Gonzalo Anti New World Order


Condiciones de Facebook: todo lo que aceptaste sin leer, explicado de forma clara

Esta semana Facebook, la gran red social, ha cumplido 10 años. Con más de 1230 millones de usuarios activos, la red social de Mark Zuckerberg se ha convertido en uno de los servicios de mayor peso en la red; un lugar en el que es fácil registrarse pero que, sin embargo, nos ofrece un «contrato» que no todos los usuarios leen ni tampoco conocen.

Las condiciones de servicio, también conocidas como «términos de servicio» o ToS, son una serie de clausulas que encontramos cuando nos registramos en un servicio, vamos a usar por primera vez una aplicación o estamos instalando un software. Clausulas escritas, normalmente, en lenguaje jurídico (o pura verborrea legal, según se mire) y que describen cuáles son las condiciones de uso de un servicio determinado, qué se hace con nuestros datos, qué responsabilidades tenemos o qué obligaciones tiene el prestatario de los servicios.

Si bien sería lógico que este tipo de clausulas fueran fáciles de entender por los usuarios, la realidad es que están redactadas para ser un galimatías de tal calibre que los usuarios las aceptan sin revisar y sin leer. Si en Celularis hace unos días hablaron de las condiciones de WhatsApp y de las clausulas que los usuarios aceptaban sin leer, no es el único servicio que «casi» nos hace vender nuestra alma para poder usarlo; cualquiera de las redes sociales que usamos también tienen sus clausulas abusivas y, dado que en esta semana Facebook ha cumplido 10 años, vamos a poner el foco en la red social de Mark Zuckerberg para analizar qué condiciones hemos aceptado en Facebook, seguramente, sin haberlas leído.

Navegar y navegar por las clausulas

Las clausulas que definen las condiciones de Facebook, afortunadamente, están en castellano y, por tanto, se rompe un poco la barrera del idioma. Sin embargo, a pesar de la traducción, Facebook deja claro que lo que estamos leyendo es una traducción de un texto escrito en inglés de Estados Unidos y que, por tanto, el que prevalece como vinculante (el que aceptamos como contrato) es la versión en inglés así que si hay errores en la traducción no se tienen en cuenta desde el punto de vista de Facebook.

Partiendo de esta base, el texto que encontramos en las condiciones de Facebook, y que nadie suele leer, está estructurado en 19 bloques que, a su vez, se expanden por un buen número de páginas «aclaratorias» con más ramificaciones y que intentan explicar (aunque es fácil perderse entre tanta página) qué es lo que hace Facebook con nuestros datos y con la información que generamos en su plataforma.

Tus datos, mis datos, nuestros datos

  • Aunque Facebook indique que somos los propietarios de los derechos de los contenidos que subimos (nuestras fotos, nuestros vídeos…), la red social de Mark Zuckerberg se auto-atribuye una licencia de uso mientras seamos usuarios del servicio y, por tanto, puede usar nuestros contenidos o los que generemos en aplicaciones conectadas con Facebook. Dicho de otra forma, cuando subimos una foto a Facebook, el servicio tiene derecho de usarla y puede mostrar nuestra foto de perfil en el widget que se usa en una web o usar un vídeo subido en otra sección aunque, eso sí, la visibilidad de los contenidos depende de nuestra propia configuración de privacidad (y si hemos acotado la visualización de los contenidos que hemos publicado).
  • Cuando eliminamos un contenido de Facebook, no es descabellado pensar que éste desaparezca de la red social; sin embargo, las cosas no son tan simples. Facebook nos avisa que aunque borremos algo puede que no desaparezca del todo porque, como buena empresa tecnológica, guarda copias de seguridad de sus bases de datos y contenidos y los retiene durante un tiempo para poder recuperar información. Por tanto, aunque borremos algo, lo más seguro es que Facebook lo siga conservando.
  • Que una aplicación acceda a nuestros datos, según Facebook, es algo que depende de nosotros. Facebook se asegura de mostrar qué información y acceso requiere la aplicación conectada y queda de nuestro lado aceptar estas condiciones de la aplicación (y compartir nuestra información con un tercero).
  • Por el hecho de usar Facebook, los usuarios nos convertimos en «producto» de los anunciantes de la plataforma. Al registrarnos estamos aceptando tácitamente que Facebook use nuestra foto de perfil, nuestro nombre o nuestros contenidos para sus campañas publicitarias o algoritmos de segmentación; de esta forma, usan nuestros datos para modelar la publicidad que vemos o la que puedan ver otros usuarios (indicando a nuestros amigos que a nosotros nos gusta una determinada marca). Nuestra implicación en la publicidad es obligatoria y, por supuesto, no recibiremos dinero alguno por nuestra participación.
  • Al usar Facebook consentimos que nuestros datos se almacenen en Estados Unidos y, por tanto, les aplique la legislación vigente en el país. De todas formas, hay una curiosa excepción para los usuarios de Alemania que cuentan con unas condiciones especiales tras los distintos procesos legales contra la red social en este país.

