Top 10 métodos modernos de control mental de las masas
Publicación: 20/01/2011
Autor: pijamasurf
La religión New Age, armas psicotrónicas, programación predictiva, futbol, frecuencias electromagnéticas, la Matrix, estelas químicas… son algunos de los métodos con los que la civilización moderna es hipnotizada por los brujos invisibles en la cima de la pirámide tecnotrónica.
¿Somos parte de un lavado de cerebro masivo que nos lleva a ser una civilización de autómatas consumistas, algo muy conveniente para las grandes empresas y conglomerados que crean productos innecesarios y controlan y explotan los recursos del planeta? ¿O esto es solamente la naturaleza de ser, por definición, seres culturales, inmersos en un contexto tecnocapitalista, influidos por nuestro alrededor, seres tanto miméticos como meméticos en un mar de información sin que nadie manipule las olas?
Es difícil responder tajantemente, como sucede en estos casos lo más probable es que sí existan algunos grupos que buscan controlar la mente de las masas para enriquecerse o algún otro fin más oscuro (¿estilo Matrix donde los humanos son cultivados como alimento informático?), pero que no haya un plan único y todo-abarcante que controle nuestro destino individual ni colectivo -es probable que estemos también moviéndonos entre el caos y lo insondable –un amo que no tiene manos ni mente, que sólo es-. De cualquier forma es divertido como ejercicio para fomentar la imaginación o como herramienta de conciencia –sin rayar en la conspiranoia demasiado- revisar algunas de las formas en las que tal vez estemos siendo programados inevitablemente por la colectividad de nuestra cultura y/o por un despreciable grupo de banqueros vampíricos que busca robarte la voluntad y la inteligencia para que seas un esclavo bien portado.
1. Educación
Aunque esta es la forma más obvia de control mental, es también probablemente la más insidiosa. Todos sabemos que lo que aprendemos en nuestra infancia y juventud tiende a grabarse en nuestra psique y en cierto modo determina nuestro futuro. En este sentido la agenda podría ser pegar primero es pegar dos veces, creando un programa madre de lo que es la realidad y que no es admisible, limitando el espectro por el cual podremos navegar el resto de nuestras vidas.
Si bien cada país edita aquello que considera que los niños deben de aprender y en este sentido edita la historia política y del conocimiento humano, una de las constantes de los sistemas educativos en el mundo es que están basados en un método que favorece el almacenamiento de información y no la reflexión; a los alumnos se les enseña que las cosas son de una sola forma y que cuestionar lo que se les dice merece ser castigado, de esta forma adormeciendo la verdadera curiosidad y el pensamiento individual (algo que resulta bastante práctico cuando quieres evitar que cuestionen la autoridad o que se den cuenta que la construcción del paradigma que rige la sociedad es un castillo de naipes que no se afianza en una poderosa estructura de verdades comprobables y constantes, las cuales justifican, en su nombre, la represión a la que los niños son objeto). El ejemplo en la cultura popular de The Wall sigue siendo una buena ilustración de la generación de mentes uniformadas a través del sistema educativo, reclutas capaces de recibir ordenes y automatizarlas. Hasta cietrto punto soldados que defienden sin saberlo el sistema dominante.
Ver también el libro Deliberate Dumbing Down, sobre el sistema educativo de Estados Unidos.
2. La publicidad y la propaganda
Estas son justamente las armas que tiene el sistema dominante –capitalista, consumista y muchas veces fascista- de perpetuarse reforzándose en la mente de los habitantes del planeta de una forma inconsciente. El padre del marketing, Edward Bernays, escribió en su libro Propaganda que “la propaganda es el brazo ejecutivo del gobierno invisible”. Mientras que los marketingeros y publicistas no aceptarían fácilmente que trabajan en la industria de la propaganda -seguramente nos disparararían un término supercool más adecuado para su autopersuasión- la realidad es que esto es lo que son. Son los promoters, consciente o inconscientemente, de un sistema que para sobrevivir -para que “la economía siga creciendo”, para que el mundo siga “progresando”- necesita explotar al planeta Tierra y a miles de millones de personas.
El gurú Ed Bernays llama a la propaganda, ese sinónimo de publicidad satanizado por los Nazis, “la ingeniería del consentimiento” y nos dice: “Si entendemos el mecanismo y los motivos de la mente grupal, entonces ¿no es posible controlar y regimentar a las masas, según nuestra propia voluntado sin que ellos lo sepan? La reciente práctica de la propaganda ha probado que es posible”. Bernays, sobrino de Freud, combina la teoría del inconsciente de su ilustre tío con el condicionamiento de Pavlov, ligando los deseos al inconsciente para condicionar respuestas.
Otra de las formas en las que opera la propaganda es sin duda através de los medios de comunicación, particularmente a través del entretenimineto y del periodismo. Uno de los intelectuales más respetados de Estados Unidos fue Walter Lippman, Lippman creía que la sociedad debía de ser gobernada por “una clase especializada cuyos intereses iban más allá de la localidad”, (algo similiar a lo que hoy en día son los expertos en los programas de TV, los “pundits”). Lippman veía al periodismo como un “trabajo de inteligencia” (no se refiere a que los periodistas deban de ser inteligentes, sino que es parte del aparato estatal de inteligencia), que debe darse en cercanía con los hacedores de la política pública.
Unas palabras cálidas de Bill Hicks para los publicistas:
3. La programación predictiva
Esta es una de las más interesantes y controversiales formas de control mental, en la que las películas y los programas de TV operan como brujería electrónica o autoprofecías. Según esta teoría los medios son usados para condicionar a las masas sobre cambios sociales planeados por nuestros líderes, para que cuando estos cambios se implementen sean recibidos como “una progresión natural” dentro del zurcido invisible del espacio mediático en el que estamos inmersos y de esta forma se disminuya la oposición a estos cambios. La idea es que de esta forma se propaga una infalible ilusión de que así será el mundo y así nosotros lo creamos, más allá de que esto fuera a suceder o no. La incepción de una idea cultural dominante. Un programa de TV hoy en día puede ser la sustancia de una profecía.
Entre la programación predictiva se citan ejemplos de cómo el transhumanismo –la fusión entre las máquinas y los hombres- está siendo preprogramada en los medios con películas de ciencia ficción como Terminator y en la música con la conspicua estética transhumanista de artistas como Beyonce y los Black Eye Peas que hacen a los robots sexies.
Otra de las supuestas agendas de programación predictiva es la que tiene que ver con la preparación del terreno para la existencia de los extraterrestres o el anuncio de que ya están aquí. Este anuncio podría ser una fabricación para crear una nueva religion, pánico, idolatría u otro tipo de estados mentales favorables para el control mental, según sugieren algunas personas como el fallecido William Cooper. Estaríamos viendo un arsenal de películas de extraterrestres para que posiblemente cuando se decida orquestar “un evento extratererstre” lo aceptemos como algo natural.
“Hollywood es la varita mágica (“holly” es un árbol, y “holy” sagrado) que ha sido usada para hechizar al público sin su sospecha. Cosas o ideas que de otra forma serían consideradas bizarras, vulgares, indeseables o imposibles son implantadas en estas películas en regiones de fantasía. Cuando el espectador ve estas películas su mente está abierta a la sugestión y el proceso de condicionamiento empieza. Estas mismas películas, que son diseñadas para programar a la persona promedio, pueden darle al espectador atento un mejor entendimiento de los pormenores de la agenda mundial”, dice Alan Watt.
4. Deportes, Política, Religión
Esta clasificación un poco arbitraria obedece a agrupar estos aspectos de la cultura humana bajo la identidad de ser eventos masivos de distracción que pueden llamarse indistintamente, usando la definción de Marx, “el opio del pueblo”. Hoy en día el futbol, “el panbol”, como se le conoce en México, y otros deportes en un ámbito más segmentado pero igualmente enajenantes, cumplen la función de mantener a las masas en un estupor similar al producido por el opio, un estado de indolencia y sustracción del presente conectados a un televisor, en una bizarra comunión con dioses cuya religión es consumir la ostia de que siga girando el capital, y haciendo que las personas se identifiquen con equipos como si fueran Iglesias y otorgen su poder personal a estas entidades (¿las celebridades son nuestros chamanes?). Es decir, muchos de estos deportes hacen que alguien juegue por nosotros, que alguien más se enfrente al misterio del juego cósmico, mientras nosotros lo alimentamos, bebiendo cervezas y soñando con estar ahí en su lugar –substituidos por un simulacro. ¿No te has dado cuenta que vives en la realidad virtual?
