115 mentiras sobre los atentados del 11 de Septiembre
Por David Ray Griffin
Sigue sin haber una versión oficial sobre los atentados del 11 de Septiembre de 2001. No se ha abierto investigación judicial alguna sobre los propios atentados ni la menor investigación parlamentaria. No hay más que una versión gubernamental recogida en un informe presentado por una comisión presidencial. El profesor David Ray Griffin, autor de una obra de referencia en la que estudia ese informe, encontró en ese texto 115 mentiras aquí enumeradas.
Red Voltaire – 4 de Noviembre de 2006
Derrumbe del edificio n°7 del World Trade Center Este edificio no fue impactado por ningún avión y su derrumbe presenta las características de una demolición controlada. (cf. video). La comisión investigadora ni siquiera abordó el tema.
_____________________________________________________________
Para cada mentira nos referiremos a los análisis que hace el profesor David Ray Griffin en su obra Omisiones y manipulaciones de la Comisión Investigadora. Las cifras que aparecen entre paréntesis se refieren a las páginas de la edición original estadounidense de ese libro.
1. Omisión de la prueba de que por lo menos 6 de los supuestos secuestradores aéreos (entre ellos Waled al-Shehri, acusado por la Comisión de haber apuñaleado a una azafata del vuelo UA11 antes del choque del avión contra la torre norte del World Trade Center) están vivos actualmente (19-20).
2. Omisión de pruebas sobre Mohamed Atta (como su pronunciada inclinación por la bebida, por la carne de puerco y las exhibiciones eróticas privadas o lap dances) que contradicen las afirmaciones de la Comisión de que Atta se había convertido en un fanático religioso (20-21).
3. Confusión voluntariamente creada alrededor de las pruebas que demuestran que Hani Hanjur era tan mal piloto que nunca hubiera sido capaz de lograr estrellar un avión de pasajeros contra el Pentágono (21-22).
4. Omisión del hecho que las listas de pasajeros (flight manifests) que se hicieron públicas no contenían ningún nombre árabe (23).
5. Omisión del hecho que nunca, ni antes ni después del 11 de Septiembre, se ha visto que un incendio haya provocado el desplome total de un edificio con estructura de acero (25).
6. Omisión del hecho que los incendios de las Torres Gemelas no fueron ni extremadamente extensos ni especialmente intensos y que ni siquiera duraron mucho tiempo comparados con otros incendios ocurridos en rascacielos (con estructuras) similares sin que estos últimos se desplomaran (25-26).
«Omissions et manipulations de la commission d’enquête sur le 11 septembre» (Omisiones y manipulaciones de la Comisión investigadora) es el libro del profesor estadounidense D. Ray Griffin, en version francesa y disponible en la librería electrónica de la Red Voltaire.
_____________________________________________________________
7. Omisión del hecho que, dada la hipótesis que el incendio provocó los derrumbes, la torre sur, que fue golpeada después que la torre norte y afectada por un incendio de menor intensidad, no debería haber sido la primera en desplomarse (26).
8. Omisión del hecho que el edificio n°7 del World Trade Center (contra el cual no se estrelló ningún avión y que sólo sufrió pequeños incendios muy localizados) también se desplomó, hecho sobre el cual la Agencia Federal para el Manejo de Situaciones de Emergencia (FEMA) confesó que no podía ofrecer ninguna explicación (26).
9. Omisión del hecho que el derrumbe de las Torres Gemelas (y el del edificio n°7) presenta al menos 10 características de haber sido producto de una demolición controlada (26-27).
10. Afirmación según la cual el núcleo de la estructura de cada una de las Torres Gemelas era «un pozo de acero vacío», afirmación que niega la presencia de 47 columnas de acero macizo que eran en realidad el centro de cada torre. Según la teoría del «apilamiento de pisos» (the «pancake theory») que explica los derrumbes, varias decenas de metros de esas columnas de acero macizo debieran haber quedado en pie (27-28).
11. Omisión de la declaración de Larry Silverstein [el propietario del WTC], declaración según la cual el propio Silverstein en coordinación con los bomberos decidió «demoler» –en lenguaje técnico (to «pull»)– el edificio n°7 (28).
12. Omisión del hecho que el acero de los edificios del WTC fue rápidamente recogido del lugar de los hechos y enviado al extranjero por vía marítima ANTES de que pudiera ser analizado en busca de huellas de explosivos (30).
13. Omisión del hecho que el edificio n°7 había sido evacuado antes de su derrumbe, lo implica que la razón que se dio oficialmente para acelerar lo más posible la recogida del acero [en aquel lugar] (porque podía haber sobrevivientes bajo los escombros) no tenía ningún sentido en el caso de este edificio (30).
14. Omisión de la declaración del alcalde R. Giuliani quien dijo que se le advirtió de antemano que el WTC iba a derrumbarse (30-31).
15. Omisión del hecho que Marvin Bush, hermano del presidente estadounidense, y su primo Wirt Walker III eran los directores de la compañía encargada de garantizar la seguridad del WTC (31-32).
16. Omisión del hecho que el ala oeste del Pentágono, [la misma que fue impactada el 11 de Septiembre], era precisamente, por diversas razones, la que menos posibilidades tenía de ser blanco de los terroristas de al-Qaeda (33-34).
17. Omisión de toda discusión tendiente a determinar si los daños que sufrió el Pentágono correspondían realmente con los daños que podría haber provocado el impacto de un Boeing 757 desplazándose a varios cientos de kilómetros por hora (34).
18. Omisión del hecho que existen fotos que demuestran que la fachada del ala oeste no se derrumbó hasta 30 minutos después del impacto y que el orificio de entrada es demasiado pequeño para el diámetro de un Boeing 757 (34).
19. Omisión de todo testimonio contradictorio sobre la presencia o la ausencia de pedazos visibles de un Boeing 757, ya sea dentro o fuera del Pentágono (34-36).
20. Ausencia total de discusión tendiente a determinar si el Pentágono disponía de un sistema de defensa antimisiles capaz de derribar un avión de pasajeros, aún cuando la Comisión sugirió que los terroristas de al-Qaeda decidieron no atacar una central nuclear precisamente porque pensaron que esta dispondría de ese tipo de defensa (36).
21. Omisión del hecho que las imágenes provenientes de diferentes cámaras (incluyendo las de la gasolinera que se encuentra frente al Pentágono, confiscadas por el FBI inmediatamente después del impacto) podrían ayudar a determinar qué fue realmente lo que impactó el Pentágono (37-38).
22. Omisión de la alusión del secretario de Defensa D. Rumsfeld a «un misil [utilizado] para golpear [el Pentágono]» (39).
23. Aprobación aparente de la respuesta, totalmente insatisfactoria, a la pregunta tendiente a saber por qué los agentes del Servicio Secreto permitieron que el presidente Bush permaneciera en la escuela de Sarasota cuando, según la versión oficial, deberían haber pensado que un avión secuestrado podía tener esa misma escuela como blanco (41-44).
24. Fracaso en explicar por qué el Servicio Secreto no pidió una escolta de aviones de caza para [el avión presidencial] Air Force One (43-46).
25. Afirmaciones según las cuales en el momento en que el cortejo presidencial llegó a la escuela [de Sarasota], ninguno de los asistentes sabía que varios aviones habían sido secuestrados (47-48).
26. Omisión del informe según el cual el secretario de Justicia John Ashcroft había recibido una advertencia para que dejara de viajar en líneas aéreas comerciales antes del 11 de Septiembre (50).
