Gonzalo Anti New World Order


EE.UU. vigilará a la gente mediante los datos del ADN

El Gobierno federal de EE.UU. no escatima ni fuerzas ni recursos para tener en la mira a cualquier persona y la última novedad en este ámbito es el uso de pruebas de ADN para identificar a «personas específicas».

Según los documentos, obtenidos por el portal de noticias WND, el Gobierno federal está planeando un programa espía sofisticado utilizando «firmas fisiológicas» para localizar a los individuos. El objetivo de esta idea es detectar, así como analizar y clasificar, rasgos únicos de la persona para que las autoridades puedan aprovechar para «identificar, localizar y rastrear personas o grupos de personas específicas«.De acuerdo con los documentos oficiales del desarrollo de base de datos, se revela la capacidad de rastrear a las personas mediante la detección de «ciertas características de interés operativo» diseñado especialmente para militares y la inteligencia estadounidenses.Aunque no se sabe cuándo podrán estas capacidades pasar al ámbito de las operaciones de lucha contra el terrorismo, el Gobierno federal a través del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL) acude a la ayuda del sector privado con el fin de hacer realidad este ‘bioespionaje‘.

Se informa que el programa de AFRL podrá aplicarse a una variedad de dominios, como el aire, el espacio o el ciberespacio. El programa también puede destinarse ampliamente a otras ramas del Departamento de Defensa de EE.UU. y la inteligencia. El año pasado el presidente Barack Obama declaró que quiere que EE.UU. cuente con una base de datos nacional de ADN, y una decisión reciente del Tribunal Supremo ha abierto la puerta para que sea creada.

Fuente: Russia Today

Condiciones de Facebook: todo lo que aceptaste sin leer, explicado de forma clara

Esta semana Facebook, la gran red social, ha cumplido 10 años. Con más de 1230 millones de usuarios activos, la red social de Mark Zuckerberg se ha convertido en uno de los servicios de mayor peso en la red; un lugar en el que es fácil registrarse pero que, sin embargo, nos ofrece un «contrato» que no todos los usuarios leen ni tampoco conocen.

Las condiciones de servicio, también conocidas como «términos de servicio» o ToS, son una serie de clausulas que encontramos cuando nos registramos en un servicio, vamos a usar por primera vez una aplicación o estamos instalando un software. Clausulas escritas, normalmente, en lenguaje jurídico (o pura verborrea legal, según se mire) y que describen cuáles son las condiciones de uso de un servicio determinado, qué se hace con nuestros datos, qué responsabilidades tenemos o qué obligaciones tiene el prestatario de los servicios.

Si bien sería lógico que este tipo de clausulas fueran fáciles de entender por los usuarios, la realidad es que están redactadas para ser un galimatías de tal calibre que los usuarios las aceptan sin revisar y sin leer. Si en Celularis hace unos días hablaron de las condiciones de WhatsApp y de las clausulas que los usuarios aceptaban sin leer, no es el único servicio que «casi» nos hace vender nuestra alma para poder usarlo; cualquiera de las redes sociales que usamos también tienen sus clausulas abusivas y, dado que en esta semana Facebook ha cumplido 10 años, vamos a poner el foco en la red social de Mark Zuckerberg para analizar qué condiciones hemos aceptado en Facebook, seguramente, sin haberlas leído.

Navegar y navegar por las clausulas

Las clausulas que definen las condiciones de Facebook, afortunadamente, están en castellano y, por tanto, se rompe un poco la barrera del idioma. Sin embargo, a pesar de la traducción, Facebook deja claro que lo que estamos leyendo es una traducción de un texto escrito en inglés de Estados Unidos y que, por tanto, el que prevalece como vinculante (el que aceptamos como contrato) es la versión en inglés así que si hay errores en la traducción no se tienen en cuenta desde el punto de vista de Facebook.

Partiendo de esta base, el texto que encontramos en las condiciones de Facebook, y que nadie suele leer, está estructurado en 19 bloques que, a su vez, se expanden por un buen número de páginas «aclaratorias» con más ramificaciones y que intentan explicar (aunque es fácil perderse entre tanta página) qué es lo que hace Facebook con nuestros datos y con la información que generamos en su plataforma.