La política de forma similar también polariza a la sociedad en falsas discusiones. ¿Votarás demócrata o republicano? Cuando en realidad los partidos, los colores supuestamente rivales, no modifican la estructura fundamental de la sociedad -o si no preguntenle a Wall Street-, pero lo que sí hacen es crear la ilusión de que se está modificando y de que los ciudadanos somos los que la modificamos, con nuestro poder democrático. De nuevo esto es un simulacro. Borges decía que la religión es la superstición de nuestro tiempo. Celine, con pasión, lo dice más claro aún:
“¡Que no vengan a alabarnos el mérito de Egipto y de los tiranos tártaros! Estos aficionados antiguos no eran sino unos maletas petulantes en el supremo arte de hacer rendir al animal vertical su mayor esfuerzo en el currelo. No sabían, aquellos primitivos, llamar “señor” al esclavo, ni hacerle votar de vez en cuando, ni pagarle el jornal, ni, sobre todo, llevarlo a la guerra para liberarlo de sus pasiones”.
No es necesario decir que la religión históricamente ha sido usada para controlar la mente de las personas, hasta el punto de que sus fantasmas se volvieran reales y persiguieran a las personas en un infierno psíquico. Pero actualmente estamos viendo el nacimiento de nuevas religiones de control mental como la Cienciología, donde los creyentes entregan su vida y todo su dinero a una institución creada por un escritor de ciencia ficción que diseñó una religión basada en un dios extraterrestre que solo entrega su sabiduría a los que han podido pagar los altos costos financieros de escalar la pirámide (y que usa a las marionetas sagradas de Hollywood para promover su mensaje de exitismo galáctico). También, la gran cantidad de sectas cristianas que se se propagan por Latinoamérica, muchas de las cuales utilizan la televisión como su templo. Y quizás el caso más intersante es el del new-age, una operación ligada a programas secretos de la CIA, como el programa Stargate y que ha difundido básicamente la idea de que los dioses son extraterrestres. Más allá de que esto sea cierto o no, o que existan iniciados que conozcan la relumbrante realidad de nuestro origen estelar, lo innegable es que el new age es uno de los terrenos más fértiles en la historia para hacer negocio con la religión. Cualquiera puede decir que canaliza a una entidad de Ofiuco o del sistema estelar de las Pléyades; en una época donde la información se ha exponenciado, cualquiera puede escribir un libro en la voz de un maestro ascendido de Orión o de Shambhala: la información está ahí, los textos sagrados y herméticos están al alcance del vulgo y pueden ser remixeados. La confusión es sumamente fácil. El ser humano como hemos visto es una especie de tabula rasa, o biocomputadora que reproduce los programas que se le insertan. Seguramente en este momento estás creyendo que esto que lees aquí es la verdad.
Una de las formas en las que se ejerce el control mental de la religión es a través de otorgar el poder personal, el destino individual, la voluntad, la capacidad de decidir, a otra persona o entidad, que de esta forma se convierte en un controlador. En este sentido el sistema operativo de la religión es insuperable como mecanismo de control mental efectivo. En el fondo lo que entregamos es nuestra capacidad de crear la realidad por nosotros mismos –aunque esta también es una de las religiones new age que se venden-. Tal vez esto se resume en la frase del ocultista Aleister Crowley: “¿Si supieras que eres dios y que todos los demás son igual que tú, les dirías?”. Tal vez ese sea el secreto al cual se aferra la religión.
5. Comida y Agua
Los sagrados alimentos hoy en día contienen altas dosis de glutamato monosódico, fenilalanina, aspertame, fluoruro de sodio, y cientos de otros químicos que en buena medida envenenan al organismo humano o coartan las posibilidades de sus desarrollo. ¿Quieres abrir tu tercer ojo y ver la red de energía que atraviesa el universo? Eso va ser un poco difícil mi amigo, después de que has bebido toda tu vida fluoruro de sodio del agua del grifo que provee amorosamente tu ciudad. (El fluoruro de sodio se conecentra más en la glándula pineal que en ninguna otra parte del cuerpo, calcificándola; esta misteriosa glándula, “que secreta espíritus”, según Rene Descartes, es el portal al mundo espiritual según la mayoría de las culturas antiguas y de los modernos místicos).
Quieres que tus hijos crezcan sanos y fuertes y sean inteligentes como las personas que hablan en la televisión, comprales dulces con fenilalanina y aspertame, delicioso desarrollo. O dales helados hechos con hormonas cancerígenas desarrolladas por nuestros buenos amigos en Monsanto. Un mundo transgénico, es un mundo sin hambre (sin hambre de ser)…
La industria del alimento, es actualmente una industria de un lento veneno. ¿O tal vez esto sea un poco conspiranoico?, ¿pero quién puede negar que los alimentos industriales son perjudiciales para la salud del ser humano y que pese a que existen numeroso estudios científicos que comprueban esto, las autoridades no solo permiten sino fomentan la expansión de este modo de regenerar la existencia, como comprueban los cables de WikiLeaks en los que funcionarios de España y de Estados Unidos cabildearon directamente en favor de Monsanto y de los alimentos geneticámente modificados. Uno de los grandes beneficiarios del envenamiento del Food Inc, es Big Pharma, las grandes farmacéuticas, corporaciones multimillonarias ligadas a los bancos y a figuras políticas que necesitan, como si nuestra salud fuera un gadget, que constantemente estemos generando condiciones tratables con medicamentos, un círculo vicioso, el más oscuro Ourboros. Han convertido a la ciencia de Hermes, en la ciencia de Moloch.
6. Drogas
Aquí incluimos a los fármacos y a las drogas ilegales. Por una parte tenemos la industria de los antidepresivos, antipsicóticos, antidelirantes, y demás sustancias usadas para tratar condiciones mentales. Estas sustancias son recetadas indiscriminadamente a cualquiera que tenga la más vaga anormalidad mental, justamente a todos los que no son mentalmente normales. Una forma de uniformar criterios en la sociedad, de ofuscar a las mentes inquietas, posiblemente briillantes y rebeldes, es darles poderosos fármacos que los calmen, que los adormezcan en el plácido confort de no tener demonios pero tampoco sueños. Actualmente el 25% de los niños en Estados Unidos esta bajo prescripción de alguna sustancia de la cual se necesita una receta médica ¿Brave New World, alguien?
También es notable como algunas drogas ilegales, como el crack han sido empujadas por el mismo gobierno y la policía que las persiguen. Michael Rupert, ex DEA, relata como la CIA vendía cocaína en California. A veces las drogas pueden ser usadas directamente contra una población, como lo fue el opio en China, posiblemente la heroína con las Panteras Negras y el crack contra grupos afroamericanos en los ochenta (se especula que el LSD también fue promovido para acabar con algunos movimientos cuya conciencia cristalina se enturbió con esta sustancia o para manipular a ciertas personas como el caso de Charles Manson y su familia de asesinos, los cuales tomaban LSD como parte de su religión sincrética). La CIA experimentó con el LSD, con soldados, prostitutas y hasta con un pueblo entero en Francia.
Por otra parte prohibir plantas sagradas o enteógenos, como la Ayahuasca, los hongos mágicos o el Peyote, entre otras, es poner un candado a una dimensión milenaria en la que hombres y plantas han convivido y se han comunicado formando una alianza de poder y de conocimiento. Es negar la posibilidad de explorar las otras mentes dentro de la mente humana, las otras realidades dentro de la realidad humana. Es negar la posibilidad, hasta cierto punto, de que formemos una relación mágica con la naturaleza y apaguemos la televisión para irnos al bosque a buscar el axis mundi en cada hoja.
