión, lo cual está prohibido según los preceptos«, asegura el capitán.

Fuente: El Mundo

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Condenan a un soldado por fotografiarse apuntando a un prisionero palestino

Una corte militar israelí ha condenado a cinco meses de prisión.

Así lo informa el servicio de noticias electrónico Ynet, que precisa que las imágenes fueron encontradas en el teléfono móvil del militar después de que fuera arrestado bajo sospechas de haber cometido delitos relacionados con drogas.

El uniformado, condenado por un tribunal militar de la Comandancia Central del Ejército israelí e identificado como cabo S., fue fotografiado con el detenido palestino cuando cumplía su servicio militar obligatorio en la zona de Jenín (norte de Cisjordania), el pasado mes de Enero.

También empleó su celular para tomar fotos de dos de sus compañeros de armas en comportamientos similares.

El caso salió a la luz pública el pasado verano, cuando el soldado fue arrestado en relación con otro caso. La Policía Militar encontró las fotos y detuvo a los otros dos soldados que aparecen en ellas, contra los que se han iniciado procedimientos legales.

Según el acta de acusación, uno de ellos esposó y cubrió los ojos del detenido palestino con la ayuda del resto.

«Él (soldado israelí) posó para fotografiarse con él (palestino) mientras apuntaba su arma cargada y con el dedo en el gatillo contra la parte superior de su cuerpo. No había razón para apuntar el arma al detenido en el momento en que se tomó la fotografía«, reza el auto de procesamiento.

Este caso se suma a otros de imágenes y vídeos que muestran a militares israelíes abusando o humillando a palestinos y que han salido a la luz pública en los últimos meses gracias a su difusión en redes sociales y soportes de vídeo por Internet.

Efe trató sin éxito de obtener un comentario del Ejército israelí.

Fuente: El Mundo