Seguridad y protección de los usuarios

  • Facebook no garantiza que su plataforma sea segura; sí que es cierto que impone ciertas «reglas de uso» y mecanismos para informar si nos topamos con usuarios que ejerzan de stalkers, publiquen contenidos violentos, sean spammers o realices actividades comerciales fuera de las normas establecidas.
  • Para poder registrar una cuenta en Facebook, el usuario debe ser mayor de 13 años y ofrecer información real (nada de nombres falsos o registrarnos suplantando a otra persona). De hecho, al registrarnos, uno adquiere una serie de compromisos con Facebook que, teóricamente, debemos cumplir: mantener actualizada la información de contacto, no compartir nuestra contraseña (aunque esto debería ser obvio), no transferir la cuenta a un tercero, usar datos reales y, además, acatar que Facebook pueda reclamar (y quitarnos) nuestro nombre de usuario porque una marca lo reclame o se queje.
  • Facebook se reserva el derecho de retirar contenidos publicados si considera que violan sus políticas o si alguien ha denunciado una violación de derechos de propiedad intelectual. Además, para los usuarios reincidentes, Facebook puede considerar la desactivación de las cuentas sin previo aviso.

Los derechos del usuario

  • Facebook puede cambiar las condiciones del servicio cuando quiera, es algo que deja bastante claro. Si bien es cierto que avisará a los usuarios, en el momento que se apliquen los cambios y sigamos usando el servicio, la red social de Mark Zuckerberg asumirá que los hemos aceptado.
  • Nuestra cuenta puede darse de baja o desactivarse tanto si lo solicitamos nosotros mismos como de manera unilateral por parte de Facebook (por ejemplo, por un mal uso). La desactivación es temporal, es decir, podemos volver a Facebook y reactivar la cuenta sin que los datos se hayan perdido. En el caso de eliminar nuestra cuenta, Facebook eliminará nuestros datos aunque, eso sí, con la prerrogativa que comentábamos al inicio: las copias de seguridad se mantienen.
  • Aunque eliminemos nuestra cuenta del servicio, Facebook mantiene vigente algunas clausulas de sus condiciones de servicio y, además de mantener los backups, los likes que hayamos hecho o los contenidos que se hayan compartido como «públicos».
  • Facebook es una empresa estadounidense, por tanto, la legislación que aplica es la de su país: la ley estadounidense de protección de los derechos de autor (Digital Millennium Copyright Act) o la ley de protección de la privacidad de vídeo (Video Privacy Protection Act, VPPA) y, en caso de demanda, el fuero que aplica es el del tribunal del Distrito Norte de California o en un tribunal estatal del Condado de San Mateo. Además, Facebook queda exenta de toda responsabilidad por nuestros actos y en caso de demanda por algo que hayamos hecho, ellos permanecerán al margen.
  • Facebook no ofrece garantías de disponibilidad del servicio ni tampoco se hace responsable de lo que hagan los usuarios, ellos redactan un código de conducta que intentan que se cumpla pero tampoco garantizan que esto vaya a ocurrir en el 100% de los casos.
  • Si Facebook no cumpliese alguna de sus clausulas, no pasa nada. Que Facebook no cumpla no invalida el contrato y si hay alguna clausula que no se pueda cumplir por motivos técnicos o legales tampoco pasa nada, todo lo demás sigue siendo de aplicación.

Si tras leer todo esto te queda alguna duda con respecto a tus derechos en Facebook, la red social lo resumen muy bien al final de su contrato: «Nos reservamos todos los derechos que no te hayamos concedido de forma expresa».