Como dijera William Burroughs, la histeria creada en torno a las drogas ilegales es usada para crear un estado de «control policial». Desde la epoca del “Reefer Madness” o de la información relativa a las personas que brincan de edificios por el solo hecho de tomar LSD (o el clásico anuncio que ha pasado en todos nustros países del niño que se ahoga porque se drogó antes o se convirtió en un rufián por obra del diablo en la sustancia), hasta las guerras contra el narco y la violencia que provocan las plantas, la histeria en torno a las drogas ilegales ha sido usada –además de para financiar operaciones ilegales dentro de los gobiernos- para incrementar la vigilancia, para hacer necesaria una policía nacional y hasta global que tenga potestad sobre los ciudadanos y que acceda a la información personal de los individuos como si fuera propiedad del estado. Es una nueva versión del panóptico y es, apoyándonos en Foucault, una forma en la que el estado incrementa su poder, a través de la información.
7. Aire/Chemtrails
Los chemtrails o estelas químicas son parte de una teoría de conspiración que señala que desde algunos años los cielos del planeta están siendo roceados por varias sustancias químicas, metales tóxicos, bacterias y hasta nanotecnología que están dirigidas a a dañar la salud humana y hasta a alterar el código genético del ser humano. Las ciudades del planeta estarían siendo cruzadas por estelas como pentagramas y estrellas químicas para mantener a las masas en el déficit de su potencial.
8. Programas militares/armas psicotrónicas
En esta categoría entrarían programas militares en los que el control mental es visto como una estrategia bélica o en los que se desarrollan armas de control mental. Uno de los proyectos en los que se trabaja es en el uso de tecnología holográfica para crear ilusiones en el campo de batalla, como puede ser el Rostro de Alá o La Voz de Dios, utilizando tecnología de rayos dirigidos de sonido. Por otra parte están lo que se llaman armas psicotrónicas, las cuales están orientadas a la posibilidad de emitir información a distancia de forma que el receptor entre en un estado mental específico o que incluso llegue a escuchar mensajes, voces, que parecen son propias. Programas de DARPA o de la CIA como en los que trabajó Andrija Puharich, desarrollando dispositivos capaces de inducir experiencias de canalización, o el mítico Blue Beam, en el que se proyectaría un rapto holográfico y/o la llegada del Anticristo, entran en esta categoría conspiratoria
9. Espectro Radioeléctrico/Frecuencias electromagnéticas
Relacionada a la categoría anterior, en este apartado entraría desde la tecnología usada para transmitir programas de televisión a través del espectro radioeléctrico como antenas capaces de transmitir ondas electromagnéticas de baja frecuenca como HAARP. Como dijera Marshal Mcluhan “el medio es el mensaje” , en este sentido los cuadros por segundo (“el flicker rate”) de la televisión y de las computadoras estaían diseñados para inducir la mente a estados poco armónicos de neurofuncionamiento. Estudios muestran que ver televisión independientemente del contenido afecta la actividad de las ondas cerebrales, llevando a la mente a un predominio de ondas alfa y teta asociados con estados de pasividad. En realidad el nivel de ondas alfa que provoca la televisión ocurre de manera natural cuando cerramos lo ojos. La televisión sustrae a los individuos a una dimensión mental fuera del presente como si estuvieramos soñando despiertos, sólo que no son nuestros sueños lúcidos. El estado alfa de receptividad pasiva en el que sume la televisión al cerebro es perfecto para la formación de improntas, implantes inconscientes, justamente sueños ajenos que introyectamos como nuestros.
Por otra parte tenemos la transmisión de ondas electromagnéticas de baja frecuencia, algo que el mismo Nikola Tesla ya había teorizado podia ser usado para afectar al cerebro humano. “Si podemos controlar este sistema de resonancia electrónicamente, podemos controlar el sistema mental de la humanidad”, escribió Nikola Tesla. El cerebro humano trabaja a ciertas frecuencias, esto es lo que denominan ondas cerebrales, las cuales tienen diferentes amplitudes y longitudes de onda. Cuando se expone a ondas electromagnéticas, como puede ser la televisión, o como puede ser el caso de la fotoestimulación, en las llamadas máquinas mentales de luz y sonido, las ondas cerebrales pueden mimetizar u alterar su comportamiento en relación a las ondas que está recibiendo. Teóricamente una antena capaz de emitir ondas electromagnéticas y rebotarlas en la ionósfera para dirigirlas a una población podría instalar estados mentales dominantes, generar estrés o ansiedad en millones de personas. Teóricamente las antenas del proyecto HAARP en Alaska podrían estar emitiendo ondas electromagnéticas bajas, que además de afectar el clima, podrían manipular el estado mental del planeta, de forma similar a un casco de dios inalámbrico.
Por otra parte, Leonard Horowitz cree que hemos sido víctimas de una frecuencia inarmónica en la música, debido una conspiración orquestada por la Fundación Rockefeller, que habría estandarizado la frecuencia de A=440Hertz como sintonía de la música comercial, robandonos de la frecuencia más armónica de A=444Hz (C5=528Hz), la cual aparece en la naturaleza de forma dominante.
Otras personas teorizan que este tipo de control de las frecuencias electromagnéticas nos alejan de la resonancia Schumann, la frecuencia fundamental de la Tierra ubicada entre los 7.5 hertz y los 7.8 hertz, o que incluso estarían alterando esta frecuencia a través de armas como HAARP.
Quizás la más radical de las teorías de conspiración entres las frecuencias electromagnéticas es la que suguiere que controlando las frecuencias a las que somos expuestos -aúnado a lo que comemos, a lo que recibimos en el aire y a la propaganda- se crea una especie de Matrix o programa de realidad virtual en el que vivimos. Este mundo experimentamos no existe más que como un programa informático, holográfico al cual hemos sido condicionados. Halla fuera está el universo, mientras nosotros vivimos en una simulación.
Recalcamos que estas son solo teorías y no existe, que sepamos, nada cercano a una prueba de que se está llevando a cabo una guerra invisible de frecuencias (aunque evidentemente sería difícil detectar esto si sí estuviera pasando, ya que estaríamos nadando en el mismo mar de frecuencias como un pez en el agua).
10. El sexo
Relacionado a la publicidad como a la religión, el control mental a través del sexo tiene que ver con que la energía sexual, la energía primordial que mueve al ser humano, es manipulada por la cultura para propagar el sistema consumista y para mantener al ser humano en un estado onanista de baja energía. Aunque mucho más complejo que los anuncios de cerveza de mujeres en bikini, el sexo sirve como mecanismo cuasi mágico para activar un deseo y asociarlo con un producto. Por otra parte a través del deseo sexual insatisfecho, como diagnosticara Freud, la sociedad se vuelve neurótica y hoy en día la cultura parece inculcar que todos debemos copular con supermodelos o superatletas y evidentemente en la práctica no sucede -aunque la cultura nos promete que si seguimos todos su pasos y compramos todos sus productos lo lograremos- por lo cual se presenta un divorcio entre la intimidad real y la posibilidad de la sana y hasta sagrada expresión sexual -incursionando por los caminos del éxtasis- y la fantasía procrastinante que impera.
La Iglesia católica usó por varios siglos al sexo como una forma de control mental, en su caso ocultando y prohibiendo el sexo, haciendo tabú la exploración de la nave espacial del cuerpo. De esta forma guradándose la única copia de las llaves del cielo y manteniendo la exclusividad como interfaz de dios. Una sociedad sexualmente reprimida es una sociedad mentalmente reprimida y que subexplota su potencial, una sociedad más fácil de manipular. La mayoría de las cosas cambian para mantenerse igual: actualmente el control mental a través del sexo se da a través de la sobrexposición del sexo, lo que Jean Baudrillard llama lo obsceno, el ámbito donde la pornografía “es más sexy que el sexo, y por ende lo reemplaza” haciendo “explícito lo implícito”. Al igual que sucede con la religión, la sobreinformación y sobrestimulación sexual crea una enorme confusión. Al punto de que no es que estemos excitados todo el tiempo viendo cuerpos semidesnudos en la televisión o videos pornográficos en Internet liberando la energía libidinal creativa o el kundalini, es que estamos drenando esta energía proyectandola a fantasmas electromagnéticos o tulpas. Si consideramos la creencia de que durante el acto sexual se produce una unión energética y una transferencia energética, se podría hablar de una vampirismo sexual electromagnético a escala global. Millones de personas enviando los filamentos de energía con los cuales podrían crear nuevos mundos a bizarras entidades catódicas que no son conscientes de que viven en un universo predatorial y no están en la cima de la pirámide alimenticia.