27. Omisión de la afirmación de David Schippers de que, basándose en informaciones provenientes de agentes del FBI sobre posibles ataques en el sur de Manhattan, él había tratado infructuosamente de transmitir dicha información al secretario de Justicia John Ashcroft durante las 6 semanas anteriores al 11 de Septiembre (51).
28. Omisión de toda mención sobre el hecho que agentes del FBI afirmaron tener conocimiento de los blancos y fechas de los ataques [terroristas] mucho antes de los hechos (51-52).
29. Afirmación, mediante una refutación circular que da la cuestión por resuelta, de que el desacostumbrado volumen de compras de acciones en baja antes del 11 de Septiembre no implica que los compradores supieran de antemano que los ataques iban a producirse (52-57).
30. Omisión de los informes según los cuales el alcalde [de San Francisco] Willie Brown y ciertos responsables del Pentágono fueron advertidos de que no debían tomar el avión del 11 de Septiembre (57).
31. Omisión del informe según el cual Osama ben Laden, que ya en aquel entonces era el criminal más buscado por Estados Unidos, fue atendido en Julio de 2001 por un doctor estadounidense en el hospital estadounidense de Dubai y que recibió allí la visita de un agente local de la CIA (59).
32. Omisión de los artículos que sugieren que, después del 11 de Septiembre, el ejército estadounidense permitió deliberadamente la fuga de Osama ben Laden (60).
33. Omisión de informes, entre ellos el que reportaba la visita del jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita a Osama ben Laden en el hospital de Dubai, que entran en contradicción con la versión oficial de que la familia de Ben Laden y su país han renegado de este (60-61).
34. Omisión del resumen de Gerald Posner sobre el testimonio de Abu Zubaydah, según el cual tres miembros de la familia real saudita (que murieron los tres misteriosamente con sólo 8 días de intervalo) estaban financiando a al-Qaeda y conocían de antemano la realización de los ataques del 11 de Septiembre (61-65).
35. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba del financiamiento de los sauditas a al-Qaeda (65-68).
36. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba que demuestra que dinero perteneciente a la esposa del príncipe Bandar, la princesa Haifa, fue entregado a agentes de al-Qaeda (69-70).
37. Desmentido, que simplemente ignoró la diferencia existente entre vuelos privados y vuelos comerciales, sobre el hecho que el vuelo privado en el que varios sauditas viajaron el 13 de Septiembre desde Tampa hasta Lexington violó los reglamentos sobre el espacio aéreo establecidos en aquella fecha (71-76).
38. Desmentido sobre la autorización extendida a varios sauditas para que salieran del territorio de Estados Unidos poco después del 11 de Septiembre sin que esas personas fuesen sometidas a una investigación apropiada (76-82).
39. Omisión de la prueba que demuestra que el príncipe Bandar obtuvo una autorización especial de la Casa Blanca para los vuelos de los sauditas (82-86).
40. Omisión de la afirmación de Coleen Rowley según la cual responsables del Cuartel General del FBI habían visto el memo de Phoenix del agente Kenneth Williams (89-90).
41. Omisión del hecho que el agente del FBI en Chicago Robert Wright afirma que el Cuartel General del FBI cerró su investigación sobre una célula terrorista y trató posteriormente de intimidarlo para impedir que publicara un libro en el que relata sus experiencias (91).
42. Omisión de la prueba que demuestra que el Cuartel General del FBI saboteó el intento de Coleen Rowley y de otros agentes [del FBI] de Minneapolis de obtener una orden de búsqueda para conseguir la computadora de Zacarias Moussaoui (91-94).
43. Omisión de las tres horas y media de testimonio que prestó ante la Comisión la ex traductora del FBI Sibel Edmonds que, según una carta que ella misma hizo pública y que dirigió al presidente [de la Comisión] Kean, revelaba serias disimulaciones por parte de responsables del FBI en relación con el 11 de Septiembre y dentro del propio Cuartel General del FBI (94-101).
44. Omisión del hecho que el general Mahmud Ahmad, jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes], se encontraba en Washington una semana antes del 11 de Septiembre y que se reunió allí con el director de la CIA, George Tenet, así como con otros altos responsables estadounidenses (103-04).
45. Omisión de la prueba que demuestra que Ahmad, el jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes] ordenó el envío de 100.000 dólares a Mohamed Atta antes del 11 de Septiembre (104-07).
46. Afirmación de la Comisión de que no encontró prueba alguna de que algún gobierno extranjero, incluyendo al de Pakistán, haya financiado a agentes de al-Qaeda (106).
47. Omisión del informe según el cual la administración Bush presionó a Pakistán para que Ahmad fuese destituido de su cargo de jefe del ISI después de la divulgación de la información que revelaba que este había ordenado el envío de dinero del ISI a Mohamed Atta (107-09).
48. Omisión de la prueba que el ISI (y no sólo al-Qaeda) se encontraba detrás del asesinato de Ahmad Shah Massud (el comandante de la Alianza del Norte en Afganistán) que se produjo precisamente después de un encuentro que duró una semana entre responsables de la CIA y del ISI (110-112).
49. Omisión de la prueba que demuestra que el ISI está implicado en el secuestro y posterior asesinato de Daniel Pearl, periodista del Wall Street Journal (113).
50. Omisión del informe de Gerald Posner según el cual Abu Zubaydah afirmó que un oficial militar pakistaní, Mushaf Ali Mir, que mantenía estrechos vínculos con el ISI y con al-Qaeda sabía de antemano de los ataques del 11 de Septiembre (114).
51. Omisión de la predicción que hizo, en 1999, Rajaa Gulum Abbas, agente del ISI, de que las Torres Gemelas «se derrumbarían» (114).
52. Omisión del hecho que el presidente Bush y otros miembros de su administración se refirieron repetidamente a los ataques del 11 de Septiembre como «oportunidades» (116-17).
53. Omisión del hecho que el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano («The Project for the New American Century»), muchos de cuyos miembros se convirtieron en figuras claves de la administración Bush, publicó en el año 2000 un documento que decía que un «nuevo Pearl Harbour» ayudaría a conseguir fondos para una rápida transformación tecnológica del aparato militar estadounidense (117-18).
54. Omisión del hecho que Donald Rumsfeld, quien fue presidente de la comisión del US Space Command y había recomendado aumentar el presupuesto destinado a este, se valió de los ataques del 11 de Septiembre, en la tarde de ese mismo día, para garantizar esos fondos (119-22).
55. No se mencionó que las tres personas responsables del fracaso de los esfuerzos por prevenir los ataques del 11 de Septiembre (el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el general Richard Myers y el general Ralph Eberhart) eran también los tres principales promotores del US Space Command (122).
56. Omisión del hecho que Unocal había declarado que los talibanes no podían garantizar la seguridad adecuada para emprender la construcción de sus pipelines (para petróleo y gas) a partir de la cuenca del Caspio y a través de Afganistán y Pakistán (122-25).
57. Omisión del informe según el cual representantes de Estados Unidos dijeron durante un encuentro, en Julio de 2001, que ya que los talibanes rechazaban su proposición de construir un oleoducto, una guerra contra ellos comenzaría en Octubre (125-26).
58. Omisión del hecho que en su libro, publicado en 1997, Zbigniew Brzezinski escribía ya que para que Estados Unidos pueda mantener su predominio global es necesario que ese país controle el Asia central, con sus vastos recursos petrolíferos, y que un nuevo Pearl Harbour sería útil para obtener el apoyo de la opinión pública estadounidense a esos designios imperiales (127-28).