Fuente: ALT1040

El poder de la publicidad, una amenaza contra el individuo y el planeta

Publicación: 05/09/2011 
Autor: pijamasurf

La publicidad, que sostiene al sistema de consumo dominante, es una seria amenaza contra el ecosistema planetario, los recursos naturales y hasta nuestra individualidad, que al ser expuesta a la propaganda de la mente grupal se aleja de su autoconocimiento y autorrealización.

La ubicuidad de la publicidad hace que generalmente no reparemos en su efecto y en lo que significa para el orden de las cosas. A lo mucho consideramos sus mensajes como una molestia menor y zappeamos o bloqueamos instintivamente sus imágenes cuando navegamos por Internet o vamos por un horizonte urbano. Pero seamos consciente o no de su presencia, esta se filtra a lo más profundo de la psique colectiva e influye en el mundo que habitamos.

La era de los medios masivos de comunicación es también, indisociablemente, la era de la publicidad. Ya que la publicidad, una industria anual de medio billón de dólares, fondea la comunicación en todo el mundo, la información está en buena medida determinada por las grandes corporaciones que inyectan miles de millones de dólares a los consorcios mediáticos. Recordemos que en el sentido más básico la información es lo que programa nuestra realidad. Ahora bien, la publicidad sirve a una serie de intereses, el principal de ellos: la propagación de un estilo de vida.

Uno de los padres de la publicidad fue Ed Bernays (sobrino de Sigmund Freud), para quien la publicidad es un eufemismo de la propaganda (después de Goebbels este término fue relegado justamente como una estrategia de marketing de la misma publicidad). Bernays desarrolló una serie de conceptos que marcarían el destino de la publicidad, entre ellos el de “ingeniería del consenso” o “empoderamiento a través del consumo”, implementando el modus operandi fundamental de la asociación de un producto con el inconsciente (algo que tal vez aprendió de su ilustre tío). Actualmente, gracias a Bernays y a otros más, la publicidad es la propaganda del consumismo por todos los medios posibles. Más allá de un mensaje puntual de tal o cual producto, la publicidad promueve siempre el consumo y esto es algo que tiene serias consecuencias en el individuo y el planeta.

El profesor Justin Lewis, de la Universidad de Cardiff, ha escrito un notable ensayo sobre los peligros de la publicidad en el mundo actual, haciendo hincapié en que podemos estar acercándonos al punto en el que la publicidad se convierta en un serio peligro para el planeta.

Lewis advierte que la publicidad es el género principal de TV que vemos. Un espectador británico ve en promedio 48 comerciales de televisión al día; en Estados Unidos una persona se expone a 25 mil comerciales año. En Australia una tercera parte del tiempo de TV es publicidad; en Estados Unidos la cifra se acerca al 40%. Y si bien muchos de nosotros nos sentimos inmunes a la publicidad, ya que supuestamente tenemos criterio y somos analíticos, numerosos estudios muestran que el cine y la televisión penetran nuestro inconsciente afectándonos de diversas formas.

La multimillonaria industria de la publicidad sabe que para ser efectiva debe de emplear una serie de trucos o técnicas de persuasión, y para eso paga sueldos astronómicos a las personas más “creativas” del planeta —convirtiéndose en una especie de calamar vampiro de la creatividad. Algunas de las mentes que podrían ser las mejores de nuestra generación (si tan solo abandonaran la industria del marketing y la publicidad) queman sus neuronas buscando la manera de engañar a las personas para que compren un producto. De manera algo deleznable, en los rascacielos de las grandes urbes del mundo puedes ver a un grupo de creativos tomando LSD para invocar una “gran idea” que haga a tal candidato obtener más votos, o fumando Marihuana o quizás sirviéndose una “cuba” o un whiskey de su minibar para pensar en algo que te haga desear (sin saber por qué) comprar más Coca-Colas. Y así sucesivamente  mucha de la energía creativa de nuestro mundo se consume en un loop de circuito cerrado alimentando a la sociedad consumo. Esto sin contar que la mayoría del presupuesto que se destina a la producción de comerciales es inmensamente superior al presupuesto que se tiene para obras de creación artística, científica o educativa.

Mientras tanto, de manera taimada o solo ingenua asumimos que la industria publicitaria es esencialmente apolítica.