Fuente: Pijamasurf
El poder de la publicidad, una amenaza contra el individuo y el planeta
Publicación: 05/09/2011
Autor: pijamasurf
La publicidad, que sostiene al sistema de consumo dominante, es una seria amenaza contra el ecosistema planetario, los recursos naturales y hasta nuestra individualidad, que al ser expuesta a la propaganda de la mente grupal se aleja de su autoconocimiento y autorrealización.
La ubicuidad de la publicidad hace que generalmente no reparemos en su efecto y en lo que significa para el orden de las cosas. A lo mucho consideramos sus mensajes como una molestia menor y zappeamos o bloqueamos instintivamente sus imágenes cuando navegamos por Internet o vamos por un horizonte urbano. Pero seamos consciente o no de su presencia, esta se filtra a lo más profundo de la psique colectiva e influye en el mundo que habitamos.
La era de los medios masivos de comunicación es también, indisociablemente, la era de la publicidad. Ya que la publicidad, una industria anual de medio billón de dólares, fondea la comunicación en todo el mundo, la información está en buena medida determinada por las grandes corporaciones que inyectan miles de millones de dólares a los consorcios mediáticos. Recordemos que en el sentido más básico la información es lo que programa nuestra realidad. Ahora bien, la publicidad sirve a una serie de intereses, el principal de ellos: la propagación de un estilo de vida.
Uno de los padres de la publicidad fue Ed Bernays (sobrino de Sigmund Freud), para quien la publicidad es un eufemismo de la propaganda (después de Goebbels este término fue relegado justamente como una estrategia de marketing de la misma publicidad). Bernays desarrolló una serie de conceptos que marcarían el destino de la publicidad, entre ellos el de “ingeniería del consenso” o “empoderamiento a través del consumo”, implementando el modus operandi fundamental de la asociación de un producto con el inconsciente (algo que tal vez aprendió de su ilustre tío). Actualmente, gracias a Bernays y a otros más, la publicidad es la propaganda del consumismo por todos los medios posibles. Más allá de un mensaje puntual de tal o cual producto, la publicidad promueve siempre el consumo y esto es algo que tiene serias consecuencias en el individuo y el planeta.
El profesor Justin Lewis, de la Universidad de Cardiff, ha escrito un notable ensayo sobre los peligros de la publicidad en el mundo actual, haciendo hincapié en que podemos estar acercándonos al punto en el que la publicidad se convierta en un serio peligro para el planeta.
Lewis advierte que la publicidad es el género principal de TV que vemos. Un espectador británico ve en promedio 48 comerciales de televisión al día; en Estados Unidos una persona se expone a 25 mil comerciales año. En Australia una tercera parte del tiempo de TV es publicidad; en Estados Unidos la cifra se acerca al 40%. Y si bien muchos de nosotros nos sentimos inmunes a la publicidad, ya que supuestamente tenemos criterio y somos analíticos, numerosos estudios muestran que el cine y la televisión penetran nuestro inconsciente afectándonos de diversas formas.
La multimillonaria industria de la publicidad sabe que para ser efectiva debe de emplear una serie de trucos o técnicas de persuasión, y para eso paga sueldos astronómicos a las personas más “creativas” del planeta —convirtiéndose en una especie de calamar vampiro de la creatividad. Algunas de las mentes que podrían ser las mejores de nuestra generación (si tan solo abandonaran la industria del marketing y la publicidad) queman sus neuronas buscando la manera de engañar a las personas para que compren un producto. De manera algo deleznable, en los rascacielos de las grandes urbes del mundo puedes ver a un grupo de creativos tomando LSD para invocar una “gran idea” que haga a tal candidato obtener más votos, o fumando Marihuana o quizás sirviéndose una “cuba” o un whiskey de su minibar para pensar en algo que te haga desear (sin saber por qué) comprar más Coca-Colas. Y así sucesivamente mucha de la energía creativa de nuestro mundo se consume en un loop de circuito cerrado alimentando a la sociedad consumo. Esto sin contar que la mayoría del presupuesto que se destina a la producción de comerciales es inmensamente superior al presupuesto que se tiene para obras de creación artística, científica o educativa.
Mientras tanto, de manera taimada o solo ingenua asumimos que la industria publicitaria es esencialmente apolítica.
«La publicidad podrá ser individualmente inocente, pero colectivamente es el ala propagandística de la ideología consumista. La moral de las miles de diferentes historias que cuenta es que la única forma de asegurar el placer, la popularidad, la seguridad, la felicidad o la prosperidad es a través de comprar más; más consumo sin importar lo que ya tenemos», escribe el profesor Lewis.
Este mensaje que hace del santo grial de nuestra existencia una serie de productos que de alguna forma —si tenemos suficientes— nos harán cumplir nuestros sueños, aquello que vemos en las personas que aparecen en la TV y en las películas, es evidentemente una enorme falacia. Como indica Lewis, existen estudios que claramente marcan que no hay una conexión entre el volumen de objetos de consumo que una persona acumula y su bienestar. No solo no necesitamos un gadget o un nuevo cosmético para sobrevivir en un plano material ni en uno emocional, sino todo lo contrario: los objetos de consumo son muchas veces lo que nos permite no enfrentarnos con nuestra emociones, sumiéndolas en un plano inconsciente.
«La investigación muestra que una caminata en el parque, la interacción social o el trabajo como voluntarios hará más por nuestro bienestar que cualquier cantidad de “terapia de compras”. La publicidad, en ese sentido, nos empuja a maximizar nuestros ingresos en vez nuestro tiempo. Nos aleja de las actividades que nos dan placer y significado en nuestras vidas llevándonos a una arena que no nos puede proporcionar esto —lo que Sut Jhally llama “el mundo muerto de las cosas”», escribe Lewis en Open Democracy.
Aún más importante es el hecho de que, en un mundo finito, nuestro ritmo de crecimiento de consumo es insostenible. Para el fin de este siglo, si seguimos consumiendo como lo estamos haciendo, la economía mundial tendrá que ser 80 veces más grande —y los recursos naturales del planeta lo sufrirán.
Además de amenazar el ecosistema, la publicidad es parte fundamental del programa cultural de la mente grupal: una transmisión memética que, sin aplicar un juicio de valor, nos moldea individualmente conforme a un paradigma establecido por aquella élite que se dedica a la ingeniería del consenso, para poder mantener el status quo. En cierta forma la publicidad es la forma en la que la clase dominante se comunica con las masas, una comunicación vertical, desde la cima de la pirámide electrónica hacia abajo.
«Si entendemos el mecanismo y los motivos de la mente grupal, entonces, ¿no sería posible controlar y regimentar a las masas, según nuestra propia voluntad sin que ellos lo sepan? La reciente práctica de la propaganda ha probado que es posible», escribió Ed Bernays en los albores fundacionales de la publicidad.
La publicidad actualmente, con la industria del infotainment, va más allá de los anuncios comerciales, penetra el contenido de la mayorías de los programas en los medios masivos, es en sí misma el programa dominante:
«Este programa de deseo sexual incluye todas las cosas que se requieren para tener sexo: dinero, estatus, éxito, imagen, belleza, estar en forma, confianza, carisma social y otros. Todas estas cosas son deseables para nosotros de acuerdo con un fin especifico: tener sexo. La publicidad es un recordatorio constante de lo anterior, lo mismo que el porno. Actualmente los dos se han fundido: la publicidad es frecuentemente pornográfica y los sitios de pornografía (al igual que los de encontrar pareja) y sus anunciantes han inundado, literalmente, el Internet», escribe Aeolus Kephas, en Escritores del Cielo en Hades.
El mass media, con su masaje masivo de la psique, nos recuerda constantemente, en su fusión con la publicidad, todas las cosas que necesitamos para tener sexo, para ser felices o para conseguir nuestro sueños. Y de tanto recordárnoslo —la tautología que se vuelve verdad— nos implanta una especie de memoria y deseo ajeno, donde corremos el peligro de querer (e incluso conseguir) lo que todos quieren —y dejar a un lado el descubrimiento y la búsqueda del individuo, que solo puede ser él mismo, en su totalidad, si se desprende del colectivo y de la programación mental masiva.