59. Omisión del hecho que miembros claves de la administración Bush, entre ellos Donald Rumsfeld y su delegado Paul Wolfowitz, se esforzaron durante muchos años por desatar una nueva guerra contra Irak (129-33).
60. Omisión de los apuntes de las conversaciones de Donald Rumsfeld correspondientes al 11 de Septiembre que demuestran que este estaba decidido a utilizar los ataques como pretexto para desatar una guerra contra Irak (131-32).
61. Omisión de la declaración que aparece en el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, según la cual «la necesidad de una fuerte presencia estadounidense en el Golfo va más allá del tema del régimen de Sadam Husein» (133-34).
62. Afirmación según la cual el protocolo de la FAA (Federal Aviation Agency) sobre lo sucedido el 11 de Septiembre requería un largo proceso de aplicación que tenía que pasar por varias etapas de la cadena de mando cuando el propio Informe Oficial [de la Comisión] cita pruebas de lo contrario (158).
63. Afirmación según la cual en aquellos días sólo dos bases de la fuerza aérea estadounidense del sector noreste del NORAD (North American Aerospace Defense Command o Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte) mantenían cazas en alerta y, en particular, que no había aviones de combate en alerta en las bases de McGuire y de Andrews (159-162).
64. Omisión del hecho que la base Andrews de la fuerza aérea estadounidense tenía varios aviones de caza en alerta permanente (162-64).
65. Aceptación de la doble afirmación según la cual el coronel Marr, del NEADS (North East Air Defense Sector), tenía que comunicarse telefónicamente con un superior para que este lo autorizara a enviar aviones de caza desde [la base] de Otis y que necesitó 8 minutos para realizar esa llamada (165-66).
66. Aprobación de la afirmación según la cual la pérdida de la señal del transpondedor de un avión hace prácticamente imposible la localización de la nave por los radares militares estadounidenses (166-67).
67. Afirmación según la cual la intercepción de Stewart Payne no demostró que el tiempo de respuesta del NORAD en el caso del vuelo AA11 fue extraordinariamente lento (167-69).
68. Afirmación según la cual los cazas de la base de Otis se mantuvieron en tierra durante 7 minutos después de haber recibido la orden de despegue porque no sabían adónde volar (174-75).
69. Afirmación según la cual las fuerzas armadas estadounidenses no sabían del desvío del vuelo UA175 hasta las 9h30, momento exacto en que este vuelo se estrelló contra la torre sur del WTC (181-82).
70. Omisión de toda explicación sobre (a) la razón por la cual un informe anterior del NORAD, según el cual la FAA notificó a los militares el desvío del vuelo UA175 a las 8h43, se considera ahora como falso y (b) cómo fue que ese informe, si era falso, pudo ser publicado y se mantuvo como válido durante cerca de 3 años (182).
71. Afirmación según la cual la FAA no estableció la teleconferencia sino a partir de las 9h20 de aquella mañana (183).
72. Omisión del hecho que un memo de Laura Brown, de la FAA, afirma que la teleconferencia se estableció sobre las 8h50 y que trató precisamente sobre el desvío del vuelo UA175 (183-84, 186).
73. Afirmación según la cual la teleconferencia del NMCC, (Centro de Mando Militar o National Military Command Center) no comenzó antes de las 9h29 (186-88).
74. Omisión, en la afirmación de la Comisión de que el vuelo AA77 no se desvió de su trayectoria antes de las 8h45, del hecho que la hora mencionada en informes anteriores fue las 8h46 (189-90).
75. Fracaso en mencionar que el anuncio de la caída de un jet en Kentucky, poco después del momento en que el vuelo AA77 desapareciera del radar de la FAA, fue tomada lo bastante en serio por los responsables de la FAA y de la unidad antiterrorista del FBI como para que estos la enviaran a la Casa Blanca (190).
76. Afirmación según la cual el vuelo AA77 voló durante cerca de 40 minutos por el espacio aéreo estadounidense en dirección a Washington sin ser detectado por los radares militares (191-92).
77. Fracaso en explicar, si el anterior informe del NORAD según el cual se le informó a este –a las 9h24– que la trayectoria del vuelo AA77 era «incorrecta», cómo fue que ese informe erróneo pudo salir a la luz, o sea que se trata de saber si los responsables del NORAD mintieron o si fueron «embaucados» durante cerca de tres años (192-93).
78. Afirmación según la cual los aviones de combate de Langley, que según dijera primeramente el NORAD fueron enviados a interceptar el vuelo AA77, fueron realmente desplegados como respuesta a un informe erróneo de un controlador (no identificado) de la FAA de las 9h21 de que el vuelo AA11 se encontraba aún en vuelo y que se dirigía hacia Washington (193-99).
79. Afirmación según la cual los militares no fueron contactados por la FAA sobre el probable secuestro del vuelo AA77 antes del impacto contra al Pentágono (204-12).
80. Afirmación de que Jane Garvey no se sumó a la videoconferencia de Richard Clarke hasta las 9h40, o sea después del impacto contra el Pentágono (210).
81. Afirmación de que ninguna de las teleconferencias logró coordinar la FAA y las respuestas de los militares a los secuestros porque «ninguna [de las mismas] incluía a los responsables adecuados en el seno de la FAA y del Departamento de Defensa», aunque Richard Clarke dice que su propia videoconferencia incluía a la directora de la FAA Jane Garvey, al secretario de Defensa Donald Rumsfeld y al general Richards Myers, jefe interino de las Fuerzas Armadas (211).
82. Afirmación de la Comisión según la cual esta no sabía qué miembros del Departamento de Defensa participaron en la videoconferencia con Richard Clarke cuando el propio Clarke afirma en su libro que se trataba de Donald Rumsfeld y del general Myers (211-212).
83. Aprobación de la afirmación del general Myers de que él se encontraba en el Capitolio durante los ataques sin mencionar el informe contradictorio de Richard Clarke, según el cual Myers estaba en el Pentágono y participó en la videoconferencia con Clarke (213-17).
84. Fracaso al mencionar la contradicción entre el testimonio de Clarke sobre los movimientos de Rumsfeld de aquella mañana y las declaraciones del propio Rumsfeld (217-19).
85. Omisión del testimonio del secretario de Transporte Norman Mineta ante la propia Comisión, testimonio según el cual el vicepresidente Cheney y las demás [personas presentes] en el refugio subterráneo habían sido advertidas a las 9h26 de que un avión se acercaba al Pentágono (220).
86. Afirmación según la cual los responsables del Pentágono no sabían que un avión se estuviera acercando a ellos antes de las 9h32, las 9h34 o las 9h36, o sea sólo minutos antes que el edificio fuera impactado (223).
87. Aceptación de dos versiones que se contradicen entre sí sobre el aparato que impactó el Pentágono: una que describe la ejecución de una espiral de 330 grados hacia abajo (un «picado a gran velocidad») y otra en la que no se menciona esa maniobra (222-23).
88. Afirmación según la cual los cazas provenientes de Langley, que supuestamente recibieron la orden de despegar rápidamente para proteger Washington del «vuelo fantasma AA11» no estaban en lo absoluto cerca de Washington porque fueron enviados hacia el océano por error (223-24).
89. Omisión de todas las pruebas que sugieren que lo que impactó el Pentágono no fue el vuelo AA77 (224-25).
90. Afirmación según la cual la FAA no informó a los militares sobre el desvío del vuelo UA93 antes de que este se estrellara (227-29, 232, 253).