Tus datos, mis datos, nuestros datos

  • Aunque Facebook indique que somos los propietarios de los derechos de los contenidos que subimos (nuestras fotos, nuestros vídeos…), la red social de Mark Zuckerberg se auto-atribuye una licencia de uso mientras seamos usuarios del servicio y, por tanto, puede usar nuestros contenidos o los que generemos en aplicaciones conectadas con Facebook. Dicho de otra forma, cuando subimos una foto a Facebook, el servicio tiene derecho de usarla y puede mostrar nuestra foto de perfil en el widget que se usa en una web o usar un vídeo subido en otra sección aunque, eso sí, la visibilidad de los contenidos depende de nuestra propia configuración de privacidad (y si hemos acotado la visualización de los contenidos que hemos publicado).
  • Cuando eliminamos un contenido de Facebook, no es descabellado pensar que éste desaparezca de la red social; sin embargo, las cosas no son tan simples. Facebook nos avisa que aunque borremos algo puede que no desaparezca del todo porque, como buena empresa tecnológica, guarda copias de seguridad de sus bases de datos y contenidos y los retiene durante un tiempo para poder recuperar información. Por tanto, aunque borremos algo, lo más seguro es que Facebook lo siga conservando.
  • Que una aplicación acceda a nuestros datos, según Facebook, es algo que depende de nosotros. Facebook se asegura de mostrar qué información y acceso requiere la aplicación conectada y queda de nuestro lado aceptar estas condiciones de la aplicación (y compartir nuestra información con un tercero).
  • Por el hecho de usar Facebook, los usuarios nos convertimos en «producto» de los anunciantes de la plataforma. Al registrarnos estamos aceptando tácitamente que Facebook use nuestra foto de perfil, nuestro nombre o nuestros contenidos para sus campañas publicitarias o algoritmos de segmentación; de esta forma, usan nuestros datos para modelar la publicidad que vemos o la que puedan ver otros usuarios (indicando a nuestros amigos que a nosotros nos gusta una determinada marca). Nuestra implicación en la publicidad es obligatoria y, por supuesto, no recibiremos dinero alguno por nuestra participación.
  • Al usar Facebook consentimos que nuestros datos se almacenen en Estados Unidos y, por tanto, les aplique la legislación vigente en el país. De todas formas, hay una curiosa excepción para los usuarios de Alemania que cuentan con unas condiciones especiales tras los distintos procesos legales contra la red social en este país.

Seguridad y protección de los usuarios

  • Facebook no garantiza que su plataforma sea segura; sí que es cierto que impone ciertas «reglas de uso» y mecanismos para informar si nos topamos con usuarios que ejerzan de stalkers, publiquen contenidos violentos, sean spammers o realices actividades comerciales fuera de las normas establecidas.
  • Para poder registrar una cuenta en Facebook, el usuario debe ser mayor de 13 años y ofrecer información real (nada de nombres falsos o registrarnos suplantando a otra persona). De hecho, al registrarnos, uno adquiere una serie de compromisos con Facebook que, teóricamente, debemos cumplir: mantener actualizada la información de contacto, no compartir nuestra contraseña (aunque esto debería ser obvio), no transferir la cuenta a un tercero, usar datos reales y, además, acatar que Facebook pueda reclamar (y quitarnos) nuestro nombre de usuario porque una marca lo reclame o se queje.
  • Facebook se reserva el derecho de retirar contenidos publicados si considera que violan sus políticas o si alguien ha denunciado una violación de derechos de propiedad intelectual. Además, para los usuarios reincidentes, Facebook puede considerar la desactivación de las cuentas sin previo aviso.

Los derechos del usuario

  • Facebook puede cambiar las condiciones del servicio cuando quiera, es algo que deja bastante claro. Si bien es cierto que avisará a los usuarios, en el momento que se apliquen los cambios y sigamos usando el servicio, la red social de Mark Zuckerberg asumirá que los hemos aceptado.
  • Nuestra cuenta puede darse de baja o desactivarse tanto si lo solicitamos nosotros mismos como de manera unilateral por parte de Facebook (por ejemplo, por un mal uso). La desactivación es temporal, es decir, podemos volver a Facebook y reactivar la cuenta sin que los datos se hayan perdido. En el caso de eliminar nuestra cuenta, Facebook eliminará nuestros datos aunque, eso sí, con la prerrogativa que comentábamos al inicio: las copias de seguridad se mantienen.
  • Aunque eliminemos nuestra cuenta del servicio, Facebook mantiene vigente algunas clausulas de sus condiciones de servicio y, además de mantener los backups, los likes que hayamos hecho o los contenidos que se hayan compartido como «públicos».
  • Facebook es una empresa estadounidense, por tanto, la legislación que aplica es la de su país: la ley estadounidense de protección de los derechos de autor (Digital Millennium Copyright Act) o la ley de protección de la privacidad de vídeo (Video Privacy Protection Act, VPPA) y, en caso de demanda, el fuero que aplica es el del tribunal del Distrito Norte de California o en un tribunal estatal del Condado de San Mateo. Además, Facebook queda exenta de toda responsabilidad por nuestros actos y en caso de demanda por algo que hayamos hecho, ellos permanecerán al margen.
  • Facebook no ofrece garantías de disponibilidad del servicio ni tampoco se hace responsable de lo que hagan los usuarios, ellos redactan un código de conducta que intentan que se cumpla pero tampoco garantizan que esto vaya a ocurrir en el 100% de los casos.
  • Si Facebook no cumpliese alguna de sus clausulas, no pasa nada. Que Facebook no cumpla no invalida el contrato y si hay alguna clausula que no se pueda cumplir por motivos técnicos o legales tampoco pasa nada, todo lo demás sigue siendo de aplicación.