Fuente 1: Open Democracy
Fuente 2: Pijamasurf
Implantes de microchips, control de la mente y cybernética
Rauni-Leena Luukanen-Kilde, MD – Former Chief Medical Officer of Finland
6 de Diciembre de 2000
El implante de microchips, el control de la mente, y la cibernética Por Rauni-Leena Luukanen-Kilde, Doctor en Medicina Ex Ministro de Salud de Finlandia 6 de Diciembre de 2000. En 1948 Norbert Weiner publicó su libro titulado La cibernética, definido como una teoría del control y la comunicación neurológica ya en uso en los pequeños círculos de la época. Yoneji Masuda, «Padre de la Sociedad de la Información», en 1980 expresó con preocupación que nuestra libertad está siendo amenazada, al estilo Orwelliano, por la tecnología cibernética totalmente desconocida para la mayoría de las personas. Esta tecnología conecta los cerebros de las personas, mediante microchips implantados, con satélites controlados por supercomputadoras terrestres. Los primeros implantes cerebrales fueron insertados quirúrgicamente en 1974 en el estado de Ohio, EEUU y también en Estocolmo, Suecia. En 1946 se insertaron electrodos cerebrales en cráneos de bebés sin el conocimiento de sus padres. En la década del ’50 y el ’60, se realizaron implantes eléctricos en cerebros de animales y seres humanos, sobre todo en EEUU, mientras se realizaban investigaciones acerca de la modificación de conducta, y el funcionamiento cerebral y corporal.
Se utilizaron métodos para el control de la mente (CM) con el objeto de modificar la conducta y las actitudes humanas. La posibilidad de influir sobre las funciones del cerebro se volvió una meta importante para el ejército y los servicios de inteligencia. Los implantes cerebrales de hace treinta años, según las radiografías, tenían un tamaño de un centímetro. Los implantes posteriores se redujeron al tamaño de un grano de arroz. Estaban hechos de silicio, y más tarde de arseniuro de galio. En la actualidad son suficientemente pequeños como para poder insertarse en el cuello o la espalda, y también de manera intravenosa en diferentes partes del cuerpo durante una cirugía, con o sin el consentimiento del paciente. Actualmente es casi imposible detectarlos o quitarlos. Resulta técnicamente posible implantar un microchip en un recién nacido, con el cual se podría identificar a la persona por el resto de su vida. Estos planes están siendo secretamente tratados Estados Unidos sin ningún tipo de difusión pública de las cuestiones privadas involucradas.
En Suecia, el Primer Ministro Olof Palme autorizó en 1973 el implante de prisioneros, y el ex-Director General de Estadísticas, Jan Freese reveló que pacientes ambulatorios habían sido implantados a mediados de los ’80. La tecnología allí empleada es revelada en el informe estatal sueco 1972:47, Statens Officiella Utradninger (SOU).
Los seres humanos implantados pueden ser rastreados en todas partes. Sus funciones mentales pueden ser monitoreadas a distancia mediante supercomputadoras e incluso se las puede alterar modificando sus frecuencias. En los experimentos secretos se han incluido, como conejillos de india, a prisioneros, soldados, pacientes enfermos mentales, niños discapacitados, personas sordas y ciegas, homosexuales, mujeres solteras, ancianos, niños en edad escolar, y cualquier grupo de personas consideradas «marginales» por los experimentadores de élite. Las experiencias publicadas realizadas con reclusos en la Prisión Estatal de Utah, por ejemplo, son alarmantes. Los microchips actuales funcionan por medio de ondas de radio de baja frecuencia que permiten rastrearlos. Con la ayuda de satélites, la persona implantada puede ser localizada en cualquier parte del planeta. Dicha técnica fue, entre otras, testeada en la guerra de Irak, según el Dr. Carl Sanders, el inventor del biochip de interfase de inteligencia controlada (intelligence-manned interface), inyectada en las personas. (Anteriormente, durante la Guerra de Vietnam, se inyectaron chips Rambo en los soldados, diseñados para aumentar el flujo de adrenalina en el torrente sanguíneo.) Las supercomputadoras de 20 mil millones de bits por segundo de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional americana) ahora podrían «ver y oir» lo que los soldados experimenten en el campo de batalla mediante un Sistema de Monitoreo Remoto (SMR). Cuando se coloca un microchip de 5 micromilímetros (el diámetro de un cabello es de 50 micromilíimetros) en el nervio óptico del ojo, éste toma neuroimpulsos desde el cerebro que albergan las experiencias, olores, imágenes, y la voz de la persona implantada. Una vez transferidos y guardados en una computadora, estos neuroimpulsos pueden proyectarse nuevamente en el cerebro de la persona mediante el microchip a ser reexperimentado. Mediante el Sistema de Monitoreo Remoto, un operador de computadora en tierra puede enviar mensajes electromagnéticos (codificados como señales) al sistema nervioso, afectando el desempeño del «objetivo». De esta manera, mediante el Sistema de Monitoreo Remoto se puede inducir a personas saludables a que vean alucinaciones y oigan voces.
Cada pensamiento, reacción, sonido, y observación visual produce un determinado potencial neurológico, ondas, y patrones en el cerebro y en sus campos electromagnéticos que pueden ahora descifrarse como pensamientos, imágenes y voces. El estímulo electromagnético puede, por consiguiente, cambiar las ondas cerebrales de una persona y afectar la actividad muscular, causando calambres musculares dolorosos experimentados como una tortura. El sistema electrónico de vigilancia empleado por la Agencia de Seguridad Nacional americana puede seguir y ocuparse simultáneamente de millones de personas. Cada uno de nosotros tiene una frecuencia de resonancia bioeléctrica única en el cerebro, del mismo modo que poseemos huellas digitales únicas. Mediante la estimulación del cerebro con frecuencia electromagnética (FEM) totalmente codificada, se pueden enviar al cerebro señales electromagnéticas, haciendo que el «objetivo» experimente los efectos auditivos y visuales deseados.
Ésta es una forma de guerra electrónica. Se implantaron astronautas americanos antes de ser enviados al espacio para poder captar sus pensamientos y registrar todas sus emociones las 24 horas del día. El Washington Post informó en Mayo de 1995 que al Príncipe William de Gran Bretaña se le había implantado un microchip a los 12 años de edad. De modo que, si alguna vez fuera secuestrado, se le podría dirigir una onda radiofónica con una frecuencia específica a su microchip. La señal del microchip se podría enviar, mediante satélite, a la pantalla de la computadora en la central de policía desde dónde se podrían seguir los movimientos del Príncipe.
De hecho se lo podría localizar en cualquier parte del globo. Los medios de comunicación masivos no han indicado que la privacidad de una de una persona implantada desaparezca por el resto de su vida. Se la puede manipular de muchas maneras. Empleando frecuencias diferentes, el controlador secreto de este equipo puede incluso cambiar la vida emocional de una persona. Se lo puede volver agresivo o letárgico. Y hasta se puede influir artificialmente en su sexualidad. Se pueden leer las señales del pensamiento y el pensamiento subconsciente, se pueden afectar y hasta inducir los sueños, todo sin el conocimiento o consentimiento de la persona implantada.
De esta forma se puede crear un soldado cibernético perfecto. Esta secreta tecnología ha sido usada por las fuerzas militares en ciertos países de la NATO desde los ’80 sin que las poblaciones civil y académica supieran nada al respecto. Por ello, existe poca información acerca de dichos sistemas invasivos para el control de la mente en las publicaciones profesionales y académicas. El grupo Inteligencia en Señales de la NSA puede monitorear remotamente la información proveniente de los cerebros humanos mediante la decodificación de los potenciales evocados (3.50HZ, 5 miliwatts) emitidos por el cerebro. Se ha encontrado que prisioneros usados en experimentos tanto en Gothenburg, Suecia y Viena, Austria presentan lesiones cerebrales evidentes.
La disminución de la circulación sanguínea y la falta de oxígeno en los lóbulos frontales temporales derechos se producen en los casos en que los implantes cerebrales están usualmente funcionando. Un finlandés empleado para un experimento presentó atrofia cerebral y ataques intermitentes de inconsciencia debido a la falta de oxígeno. Las técnicas de Control de la Mente se pueden utilizar con fines políticos. El objetivo de los controladores mentales en la actualidad es inducir a las personas o grupos «objetivo» a actuar contra sus propias convicciones e intereses. Incluso se pueden programar individuos zombificados para que asesinen y no recuerden nada después del crimen. Se pueden encontrar ejemplos alarmantes de este fenómeno en EEUU Esta «guerra silenciosa» está siendo conducida por agencias de inteligencia y militares contra soldados y civiles ignorantes.
