Gonzalo Anti New World Order


115 mentiras sobre los atentados del 11 de Septiembre

Posted in 11 de septiembre,atentados,historia,nuevo orden mundial por Gonzalo Fernandez en julio 17, 2011
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Por David Ray Griffin

Sigue sin haber una versión oficial sobre los atentados del 11 de Septiembre de 2001. No se ha abierto investigación judicial alguna sobre los propios atentados ni la menor investigación parlamentaria. No hay más que una versión gubernamental recogida en un informe presentado por una comisión presidencial. El profesor David Ray Griffin, autor de una obra de referencia en la que estudia ese informe, encontró en ese texto 115 mentiras aquí enumeradas.

Red Voltaire – 4 de Noviembre de 2006

Derrumbe del edificio n°7 del World Trade Center Este edificio no fue impactado por ningún avión y su derrumbe presenta las características de una demolición controlada. (cf. video). La comisión investigadora ni siquiera abordó el tema.
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Para cada mentira nos referiremos a los análisis que hace el profesor David Ray Griffin en su obra Omisiones y manipulaciones de la Comisión Investigadora. Las cifras que aparecen entre paréntesis se refieren a las páginas de la edición original estadounidense de ese libro.

1. Omisión de la prueba de que por lo menos 6 de los supuestos secuestradores aéreos (entre ellos Waled al-Shehri, acusado por la Comisión de haber apuñaleado a una azafata del vuelo UA11 antes del choque del avión contra la torre norte del World Trade Center) están vivos actualmente (19-20).

2. Omisión de pruebas sobre Mohamed Atta (como su pronunciada inclinación por la bebida, por la carne de puerco y las exhibiciones eróticas privadas o lap dances) que contradicen las afirmaciones de la Comisión de que Atta se había convertido en un fanático religioso (20-21).

3. Confusión voluntariamente creada alrededor de las pruebas que demuestran que Hani Hanjur era tan mal piloto que nunca hubiera sido capaz de lograr estrellar un avión de pasajeros contra el Pentágono (21-22).

4. Omisión del hecho que las listas de pasajeros (flight manifests) que se hicieron públicas no contenían ningún nombre árabe (23).

5. Omisión del hecho que nunca, ni antes ni después del 11 de Septiembre, se ha visto que un incendio haya provocado el desplome total de un edificio con estructura de acero (25).

6. Omisión del hecho que los incendios de las Torres Gemelas no fueron ni extremadamente extensos ni especialmente intensos y que ni siquiera duraron mucho tiempo comparados con otros incendios ocurridos en rascacielos (con estructuras) similares sin que estos últimos se desplomaran (25-26).

«Omissions et manipulations de la commission d’enquête sur le 11 septembre» (Omisiones y manipulaciones de la Comisión investigadora) es el libro del profesor estadounidense D. Ray Griffin, en version francesa y disponible en la librería electrónica de la Red Voltaire.

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7. Omisión del hecho que, dada la hipótesis que el incendio provocó los derrumbes, la torre sur, que fue golpeada después que la torre norte y afectada por un incendio de menor intensidad, no debería haber sido la primera en desplomarse (26).

8. Omisión del hecho que el edificio n°7 del World Trade Center (contra el cual no se estrelló ningún avión y que sólo sufrió pequeños incendios muy localizados) también se desplomó, hecho sobre el cual la Agencia Federal para el Manejo de Situaciones de Emergencia (FEMA) confesó que no podía ofrecer ninguna explicación (26).

9. Omisión del hecho que el derrumbe de las Torres Gemelas (y el del edificio n°7) presenta al menos 10 características de haber sido producto de una demolición controlada (26-27).

10. Afirmación según la cual el núcleo de la estructura de cada una de las Torres Gemelas era «un pozo de acero vacío», afirmación que niega la presencia de 47 columnas de acero macizo que eran en realidad el centro de cada torre. Según la teoría del «apilamiento de pisos» (the «pancake theory») que explica los derrumbes, varias decenas de metros de esas columnas de acero macizo debieran haber quedado en pie (27-28).

11. Omisión de la declaración de Larry Silverstein [el propietario del WTC], declaración según la cual el propio Silverstein en coordinación con los bomberos decidió «demoler» –en lenguaje técnico (to «pull»)– el edificio n°7 (28).

12. Omisión del hecho que el acero de los edificios del WTC fue rápidamente recogido del lugar de los hechos y enviado al extranjero por vía marítima ANTES de que pudiera ser analizado en busca de huellas de explosivos (30).

13. Omisión del hecho que el edificio n°7 había sido evacuado antes de su derrumbe, lo implica que la razón que se dio oficialmente para acelerar lo más posible la recogida del acero [en aquel lugar] (porque podía haber sobrevivientes bajo los escombros) no tenía ningún sentido en el caso de este edificio (30).

14. Omisión de la declaración del alcalde R. Giuliani quien dijo que se le advirtió de antemano que el WTC iba a derrumbarse (30-31).

15. Omisión del hecho que Marvin Bush, hermano del presidente estadounidense, y su primo Wirt Walker III eran los directores de la compañía encargada de garantizar la seguridad del WTC (31-32).

16. Omisión del hecho que el ala oeste del Pentágono, [la misma que fue impactada el 11 de Septiembre], era precisamente, por diversas razones, la que menos posibilidades tenía de ser blanco de los terroristas de al-Qaeda (33-34).

17. Omisión de toda discusión tendiente a determinar si los daños que sufrió el Pentágono correspondían realmente con los daños que podría haber provocado el impacto de un Boeing 757 desplazándose a varios cientos de kilómetros por hora (34).

18. Omisión del hecho que existen fotos que demuestran que la fachada del ala oeste no se derrumbó hasta 30 minutos después del impacto y que el orificio de entrada es demasiado pequeño para el diámetro de un Boeing 757 (34).

19. Omisión de todo testimonio contradictorio sobre la presencia o la ausencia de pedazos visibles de un Boeing 757, ya sea dentro o fuera del Pentágono (34-36).

20. Ausencia total de discusión tendiente a determinar si el Pentágono disponía de un sistema de defensa antimisiles capaz de derribar un avión de pasajeros, aún cuando la Comisión sugirió que los terroristas de al-Qaeda decidieron no atacar una central nuclear precisamente porque pensaron que esta dispondría de ese tipo de defensa (36).

21. Omisión del hecho que las imágenes provenientes de diferentes cámaras (incluyendo las de la gasolinera que se encuentra frente al Pentágono, confiscadas por el FBI inmediatamente después del impacto) podrían ayudar a determinar qué fue realmente lo que impactó el Pentágono (37-38).

22. Omisión de la alusión del secretario de Defensa D. Rumsfeld a «un misil [utilizado] para golpear [el Pentágono]» (39).

23. Aprobación aparente de la respuesta, totalmente insatisfactoria, a la pregunta tendiente a saber por qué los agentes del Servicio Secreto permitieron que el presidente Bush permaneciera en la escuela de Sarasota cuando, según la versión oficial, deberían haber pensado que un avión secuestrado podía tener esa misma escuela como blanco (41-44).

24. Fracaso en explicar por qué el Servicio Secreto no pidió una escolta de aviones de caza para [el avión presidencial] Air Force One (43-46).

25. Afirmaciones según las cuales en el momento en que el cortejo presidencial llegó a la escuela [de Sarasota], ninguno de los asistentes sabía que varios aviones habían sido secuestrados (47-48).