91. Doble afirmación de que el NMCC no monitoreó la conferencia iniciada por la FAA y no pudo por consiguiente conectar a la FAA con la teleconferencia iniciada por el NMCC (230-31).
92. Omisión del hecho que el Servicio Secreto dispone de medios que le permiten tener conocimiento de todo lo que hace la FAA (233).
93. Omisión de toda investigación sobre las razones que llevaron al NMCC a comenzar su propia teleconferencia si, como dijo Laura Brown –de la FAA–, eso no forma parte del protocolo standard (234).
94. Omisión de toda investigación sobre por qué el general Montague Winfield no solamente fue reemplazado por un «bisoño» (a rookie), el capitán Leidig, como director de operaciones del NMCC sino que abandonó además el mando cuando estaba claro que el Pentágono se encontraba ante una crisis sin precedente (235-36).
95. Afirmación según la cual la FAA notificó (de forma errónea) al Servicio Secreto, entre las 10h10 y las 10h15, que el vuelo UA93 se encontraba todavía en vuelo y se dirigía hacia Washington (237).
96. Afirmación según la cual el vicepresidente Cheney no dio la autorización para disparar hasta las 10h10 (varios minutos después de la caída del vuelo UA93) y que esa autorización no fue transmitida a la fuerza aérea hasta las 10h31 (237-41).
97. Omisión de todas las pruebas que indican que el vuelo UA93 fue derribado por un avión militar (238-39, 252-53).
98. Afirmación según la cual [el zar del contraterrorismo] Richard Clarke no recibió el pedido de autorización de fuego hasta las 10h25 (240).
99. Omisión del testimonio del propio Clarke, que sugiere que este recibió el pedido de autorización de fuego hacia las 9h50 (240).
100. Afirmación según la cual Cheney no bajó al refugio subterráneo del PEOC [o CPOU (siglas correspondientes a Centro Presidencial de Operaciones de Urgencia]) hasta las 9h58 (241-44).
101. Omisión de los múltiples testimonios, entre ellos los de Norman Mineta [secretario de Transporte] ante la propia Comisión, testimonios según los cuales el [vicepresidente] Cheney se encontraba en el CPOU antes de las 9h20 (241-44).
102. Afirmación según la cual la autorización para derribar un avión civil tenía que ser otorgada por el presidente (245).
103. Omisión de informes según los cuales el coronel Marr ordenó derribar el vuelo UA93 y el general Winfield indicó que él mismo y otros [oficiales] esperaban en el NMCC que un caza alcanzara el vuelo UA93 (252).
104. Omisión de informes que indican que había dos aviones de caza en el aire a varios kilómetros de New York y tres a sólo 320 kilómetros de Washington (251).
105. Omisión del hecho que había por lo menos 6 bases militares con cazas en estado de alerta en la región noreste de Estados Unidos (257-58).
106. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD había definido su misión solamente en términos de defensa contra amenazas dirigidas [hacia Estados Unidos] desde el extranjero (258-62).
107. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD no había previsto la posibilidad de que un grupo de terroristas pudiera utilizar aviones de pasajeros secuestrados como misiles (262-63).
108. Fracaso en poner en perspectiva la significación del hecho, presentado en el propio Informe, o en mencionar otros hechos que prueban que el NORAD sí había efectivamente previsto la amenaza que podía representar la posible utilización de aviones de pasajeros secuestrados como misiles (264-67).
109. Fracaso en explorar la implicaciones de la cuestión de saber cómo pudieron influir la maniobras militares («war games») programadas para aquel día en el fracaso de los militares en los intentos por interceptar los aviones de pasajeros secuestrados (268-69).
110. Fracaso en discutir la posibilidad que el desarrollo de la Operación Northwoods haya favorecido los ataques del 11 de Septiembre (269-71).
111. Afirmación (presentada para explicar por qué los militares no recibieron la información sobre los aviones secuestrados con tiempo suficiente para lograr interceptarlos) según la cual el personal de la FAA falló inexplicablemente unas 16 veces en la aplicación de los procedimientos normales (155-56, 157, 179, 180, 181, 190, 191, 193, 194, 200, 202-03, 227, 237, 272-75).
112. Fracaso en mencionar que la proclamada independencia de la Comisión se vio fatalmente comprometida por el hecho que su director ejecutivo, Philip Zelikow, era prácticamente miembro de la administración Bush (7-9, 11-12, 282-84). (ndt: era colaborador cercano de Condoleeza Rice)
113. Fracaso en mencionar que la Casa Blanca trató primeramente de impedir la creación de la Comisión [Oficial de Investigación sobre los Ataques Terroristas del 11 de Septiembre] y que obstaculizó después el trabajo de esta, como lo hizo al asignarle un presupuesto extremadamente restringido (283-85). (ndt: Presupuesto estimado en 15 millones de dólares cuando el film de ficción «Vuelo 93» de Paul Greengrass costó 18 millones y «World Trade Centre» de Oliver Stone costó CUATRO VECES MÁS, o sea 60 millones de dólares. En lo tocante al primer punto, la creación de la Comisión no se produjo hasta después de 441 días de los ataques y el presidente Bush propuso que fuera presidida por Henry Kissinger… para luego retractarse ante las violentas críticas de la opinión pública contra esa proposición).
114. Fracaso en mencionar que el presidente de la Comisión, la mayoría de los demás miembros de la Comisión, y por lo menos la mitad del personal de la misma tenía serios conflictos de intereses (285-90, 292-95).
115. Fracaso de la Comisión, la cual se vanagloriaba de que la presentación de su informe final había tenido lugar «sin disensión», en mencionar que esto fue posible únicamente porque Max Cleland, el miembro de la Comisión más crítico en cuanto a la actuación de la Casa Blanca –juró incluso «que no sería cómplice de un tratamiento parcializado de las informaciones»–, tuvo que renunciar a su puesto dentro de la Comisión para poder aceptar un cargo en el Banco Export-Import y que la Casa Blanca dio a conocer su nominación para ese cargo únicamente después que las críticas emitidas por Cleland se hicieron especialmente directas (290-291).
Terminaré precisando que concluí mi estudio del texto que he dado en llamar «el informe Kean-Zelikow» escribiendo lo siguiente: Finalmente, el Informe de la Comisión Investigadora sobre el 11 de Septiembre, lejos de evacuar mis dudas en cuanto a una complicidad oficial, no hizo más que confirmarlas. ¿Qué podría llevar a los responsables encargados de la redacción de ese informe final a montar una superchería de tanta envergadura si no el intento de enmascarar enormes crímenes? (291).
Documental «Loose Change» (Segunda Edición), subtitulado en español
Hacer click aquí para descargar.
Artículos relacionados:
- Las Torres Gemelas NO cayeron por el impacto de los aviones.
- Montaje mediático: Un informe de la BBC pone en duda la existencia de Bin Laden.
- Informante iraquí dice haber mentido sobre armas de exterminio masivo en poder de Saddam Hussein.
- ‘Oficial del Pentágono acusa a Cheney y Rumsfeld de Conspiración en el 11-S’, en el blog del Movimiento Anti NWO.
- ‘Camarógrafo oficial que filmó imágenes del 11/9 enfrenta extradición’, en el blog del Movimiento Anti NWO.
- ‘La farsa del 11-S’, en el blog Atrevete a Pensarr.
- ‘September Clues, parte-A’, en el Blog de Mino.
- ’11-S: NO FUERON BOEING 767 LOS AVIONES ESTRELLADOS’, en Libertaliadehatali’s Blog.
¿Es éste el amo de Italia?