Desde 1980, la estimulación electrónica del cerebro (EEC) ha sido secretamente empleada para controlar personas «objetivo» sin su conocimiento o consentimiento. Todos los acuerdos internacionales sobre derechos humanos prohiben la manipulación no consensuada de seres humanos – incluso en las prisiones, sin mencionar a las poblaciones civiles. Bajo una iniciativa del senador americano John Glenn, en Enero de 1997 se comenzaron a tratar los peligros de radiar a las poblaciones civiles. El control de las funciones cerebrales de las personas con campos y haces electromagnéticos (provenientes de helicópteros y aviones, satélites, camionetas estacionadas, casas vecinas, postes de teléfono, aparatos eléctricos, teléfonos móviles, TV, la radio, etc.) es parte del problema de la radiación que debe ser tratado en los organismos gubernamentales elegidos democráticamente . Además del control electrónico de la mente, también se han desarrollado métodos químicos. Se pueden introducir drogas que produzcan alteraciones mentales y diferentes gases inhalantes que afecten el funcionamiento cerebral de manera negativa en conductos aéreos o cañerías de agua. También se han probado de esta manera bacterias y virus en varios países.
La supertecnología de hoy, al conectar las funciones de nuestro cerebro a través de microchips (o incluso sin ellos, según la última tecnología) con las computadoras por medio de satélites en EEUU o Israel, constituye la amenaza más grave contra la humanidad. Las últimas supercomputadoras son suficientemente poderosas como para monitorear la población del mundo entero. ¿Qué pasará cuándo las personas sean tentadas mediante premisas falsas para que permitan el implante de microchips en sus cuerpos? Una tentación será el documento de identidad en microchip. Hasta se ha propuesto secretamente una legislación obligatoria en EEUU para penalizar la extracción de dicho implante identificatorio. ¿Estamos listos para la robotization de humanidad y la eliminación total de la privacidad, incluida la libertad de pensamiento? ¿Cuántos de nosotros querrían ceder su vida entera, incluidos sus pensamientos más confidenciales, al Gran Hermano? Sin embargo, existe la tecnología para crear un Nuevo Orden Mundial totalitario. Existen sistemas de comunicación neurológicos encubiertos para neutralizar el pensamiento independiente y controlar la actividad social y política en nombre de intereses privados y militares propios.
Cuando nuestras funciones cerebrales ya estén conectadas a las supercomputadoras por medio de implantes de radio y microchips, será demasiado tarde para protestar. Solo se podrá evitar esta amenaza educando al público, utilizando la literatura existente sobre biotelemetría e información obtenida en congresos internacionales.
Una de las razones por las cuales esta tecnología ha permanecido como secreto de estado es el difundido prestigio IV Manual Estadístico de Diagnóstico psiquiátrico elaborado por la Asociación de Psiquiatría Americana e impreso en 18 idiomas. Los psiquiatras empleados por las agencias de inteligencia americanas sin ninguna duda participaron en la redacción y revisión de este manual. Esta «biblia» psiquiátrica encubre el desarrollo secreto de tecnologías para el Control de la Mente rotulando algunos de sus efectos como síntomas de esquizofrenia paranoica. De esta manera, las víctimas sometidas a experimentos relacionados al control de la mente son habitualmente diagnosticadas como enfermos mentales por médicos que se aprendieron la lista de «síntomas» DSM en la Facultad de Medicina. No se le ha enseñado a los médicos que los pacientes pueden estar diciendo la verdad cuando refieren haber sido manipulados en contra de su voluntad o haber sido usados como conejillos de india para formas electrónicas, químicas y bacteriológicas de guerra psicológica.
Es tiempo se está agotando para cambiar la dirección de la medicina militar, y asegurar el futuro de libertad humana.
Este artículo fue originalmente publicado en la 36ta edición de la revista en idioma finlandés PEKULA (3er trimestre, 1999). SPEKULA (circulación 6500) es una publicación de estudiantes de medicina y médicos de la Universidad Oulu OLK (Oulun Laaketieteellinen Kilta) de Finlanda del norte. Esta es enviada por correo a todo los estudiantes de medicina de Finlandia y a todos los médicos del Finlandia del norte.
Referencias
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52. Dr T.Stuttaford Times Feb 3 1997
Fuente: Vivalavida.org
Artículos relacionados:
La publicidad implanta memorias falsas en tu cerebro
Un estudio científico muestra que el marketing es capaz de crear experiencias falsas en nuestro cerebro, llevando la narrativa de un anuncio a la narrativa de nuestros recuerdos.
¿Recuerdas ese verano hace ya varios años? La luz del sol hacía medios diamantes en la arena, una fresca brisa soplaba las hojas de tu libro, en la orilla un grupo de chicas —con las que por suerte habías viajado desde la gran urbe— jugaba con las olas y se correteaban entre sí por la playa, lanzando un ocasional frisbee que un labrador intentaba interceptar… sus bikinis estilo brasileño relumbraban entre el cielo y el mar. Tu amigo te pasaba una cerveza Sol con un guiño en el ojo y abría la suya con donaire. Esto es lo que se llama la buena vida, pensabas al tomar los primeros tragos de cebada helada…
Sólo que un detalle no encaja con este recuerdo: en esa rústica playa no tenían Sol, sólo llegaban camiones de Tecate, tu amigo no tomaba cerveza y probablemente esas chicas en bikini no iban contigo. En realidad el evento nunca sucedió pero puedes saborear esa cerveza fresca en el presente. Es como si la cervecería hubiera pagado product placement en tu cerebro. ¿Pero entonces de dónde viene esa memoria? Muy posiblemente, de los miles de anuncios de televisión que has visto.
Un nuevo estudio publicado en The Journal of Consumer Research ayuda explicar cómo las estrategias de marketing llegan a implantar memorias que nunca ocurrieron relacionadas con un producto en la mente de los consumidores. Al parecer, vívidos comerciales logran engañar al hipocampo (el centro de memoria de largo plazo en el cerebro) y le hacen creer que lo que acaba de ver en la televisión en realidad sucedió. Creemos que nos sucedió a nosotros en una especie de transpersonalización de los rayos catódicos al lienzo mental.
En un experimento se les presentó a 100 estudiantes un nuevo producto de palomitas de maíz llamado «Orville Redenbacher’s Gourmet Fresh Microwave Popcorn» (un producto que no existe). Luego se les asignó a los estudiantes aleatoriamente diferentes condiciones publicitarias. Algunos vieron anuncios de poco contenido visual que describían el delicioso sabor de este nuevo alimento. Otros fueron expuestos a comerciales de alto contenido visual en los que vieron todo tipo de personas felices disfrutando de estas palomitas de maíz en su sala. Después de ver la publicidad los estudiantes fueron asignados a una de dos habitaciones. En una de ellas se les hizo un sondeo no relacionado. En la otra se les dio una muestra de estas palomitas de maíz ficticias.
Una semana después a los estudiantes se les examinó a propósito de su memoria sobre el producto. Los estudiantes que vieron los anuncios de poco contenido visual rara vez reportaron haber probado las palomitas de maíz, pero aquellos que vieron los comerciales de alto impacto visual respondieron en varios casos haber probado las palomitas de maíz aunque muchos no lo habían hecho. Y dijeron haber probado las palomitas con un alto grado de aprobación, de forma contundente. La delusión era verosímil: no les gustaban las palomitas porque habían visto un buen anuncio, les gustaban porque tenían un buen sabor.
Los científicos se refieren a esto como «efecto de falsa experiencia«. «Ver el comercial vívido creó una falsa memoria de haber comido las palomitas, pese a que haber comido ese producto no existente habría sido imposible«, escribió el autor del estudio Priyali Rajagopal. «Como resultado, los consumidores deben de estar alertas al procesar comerciales de alto contenido visual«.