26. Omisión del informe según el cual el secretario de Justicia John Ashcroft había recibido una advertencia para que dejara de viajar en líneas aéreas comerciales antes del 11 de Septiembre (50).

27. Omisión de la afirmación de David Schippers de que, basándose en informaciones provenientes de agentes del FBI sobre posibles ataques en el sur de Manhattan, él había tratado infructuosamente de transmitir dicha información al secretario de Justicia John Ashcroft durante las 6 semanas anteriores al 11 de Septiembre (51).

28. Omisión de toda mención sobre el hecho que agentes del FBI afirmaron tener conocimiento de los blancos y fechas de los ataques [terroristas] mucho antes de los hechos (51-52).

29. Afirmación, mediante una refutación circular que da la cuestión por resuelta, de que el desacostumbrado volumen de compras de acciones en baja antes del 11 de Septiembre no implica que los compradores supieran de antemano que los ataques iban a producirse (52-57).

30. Omisión de los informes según los cuales el alcalde [de San Francisco] Willie Brown y ciertos responsables del Pentágono fueron advertidos de que no debían tomar el avión del 11 de Septiembre (57).

31. Omisión del informe según el cual Osama ben Laden, que ya en aquel entonces era el criminal más buscado por Estados Unidos, fue atendido en Julio de 2001 por un doctor estadounidense en el hospital estadounidense de Dubai y que recibió allí la visita de un agente local de la CIA (59).

32. Omisión de los artículos que sugieren que, después del 11 de Septiembre, el ejército estadounidense permitió deliberadamente la fuga de Osama ben Laden (60).

33. Omisión de informes, entre ellos el que reportaba la visita del jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita a Osama ben Laden en el hospital de Dubai, que entran en contradicción con la versión oficial de que la familia de Ben Laden y su país han renegado de este (60-61).

34. Omisión del resumen de Gerald Posner sobre el testimonio de Abu Zubaydah, según el cual tres miembros de la familia real saudita (que murieron los tres misteriosamente con sólo 8 días de intervalo) estaban financiando a al-Qaeda y conocían de antemano la realización de los ataques del 11 de Septiembre (61-65).

35. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba del financiamiento de los sauditas a al-Qaeda (65-68).

36. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba que demuestra que dinero perteneciente a la esposa del príncipe Bandar, la princesa Haifa, fue entregado a agentes de al-Qaeda (69-70).

37. Desmentido, que simplemente ignoró la diferencia existente entre vuelos privados y vuelos comerciales, sobre el hecho que el vuelo privado en el que varios sauditas viajaron el 13 de Septiembre desde Tampa hasta Lexington violó los reglamentos sobre el espacio aéreo establecidos en aquella fecha (71-76).

38. Desmentido sobre la autorización extendida a varios sauditas para que salieran del territorio de Estados Unidos poco después del 11 de Septiembre sin que esas personas fuesen sometidas a una investigación apropiada (76-82).

39. Omisión de la prueba que demuestra que el príncipe Bandar obtuvo una autorización especial de la Casa Blanca para los vuelos de los sauditas (82-86).

40. Omisión de la afirmación de Coleen Rowley según la cual responsables del Cuartel General del FBI habían visto el memo de Phoenix del agente Kenneth Williams (89-90).

41. Omisión del hecho que el agente del FBI en Chicago Robert Wright afirma que el Cuartel General del FBI cerró su investigación sobre una célula terrorista y trató posteriormente de intimidarlo para impedir que publicara un libro en el que relata sus experiencias (91).

42. Omisión de la prueba que demuestra que el Cuartel General del FBI saboteó el intento de Coleen Rowley y de otros agentes [del FBI] de Minneapolis de obtener una orden de búsqueda para conseguir la computadora de Zacarias Moussaoui (91-94).

43. Omisión de las tres horas y media de testimonio que prestó ante la Comisión la ex traductora del FBI Sibel Edmonds que, según una carta que ella misma hizo pública y que dirigió al presidente [de la Comisión] Kean, revelaba serias disimulaciones por parte de responsables del FBI en relación con el 11 de Septiembre y dentro del propio Cuartel General del FBI (94-101).

44. Omisión del hecho que el general Mahmud Ahmad, jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes], se encontraba en Washington una semana antes del 11 de Septiembre y que se reunió allí con el director de la CIA, George Tenet, así como con otros altos responsables estadounidenses (103-04).

45. Omisión de la prueba que demuestra que Ahmad, el jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes] ordenó el envío de 100.000 dólares a Mohamed Atta antes del 11 de Septiembre (104-07).

46. Afirmación de la Comisión de que no encontró prueba alguna de que algún gobierno extranjero, incluyendo al de Pakistán, haya financiado a agentes de al-Qaeda (106).

47. Omisión del informe según el cual la administración Bush presionó a Pakistán para que Ahmad fuese destituido de su cargo de jefe del ISI después de la divulgación de la información que revelaba que este había ordenado el envío de dinero del ISI a Mohamed Atta (107-09).

48. Omisión de la prueba que el ISI (y no sólo al-Qaeda) se encontraba detrás del asesinato de Ahmad Shah Massud (el comandante de la Alianza del Norte en Afganistán) que se produjo precisamente después de un encuentro que duró una semana entre responsables de la CIA y del ISI (110-112).

49. Omisión de la prueba que demuestra que el ISI está implicado en el secuestro y posterior asesinato de Daniel Pearl, periodista del Wall Street Journal (113).

50. Omisión del informe de Gerald Posner según el cual Abu Zubaydah afirmó que un oficial militar pakistaní, Mushaf Ali Mir, que mantenía estrechos vínculos con el ISI y con al-Qaeda sabía de antemano de los ataques del 11 de Septiembre (114).

51. Omisión de la predicción que hizo, en 1999, Rajaa Gulum Abbas, agente del ISI, de que las Torres Gemelas «se derrumbarían» (114).

52. Omisión del hecho que el presidente Bush y otros miembros de su administración se refirieron repetidamente a los ataques del 11 de Septiembre como «oportunidades» (116-17).

53. Omisión del hecho que el Proyecto para el Nuevo Siglo AmericanoThe Project for the New American Century»), muchos de cuyos miembros se convirtieron en figuras claves de la administración Bush, publicó en el año 2000 un documento que decía que un «nuevo Pearl Harbour» ayudaría a conseguir fondos para una rápida transformación tecnológica del aparato militar estadounidense (117-18).

54. Omisión del hecho que Donald Rumsfeld, quien fue presidente de la comisión del US Space Command y había recomendado aumentar el presupuesto destinado a este, se valió de los ataques del 11 de Septiembre, en la tarde de ese mismo día, para garantizar esos fondos (119-22).

55. No se mencionó que las tres personas responsables del fracaso de los esfuerzos por prevenir los ataques del 11 de Septiembre (el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el general Richard Myers y el general Ralph Eberhart) eran también los tres principales promotores del US Space Command (122).

56. Omisión del hecho que Unocal había declarado que los talibanes no podían garantizar la seguridad adecuada para emprender la construcción de sus pipelines (para petróleo y gas) a partir de la cuenca del Caspio y a través de Afganistán y Pakistán (122-25).

57. Omisión del informe según el cual representantes de Estados Unidos dijeron durante un encuentro, en Julio de 2001, que ya que los talibanes rechazaban su proposición de construir un oleoducto, una guerra contra ellos comenzaría en Octubre (125-26).