Por Gionata Chatillard
Hasta hace pocos días nadie en Italia conocía a Luigi Bisignani. Ahora su nombre aparece a diario en las portadas de los principales periódicos del país. De un día para otro, los italianos han descubierto que un perfecto desconocido lleva años acaparando grandes cuotas de poder en los más importantes despachos romanos, tejiendo una poderosa red de espionaje y de chantajes que podría haberle permitido dirigir los destinos de todo un país desde la sombra.
La sospecha no es baladí. Hay un informe de los fiscales Francesco Curcio y Henry John Woodcock que consta de unas 16.000 páginas. Un documento que están estudiando los abogados de Bisignani, después de que su cliente fuera puesto bajo arresto domiciliario el miércoles 15 de Junio. Los fiscales le acusan de liderar un «sistema criminal» cuyo objetivo es manejar informaciones reservadas por medio de un ‘modus operandi’ «típico de los más sofisticados grupos terroristas y mafiosos«. Una red de Inteligencia «paralela e ilegal«.
¿Pero quién es Bisignani? Un intermediario. O un ‘faccendiere‘, como dicen los italianos para referirse a una actividad opaca donde las haya. Nació en 1953 y fue miembro de la logia masónica P2 (Propaganda 2), una organización secreta que operó a finales de los años 70 introduciendo a personas de su confianza dentro de las principales instituciones del país.
Silvio Berlusconi era uno de sus miembros. Precisamente, el número 1.816, según indicaba su tarjeta. Así que no parece una casualidad que el actual primer ministro también esté implicado en la trama del ‘faccendiere‘. El magnate de la comunicación entró en política justo después de que la gran operación judicial ‘Manos Limpias’ acabara con los partidos tradicionales. Y con el propio Bisignani. El intermediario, sin embargo, supo salir del pozo tras ser condenado por corrupción.
Codo con codo con la elite
Su relación con Berlusconi y su entorno parece probada. No sólo porque Bisignani invitó al ‘premier‘ a la fiesta de cumpleaños de su madre. También porque hay centenares de escuchas telefónicas que vinculan a decenas de altos cargos con el oscuro intermediario. Como el ministro de Economía, Giulio Tremonti, o el presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo. O los líderes de las principales compañías italianas, además de importantes miembros de los servicios secretos, del Poder Judicial y -¿cómo no?- de la televisión pública RAI.
Entre los que están involucrados en la trama aparece también el ‘número dos‘ del Gobierno, el discreto Gianni Letta, considerado como la mano derecha de ‘Il Cavaliere‘ y respetado por la oposición por su proverbial moderación. «¿Bisignani? ¡Es amigo de todo el mundo! ¡Es el hombre más conocido que yo conozca!«, aseguró Letta hace pocos días. Una frase que no le sentaría muy bien a muchos italianos de a pie, que hasta el 15 de Junio nunca habían oído el nombre del ‘faccendiere‘. «Ni el propio Bisignani se conocía a sí mismo«, sintetizó el martes el popular cómico Maurizio Crozza en el programa televisivo Ballarò.
Según las filtraciones del caso, los fiscales creen que Letta conocía todos los movimientos de Bisignani. No está claro, sin embargo, quién estaba en la cima de esta pirámide de poder oculto. ¿Bisignani? ¿Letta? ¿Berlusconi? «Berlusconi era Bisignani. Bisignani era Letta. Letta era Bisignani«: así resume la situación un reciente artículo de ‘La Repubblica’.
En una escucha telefónica se oye al intermediador dar órdenes nada menos que al jefe de la petrolera Eni. Y también a ministros como Stefania Prestigiacomo, que al parecer estaba bajo su control. Bisignani también tenía relaciones con algunos miembros de la oposición, aunque el material recogido por los fiscales de Nápoles indica que el objetivo principal de su red era evitar a toda costa que cayera el Gobierno de ‘Il Cavaliere‘.
«Si hay elecciones ahora, corremos el riesgo de perderlas. Si la ley del ‘proceso breve‘ no se aprueba, condenarán a Berlusconi a cinco años de cárcel, y el juego se acabará para todo el mundo«, confesó Bisignani al poderoso empresario Flavio Briatore. Quizá por eso hay cada vez más italianos convencidos de que el fin del ‘faccendiere‘ también podría significar el fin del ‘Il Cavaliere‘.
Fuente: El Mundo
La CIA construye una base secreta en el Golfo Pérsico para combatir a Al Qaeda
Estados Unidos está construyendo una base secreta en el golfo Pérsico que será utilizada por la CIA para atacar a miembros de Al Qaeda en Yemen y otros países de la región con aviones no tripulados. El lugar exacto de esa instalación no se precisa por razones de seguridad.
Según informa AP, citando fuentes del servicio secreto de EEUU, la decisión de construir la base se produjo por temor a que los disturbios en Yemen lleven al poder a fuerzas enfrentadas a Washington. Así, en los últimos meses la Casa Blanca aumentó el número de funcionarios de la agencia de inteligencia en Yemen y aceleró la construcción de la base a ocho meses en lugar de los dos años que tenían planeados inicialmente.
El jefe de la CIA, Leon Panetta, anunció la semana pasada que los funcionarios de la agencia trabajaban en Yemen junto con el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, pero no confirmó la decisión de la Casa Blanca de construir la base militar.
Según comentó a RT la abogada y escritora Eva Golinger, la noticia sobre la construcción de la base no es una gran sorpresa, ya que desde hace algunos años el Gobierno de Barack Obama está incrementando las acciones militares en la región y lo está haciendo particularmente con el uso de aviones no tripulados. «Esta base secreta podría representar un peligro en cuanto a la seguridad internacional porque no se sabe aún exactamente para que fin y contra quién utilizarán la base y estos aviones no tripulados«, advierte.
En el año 2009 las autoridades yemeníes permitieron que las fuerzas estadounidenses realizaran ataques limitados contra Al Qaeda y recientemente aprobaron el uso de aviones no tripulados e incluso de los de combate en estos operativos. Sin embargo, esta colaboración se ve amenazada por las manifestaciones antigubernamentales que sacuden Yemen desde comienzos de este año.
La construcción de la base sigue el modelo estadounidense usado en Pakistán, donde aviones no tripulados de la CIA atacan a los milicianos con el consentimiento tácito del Gobierno pakistaní. Las autoridades de Yemen anunciaron su preferencia por el uso de los aviones no tripulados en lugar de los comandos antiterroristas en su territorio argumentando que indignarían menos a la población local.
La actividad de los terroristas en Yemen creció por la desestabilización de la situación en la región. Durante las últimas semanas los aviones militares norteamericanos bombardean activamente las provincias sureñas del país árabe, donde actúan las agrupaciones de Al Qaeda. Los militares explican estas operaciones, señalando que los terroristas podrían crear su propio enclave en el país aprovechando la complicada situación política. Además, el presidente Alí Abdalá Saleh, según la opinión de algunos expertos, necesitará varios meses para recuperarse tras el ataque contra el Palacio Presidencial, lo que aumenta el riesgo de golpe de Estado.
Fuente: Russia Today
Artículos relacionados:
John F. Kennedy exigió archivos ultra secretos de OVNIs 10 días antes de ser asesinado
20 de Abril de 2011 – Una carta descubierta escrita por John F. Kennedy al director de la CIA muestra que el presidente exigió que se muestren documentos ultra confidenciales acerca de ovnis 10 días antes de su asesinato.
El memo secreto es una de dos cartas escritas por JFK pidiendo información acerca de lo ocurrido el 12 de Noviembre de 1963, que ha sido dado a conocer por la CIA por primera vez.