Aunque en un principio parece imposible que un estúpido comercial me haga pensar que amo un producto que no he consumido, Johan Lehrer, autor de varios libros de neurociencia, explica esto a través de los que se conoce como reconsolidación de la memoria. La reconsolidación está enraizada en el hecho de que cada vez que recordamos algo lo recreamos, hasta el punto de alterar los detalles neuronales. «Aunque nos gusta pensar en nuestras memorias como impresiones inmutables, de alguna forma separadas del acto de recordarlas, en realidad no lo están. Una memoria es tan real como la última vez que la recordaste. Lo que es un poco perturbador es que no podemos más que pedir prestadas nuestras memorias de otros lugares, así que el anuncio de televisión que vimos se convierte en nuestro, parte de esa narrativa personal que repetimos y recontamos«.
Más allá de lo perturbador —puesto que los publicistas y neuromarketingeros ciertamente saben esto—, lo interesante es que esta información nos revela que la memoria es un proceso incesante, activo y creativo. Es la diferencia entre «Guardar» y «Guardar como«: los archivos se reescriben cada vez que los recordamos. «La gente de marketing«, dice Lehrer, «simplemente es buena en darnos historias que queremos robar«.
Esto nos muestra la naturaleza programable del cerebro, el cual fácilmente puede ser ocupado y dirigido por la propaganda y la publicidad, pero igualmente puede ser codificado hacia un «pasado» deseado, para un «futuro» deseado por ti mismo. Si bien esto no significa que intentes implantar memorias felices en tu pasado similares a los anuncios de felicidad o de autosuperación que ves en la televisión, para proyectarte en el futuro sobre esa tabula como un tipo genial y exitoso, sí abre la puerta para que limes y sanes tus recuerdos, haciendo las paces, por decirlo de alguna manera, con algunos de ellos, recapitulando y retrotrayendo algunos más a tu desktop con poderosos iconos o sigilos que los propulsen al tálamo de lo que quieres crear.
Fuente 1: Wired
Fuente 2: Pijamasurf
Pequeño Albert: El niño conejillo de indias

El pequeño Albert
En 1920 John B. Watson uno de los psicólogos más importantes del siglo XX, llevó a cabo un experimento un tanto cruel para demostrar sus teorías acerca del condicionamiento de la reacción del miedo. Este experimento se convirtió en uno de los más importantes de la psicología durante el siglo XX por sus descubrimientos, y también uno de los más polémicos, en este caso por la «cobaya» que utilizó, un niño de sano, «little Albert«, de tan sólo 9 meses.
Watson pretendía llevar el condicionamiento clásico más allá de lo que lo había hecho Pavlov, así que decidió en vez de experimentar con perros hacerlo con humanos. La idea que algo como las respuestas emocionales podía ser condicionado era algo muy nuevo que tenía implicaciones incluso en la antropología, donde generó la idea que la cultura era aprendida y no innata en una raza específica.
Como objeto de sus experimentos, escogieron al pequeño Albert B. del que poco se sabe, a parte de que era hijo de una nodriza (ama de leche) en el Hogar Harriet Lane para niños inválidos. Antes de empezar el experimento, el Pequeño Albert se comprobó que no presentaba ningún miedo hacia entre otras cosas los ratones blancos, conejos, un perro. Aunque ya mostraba miedo ante los ruidos fuertes.
Watson y su colega Rosalie Rayner, con la que acabaría casándose, no empezaron a condicionar el miedo en el Pequeño Albert hasta unos dos meses después de empezados los experimentos, cuando el niño ya tenía 11 meses de edad. El experimento consistía en colocar a Albert en un colchón en el medio de una habitación. Un ratón de laboratorio blanco era colocado cerca de Albert para que el jugara con él. En ese momento, el niño no mostraba ningún miedo hacia la rata, sino que como otros niños pequeños lo que intentaba era tocarla, mientras ella se movía a su alrededor.
Para intentar condicionar el miedo en Albert, Watson y Rayner, empezaron a hacer chocar un martillo contra una plancha metálica cada vez que Albert tocaba el ratón, haciendo un ruido estruendoso. De manera nada sorprendente Albert lloraba y mostraba signos de temor al oír el ruido. Después de repetir varias veces la misma prueba, se procedió a mostrar a Albert la rata sola, pero esta vez al contrario que cuando empezó el experimento, el bebé mostraba signos de angustia, lloraba, se giraba hacia el otro lado e intentaba moverse huyendo de ella.
Aparentemente, el bebé había asociado la rata blanca con el ruido. Lo que inicialmente era un estimulo neutral, la rata, se había convertido en un estimulo condicionado, que producía el mismo miedo y la misma respuesta emocional que el otro estímulo asociado. Sin embargo lo que fue aún mas problemático es que el Albert generalizó la asociación. De manera que cuando Watson introdujo un conejo (no blanco) en la habitación 17 días después del experimento original, Albert volvió a angustiarse lo mismo ocurría ante la presencia de un perro peludo, o incluso si Watson cubría su cara con una máscara de Papa Noél, con barba blanca.
Albert abandonó el hospital, y los experimentos con él no pudieron continuar. Watson afirma que pretendía desensibilizar al bebé y eliminar sus reacciones de temor, aunque Rayner y Watson conocían con un mes de antelación que Albert abandonaría el hospital por lo cual muy probablemente no podrían llevar a cabo la desensibilización. Lo cuál es visto entre los detractores de Watson como una muestra de despreocupación hacia el niño.
Watson había ideado varios métodos. Uno de ellos se basaba en la confrontación del niño con los estímulos que provocaban las respuestas de miedo, de manera que el niño al llegar a habituarse al estímulo condicionado llegara a «perderle el miedo«. Otro método se basaría en la «recondicionamiento» del niño, mediante la estimulación de zonas erógenas del niño o dándole algún tipo de golosinas al mismo tiempo que se mostraba objetos que producían el miedo. La última técnica consistiría en crear actividades constructivas alrededor de el objeto que provocaba los temores.
En 1924, una discípula de Watson, Mary Cover Jones, pudo aplicar una de estas técnicas para ayudar a un niño de 3 años llamado Peter. Peter presentaba un miedo similar al de Albert hacia los conejos blancos, pero mediante la asociación de un estímulo positivo (comida) con el conejo el niño empezó a tolerar la presencia del conejo e incluso llegó a tocarlo.
En 1979 Ben Harris, presentó una visión más crítica del trabajo de Watson y Rayner, en ella afirmaba que los efectos del experimento fueron descritos de una manera exagerada, y no se puede concluir que Albert llegara a sufrir un fobia a los ratones. La alteración de la historia, según Harris, se habría llevado a cabo en muchos libros que explican el experimento que estarían plagados de imprecisiones. Estas imprecisiones maximizarían el alcance de los posteriores miedos condicionados en Albert así como el número de objetos que podrían inducir esos miedos. Otros habrían aceptado el resultado del estudio porque les servía para confirmar sus propias teorías. Sin embargo Harris admite que el estudio fue importante porque provocó más estudios en el área, pero creen que los resultados de Watson y Rayner si bien son interesantes son poco interpretables.
Aunque parece ser que en su tiempo los aspectos éticos del experimento generaron escasa preocupación, hoy en día, un experimento similar sería considerado como «no-ético«, en particular porque la madre de Albert no fue informada y ni mucho menos se tenía su consentimiento informado. Y en general porque cualquier experimento para ser considerado ético debe poner por encima de la ciencia del bienestar de los participantes.
Por otra parte Albert, no fue desensibilizado por lo que según algunos, podría haber sufrido traumas psicológicos de por vida como resultado de los experimentos, otros por el contrario no le dan tanta importancia a las fobias que pudiera haber adquirido, si es que adquirió alguna. Aunque nunca lo sabremos porque nunca más se supo de él.
Watson es considerado hoy en día el padre del Conductivismo, teoría que se centra e la conducta observable del ser humano y las relaciones entre estímulo y respuestas, más que en el estado mental interno. Su fe en las técnicas de modificación de la conducta le llevó a afimar una de sus frase más famosas:
«Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón- prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados».
Fuente 1: Foro Cualquiera
Fuente 2: Ciudad PC
La estrategia de manipulación encubierta en la «protesta de los indignados»
IAR Noticias, 23 deMayo de 2011 – En la Guerra de Cuarta Generación se contienen las técnicas y estrategias operativas direccionadoras de conducta colectiva que subyacen detrás de lo que ingenuamente se conoce como «protestas populares espontáneas», que las grandes cadenas mediáticas imperiales instalan como una verdad aceptada a escala global.