Si tras leer todo esto te queda alguna duda con respecto a tus derechos en Facebook, la red social lo resumen muy bien al final de su contrato: «Nos reservamos todos los derechos que no te hayamos concedido de forma expresa».

Fuente: ALT1040

La ONU quiere más control de Internet por los Gobiernos para combatir el terrorismo

En algunas agencias de la Administración de Estados Unidos se está volviendo al fax o a las reuniones cara a cara, según ha podido saber ELMUNDO.es. ¿La razón? Internet no es, salvo que se usen sistemas de seguridad, lo suficientemente seguro.

Esas medidas de seguridad se deben al temor ante el espionaje de China. Pero lo cierto es que la Red es un territorio de nadie para todo tipo de actividades delictivas. El problema es que la principal medida para combatir eso es el control por los Estados de las comunicaciones online.

Ésa es la sugerencia de la ONU, que acaba de publicar su informe ‘El uso de Internet con objetivos terroristas’, un trabajo de 128 páginas encargado por el Gobierno británico en el que se analiza este nuevo campo de batalla virtual. Es un campo de batalla en el que hasta ahora la atención se había puesto en las actividades de reclutamiento y comunicación online, pero en el que están empezando a producirse cada vez más fugas de información debido a la proliferación de las redes sociales.

Así es como Twitter, Facebook, YouTube, Dropbox, Flickr y las plataformas que permiten crear blogs se han convertido en lugares en los que los terroristas no solo se comunican, sino también pueden obtener información colgada por equivocación por funcionarios o empleados de empresas vinculadas a los sectores de la defensa y la seguridad.

Para la ONU, la respuesta es clara: más control nacional e internacional. Hasta la fecha, solo la Unión Europea ha hecho obligatoria la retención de datos por los servidores de acceso a Internet (ISP, según sus siglas en inglés). El Gobierno de Obama ha tratado de convencer al Congreso de que adopte una medida similar, pero por ahora la legislación está atascada, entre las elecciones legislativas y también una campaña de los grupos que defienden la privacidad online.

La clave del debate es que los servidores de Internet guarden los datos de los usuarios en caso de que las autoridades los requieran. Otras medidas que la ONU sugiere son hacer obligatorio el registro de los usuarios de redes Wi-Fi abiertas al público, como en aeropuertos o cada vez más establecimientos, y el control de los proveedores de servicios de voz, como Skype, del uso que los clientes hacen de sus redes.

Fuente: El Mundo

Un nuevo proyecto sobre ‘ciberseguridad’ en EEUU desata otra vez las alertas en Internet

Los legisladores estadounidenses vuelven a la carga con un proyecto de ley de ‘ciberseguridad’ que algunos grupos de activistas consideran aún más restrictiva que el polémico proyecto antipiratería SOPA-PIPA, que sufrió el revés de una movilización en la Red sin precedentes ante la amenaza de aumentar dramáticamente el control -tanto del Gobierno como de las corporaciones- sobre Internet.

El proyecto HR 3523 o CISPA (Cyber Intelligence Sharing and Protection Act), que se encuentra en la Cámara de Representantes de EEUU, se está ganando fuertes críticas de ciberactivistas que ven en él una reencarnación de SOPA, aunque de forma aún más restrictiva. Se espera una votación para las próximas semanas.