El autor William Lester dijo que la CIA le cedió los documentos bajo Ley de Libertad de Información luego que hizo una petición mientras investigaba para su nuevo libro «Una Celebración de Libertad: JFK y la Nueva Frontera«.
El interés del presidente en los ovnis poco antes de su muerte puede que estimule teorías de conspiración sobre su asesinato, según AOL News.
Investigadores de extraterrestres expresan que los últimos documentos, cedidos al señor Lester por la CIA, añade peso a la sugerencia de que el presidente pudo haber sido asesinado para detenerlo en descubrir la verdad sobre los ovnis.
En uno de los documentos secretos cedidos bajo la Ley de Libertad de Información, JFK le escribe al director pidiendo los archivos de ovnis.
En el segundo memo, enviado al administrador de la NASA, el presidente expresa un deseo de cooperación con la ex Unión Soviética para actividades mutuas espaciales.
Los anteriores documentos clasificados fueron cedidos bajo la Ley de Libertad de Información al profesor William Lester como parte de una investigación para un nuevo libro sobre JFK.
Él dijo que el interés de JFK en los ovnis pudo haber sido alimentado por preocupaciones sobre las relaciones con la ex Unión Soviética.
«Una de sus preocupaciones fue que muchos de estos ovnis estaban siendo vistos en la Unión Soviética y que él estaba muy preocupado de que los soviéticos pudiesen mal interpretar a estos ovnis como una agresión de EEUU, creyendo que era algo de nuestra tecnología«, dijo el señor Lester a AOL news.
«Pienso que esta es una de las razones del por qué él (Kennedy) quería poner sus manos en esta información y sacarlo de la jurisdicción de la NASA para decirle a los soviéticos, «Miren, esos no somos nosotros, no lo estamos haciendo, no estamos siendo provocadores«.
Pero teóricos de la conspiración afirmaron que los documentos añaden interés a un archivo disputado, apodado el «memo quemado«, el cual un investigador de ovnis afirma haber recibido en los años 90.
Se afirma que el documento, que tiene marcas de quemaduras, fue enviado al cazador de ovnis Timothy Cooper en 1999 por una fuga desconocida de la CIA, pero nunca ha sido verificado.
En una nota enviada con el documento, la aparente fuga dijo que él trabajó para la CIA entre 1960 y 1974 y sacó el memo de un incendio cuando la agencia estaba quemando algunos de sus archivos más sensibles.
El memo sin fecha contiene una referencia de ‘Lancer’, que era el nombre código de JFK en el Servicio Secreto.
En la primera página, el director de la CIA escribió: «Como usted debe saber, Lancer ha hecho algunas averiguaciones en relación a nuestras actividades, lo cual no podemos permitir«.
«Por favor presente sus opiniones a más tardar en Octubre. Su acción en este asunto es crítico para la continuidad del grupo«.
El dueño actual del «memo quemado«, quien se lo compró a Timothy Cooper en 2001, le dijo a AOL News que el documento muestra que cuando JFK hizo preguntas sobre los ovnis, la CIA lo liquidó.
El investigador de ovnis Robert Wood afirmó que él ha puesto a prueba el papel en que se imprimió, la edad de tinta, marcas de agua, tipos de fuente y otras marcas.
Él dijo: «Contraté a una compañía forense para chequear la edad de la tinta y varias otras cosas que usted puede fechar, utilizando las mismas técnicas que usted utilizaría en un tribunal«.
Fuente: Aporrea.org
Artículo relacionado:
La familia Bush y la Alemania nazi
Por Webster G. Tarpley, Anton Chatkin
El Ministerio de Guerra de los Estados Unidos incorporó en el pasado, expertos en guerra biológica y en armas de destrucción masiva nazis, quiénes tuvieron la oportunidad de ensayar y probar su «especialidad» sobre los millones de civiles cuando estuvieron bajo las ordenes de Hitler.
El Ministerio de Guerra de los Estados Unidos incorporó en el pasado expertos en guerra biológica y en armas de destrucción masiva nazis, quiénes tuvieron la oportunidad de ensayar y probar su «especialidad» sobre los millones de civiles cuando estuvieron bajo las ordenes de Hitler o adherían a sus tesis durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante medio siglo, estos nazis aceptaron de trabajar en el más grande secreto en Fort Bragg (Estados Unidos), en la NASA, en el complejo militaro-industrial, en el lobby del armamento y en la CIA.
Fueron ellos los que desarrollaron los conceptos de «Guerra contra el Terrorismo» y la «Lucha contra los Estados Irresponsables«. Desde 1981 George Bush padre dirigió en persona todas la operaciones secretas de la CIA, bajo el nombre de código «Contra-terrorismo«.
En 1942, Allen Dulles, abogado y amigo intimo de la familia Bush, recibió la misión de impedir a la prensa que cite o mencione el nombre de la familia Bush después que se constatara oficialmente que «grandes partes del imperio Prescott-Bush operaron para la Alemania nazi durante el segundo conflicto mundial, contribuyendo de esta manera al esfuerzo de guerra nazi» [1].
Un año después, fue nombrado a la dirección de la OSS (Servicio Secreto predecesor de la CIA). Un encuentro tuvo lugar en Suiza con el adjunto de Himmler, Karl Wolf [2].
Juntos elaboraron un proyecto para hacer pasar los nazis a los Estados Unidos.
El primer proyecto de la CIA fue el Displaced Persons Act, una campaña de emigración que hizo entrar medio millón de europeos en los Estados Unidos entre 1948 y 1952. Entre estos emigrantes se encontraban 10,000 criminales de guerra nazis [3].
Oficiales superiores de la Cruz de Hierro húngara, la Legión búlgara, de la Organización de nacionalistas Ucranianos de Stephan Bandera, de la Legión lituaniana y la Brigada rusa blanca. La mayoría de estas facciones creó divisiones de Waffen–SS que salvajemente masacraron a comunistas, judíos y otros ciudadanos [4].
El húngaro Laszlo Pasztor representaba en Berlín al gobierno fascista de Hungría de Ferenc Szalas durante la segunda guerra mundial. En 1972, George Bush padre, era en esa entonces presidente del Concejo Nacional de los Republicanos, él nombró a Pasztor al cargo de presidente del Concejo Republicano de Nacionalidades. [5]
Pasztor abre las puertas a los criminales nazis de Europa del Este. Por ejemplo a Nicolás Nazarenko, oficial de las Waffen–SS en Rumania y especialista en «interrogatorios» a los prisioneros políticos. [6]
Abre la puerta también a Radi Slavoff, quién fue portavoz de Iván Docheff, fundador de la Legión búlgara. O a Florian Galdau, capellán de la Guardia de Hierro rumana, que se vanagloriaba de haber ayudado a entrar a los Estados Unidos miles de criminales de guerra rumanos. Walter Melianovich por su lado representa a la Asociación Americano-Bielorusa, que canta las hazañas de los verdugos de la Unidad Waffen–SS de rusos blancos [7].
Este pequeño club de adeptos fue en 1988 el alma de la campaña electoral de George Bush padre para las presidenciales.
Slavoff es presidente de los «Búlgaros para Bush«, Galdau de los «Rumanos para Bush» y Melianovich de los «Ucranianos para Bush«… [8]
Proyecto Paperclip: guerra biológica y de destrucción masiva
Dulles y sus amigos del Ministerio de Guerra desarrollaron y pusieron a punto un segundo programa «top-secret«: el proyecto «Overcast«, rebautizado más tarde proyecto «Paperclip«. El objetivo era buscar y reclutar para la industria de guerra norteamericana, los científicos nazis, los especialistas en aeronáutica, en guerra biológica y química, en investigación nuclear y tratamiento del uranio.