«La publicidad podrá ser individualmente inocente, pero colectivamente es el ala propagandística de la ideología consumista. La moral de las miles de diferentes historias que cuenta es que la única forma de asegurar el placer, la popularidad, la seguridad, la felicidad o la prosperidad es a través de comprar más; más consumo sin importar lo que ya tenemos», escribe el profesor Lewis.

Este mensaje que hace del santo grial de nuestra existencia una serie de productos que de alguna forma —si tenemos suficientes— nos harán cumplir nuestros sueños, aquello que vemos en las personas que aparecen en la TV y en las películas, es evidentemente una enorme falacia. Como indica Lewis, existen estudios que claramente marcan que no hay una conexión entre el volumen de objetos de consumo que una persona acumula y su bienestar. No solo no necesitamos un gadget o un nuevo cosmético para sobrevivir en un plano material ni en uno emocional, sino todo lo contrario: los objetos de consumo son muchas veces lo que nos permite no enfrentarnos con nuestra emociones, sumiéndolas en un plano inconsciente.

«La investigación muestra que una caminata en el parque, la interacción social o el trabajo como voluntarios hará más por nuestro bienestar que cualquier cantidad de “terapia de compras”. La publicidad, en ese sentido, nos empuja a maximizar nuestros ingresos en vez nuestro tiempo. Nos aleja de las actividades que nos dan placer y significado en nuestras vidas llevándonos a una arena que no nos puede proporcionar esto —lo que Sut Jhally llama “el mundo muerto de las cosas”», escribe Lewis en Open Democracy.

Aún más importante es el hecho de que, en un mundo finito,  nuestro ritmo de crecimiento de consumo es insostenible. Para el fin de este siglo, si seguimos consumiendo como lo estamos haciendo, la economía mundial tendrá que ser 80 veces más grande —y los recursos naturales del planeta lo sufrirán.

Además de amenazar el ecosistema, la publicidad es parte fundamental del programa cultural de la mente grupal: una transmisión memética que, sin aplicar un juicio de valor, nos moldea individualmente conforme a un paradigma establecido por aquella élite que se dedica a la ingeniería del consenso, para poder mantener el status quo. En cierta forma la publicidad es la forma en la que la clase dominante se comunica con las masas, una comunicación vertical, desde la cima de la pirámide electrónica hacia abajo.

«Si entendemos el mecanismo y los motivos de la mente grupal, entonces, ¿no sería posible controlar y regimentar a las masas, según nuestra propia voluntad sin que ellos lo sepan? La reciente práctica de la propaganda ha probado que es posible», escribió Ed Bernays en los albores fundacionales de la publicidad.

La publicidad actualmente, con la industria del infotainment, va más allá de los anuncios comerciales, penetra el contenido de la mayorías de los programas en los medios masivos, es en sí  misma el programa dominante:

«Este programa de deseo sexual incluye todas las cosas que se requieren para tener sexo: dinero, estatus, éxito, imagen, belleza, estar en forma, confianza, carisma social y otros. Todas estas cosas son deseables para nosotros de acuerdo con un fin especifico: tener sexo. La publicidad es un recordatorio constante de lo anterior, lo mismo que el porno. Actualmente los dos se han fundido: la publicidad es frecuentemente pornográfica y los sitios de pornografía (al igual que los de encontrar pareja) y sus anunciantes han inundado, literalmente, el Internet», escribe Aeolus Kephas, en Escritores del Cielo en Hades.

El mass media, con su masaje masivo de la psique, nos recuerda constantemente, en su fusión con la publicidad, todas las cosas que necesitamos para tener sexo, para ser felices o para conseguir nuestro sueños. Y de tanto recordárnoslo —la tautología que se vuelve verdad— nos implanta una especie de memoria y deseo ajeno, donde corremos el peligro de querer (e incluso conseguir) lo que todos quieren —y dejar a un lado el descubrimiento y la búsqueda del individuo, que solo puede ser él mismo, en su totalidad, si se desprende del colectivo y de la programación mental masiva.

Fuente 1: Open Democracy

Fuente 2: Pijamasurf

La publicidad implanta memorias falsas en tu cerebro

Un estudio científico muestra que el marketing es capaz de crear experiencias falsas en nuestro cerebro, llevando la narrativa de un anuncio a la narrativa de nuestros recuerdos.