58. Omisión del hecho que en su libro, publicado en 1997, Zbigniew Brzezinski escribía ya que para que Estados Unidos pueda mantener su predominio global es necesario que ese país controle el Asia central, con sus vastos recursos petrolíferos, y que un nuevo Pearl Harbour sería útil para obtener el apoyo de la opinión pública estadounidense a esos designios imperiales (127-28).

59. Omisión del hecho que miembros claves de la administración Bush, entre ellos Donald Rumsfeld y su delegado Paul Wolfowitz, se esforzaron durante muchos años por desatar una nueva guerra contra Irak (129-33).

60. Omisión de los apuntes de las conversaciones de Donald Rumsfeld correspondientes al 11 de Septiembre que demuestran que este estaba decidido a utilizar los ataques como pretexto para desatar una guerra contra Irak (131-32).

61. Omisión de la declaración que aparece en el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, según la cual «la necesidad de una fuerte presencia estadounidense en el Golfo va más allá del tema del régimen de Sadam Husein» (133-34).

62. Afirmación según la cual el protocolo de la FAA (Federal Aviation Agency) sobre lo sucedido el 11 de Septiembre requería un largo proceso de aplicación que tenía que pasar por varias etapas de la cadena de mando cuando el propio Informe Oficial [de la Comisión] cita pruebas de lo contrario (158).

63. Afirmación según la cual en aquellos días sólo dos bases de la fuerza aérea estadounidense del sector noreste del NORAD (North American Aerospace Defense Command o Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte) mantenían cazas en alerta y, en particular, que no había aviones de combate en alerta en las bases de McGuire y de Andrews (159-162).

64. Omisión del hecho que la base Andrews de la fuerza aérea estadounidense tenía varios aviones de caza en alerta permanente (162-64).

65. Aceptación de la doble afirmación según la cual el coronel Marr, del NEADS (North East Air Defense Sector), tenía que comunicarse telefónicamente con un superior para que este lo autorizara a enviar aviones de caza desde [la base] de Otis y que necesitó 8 minutos para realizar esa llamada (165-66).

66. Aprobación de la afirmación según la cual la pérdida de la señal del transpondedor de un avión hace prácticamente imposible la localización de la nave por los radares militares estadounidenses (166-67).

67. Afirmación según la cual la intercepción de Stewart Payne no demostró que el tiempo de respuesta del NORAD en el caso del vuelo AA11 fue extraordinariamente lento (167-69).

68. Afirmación según la cual los cazas de la base de Otis se mantuvieron en tierra durante 7 minutos después de haber recibido la orden de despegue porque no sabían adónde volar (174-75).

69. Afirmación según la cual las fuerzas armadas estadounidenses no sabían del desvío del vuelo UA175 hasta las 9h30, momento exacto en que este vuelo se estrelló contra la torre sur del WTC (181-82).

70. Omisión de toda explicación sobre (a) la razón por la cual un informe anterior del NORAD, según el cual la FAA notificó a los militares el desvío del vuelo UA175 a las 8h43, se considera ahora como falso y (b) cómo fue que ese informe, si era falso, pudo ser publicado y se mantuvo como válido durante cerca de 3 años (182).

71. Afirmación según la cual la FAA no estableció la teleconferencia sino a partir de las 9h20 de aquella mañana (183).

72. Omisión del hecho que un memo de Laura Brown, de la FAA, afirma que la teleconferencia se estableció sobre las 8h50 y que trató precisamente sobre el desvío del vuelo UA175 (183-84, 186).

73. Afirmación según la cual la teleconferencia del NMCC, (Centro de Mando Militar o National Military Command Center) no comenzó antes de las 9h29 (186-88).

74. Omisión, en la afirmación de la Comisión de que el vuelo AA77 no se desvió de su trayectoria antes de las 8h45, del hecho que la hora mencionada en informes anteriores fue las 8h46 (189-90).

75. Fracaso en mencionar que el anuncio de la caída de un jet en Kentucky, poco después del momento en que el vuelo AA77 desapareciera del radar de la FAA, fue tomada lo bastante en serio por los responsables de la FAA y de la unidad antiterrorista del FBI como para que estos la enviaran a la Casa Blanca (190).

76. Afirmación según la cual el vuelo AA77 voló durante cerca de 40 minutos por el espacio aéreo estadounidense en dirección a Washington sin ser detectado por los radares militares (191-92).

77. Fracaso en explicar, si el anterior informe del NORAD según el cual se le informó a este –a las 9h24– que la trayectoria del vuelo AA77 era «incorrecta», cómo fue que ese informe erróneo pudo salir a la luz, o sea que se trata de saber si los responsables del NORAD mintieron o si fueron «embaucados» durante cerca de tres años (192-93).

78. Afirmación según la cual los aviones de combate de Langley, que según dijera primeramente el NORAD fueron enviados a interceptar el vuelo AA77, fueron realmente desplegados como respuesta a un informe erróneo de un controlador (no identificado) de la FAA de las 9h21 de que el vuelo AA11 se encontraba aún en vuelo y que se dirigía hacia Washington (193-99).

79. Afirmación según la cual los militares no fueron contactados por la FAA sobre el probable secuestro del vuelo AA77 antes del impacto contra al Pentágono (204-12).

80. Afirmación de que Jane Garvey no se sumó a la videoconferencia de Richard Clarke hasta las 9h40, o sea después del impacto contra el Pentágono (210).

81. Afirmación de que ninguna de las teleconferencias logró coordinar la FAA y las respuestas de los militares a los secuestros porque «ninguna [de las mismas] incluía a los responsables adecuados en el seno de la FAA y del Departamento de Defensa», aunque Richard Clarke dice que su propia videoconferencia incluía a la directora de la FAA Jane Garvey, al secretario de Defensa Donald Rumsfeld y al general Richards Myers, jefe interino de las Fuerzas Armadas (211).

82. Afirmación de la Comisión según la cual esta no sabía qué miembros del Departamento de Defensa participaron en la videoconferencia con Richard Clarke cuando el propio Clarke afirma en su libro que se trataba de Donald Rumsfeld y del general Myers (211-212).

83. Aprobación de la afirmación del general Myers de que él se encontraba en el Capitolio durante los ataques sin mencionar el informe contradictorio de Richard Clarke, según el cual Myers estaba en el Pentágono y participó en la videoconferencia con Clarke (213-17).

84. Fracaso al mencionar la contradicción entre el testimonio de Clarke sobre los movimientos de Rumsfeld de aquella mañana y las declaraciones del propio Rumsfeld (217-19).

85. Omisión del testimonio del secretario de Transporte Norman Mineta ante la propia Comisión, testimonio según el cual el vicepresidente Cheney y las demás [personas presentes] en el refugio subterráneo habían sido advertidas a las 9h26 de que un avión se acercaba al Pentágono (220).

86. Afirmación según la cual los responsables del Pentágono no sabían que un avión se estuviera acercando a ellos antes de las 9h32, las 9h34 o las 9h36, o sea sólo minutos antes que el edificio fuera impactado (223).

87. Aceptación de dos versiones que se contradicen entre sí sobre el aparato que impactó el Pentágono: una que describe la ejecución de una espiral de 330 grados hacia abajo (un «picado a gran velocidad») y otra en la que no se menciona esa maniobra (222-23).

88. Afirmación según la cual los cazas provenientes de Langley, que supuestamente recibieron la orden de despegar rápidamente para proteger Washington del «vuelo fantasma AA11» no estaban en lo absoluto cerca de Washington porque fueron enviados hacia el océano por error (223-24).