Lo cierto es que este texto -presentado a finales del año pasado por los representantes Mike Rogers y Ruppersberger– no sólo se centra en la protección de la propiedad intelectual, sino que abarca además un amplio abanico de supuestos bajo el paraguas genérico de ‘seguridad cibernética nacional’.

Propone, de hecho, una revisión de la normativa de seguridad nacional (National Security Act ) de 1947 para fomentar un mayor intercambio de información sobre ‘ciberamenazas’ entre el Gobierno de los EEUU y el sector privado, o entre las propias empresas privadas.

La definición de «información sobre ciberamenazas» se amplía en este proyecto a cualquier información relativa a vulnerabilidades o amenazas a las redes o sistemas de propiedad y/o operados por el Gobierno de EEUU o empresas estadounidenses, así como cualquier intento por «degradar, interrumpir o destruir» tales sistemas o redes, además del robo o la «apropiación indebida» de información privada o gubernamental, incluida (y aquí entra la comparación con SOPA) la propiedad intelectual.

Este amplísimo proyecto va más allá y prevé eliminar cualquier responsabilidad a las empresas que recopilan y comparten información entre ellas o con el Gobierno por motivos de seguridad.

La lista de apoyos a este polémico proyecto de ley es extensa (PDF) y cuenta con más de un centenar, entre los que destacan gigantes tecnológicos que manejan información muy sensible como IBM, Verizon, AT&T, Microsoft e incluso Facebook.

Ola de críticas

Numerosos grupos han puesto el grito en el cielo. El Centro por la Democracia y la Tecnología alertaba ya en diciembre que el proyecto de ley apenas delimita qué tipo de información se puede compartir -a pesar de la protección de la privacidad-, podría aumental el papel del Gobierno como vigilante de la Red y permitiría el intercambio de información entre empresas con muy pocas restricciones.

Entro otras acciones, el propio CDT propone una serie de pasos para preservar la libertad en Internet, tales como no usar la seguridad para justificar una barra libre en la interceptación de comunicaciones, evitar el abuso de las agencias secretas, no autorizar en general a las compañías para monitorizar a sus clientes y evitar sacrificar la neutralidad de la Red en aras de la ‘ciberseguridad’.

Ahora, la Electronic Frontier Foundation (EFF) destaca que el Congreso de EEUU, al considerar este proyecto está anteponiendo la ‘ciberseguridad’ a la privacidad, dado que el texto prevé dar a las compañías luz verde para monitorizar y retener todas las comunicaciones (como mensajes de texto o correo electrónico) y compartirlo con el Gobierno o entre ellas bajo la excusa de unas indefinidas «amenazas de ciberseguridad«.

Nube de proyectos

De hecho, tanto CDT como EFF alertan de que existe una confusa nube de proyectos de ley sobre ‘ciberseguridad’ en EEUU aparte de CISPA (H.R. 3674, S. 2105 y S. 215, además de un proyecto contra la pedofilia, H.R.1981, que incluye la posibilidad de rastrear indiscriminadamente la Red) que plantean varios interrogantes. ¿Quién estará a cargo de este asunto, el poder civil o el militar? ¿Será su gestión transparente?

¿Y qué es exactamente una ‘amenaza cibernética’? La EFF también denuncia la indefinición de este término, así como del concepto ‘intercambio de información’, «a menudo un eufemismo para la vigilancia y el establecimiento de contramedidas como la monitorización del correo electrónico, el filtrado de contenidos, o el bloqueo del acceso a sitios web«, afirma el grupo activista.

Legislar sobre ‘ciberseguridad’

La ‘ciberseguridad’ está siendo la bandera que están enarbolando muchos Gobiernos occidentales para plantear actualizaciones y nuevas normativas encaminadas a vigilar más de cerca la Red. Recientemente, el Gobierno Británico, preocupado desde hace años por las crecientes amenazas cibernéticas, anunciaba una ley para monitorizar Internet, las llamadas telefónicas, los correos electrónicos, los mensajes en las redes sociales y las visitas a sitios web, un paso «necesario» según el Ejecutivo.

Incluso Francia quiere ir más allá en la monitorización de la Red con la excusa de prevenir atentados terroristas. Justo después de la tragedia de Toulouse en la que un supuesto terrorista yihadista mató a siete personas, de los que seis eran niños, en una escuela judía en Toulouse.

Así, y en plena campaña electoral, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció un endurecimiento de la legislación francesa que recogerá, entre otras medidas, castigos por la mera consulta de páginas web que inciten al terrorismo.

Fuente: El Mundo