¿Recuerdas ese verano hace ya varios años? La luz del sol hacía medios diamantes en la arena, una fresca brisa soplaba las hojas de tu libro, en la orilla un grupo de chicas —con las que por suerte habías viajado desde la gran urbe— jugaba con las olas y se correteaban entre sí por la playa, lanzando un ocasional frisbee que un labrador intentaba interceptar… sus bikinis estilo brasileño relumbraban entre el cielo y el mar. Tu amigo te pasaba una cerveza Sol con un guiño en el ojo y abría la suya con donaire. Esto es lo que se llama la buena vida, pensabas al tomar los primeros tragos de cebada helada…

Sólo que un detalle no encaja con este recuerdo: en esa rústica playa no tenían Sol, sólo llegaban camiones de Tecate, tu amigo no tomaba cerveza y probablemente esas chicas en bikini no iban contigo. En realidad el evento nunca sucedió pero puedes saborear esa cerveza fresca en el presente. Es como si la cervecería hubiera pagado product placement en tu cerebro. ¿Pero entonces de dónde viene esa memoria? Muy posiblemente, de los miles de anuncios de televisión que has visto.

Un nuevo estudio publicado en The Journal of Consumer Research ayuda explicar cómo las estrategias de marketing llegan a implantar memorias que nunca ocurrieron relacionadas con un producto en la mente de los consumidores. Al parecer, vívidos comerciales logran engañar al hipocampo (el centro de memoria de largo plazo en el cerebro) y le hacen creer que lo que acaba de ver en la televisión en realidad sucedió. Creemos que nos sucedió a nosotros en una especie de transpersonalización de los rayos catódicos al lienzo mental.

En un experimento se les presentó a 100 estudiantes un nuevo producto de palomitas de maíz llamado «Orville Redenbacher’s Gourmet Fresh Microwave Popcorn» (un producto que no existe). Luego se les asignó a los estudiantes aleatoriamente diferentes condiciones publicitarias. Algunos vieron anuncios de poco contenido visual que describían el delicioso sabor de este nuevo alimento. Otros fueron expuestos a comerciales de alto contenido visual en los que vieron todo tipo de personas felices disfrutando de estas palomitas de maíz en su sala. Después de ver la publicidad los estudiantes fueron asignados a una de dos habitaciones. En una de ellas se les hizo un sondeo no relacionado. En la otra se les dio una muestra de estas palomitas de maíz ficticias.

Una semana después a los estudiantes se les examinó a propósito de su memoria sobre el producto. Los estudiantes que vieron los anuncios de poco contenido visual rara vez reportaron haber probado las palomitas de maíz, pero aquellos que vieron los comerciales de alto impacto visual respondieron en varios casos haber probado las palomitas de maíz aunque muchos no lo habían hecho. Y dijeron haber probado las palomitas con un alto grado de aprobación, de forma contundente. La delusión era verosímil: no les gustaban las palomitas porque habían visto un buen anuncio, les gustaban porque tenían un buen sabor.

Los científicos se refieren a esto como «efecto de falsa experiencia«. «Ver el comercial vívido creó una falsa memoria de haber comido las palomitas, pese a que haber comido ese producto no existente habría sido imposible«, escribió el autor del estudio Priyali Rajagopal. «Como resultado, los consumidores deben de estar alertas al procesar comerciales de alto contenido visual«.

Aunque en un principio parece imposible que un estúpido comercial me haga pensar que amo un producto que no he consumido, Johan Lehrer, autor de varios libros de neurociencia, explica esto a través de los que se conoce como reconsolidación de la memoria. La reconsolidación está enraizada en el hecho de que cada vez que recordamos algo lo recreamos, hasta el punto de alterar los detalles neuronales. «Aunque nos gusta pensar en nuestras memorias como impresiones inmutables, de alguna forma separadas del acto de recordarlas, en realidad no lo están. Una memoria es tan real como la última vez que la recordaste. Lo que es un poco perturbador es que no podemos más que pedir prestadas nuestras memorias de otros lugares, así que el anuncio de televisión que vimos se convierte en nuestro, parte de esa narrativa personal que repetimos y recontamos«.

Más allá de lo perturbador —puesto que los publicistas y neuromarketingeros ciertamente saben esto—, lo interesante es que esta información nos revela que la memoria es un proceso incesante, activo y creativo. Es la diferencia entre «Guardar» y «Guardar como«: los archivos se reescriben cada vez que los recordamos. «La gente de marketing«, dice Lehrer, «simplemente es buena en darnos historias que queremos robar«.

