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¿Necesita la Industria Farmacéutica otra Gripe A?

Por Cristina Caballero

Madrid – ¿Quién se está acordando este invierno de la Gripe A? Seguramente, las grandes empresas farmacéuticas, que están notando la crisis económica igual que los demás sectores -a pesar de que siempre se ha dicho que el sector es anticíclico con respecto al resto de la economía-, y necesitan desesperadamente fuentes de ingresos para mantener sus altos márgenes de beneficios.

De hecho, tres grandes laboratorios han encarado la crisis como mejor saben hacerlo las grandes multinacionales: con despidos masivos que en el caso de RocheBayerSanofi restarán casi 10.000 empleos en los próximos meses.

Y puede que muchos otros gigantes, como Novartis o Pfizer, sigan sus pasos en las próximas semanas, según comentan en el sector.

Sin beneficios al ritmo previsto

Lo paradójico es que no parece que los laboratorios hayan ganado menos que el año pasado. El verdadero problema es que este año no ganarán al ritmo que ellos se han marcado.

Roche ha reportado beneficios de 4.217 millones de euros, «sólo» un 8% más que en el mismo periodo de 2009. Y la alemana Bayer ganó los seis primeros meses del año 1.218 millones de euros, no lo suficiente para contentar a los accionistas, ya que su cifra de negocio ha retrocedido un 10%.

«No se anuncian despidos para ganar más«, aducen fuentes de la Industria. «Si no para seguir manteniendo el ritmo de beneficios previsto«.

Las ventas de Tamiflú

Si el año pasado las ventas de Tamiflú, el medicamento contra la Gripe A hoy casi olvidado, reportaron a Roche unas ganancias récord tanto en su cuenta de resultados como en Bolsa, este año la empresa está amenazada, como el resto de las grandes compañías farmacéuticas, por los medicamentos genéricos y, sobre todo, por las regulaciones en materia farmacéutica, cada vez más estrictas sobre todo en Europa.

«En España nos han aplicado un descuento de 7,5 puntos en el precio de los medicamentos, y eso hay que encajarlo de algún modo«, explican en un laboratorio. «En cada país aprietan las regulaciones y hay que ajustar los márgenes como en cualquier otra industria«.

El reto al que se enfrentarán los grandes laboratorios en España el año que viene, una inciativa que ya está en marcha también en otros países europeos, es la ‘minidosis’.

Según ha declarado la nueva ministra de Sanidad, Leyre Pajín, el año que viene y «de forma paulatina» los médicos podrán recetar la dosis justa de cada medicamento a sus pacientes, porque será posible ya fabricar los fármacos en unidosis o en dosis menores a las actuales.

¿Volverá el año que viene a ponerse de moda el Tamiflú?

Fuente: El Mundo

Llega la píldora que nos vigilará desde dentro

La farmacéutica Novartis AG, con sede en Suiza, planea en los próximos 18 meses obtener la aprobación regulatoria para la producción de una tableta con un chip electrónico instalado, haciendo realidad el concepto de medicinas ‘inteligentes’, informa Reuters.

Inicialmente se planifica utilizar uno de los fármacos que ya se usa para el tratamiento de pacientes de trasplante con el fin de evitar el rechazo de los órganos, pero la compañía espera ampliar la aplicación de la tecnología a otros medicamentos.

A principios de este año Novartis AG adquirió por 24 millones de dólares la tecnología de instalación del chip en la tableta, desarrollada por la empresa californiana Proteus Biomedical.

Al llegar al estómago del paciente, estos chips biotecnológicos se activan por medio del jugo gástrico y envían una señal a un emplasto pegado a la piel del paciente. Este emplasto podrá transmitir los datos al smartphone o a Internet para el doctor.

Como afirman los desarrolladores, esta tecnología permitiría no solamente controlar si el paciente tomó la medicina a tiempo y en la dosis prescrita, que es sumammente importante para el tratamiento de algunas enfermedades, sino también recoger datos del funcionamiento de los sistemas de su organismo y comprobar que el fármaco ejerce un efecto normal.

Los especialistas no necesitarían pasar todo el ciclo de pruebas clínicas del nuevo tipo de medicamento, porque los chips se instalan en los fármacos ya aplicados. Sin embargo, existe todavía un problema que queda fuera de la competencia médica: la cuestión de la seguridad informática.

Los datos médicos personales de los pacientes deben ser protegidos ya que se transmiten desde dentro de sus cuerpos vía inalámbrica o Bluetooth y hay que asegurar que nadie, salvo las personas asignadas como el doctor, no tengan acceso a ellos. Además, no se garantiza que una tecnología así no pueda aplicarse para otros objetivos.

Fuente: Russia Today

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