Por Manuel Freytas (*)
La nueva herramienta manipuladora
En IAR Noticias siempre empezamos la historia por el final.
Nuestro estilo contrainformativo siempre consistió en proyectar y analizar los acontecimientos con un objetivo de anticipación del desenlace, y sin que el árbol de la «coyuntura periodística» (manipuladora del sistema) tape el bosque de la comprensión general.
En plena euforia mediática de la «revolución democrática» de los «indignados» en España señalamos que se trataba (y más allá de la «buena intención» de sus participantes) de una nueva estrategia de movilización masiva basamentada en un tripode convergente: Internet, teléfonos celulares, y grandes cadenas mediáticas.
Desde su instrumentación casi orgánica en Medio Oriente y en África con las «revueltas populares» promovidas por la CIA y los servicios aliados, la Internet y los celulares fueron la clave de estas movilizaciones cuyos contenidos y objetivos sólo los conocen sus instigadores ocultos.
O sea los beneficiarios encubiertos (servicios de inteligencia y grupos del poder) que los inducen a través de operaciones de acción psicológica principalmente en las «redes sociales«. Y que luego se convierten en masivos a través de la difusión a escala global (en vivo y en directo) por las grandes cadenas mediáticas internacionales.
La variante española
En realidad, la llamada «protesta de los indignados» en España, es una actualización aggiornada y en otra etapa (con un salto cualitativo informático) del «Cacerolazo» que derrocó institucionalmente a Fernando de la Rúa en Argentina, y de la «rebelión de los jóvenes» que derrocó de la misma manera a Lucio Gutiérrez en Ecuador.
A casi una semana de su nacimiento en España, ya tenemos la primera señal (y el primer emergente) de un beneficiario claro de la «protesta de los indignados» en las urnas: El Partido Popular arrasó electoralmente el domingo al PSOE, el partido en el gobierno.
Así como el «Cacerolazo» argentino (un sucedáneo histórico de las «revueltas populares«) derrocó sin un golpe de Estado militar al Partido Radical (gobierno de De La Rúa) e instaló al Partido Justicialista (gobierno de Duhalde) la «protesta de los indignados» ya arrojó claramente un beneficiario en el campo político.
Históricamente, estas herramientas de movilización y protestas masivas como la que está funcionando en España, atacan al «empleado» (los políticos) y preservan los intereses del «patrón» (El Estado y el sistema capitalista), sirviendo funcionalmente como instrumentos de «golpes democráticos-institucionales» por medio de los cuales los grupos del poder local definen su interna electoral y su guerra por el control del gobierno y del mercado interno.
El nuevo Objetivo estratégico (La función de la Guerra Psicológica)
Los nuevos proyectos geopolíticos de conquista imperialista en la era trasnacional de las comunicaciones requieren de sofisticadas estrategias de Guerra Psicológica para su imposición sin el uso de las armas.
Los fines prescriptos por la estrategia de dominación con la Guerra Psicológica son los mismos que se utilizan con la guerra militar: dividir, atomizar, controlar al individuo-masa de las sociedades dependientes (el AP). Es la lógica de Maquiavelo aplicada por medios científicos y tecnológicos.
La Guerra Psicológica librada en el plano de la comunicación estratégica y de las grandes estructuras mediáticas (los nuevos ejércitos de conquista) no se hacen por la conquista misma, sino en la búsqueda de un objetivo estratégico orientado en los intereses económicos de las potencias y las trasnacionales capitalistas.
La función de la Guerra Psicológica imperial-capitalista actual se orienta en tres objetivos claves:
1) Conquista de mercados emergentes (sociedades y países periféricos), mediante la imposición de la «cultura consumista» nivelada y globalizada por los medios masivos de comunicación, actuando sobre la psicología del hombre AP convertido en individuo-masa.
2) Control y dominación social (en los países dependientes), orientado a la represión y/o neutralización de conflictos sociales que amenacen el desarrollo de los planes empresariales y la acumulación y expansión de la ganancia capitalista trasnacional.
3) Disputas ínter-potencias por los mercados, destinada a sustituir a la guerra militar por áreas de influencia (también por conquista de mercados) enterrada con la Guerra Fría.
El frente mediático
Una plan de Guerra Psicológica, no se hace con soldados y armas militares sino con medios de comunicación e individuos masificados (los AP) nivelados universalmente por los mismos estereotipos culturales y sociales.
El mensaje mediático a escala global nivela y masifica al individuo universal en una sola frecuencia comunicacional.
La realidad es sustituida por la percepción de la realidad a través del mensaje mediático-periodístico convertido en consignas, eslóganes y títulos, antes que en pensamiento reflexivo totalizado.
A través de la manipulación psicológica y el control ideológico, la sociedad civil, el individuo-masa suplanta a los soldados militares en el campo de batalla.
En la Guerra Psicológica, la potencia de fuego del soldado militar es sustituida por la potencia social del individuo-masa con su conducta manipulada hacia objetivos de control y dominación social, fijados por el capitalismo trasnacional para conquistar mercados y controlar a las sociedades consumistas.
Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra Psicológica de última generación.
La guerra por el dominio y control de las sociedades y de las mentes, sólo se produjo a partir de la interacción funcional de la tecnología (medios de comunicación) y de la informática (electrónica y computación) orientada a un objetivo de control y dominio mediante una estrategia comunicacional.
El factor mediático (medios de comunicación, electrónica y computación, y estrategias comunicacionales) posibilitó que la guerra por el control y el dominio imperial capitalista tocara su máximo estadio de desarrollo estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.
En resumen, en la Guerra de Cuarta Generación se contienen las técnicas y estrategias operativas direccionadoras de conducta colectiva que subyacen detrás de lo que ingenuamente se conoce como «protestas populares espontáneas» que las grandes cadenas mediáticas imperiales instalan como una verdad aceptada a escala global.
Fuente: IAR Noticias
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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- ‘Democracia Real YA’, en el Blog de Mino.
- ‘Chemtrails’, reiki y ‘conspiranoias’: la irracionalidad, a sus anchas en las acampadas de los ‘indignados’, en el Blog de Tony.
- 15-M, AL LORO. Denunciemos y neutralicemos manipulaciones e intentos de sabotaje respecto del genuino movimiento “Toma la Plaza”, en el Blog de Freeman.
Argentina: Aprobaron la Ley Nacional de Salud Mental
El Senado de la Nación acaba de aprobar por unanimidad la Nueva Ley de Salud Mental, que abre el camino para el fortalecimiento de un modelo que privilegia la defensa de los DDHH y la reinserción social del paciente; y que permitirá superar el modelo manicomial centrado en el encierro y la exclusión.
La nueva ley nacional pone el eje en la desinstitucionalización, la interdisciplina y la promoción de dispositivos de atención alternativos; estableciendo mayores garantías para las personas que se encuentran en situación de alta vulnerabilidad. La ley reconoce la autonomía de las personas para decidir sobre el abordaje de su padecimiento mental, contempla el tratamiento de las adicciones y propugna la no discriminación de las personas con padecimientos psicológicos.
Esta Ley se debatió durante tres años y contó con apoyos y aportes de diversas entidades y sectores, tales como el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), la OPS (Organización Panamericana de la Salud), la OMS (Organización Mundial de la Salud), la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación, el Consejo Federal Legislativo de Salud, la AUAPSI (Asociación de Unidades Académicas de Psicología de Argentina y Uruguay), el Foro de Desmanicomialización, diversos colegios profesionales (entre ellos el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba), referentes académicos y profesionales, asociaciones de usuarios y familiares de personas con padecimiento mental, entre otros actores.
Autoridades, docentes y estudiantes de nuestra Facultad también participaron activamente en este proceso a lo largo de estos años, razón por la cual nos enorgullece aún más informarles que finalmente el esfuerzo comunitario realizado ha tenido tan favorable resultado.
Esta ley constituye un gran paso histórico en materia de legislación sobre Salud Mental, que dará el marco para que las provincias se adhieran al nuevo modelo y lo instrumenten para hacer realidad una más humana atención de las personas con padecimientos mentales.
Fuente: Misiones On Line
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