Esto nos muestra la naturaleza programable del cerebro, el cual fácilmente puede ser ocupado y dirigido por la propaganda y la publicidad, pero igualmente puede ser codificado hacia un «pasado» deseado, para un «futuro» deseado por ti mismo. Si bien esto no significa que intentes implantar memorias felices en tu pasado similares a los anuncios de felicidad o de autosuperación que ves en la televisión, para proyectarte en el futuro sobre esa tabula como un tipo genial y exitoso, sí abre la puerta para que limes y sanes tus recuerdos, haciendo las paces, por decirlo de alguna manera, con algunos de ellos, recapitulando y retrotrayendo algunos más a tu desktop con poderosos iconos o sigilos que los propulsen al tálamo de lo que quieres crear.

Fuente 1: Wired

Fuente 2: Pijamasurf

EEUU: Los anuncios en televisión de comida rápida, tras la audiencia infantil

Las cadenas de comida rápida están empleando la publicidad en televisión, Internet y sus propios menús para comercializar sus productos alimenticios poco saludables a adolescentes y niños, pese al reclamo de los consumidores y a sus propias promesas de reducirla.

Así se resumen algunos resultados de un estudio de un año de duración realizado por investigadores del Centro Rudd para la Política Alimenticia y la Obesidad de la Yale University, en Connecticut.

La industria de la comida rápida gastó más de 4.200 millones de dólares en el año 2009 en publicidad televisiva y en otros medios.

Los preescolares de 2 a 5 años vieron 2,8 avisos publicitarios televisivos de comida rápida por día en promedio. Los niños de 6 a 11 años vieron 3,5 avisos diarios y los jóvenes de 12 años o más, observaron 4,7 de esas publicidades a diario.

Los preescolares vieron un 21% más avisos publicitarios de comida rápida en 2009 que en 2003 y los adolescentes, un 39% más.

Más del 60% de los avisos de comida rápida que vieron los preescolares y los niños promovió la comida rápida en lugar de los alimentos.

Los niños negros e hispanos fueron a los que más duramente apuntó esta publicidad.

La comida rápida es parte de la vida diaria estadounidense: el 84% de los padres informan llevar a sus hijos a un restaurante de comida rápida al menos una vez por semana y el 66% dicen que fue a McDonald’s en la última semana.

Fuente: El Mundo

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Los médicos siguen coqueteando con la industria

Por Cristina de Martos

Las farmacéuticas no son el enemigo, pero no cabe duda de que tienen intereses comerciales y lucrativos que chocan con la importancia de poner el beneficio del paciente por encima de todo, tal y como prometen los médicos en el juramento hipocrático. A pesar de este conflicto de intereses, muchos doctores siguen manteniendo lazos con la industria tal y como refleja un nuevo estudio.

Las relaciones entre la industria farmacéutica y los médicos, en forma de regalos, invitaciones a congresos o pagos por dar charlas o hacer revisiones, son un tema controvertido y un fenómeno que puede comprometer el buen desempeño de la profesión médica. Por eso, desde hace años, países como EEUU se preocupan por limitar y hacer lo más transparentes posible estos vínculos.

Los esfuerzos se han realizado a nivel privado -nuevos códigos éticos de los colegios médicos, normas específicas impuestas por hospitales y compañías de salud a sus trabajadores- y en el país, sobre todo con el Physician Payment Sunshine Act, una ley que estipula la creación de un sistema nacional para revelar las relaciones industria-médicos. Sin embargo, a pesar de estas medidas, una amplia mayoría de los colegiados estadounidenses recibe dinero de las farmacéuticas.

Eric Campbell, del Hospital General de Massachusetts, y sus colegas publican en el último número de la revista ‘Archives of Internal Medicine‘ un análisis de la situación del país americano. Los resultados se basan en una encuesta realizada a 3.500 especialistas en referencia a sus actividades durante 2009, un cuestionario similar al que hicieron los autores en el año 2004.

«En cada medida realizada, el porcentaje de médicos con relaciones con la industria era significativamente menor en 2009 que en 2004«, señala el estudio. Había menos médicos que recibían regalos (83% frente al 71%) o muestras gratuitas de fármacos (78% frente al 64%). También habían disminuido las asistencias subvencionadas a congresos -así como el número de estas reuniones- y las colaboraciones profesionales.