89. Omisión de todas las pruebas que sugieren que lo que impactó el Pentágono no fue el vuelo AA77 (224-25).

90. Afirmación según la cual la FAA no informó a los militares sobre el desvío del vuelo UA93 antes de que este se estrellara (227-29, 232, 253).

91. Doble afirmación de que el NMCC no monitoreó la conferencia iniciada por la FAA y no pudo por consiguiente conectar a la FAA con la teleconferencia iniciada por el NMCC (230-31).

92. Omisión del hecho que el Servicio Secreto dispone de medios que le permiten tener conocimiento de todo lo que hace la FAA (233).

93. Omisión de toda investigación sobre las razones que llevaron al NMCC a comenzar su propia teleconferencia si, como dijo Laura Brown –de la FAA–, eso no forma parte del protocolo standard (234).

94. Omisión de toda investigación sobre por qué el general Montague Winfield no solamente fue reemplazado por un «bisoño» (a rookie), el capitán Leidig, como director de operaciones del NMCC sino que abandonó además el mando cuando estaba claro que el Pentágono se encontraba ante una crisis sin precedente (235-36).

95. Afirmación según la cual la FAA notificó (de forma errónea) al Servicio Secreto, entre las 10h10 y las 10h15, que el vuelo UA93 se encontraba todavía en vuelo y se dirigía hacia Washington (237).

96. Afirmación según la cual el vicepresidente Cheney no dio la autorización para disparar hasta las 10h10 (varios minutos después de la caída del vuelo UA93) y que esa autorización no fue transmitida a la fuerza aérea hasta las 10h31 (237-41).

97. Omisión de todas las pruebas que indican que el vuelo UA93 fue derribado por un avión militar (238-39, 252-53).

98. Afirmación según la cual [el zar del contraterrorismo] Richard Clarke no recibió el pedido de autorización de fuego hasta las 10h25 (240).

99. Omisión del testimonio del propio Clarke, que sugiere que este recibió el pedido de autorización de fuego hacia las 9h50 (240).

100. Afirmación según la cual Cheney no bajó al refugio subterráneo del PEOC [o CPOU (siglas correspondientes a Centro Presidencial de Operaciones de Urgencia]) hasta las 9h58 (241-44).

101. Omisión de los múltiples testimonios, entre ellos los de Norman Mineta [secretario de Transporte] ante la propia Comisión, testimonios según los cuales el [vicepresidente] Cheney se encontraba en el CPOU antes de las 9h20 (241-44).

102. Afirmación según la cual la autorización para derribar un avión civil tenía que ser otorgada por el presidente (245).

103. Omisión de informes según los cuales el coronel Marr ordenó derribar el vuelo UA93 y el general Winfield indicó que él mismo y otros [oficiales] esperaban en el NMCC que un caza alcanzara el vuelo UA93 (252).

104. Omisión de informes que indican que había dos aviones de caza en el aire a varios kilómetros de New York y tres a sólo 320 kilómetros de Washington (251).

105. Omisión del hecho que había por lo menos 6 bases militares con cazas en estado de alerta en la región noreste de Estados Unidos (257-58).

106. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD había definido su misión solamente en términos de defensa contra amenazas dirigidas [hacia Estados Unidos] desde el extranjero (258-62).

107. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD no había previsto la posibilidad de que un grupo de terroristas pudiera utilizar aviones de pasajeros secuestrados como misiles (262-63).

108. Fracaso en poner en perspectiva la significación del hecho, presentado en el propio Informe, o en mencionar otros hechos que prueban que el NORAD sí había efectivamente previsto la amenaza que podía representar la posible utilización de aviones de pasajeros secuestrados como misiles (264-67).

109. Fracaso en explorar la implicaciones de la cuestión de saber cómo pudieron influir la maniobras militares («war games») programadas para aquel día en el fracaso de los militares en los intentos por interceptar los aviones de pasajeros secuestrados (268-69).

110. Fracaso en discutir la posibilidad que el desarrollo de la Operación Northwoods haya favorecido los ataques del 11 de Septiembre (269-71).

111. Afirmación (presentada para explicar por qué los militares no recibieron la información sobre los aviones secuestrados con tiempo suficiente para lograr interceptarlos) según la cual el personal de la FAA falló inexplicablemente unas 16 veces en la aplicación de los procedimientos normales (155-56, 157, 179, 180, 181, 190, 191, 193, 194, 200, 202-03, 227, 237, 272-75).

112. Fracaso en mencionar que la proclamada independencia de la Comisión se vio fatalmente comprometida por el hecho que su director ejecutivo, Philip Zelikow, era prácticamente miembro de la administración Bush (7-9, 11-12, 282-84). (ndt: era colaborador cercano de Condoleeza Rice)

113. Fracaso en mencionar que la Casa Blanca trató primeramente de impedir la creación de la Comisión [Oficial de Investigación sobre los Ataques Terroristas del 11 de Septiembre] y que obstaculizó después el trabajo de esta, como lo hizo al asignarle un presupuesto extremadamente restringido (283-85). (ndt: Presupuesto estimado en 15 millones de dólares cuando el film de ficción «Vuelo 93» de Paul Greengrass costó 18 millones y «World Trade Centre» de Oliver Stone costó CUATRO VECES MÁS, o sea 60 millones de dólares. En lo tocante al primer punto, la creación de la Comisión no se produjo hasta después de 441 días de los ataques y el presidente Bush propuso que fuera presidida por Henry Kissinger… para luego retractarse ante las violentas críticas de la opinión pública contra esa proposición).

114. Fracaso en mencionar que el presidente de la Comisión, la mayoría de los demás miembros de la Comisión, y por lo menos la mitad del personal de la misma tenía serios conflictos de intereses (285-90, 292-95).

115. Fracaso de la Comisión, la cual se vanagloriaba de que la presentación de su informe final había tenido lugar «sin disensión», en mencionar que esto fue posible únicamente porque Max Cleland, el miembro de la Comisión más crítico en cuanto a la actuación de la Casa Blanca –juró incluso «que no sería cómplice de un tratamiento parcializado de las informaciones»–, tuvo que renunciar a su puesto dentro de la Comisión para poder aceptar un cargo en el Banco Export-Import y que la Casa Blanca dio a conocer su nominación para ese cargo únicamente después que las críticas emitidas por Cleland se hicieron especialmente directas (290-291).

Terminaré precisando que concluí mi estudio del texto que he dado en llamar «el informe Kean-Zelikow» escribiendo lo siguiente: Finalmente, el Informe de la Comisión Investigadora sobre el 11 de Septiembre, lejos de evacuar mis dudas en cuanto a una complicidad oficial, no hizo más que confirmarlas. ¿Qué podría llevar a los responsables encargados de la redacción de ese informe final a montar una superchería de tanta envergadura si no el intento de enmascarar enormes crímenes? (291).

Fuente: Red Voltaire
Dos obras del profesor David Ray Griffin han sido publicadas en francés: Le Nouveau Pearl Harbor  y Omissions et manipulations de la commission d’enquête sur le 11 Septembre. La traducción de ambos títulos estuvo a cargo del comandante Pierre-Henri Bunel y fueron publicadaas en 2006 por las ediciones Demi-lune.

La familia Bush y la Alemania nazi

Posted in 11 de septiembre,atentados,historia,otros temas de interes por Gonzalo Fernandez en noviembre 30, 2010
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Por Webster G. Tarpley, Anton Chatkin

El Ministerio de Guerra de los Estados Unidos incorporó en el pasado, expertos en guerra biológica y en armas de destrucción masiva nazis, quiénes tuvieron la oportunidad de ensayar y probar su «especialidad» sobre los millones de civiles cuando estuvieron bajo las ordenes de Hitler.