Un documento con fecha del 2 de Junio de 1953 señala que en esa época, al menos 820 nazis ingresaron a los Estados Unidos vía la Operación «Paperclip«. Entre ellos, el general-mayor nazi Walter Emil Schreiber. Este hombre experimentó sobre los prisioneros el gas gangrene, el virus del tifus, ciertas drogas, el agua helada, las cámaras de baja presión. El general-mayor Schreiber fue asignado a la Escuela de Medicina de la Fuerza Aérea en Texas. El general mayor Kurt Blome, otro especialista en guerra biológica que experimentó con la vacuna de la peste fue contratado por el Departamento de Química del Ejército de los Estados Unidos. [9]
Werner Von Braun, ingeniero que trabajó para Hitler fue enviado a Fort Bliss en Texas. Von Braun junto con Walter Dornberger fueron contratados por el abogado de la familia Bush, Allen Dulles, para que trabajaran en la industria bélica norteamericana, así como a muchos otros miles de criminales nazis. Dornberger trabajó en Bell Aircraft (Bell Textron), Von Braun fue nombrado director de la Marshall Space Flight y de la NASA.
Von Braun elaboró durante la segunda guerra mundial en Peenemunde el proyecto de los cohetes V2 alemán, el cual estaba dirigido por el general Walter Dornberger. Se estima que la fabricación de dichos cohetes como sus instalaciones fue responsable de la muerte de 20.000 prisioneros de los campos de concentración de Dora y de Nordhaussen. El ejército norteamericano hizo transportar a los Estados Unidos varias toneladas de las V2, los documentos técnicos y los 1.200 especialistas alemanes en la materia al final de la Segunda Guerra Mundial [10].
Los Estados Unidos utilizarán esta experiencia adquirida en armas biológicas contra la Grecia, en la guerra de Corea y en la Guerra del Vietnam.
El club de amigos de George Bush padre fue y es muy activo en dichas cuestiones y objetivos. Pasztor, Nazarenko y Melianovich hacen parte del lobby estadounidense del armamento «Coalición para la Paz por la Fuerza» del Concejo de Seguridad Norteamericano (ASC). La ASC es una iniciativa militaro-industrial lanzada principalmente por la Aircraft Industries Association, Standard Oil, Honeywell, US Stell y la United Fruit, todas estas grandes multinacionales norteamericanas. La ASC era partidaria abiertamente para «una ofensiva nuclear sorpresa contra la Unión Soviética» durante la Guerra Fría. Después del 11 de Septiembre, este lobby ha alcanzado al fin su objetivo: la Cámara y el Senado de los Estados Unidos aprueban hacer uso del arma atómica en primer lugar y antes que nadie y esto de manera unilateral como política oficial del Gobierno. [11]
Operación Sunshine: especialistas de la guerra contra el terrorismo
La obra maestra y clave de Allen Dulles fue la Operación Sunshine.
Reinhard Gehlen era jefe de la red de espionaje alemán en Unión Soviética (Fremde Heere Ost), o sea el más alto oficial del espionaje nazi de Hitler. Trabajaba en el «Frente del Este«. Gehlen obtenía sus informaciones interrogando ferozmente a los prisioneros de guerra. Tortura, malos tratos y asesinatos ordenados por Gehlen costaron la vida a 4 millones de prisioneros de guerra soviéticos [12].
Gehlen propuso a los norteamericanos una alianza contra el comunismo y les remitió una lista de los agentes nazis. El 22 de Agosto 1945, el avión personal del general Smith los lleva a los Estados Unidos.
Durante diez años, la CIA gastó al menos 200 millones de dólares y pagó a 4,000 agentes clandestinos, para que las redes de Gehlen sigan funcionando a tiempo completo y a favor de los Estados Unidos [13].
El nazi SS Sturmbannfuhrer Alois Brunner era un experto en deportación de «terroristas«: comunistas, dirigentes sindicales y judíos. Fue el arquitecto en persona de los ghettos y los convoyes hacia los campos de concentración. Se le considera directamente responsable de la muerte de 128.500 personas [14].
La CIA hace trabajar a todos estos expertos de la «lucha contra el terrorismo» en sus locales de Fort Bragg. Es allí que George Bush padre dirigió (¿¿dirige??) él mismo y en persona todas las operaciones secretas de la CIA, bajo el nombre de código «Contra-terrorismo» [15].
Durante medio siglo, estos nazis trabajaron en el más grande secreto en Fort Bragg, en la NASA, en el complejo militaro-industrial, el lobby del armamento y en la CIA.
Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1989, gritaron victoria por primera vez.
Han gritado victoria una segunda vez después del 11 de Septiembre 2001, porque es en estos momentos y debido a la situación y contexto de temor que sus amigos Bush, Cheney y Rumsfeld han decidido de hacer la «guerra preventiva» de la «ofensiva nuclear» de la «represión al terrorismo interior» la esencia de la política oficial de los Estados Unidos de Norteamérica.
Fuente 1: Red Voltaire
Fuente 2: 1984
Escritor, periodista, conferencista y crítico norteamericano de las políticas doméstica y exterior de los Estados Unidos. Sus libros más recientes son: Obama, The Postmodern Coup,The Making of a Manchurian Candidate,Barack Obama: The Unauthorized Biography y 9/11 Synthetic Terror. Es miembro de la Conferencia Eje por la Paz.
Este artículo es un resumen del libro: Bush: The unauthorized biography (Bush la no autorizada biografíade), de Webster G. Tarpley y Anton Chatkin.
[1] Carla Binion, Nazis and Bush family history, Online Journal, 21.12.00
[2] Andreas von Bülow, In Namen des Staates. Piper Verlag, 2002, blz. 377
[3] Christopher Simpson, Blowback: America’s recruitment of nazis and its effects on the Cold War. Collier Books, 1989, pp. 201-202, 215-216
[4] Russ Bellant, Old Nazis, the New Right and the Reagan Administration. Political Research Associates, 1989, pp. 10-11. Ook op www.skepticfiles.org
[5] John Loftus, Mark Aarons. The Secret War Against the Jews. St Martin’s Press, 1997
[6] Christopher Simpson, o.c., pp. 273-274
[7] Russ Bellant, o.c., pp. 10-17
[8] Carla Binion, Nazis and the Republican Party, Online Journal, 28.01.00
[9] Covert Action, Special: nazis, the Vatican, and CIA, 25/’86., pp. 23-26
[10] Simpson, o.c., pp. 27-31. Robert Sherill, www.texas.observer.org
[11] Russ Bellant, o.c., Part II, p. 4
[12] Simpson, o.c., p. 44
[13] Simpson, o.c., p. 53
[14] Simpson, o.c., p. 248
[15] Simpson, George Bush Takes Charge. Covert Action Quarterly, nr. 58.
Berlín refuerza la seguridad ante ‘indicios serios’ de atentado en Noviembre
[actualiza con informaciones sobre dos sospechosos] Berlín, 17 de Noviembre (EFE) – Alemania elevó hoy su nivel de alerta frente a atentados en todo el país ante los «indicios serios» de un ataque terrorista a finales de Noviembre, según comunicó el ministro del Interior, Thomas de Maizière.