El Ministerio de Guerra de los Estados Unidos incorporó en el pasado expertos en guerra biológica y en armas de destrucción masiva nazis, quiénes tuvieron la oportunidad de ensayar y probar su «especialidad» sobre los millones de civiles cuando estuvieron bajo las ordenes de Hitler o adherían a sus tesis durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante medio siglo, estos nazis aceptaron de trabajar en el más grande secreto en Fort Bragg (Estados Unidos), en la NASA, en el complejo militaro-industrial, en el lobby del armamento y en la CIA.

Fueron ellos los que desarrollaron los conceptos de «Guerra contra el Terrorismo» y la «Lucha contra los Estados Irresponsables«. Desde 1981 George Bush padre dirigió en persona todas la operaciones secretas de la CIA, bajo el nombre de código «Contra-terrorismo«.

En 1942, Allen Dulles, abogado y amigo intimo de la familia Bush, recibió la misión de impedir a la prensa que cite o mencione el nombre de la familia Bush después que se constatara oficialmente que «grandes partes del imperio Prescott-Bush operaron para la Alemania nazi durante el segundo conflicto mundial, contribuyendo de esta manera al esfuerzo de guerra nazi» [1].

Un año después, fue nombrado a la dirección de la OSS (Servicio Secreto predecesor de la CIA). Un encuentro tuvo lugar en Suiza con el adjunto de Himmler, Karl Wolf [2].

Juntos elaboraron un proyecto para hacer pasar los nazis a los Estados Unidos.

El primer proyecto de la CIA fue el Displaced Persons Act, una campaña de emigración que hizo entrar medio millón de europeos en los Estados Unidos entre 1948 y 1952. Entre estos emigrantes se encontraban 10,000 criminales de guerra nazis [3].

Oficiales superiores de la Cruz de Hierro húngara, la Legión búlgara, de la Organización de nacionalistas Ucranianos de Stephan Bandera, de la Legión lituaniana y la Brigada rusa blanca. La mayoría de estas facciones creó divisiones de WaffenSS que salvajemente masacraron a comunistas, judíos y otros ciudadanos [4].

El húngaro Laszlo Pasztor representaba en Berlín al gobierno fascista de Hungría de Ferenc Szalas durante la segunda guerra mundial. En 1972, George Bush padre, era en esa entonces presidente del Concejo Nacional de los Republicanos, él nombró a Pasztor al cargo de presidente del Concejo Republicano de Nacionalidades. [5]

Pasztor abre las puertas a los criminales nazis de Europa del Este. Por ejemplo a Nicolás Nazarenko, oficial de las WaffenSS en Rumania y especialista en «interrogatorios» a los prisioneros políticos. [6]

Abre la puerta también a Radi Slavoff, quién fue portavoz de Iván Docheff, fundador de la Legión búlgara. O a Florian Galdau, capellán de la Guardia de Hierro rumana, que se vanagloriaba de haber ayudado a entrar a los Estados Unidos miles de criminales de guerra rumanos. Walter Melianovich por su lado representa a la Asociación Americano-Bielorusa, que canta las hazañas de los verdugos de la Unidad WaffenSS de rusos blancos [7].

Este pequeño club de adeptos fue en 1988 el alma de la campaña electoral de George Bush padre para las presidenciales.

Slavoff es presidente de los «Búlgaros para Bush«, Galdau de los «Rumanos para Bush» y Melianovich de los «Ucranianos para Bush«… [8]

Proyecto Paperclip: guerra biológica y de destrucción masiva

Dulles y sus amigos del Ministerio de Guerra desarrollaron y pusieron a punto un segundo programa «top-secret«: el proyecto «Overcast«, rebautizado más tarde proyecto «Paperclip«. El objetivo era buscar y reclutar para la industria de guerra norteamericana, los científicos nazis, los especialistas en aeronáutica, en guerra biológica y química, en investigación nuclear y tratamiento del uranio.

Un documento con fecha del 2 de Junio de 1953 señala que en esa época, al menos 820 nazis ingresaron a los Estados Unidos vía la Operación «Paperclip«. Entre ellos, el general-mayor nazi Walter Emil Schreiber. Este hombre experimentó sobre los prisioneros el gas gangrene, el virus del tifus, ciertas drogas, el agua helada, las cámaras de baja presión. El general-mayor Schreiber fue asignado a la Escuela de Medicina de la Fuerza Aérea en Texas. El general mayor Kurt Blome, otro especialista en guerra biológica que experimentó con la vacuna de la peste fue contratado por el Departamento de Química del Ejército de los Estados Unidos. [9]

Werner Von Braun, ingeniero que trabajó para Hitler fue enviado a Fort Bliss en Texas. Von Braun junto con Walter Dornberger fueron contratados por el abogado de la familia Bush, Allen Dulles, para que trabajaran en la industria bélica norteamericana, así como a muchos otros miles de criminales nazis. Dornberger trabajó en Bell Aircraft (Bell Textron), Von Braun fue nombrado director de la Marshall Space Flight y de la NASA.

Von Braun elaboró durante la segunda guerra mundial en Peenemunde el proyecto de los cohetes V2 alemán, el cual estaba dirigido por el general Walter Dornberger. Se estima que la fabricación de dichos cohetes como sus instalaciones fue responsable de la muerte de 20.000 prisioneros de los campos de concentración de Dora y de Nordhaussen. El ejército norteamericano hizo transportar a los Estados Unidos varias toneladas de las V2, los documentos técnicos y los 1.200 especialistas alemanes en la materia al final de la Segunda Guerra Mundial [10].

Los Estados Unidos utilizarán esta experiencia adquirida en armas biológicas contra la Grecia, en la guerra de Corea y en la Guerra del Vietnam.

El club de amigos de George Bush padre fue y es muy activo en dichas cuestiones y objetivos. Pasztor, Nazarenko y Melianovich hacen parte del lobby estadounidense del armamento «Coalición para la Paz por la Fuerza» del Concejo de Seguridad Norteamericano (ASC). La ASC es una iniciativa militaro-industrial lanzada principalmente por la Aircraft Industries Association, Standard Oil, Honeywell, US Stell y la United Fruit, todas estas grandes multinacionales norteamericanas. La ASC era partidaria abiertamente para «una ofensiva nuclear sorpresa contra la Unión Soviética» durante la Guerra Fría. Después del 11 de Septiembre, este lobby ha alcanzado al fin su objetivo: la Cámara y el Senado de los Estados Unidos aprueban hacer uso del arma atómica en primer lugar y antes que nadie y esto de manera unilateral como política oficial del Gobierno. [11]

Operación Sunshine: especialistas de la guerra contra el terrorismo

La obra maestra y clave de Allen Dulles fue la Operación Sunshine.

Reinhard Gehlen era jefe de la red de espionaje alemán en Unión Soviética (Fremde Heere Ost), o sea el más alto oficial del espionaje nazi de Hitler. Trabajaba en el «Frente del Este«. Gehlen obtenía sus informaciones interrogando ferozmente a los prisioneros de guerra. Tortura, malos tratos y asesinatos ordenados por Gehlen costaron la vida a 4 millones de prisioneros de guerra soviéticos [12].

Gehlen propuso a los norteamericanos una alianza contra el comunismo y les remitió una lista de los agentes nazis. El 22 de Agosto 1945, el avión personal del general Smith los lleva a los Estados Unidos.

Durante diez años, la CIA gastó al menos 200 millones de dólares y pagó a 4,000 agentes clandestinos, para que las redes de Gehlen sigan funcionando a tiempo completo y a favor de los Estados Unidos [13].

El nazi SS Sturmbannfuhrer Alois Brunner era un experto en deportación de «terroristas«: comunistas, dirigentes sindicales y judíos. Fue el arquitecto en persona de los ghettos y los convoyes hacia los campos de concentración. Se le considera directamente responsable de la muerte de 128.500 personas [14].

La CIA hace trabajar a todos estos expertos de la «lucha contra el terrorismo» en sus locales de Fort Bragg. Es allí que George Bush padre dirigió (¿¿dirige??) él mismo y en persona todas las operaciones secretas de la CIA, bajo el nombre de código «Contra-terrorismo» [15].

Durante medio siglo, estos nazis trabajaron en el más grande secreto en Fort Bragg, en la NASA, en el complejo militaro-industrial, el lobby del armamento y en la CIA.

Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1989, gritaron victoria por primera vez.

Han gritado victoria una segunda vez después del 11 de Septiembre 2001, porque es en estos momentos y debido a la situación y contexto de temor que sus amigos Bush, Cheney y Rumsfeld han decidido de hacer la «guerra preventiva» de la «ofensiva nuclear» de la «represión al terrorismo interior» la esencia de la política oficial de los Estados Unidos de Norteamérica.

Fuente 1: Red Voltaire

Fuente 2: 1984

Webster G. Tarpley

Escritor, periodista, conferencista y crítico norteamericano de las políticas doméstica y exterior de los Estados Unidos. Sus libros más recientes son: Obama, The Postmodern Coup,The Making of a Manchurian Candidate,Barack Obama: The Unauthorized Biography9/11 Synthetic Terror. Es miembro de la Conferencia Eje por la Paz.

Anton Chatkin

Este artículo es un resumen del libro: Bush: The unauthorized biography (Bush la no autorizada biografíade), de Webster G. Tarpley y Anton Chatkin.


[1] Carla Binion, Nazis and Bush family history, Online Journal, 21.12.00

[2] Andreas von Bülow, In Namen des Staates. Piper Verlag, 2002, blz. 377

[3] Christopher Simpson, Blowback: America’s recruitment of nazis and its effects on the Cold War. Collier Books, 1989, pp. 201-202, 215-216

[4] Russ Bellant, Old Nazis, the New Right and the Reagan Administration. Political Research Associates, 1989, pp. 10-11. Ook op www.skepticfiles.org

[5] John Loftus, Mark Aarons. The Secret War Against the Jews. St Martin’s Press, 1997

[6] Christopher Simpson, o.c., pp. 273-274

[7] Russ Bellant, o.c., pp. 10-17

[8] Carla Binion, Nazis and the Republican Party, Online Journal, 28.01.00

[9] Covert Action, Special: nazis, the Vatican, and CIA, 25/’86., pp. 23-26

[10] Simpson, o.c., pp. 27-31. Robert Sherill, www.texas.observer.org

[11] Russ Bellant, o.c., Part II, p. 4

[12] Simpson, o.c., p. 44

[13] Simpson, o.c., p. 53

[14] Simpson, o.c., p. 248

[15] Simpson, George Bush Takes Charge. Covert Action Quarterly, nr. 58.

La secta Moon, una secta bien particular

Por Gastón Pardo (*)

La secta Moon mezcla fanática-religioso-política engendrada en plena Guerra Fría para contener al comunismo mundial mediante el control y manipulación de extensas masas de población no ha desaparecido a pesar que lucha ideológica entre las superpotencias de la época (EEUU y la Unión Soviética) no es más de actualidad. La secta Moon se ha reciclado pero continúa trabajando para el Imperio y las obscuras fuerzas que la dirigen.

Las diferentes contribuciones periodísticas de investigación respecto a la secta Moon como aquellas dadas a conocer en fechas pasadas por la revista semanal norteamericana Executive Intelligence Review [1] o nuestro grupo de prensa Red Voltaire, nos ofrecen un panorama desolador de la increíbles alianzas político/religiosas entre las sectas y grupos de poder, en este caso por ejemplo entre aquella dirigida por el «reverendo» Sun Myung Moon y la Liga Anticomunista Mundial que sus acciones tanto en Asia como en América Latina dejaron una secuela criminal.

Lo informó el grupo de prensa EIR (Executive Intelligence Review) en su artículo de Noviembre de 2002 cuyo título era: «Los demócratas se aventuran en el lado oscuro de la Luna«. El texto decía:

«desde los años ochenta en adelante, el aparato asiático y sudamericano de inteligencia de cuyas buenas intenciones hay serias dudas, fue puesto en marcha con dinero sucio y centralizado en torno al perturbado reverendo Sun Myung Moon; gastó cientos de millones de dólares para poner a su servicio a la derecha cristiana de Estados Unidos. Este proceso comenzó con William F. Buckley Jr., vinculado a Richard Viguerie, el llamado mago de la contratación por email, se declaró a mismo en bancarrota hacia 1987 (…)».

Este análisis coincide en lo esencial con el realizado en distintas etapas por el grupo de prensa Red Voltaire.

Este mismo texto añade además: «…La culminación de los esfuerzos de la empresa de espionaje más grande de todos los tiempos, la organización Moon se da en el orden teológico en 1994, año en que el congreso institucionalizó el «Día de los Verdaderos Padres» como una nueva fiesta nacional, designado para ello el cuarto domingo de Julio. El mayor instigador de esta iniciativa legislativa fue el representante republicano Dan Burton (del estado de Indiana, EEUU), que era uno de los fundamentalistas más radicales del Congreso (…) «.

Casi nadie repudió la culminación del esfuerzo por institucionalizar el «Día de los Verdaderos Padres«, con todo y que muchos teólogos, particularmente los católicos, y también judíos e islamistas tienen problemas para asimilar las ideas tan especiales del reverendo Moon en relación a su parentesco divino. Aunque parezca increíble, esta idea fanática religiosa la encontramos dentro de los principales dirigentes de la administración Bush.

De acuerdo a Moon, él y su cuarta esposa Hak Ja Han Moon, son los «Verdaderos Padres del Género Humano«. Moon argumenta que Jesucristo fracasó en su misión redentora, porque permitió ser crucificado antes de tener hijos. Como consecuencia de esta imprevisión la humanidad no pudo librarse del pecado original, que según la palabra de Moon deriva de Eva por haber tenido relaciones sexuales con Satán.

Este mito basado en la teología cristiana, una verdadera historieta de ciencia ficción continúa siendo aceptada. De tal manera, vemos a la Iglesia presbiteriana, a la que pertenece el presidente George W. Bush, que está totalmente sometida al gran designio moonista en EEUU.

El reverendo Moon ha completado su misión con la celebración, una vez al año, de espléndidos y tumultuarios matrimonios en espectáculos impresionantes a los que asisten parejas jóvenes que han sido «casadas» varias veces en años atrás. Cuando llega el novio, se le asigna una chica guapa de Corea o Japón con la que ha de unirse para contribuir a la unificación de las razas.

En un mensaje del Unification Church website, el reverendo Michael Jenkins, cabecilla de la organización Moon en Estados Unidos (que en ese país se denomina la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación de las Iglesias Mundiales), escribió que al menos «que los seres humanos seamos limpiados del pecado original, desde el momento de la concepción no vivimos de acuerdo a nuestra naturaleza«.