El ministro informó en una breve rueda de prensa de que «el nivel de seguridad ha cambiado» ante la advertencia de servicios secretos de países amigos y de que se ha elevado la vigilancia policial en «aeropuertos, estaciones de tren, plazas y calles«.
«Hay razones para preocuparse, pero no para la histeria«, advirtió De Maizière.
El ministro del Interior, sin entrar en detalles, insistió en que hay «pistas concretas» de que elementos terroristas podrían atentar a finales de este mes en Alemania.
«Nos mostraremos fuertes pero no nos dejaremos avasallar, no permitiremos que el terrorismo internacional limite nuestro modelo de vida ni nuestra cultura«, sostuvo.
Según la edición digital del diario berlinés Der Tagesspiegel, la decisión de Berlín de reforzar los dispositivos de seguridad se produce tras recibir informaciones de Estados Unidos de que dos o tres miembros de Al Qaeda están preparados para actuar en Alemania o el Reino Unido.
De acuerdo con ese medio, la fecha posible para la llegada de los presuntos terroristas a Alemania es el 22 de Noviembre y se cree que su objetivo es perpetrar un atentado en algún mercadillo de Navidad u otro lugar, aprovechando una gran concentración de personas.
El artífice de esos planes de atentado sería, siempre según ese medio, que se remite a círculos gubernamentales, el paquistaní y presunto cabecilla de Al Qaeda Ilys Kashmiri, al que se atribuye un atentado en la ciudad india de Pune contra un local turístico -«German Bakery«- en que murieron 17 personas.
Las informaciones del Gobierno alemán se producen poco después de que se descubriera que uno de los dos paquetes con explosivos procedentes de Yemen, con destino a Estados Unidos, había pasado por un aeropuerto de Alemania, desde donde fue transferido al Reino Unido.
A raíz de eso se reforzaron ya las medidas de seguridad en los vuelos de carga y suspendieron asimismo temporalmente los vuelos de pasajeros procedentes de Yemen.
El reforzamiento de las medidas de seguridad se empezó a activar en varios estados federados alemanes, precisó un portavoz de Interior, antes incluso de que se informara a la opinión pública.
Las nuevas medidas de seguridad no afectarán la agenda de la canciller Angela Merkel, indicó su portavoz, Stefan Seibert, de acuerdo al principio de no «dejarse intimidar» por los terroristas.
Fuente: ABC.es
El caso de los espías desencadena una guerra entre los servicios secretos rusos
La revelación la semana pasada de la traición de coronel miembro del SVR (el Servicio de Espionaje Exterior) fue el origen del arresto en EEUU de un grupo de espías rusos es fruto de una guerra de los servicios secretos en Moscú, según revela este lunes el periódico Novaïa Gazeta.
Según Pavel Felgenhauer, especializado en asuntos militares y de espionaje del diario opositor, la filtración procedente del FSB (el Servicio Federal de Seguridad, principal heredero del KGB soviético), que trata de recuperar los servicios secretos exteriores.
Los servicios de información exterior fueron desvinculados en un servicio secreto separado, el SVR, durante la disolución del KGB en los años 90, bajo el mandato del presidente Boris Yeltsin, mientras el FSB heredaba por su parte las funciones de contraespionaje y de seguridad interior.
«Bajo la presidencia de Vladimir Putin [él mismo antiguo agente del KGB], el FSB retomó bajo su paraguas las vigilancia de fronteras y los servicios de comunicación gubernamentales«, igualmente encargados de las escuchas, recuerda Felgenhauer en un artículo de Novaïa Gazeta.
La estrategia del FSB
«El fracaso masivo, el arresto y expulsión en un intercambio de prisioneros de 10 agentes secretos rusos por EEUU ha sido la ocasión para el FSB de lanzar una campaña para someter al servicio culpable«, el SVR, añade el diario.
Según las fuentes «competentes» de Novaïa Gazeta, «es precisamente del FSB, que dirige la investigación sobre este fracaso, de quien ha salido la primera filtración de informaciones sobre la traición de un tal coronel Scherbakov, que destapó a los agentes«.
El diario Kommersant, que citaba fuentes de los servicios secretos, reveló el jueves que el desmantelamiento de la red de agentes rusos en EEUU fue posible por la traición de un alto responsable del SVR, identificado como el «coronel Scherbakov«, que habría dejado el país.
El traidor
Este anuncio, recogido por los medios públicos, obligó el viernes la presidente Dmitri Medvedev a intentar poner buena cara afirmando que conoció los detalles de esta traición en Junio. Medvedev añadió que hacía falta sacar «conclusiones» de este asunto sobre el funcionamiento de los servicios secretos rusos.
Por otra parte, la agencia Interfax, que cita fuentes en el seno de los servicios rusos, ha dado este lunes otra versión acerca de la identidad del responsable del SVR que habría traicionado a Moscú.
Según estas fuentes, el responsable no sería el coronel Scherbakov sino «Poteev«.
«Entre sus funciones, Poteev, que era uno de los responsables del departamento estadounidense [del SVR], coordinaba directamente el trabajo de los agentes ilegales en EEUU«, ha indicado una de las fuentes de la agencia. Ha huido a EEUU, donde se encontraba ya su familia, según Interfax.
Las fuentes de Kommersant habían dado los mismos detalles el jueves, pero dando otro nombre del traidor.
Fuente: El Mundo
¿Tiene Francia un grupo en los servicios secretos para espiar a periodistas?
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha creado en el Elíseo un grupo de investigación con agentes de los servicios secretos destinado a obtener informaciones sobre los periodistas que han publicado reportajes sobre él, según publica hoy el semanario ‘Le Canard Enchainé‘.
El rotativo indica que «al menos desde principios de año, cada vez que un periodista se lanza a una investigación molesta para él o los suyos«, Sarkozy pide al patrón de los servicios secretos, Bernard Squarcini que «se interese» por el reportero.
Se trata de «ponerle bajo vigilancia, controlar sus relaciones y, sobre todo, sus informadores«, agrega.
Para hacerlo, Squarcini ha creado un grupo dentro de sus servicios especializado en estas cuestiones, añade ‘Le Canard Enchainé‘, que señala que las investigaciones comienzan con los registros de llamadas que han efectuado los periodistas, para lo que cuentan con la complicidad de los operadores telefónicos.
Asegura que Squarcini no está muy satisfecho con esta misión, puesto que preferiría dedicar a sus hombres a otros menesteres.
El semanario asegura que en el marco de esta célula de investigación se sitúan los robos de ordenadores y diverso material informático a periodistas que habían publicado informaciones sobre el caso Bettencourt, una presunta trama de financiación ilegal del partido de Sarkozy en la que puede estar implicado el actual ministro de Trabajo, Eric Woerth.
En los últimos días han denunciado estos robos periodistas del vespertino ‘Le Monde‘, del semanario ‘Le Point‘ y del sitio web Mediapart, todos ellos encargados del caso Bettencourt.
De hecho, a mediados de septiembre pasado ‘Le Monde’ acusó al Elíseo de utilizar los servicios de contraespionaje para identificar al informador que había puesto a sus periodistas tras la pista del caso Bettencourt, una información que la Presidencia negó.
La publicación de la información por ‘Le Canard Enchainé‘ ha provocado la reacción de la oposición socialista, que ha pedido que se abra una investigación sobre el espionaje de los periodistas y que el patrón de los servicios secretos comparezca ante los diputados.
El Elíseo negó esas informaciones «estrambóticas» mientras que el portavoz del Gobierno, Luc Chatel, se negó a comentar unas «alegaciones grotescas que no tienen sentido«.
Fuente: El Mundo