Y con el objeto de ser limpiados del pecado original, como estos afirman, debemos renacer. El renacimiento es un método al que se incorpora quien recibe la bendición matrimonial con el reverendo Moon como oficiante. La teología moonista declara que este es el mejor camino para borrar el pecado original y restaurar nuestra verdadera naturaleza a la vez humana y divina, según su extraña teología. Este proceso de limpia está reservado para todos los hombres y mujeres. Sólo después de haber pasado por este proceso de depuración serán dignos de comparecer ante la presencia de Dios.

A continuación dijo que el reverendo Sun Myung Moon está predestinado a completar «la misión salvadora que Jesús fue incapaz de llevar a cabo«. Con este tipo de avances que nada tienen que ver con los evangelios, hacia el final de la década de los años noventa, cada nombre significativo de la derecha cristiana, como Pat Robertson, Tim y Beverly LaHayeGary Bauer, conocido fundamentalista político a favor de la guerra religiosa, también podemos citar a James DobsonRocco ButtiglioneBilly Graham, Robert SchullerElliott Abrams y muchos personajes que fueron absorbidos o que colaboran indirectamente para la organización Moon y desempeñaron funciones subordinadas para captar fondos, sean estos o no provenientes de los tráficos de narcodólares.

Estas ramificaciones o conexiones entre política y religión, entre populosos movimientos sectarios y personajes especialmente entrenados, formados o apoyados por poderosas fuerzas para realizar tal tipo de trabajo de conducción de dichas masas, no nos deja la menor duda que se trata de una inteligente maniobra de manipulación y control del pensamiento o sentimiento, sean religiosos u otros, en el sentido de poder utilizar más tarde a naciones, pueblos enteros con finalidades o intereses geopolíticos bien determinados en el mundo.

Y la pregunta que le hacemos a esa fuerza política de derecha neoconservadora es: ¿Qué es más vergonzoso: haberse asociado con un lunático que dice que Jesucristo fracasó en su misión salvadora y que, además, Dios lo exaltó como «Rey de reyes» y como verdadero padre de la nueva raza rectora; o estar en esa organización a sabiendas de que se dedica al lavado de dinero, una parte del cual se destina al narcoterrorismo internacional?

La otra respuesta sería que a lo mejor estas fuerzas políticas de derechas neoconservadoras fanáticas religiosas se creen ellas mismas estos cuentos. Indudablemente las fuerzas religiosas evangélicas estadounidenses hacen parte de esta estrategia.

Los valores familiares, según Moon

El 4 de Julio de 2002, el diario de Moon, editado en la capital de Estados Unidos, The Washington Times, dedicó una página completa a uno de los grupos que forma como coberturas publicitarias en las cuales el reverendo Moon es proclamado Mesías. El portavoz del grupo cita a Jesucristo, quien se supone que ha sido consultado por una médium coreana que sirve de intermediaria entre Moon y el más allá: «Reverendo Sun Myung Moon Tu manifestación es la Segunda Venida con que se completa la edad testamentaria. Las ciento veinte naciones que dieron luz a la historia del cristianismo ruegan por tomar parte en todo lo que los verdaderos padres realizan, para restaurar el paraíso original, donde no hay pecado original, a través de la guía del Testamento ahora integrado y del principio de unificación del salvador y Mesías, el Reverendo Sun Myung Moon«.

En el mismo tenor blasfemo, Dios es citado de esta manera: «Como tú, verdadero padre, has hasta hoy salido triunfantes de todas las dificultades y todo lo has sometido a su justo nivel te proclamo salvador, Mesías y Rey de reyes a lo largo y lo ancho del género humano«. Esto es: una verdadera aberración teológica que sin embargo era aceptada por el ya fallecido campeón del «anticomunismo mexicano» Mauricio Gómez Mayorga. ¿Con esta locura a la vista, el Congreso instituyó el Día Nacional de los Verdaderos Padres?

El antecedente criminal

Para alguien que se proclama el Mesías de la humanidad, el norcoreano Moon tiene un pasado bastante agitado. En la Segunda posguerra Moon emigró a Corea del Sur, donde se involucró con una secta mística denominada Israelí Suo-won, que practicaba un extraño rito de purificación, en el que las mujeres alcanzaban la pureza en la relación sexual con los ministros del grupo. Así en Corea del Norte como en la del Sur, el reverendo Moon fue sometido a diversos procedimientos penales por transgresiones a la moral, de acuerdo a un informe del FBI, que fue obtenido por el periodista Robert Parry bajo la Ley sobre libertad de información (FOIA). Moon aterrizó en una cárcel norcoreana en 1955 por su trabajo misionero de naturaleza sexual, testimonio que comparte con el público norteamericano Jeffrey Steinberg.

De Moon podría sólo hablarse como de un predicador dedicado a propalar su mensaje religioso a jóvenes campesinas, con quienes se unía en prácticas sexuales desenfrenadas, de no ser porque desde entonces ya estaban presentes en esta actividad sectaria dos de quienes serían fundadores de la CIA coreana, Kim Jong-Pil y Bo Hi Pak y con ellos sus patrones pertenecientes al ala derecha de la inteligencia anglosajona. Estas redes ultraderechistas de inteligencia giraban en torno de William F. Buckley, quien contribuyó a formar el vínculo del carlismo español bajo la cobertura de su revista National Review, y la asociación Jóvenes Americanos por la Libertad (YAF por sus siglas en inglés), un movimiento juvenil anticomunista.

La asociación con los carlistas españoles y derechistas irlandeses en aras del proyecto político de National Review la consiguió Mary Ball Martínez, corresponsal de NR en España e Italia y autora del libro incandescente Undermining the Catholic Church, que su autora publicó en México en una edición personal, un libro que desvela los secretos de la alianza de antiguos nazis y fascistas con los servicios de inteligencia anglosajones con la intermediación de ciertos jerarcas católicos. Un diseño incluyente que provocó el terror de los años setenta en Europa y el Medio Oriente, y promotor de la subversión de doble ideología diseñada por los autores de Gladio, una red de subversión y de especialistas de terrorismo de estado dirigida por la OTAN para hacer pasar atentados con explosivos como si fuesen obra de grupos izquierdistas.

Al reverendo Moon de seguro los anglosajones le clavaron la mirada para cooptarlo desde que fue «liberado» de un cómodo cautiverio japonés, siguiendo la ruta crítica de los italianos y alemanes cooptados por los servicios anglosajones para la contención «del comunismo«. De acuerdo a un informe de la CIA fechado el 26 de Febrero de 1963, Kim Jong-Pil organizó la Iglesia de la Unificación mientras era director de la Agencia Central de Inteligencia coreana y comenzó a utilizar a la Iglesia de la Unificación como trampolín político aprovechando que contaba con 27 mil miembros.

Kim Jong-Pil también tuvo a su cargo la tarea de reconstruir los lazos amistosos con Japón, como parte de un enorme esfuerzo anglosajón por crear un muro de contención anticomunista dispuesto de diversas maneras sobre Corea del Sur, Japón y Taiwán, echando mano de una red de organizaciones secretas dedicadas al crimen organizado pero ansiosas de combatir al comunismo, para corresponder al derecho que les fue reconocido por los anglosajones vencedores de la guerra de delinquir. Entre los contactos japoneses de Kim Jong-Pil se cuentan dos criminales de guerra japoneses Yoshio KodamaRyoichi Sasakawa.

La historia del alto espionaje comienza con el coronel Bo Hi Pak, uno de los fundadores de la agencia sudcoreana KCIA, que siendo agregado militar surcoreano en Washington entregó 10 millones de dólares a los moonies ya establecidos, para adquirir una parte de un inmueble comercial, pero llegó a manos del vendedor la cantidad incompleta del precio, dice Steinberg, director de Inteligencia de Executive Intelligence Review.

La agencia de noticias Notimex descubre «un mundo subterráneo entre México y EEUU»

Los moonies descubren el paso de «extremistas afganos e iraquíes por los conductos bajo tierra«. Lo sensacional es que la prensa del reverendo Moon (The Washington Times [2], descubre a «60 extremistas afganos e iraquíes» que serían introducidos a EEUU por México. No hay duda: la derecha cristiana está creando el entorno mediático de un nuevo plan completamente falso basándose sobre uno que si realmente existió en el pasado, aquel de Irán-Contras nicaragüenses, simplemente para seguir haciendo creer a la opinión pública la omnipresencia del «terrorismo internacional«.

Mientras, la agencia informativa Notimex del gobierno mexicano descubre «un mundo subterráneo entre México y Estados Unidos». ¿Serán de nuevo orquestados los católicos mexicanos en el nuevo plan Irán-Contras a pesar del carácter blasfemo y anticatólico de la iglesia de Moon?

La nota de Notimex sobre los mooniesExtremistas islámicos planeaban un ataque contra la mayor instalación militar en Estados Unidos, que ofrece entrenamiento en labores de inteligencia, mediante la ayuda de narcotraficantes mexicanos, reveló hoy The Washington Times.

Citando un reporte confidencial circulado entre agencias federales, el periódico estadounidense dijo que la revelación sobre estos planes, obligó a líderes militares a modificar las medidas de seguridad en el Fuerte Huachuca, ubicado en Arizona.

El fuerte se levanta en una amplia extensión, ubicado a unos 32 kilómetros de la frontera con México, y alberga a contingentes de las cuatro ramas de las fuerzas armadas estadounidenses que reciben entrenamiento en labores de inteligencia.

Según el diario, los informes apuntan a que unos 60 extremistas afganos e iraquíes serían introducidos a Estados Unidos a través de túneles cavados en la frontera con México, portando armas de alto poder, incluyendo mísiles anti-tanque.

El documento confidencial citado por el diario, que es una alerta emitida por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), indicó que «una porción de los operadores estaban en Estados Unidos» y el resto serian traídos al país.

La alerta fue circulada a la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa, la CIA, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y el Departamento de Justicia.

Según el rotativo, el documento está basado en fuentes de la Agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), incluyendo varios mexicanos con acceso a «fuentes secundarias en los carteles de las drogas«, que en el pasado han probado ser confiables con la información provista.

Una de dichas fuentes «secundarias«, precisó el cotidiano, sería un miembro de los Zetas, el grupo de sicarios formados en las fuerzas de elite de las fuerzas armadas, puestos al servicio del Cartel del Golfo, quien habría señalado al Cartel de Sinaloa como el grupo que daría asistencia a estos extremistas.

La alerta reveló que con el fin de no levantar sospechas, todos estos operadores se raparían la cabeza y sus barbas «para no parecer del Medio Oriente«.

Cada uno de ellos pagaría 20 mil dólares «o su equivalente en armas» a los carteles de las drogas por su asistencia para internar su armamento a través de túneles cavados en puntos de la frontera entre México y Arizona y Nuevo México.

Los extremistas serían internados a través de la frontera con Laredo, Texas, para después reclamar sus armas, aunque de acuerdo con la alerta difundida por el rotativo varios afganos estarían ya en una casa de seguridad en Texas, al igual que algunas de las armas.

El coronel Mathew Garner, vocero de Fuerte Huachuca dijo al Washington Times que «con esta amenaza específica cambiamos algunos aspectos de nuestra seguridad«, aunque no abundó en detalles.

El diario añadió que los lazos entre narcos mexicanos y organizaciones extremistas se han convertido en una seria preocupación para las agencias que monitorean cuestiones de inteligencia.

Fuente: Red Voltaire

(*) Periodista de la Universidad Nacional de México, Cofundador del diario Libération. Diplomado en Sorbonne VI. Doctor en Teología de la Iglesia Cristiana Ortodoxa. Corresponsal de la Red Voltaire en México.

Red Voltaire denuncia que WikiLeaks es una cortina de humo

Nota: este artículo es del 29 de Julio de 2010 y pertenece a la Red Voltaire. Lo posteo para mostrar otros puntos de vista del tema mencionado.

WikiLeaks: cortina de humo política

El sitio WikiLeaks entregó hace varias una serie de documentos militares de carácter confidencial a tres medios de prensa (The New York Times, The GuardiánDer Spiegel) para que pudieran examinarlos antes de publicarlos.

El 25 de Julio de 2010, WikiLeaks publicó los 92.000 documentos originales y los tres medios de prensa ya mencionados publicaron simultáneamente sus propios artículos. Es la mayor filtración de documentos militares en toda la historia.

Estos documentos son notas utilizadas por las tropas implicadas en Afganistán. Algunas son relatos de combates, otras contienen reportes de inteligencia. Su nivel de confidencialidad no es alto (lo cual significa que han pasado por muchas manos), pero su cantidad es muy elevada (lo cual implica que son pocas las personas que tenían posibilidades de reunirlas). Su autenticidad no ha sido cuestionada. La prensa internacional y numerosos líderes del mundo entero han comentado las conclusiones de los tres medios de prensa, considerando que se trata de informaciones seguras.

Nuestros detractores esperan que la Red Voltaire se congratule por esas filtraciones y que explote esos documentos en contra de las fuerzas estadounidenses, para acusarlas de crímenes y de incompetencia. No haremos nada de eso.

Todo hace pensar que esas filtraciones han sido organizadas por un sector del aparato estadounidense que quiere imponer sus propios puntos de vistas simultáneamente con la destitución del general McChrystal por el presidente Obama. Y el hecho que este último haya detenido la realización de cualquier investigación interna destinada a identificar el origen de las filtraciones demuestra que él mismo conoce ese origen, que no desea enfrentarlo y que lo aprueba.

Los mencionados documentos no describen la realidad en el terreno sino que constituyen un testimonio del grado de autointoxicación de las fuerzas estadounidenses. Las notas de inteligencia afganas en las que se fundamentan las operaciones de las tropas de la alianza en Afganistán sólo reportan chismes tan estúpidos que uno no puede menos que preguntarse cómo es posible que tales informantes hayan sido reclutados. Resulta especialmente ridículo presentar a un oficial pakistaní de 74 años, el general retirado Hamid Gul, como el manipulador oculto de los insurgentes y único responsable del fracaso militar de la OTAN.

No nos sorprende que tres medios de prensa conocidos por su ciego alineamiento con las tesis atlantistas estén participando en una operación psicológica de diversión cuyo objetivo es criticar a un general que acaba de ser destituido para justificar las responsabilidades políticas de esta catástrofe humana.

En todo caso, es inquietante es la unanimidad de los grandes medios de prensa, que han venido repitiendo constantemente durante años las mentiras de Washington.

La guerra de Afganistán es ilegal. Independientemente de que nos resulten simpáticos o no, los insurgentes ejercen su derecho fundamental y legítimo a defender su propio país contra la ocupación extranjera. Cuando se habla de crímenes no se trata solamente de los excesos cometidos por esta o aquella unidad militar sino de todas las operaciones que se están desarrollando en ese país y de la presencia misma de tropas extranjeras.

Fuente: Red Voltaire