Pero, a pesar de que las cifras eran mejores que un lustro antes, el 84% de los médicos mantenía lazos con el poderoso sector farmacéutico, uno de los que más invierte en publicidad y márketing de todo el mercado (alrededor del 30% del presupuesto). Relaciones que, como revelaba un estudio publicado en ‘Archives of Surgery‘, son vistas por los profesionales de la medicina como «nada inapropiado«, a pesar de que, como constatan varios análisis, influye en qué medicamentos se prescriben.

Por eso, tal vez, los autores buscan razones ajenas a los galenos para explicar este descenso. La mayor atención prestada al tema por los medios y el público en general, las nuevas políticas de transparencia e, incluso, el efecto de la crisis sobre las cuentas de las empresas y su ahorro en ciertas actividades, como las publicitarias, podrían haber influido en la tendencia a la baja registrada.

En España, no hay cifras acerca de estas relaciones. Una pequeña encuesta realizada en centros de Atención Primaria catalanes en 2005 reveló que el 44% de los médicos recibía a los visitadores entre dos y tres veces por semana y el 87% consideraba necesario este contacto. La Organización Médica Colegial advierte de que el médico no debe prescribir bajo presiones sino basándose en criterios de coste-eficacia.

Fuente: El Mundo

MySpace también filtró datos de sus usuarios a través de las aplicaciones

Se ha producido un nuevo caso de filtración de datos personales. Esta vez a cargo de MySpace, quien compartía la ID de sus usuarios con anunciantes, según una investigación de The Wall Street Journal, que también destapó el caso de Facebook. Este fallo daba la opción deacceder a perfiles de cuentas personales, donde se pueden encontrar el nombre, género, edad e incluso, los gustos e intereses de cada usuario.

Se trata de un nuevo episodio en el tema de la privacidad en Internet y las redes sociales. Después de denunciar hace unos días, mediante una serie de artículos, la prestación de información personal por parte de Facebook a algunos anunciantes y desarrolladores, WSJ desvela ahora que MySpace también ha incurrido en estas prácticas. El sitio enviaba IDs a compañías que tienen intereses en la publicidad, entre las que se encontraban Google y Quantcast Corporation. Todas ellas han negado haber hecho uso de estos datos.

El proceso funcionaba a través de las aplicaciones presentes en el sitio web, que retenían la ID de los usuarios para enviarla a otras empresas. De esta forma, el perfil de muchas cuentas resultaba accesible y así podían conocerse datos concretos referentes a la edad, el género e incluso las aficiones e intereses de los afectados, así como el nombre real, ya que algunos lo incorporan a la información mostrada.

En Mayo, el diario americano ya reveló que MySpace mandaba información a ciertas compañías cuando sus usuarios pinchaban en un anuncio. Un portavoz del sitio señaló que los datos enviados se referían al perfil que se estaba viendo en ese momento, no necesariamente el de la persona que hacía ‘clic‘ en la publicidad. El sitio web dijo en ese momento haber terminado con esta forma de actuar y, ahora, afirma lo mismo. Sin embargo, mientras algunas de las aplicaciones acusadas han comunicado haber detenido esta práctica, otras se han negado a hacer comentarios al respecto.

«Recientemente hemos sabido que algunos desarrolladores de aplicaciones de terceros pueden haber violado estos términos y estamos tomando acciones apropiadas contra ellos«, explicaba un portavoz de MySpace. La red social prohíbe que a sus aplicaciones compartir datos de los usuarios.

El diario ha publicado estas informaciones después de una polémica con la web TechCrunch, que le había acusado de dirigismo en su investigación sobre la privacidad en las redes sociales. El diario destapó el caso de Facebook, dándole una gran relevancia. En cambio, no decía nada sobre MySpace, cuya propiedad está en manos de News Corporation, quien también es editora del periódico.

The Wall Street ha indicado que las filtraciones de MySpace tienen menos importancia que las de Facebook, debido a la diferencia en el número de usuarios de ambas redes.

Fuente: El Mundo

Otro ejemplo de publicidad «ecologista»: una niña en la horca contra el calentamiento global

Esta semana surgió una fuerte polémica en Reino Unido tras la difusión de un corto «ecologista» contra el cambio climático en el que estallaban niños. Sin embargo, el recurso a la violencia para propagar el ideario verde no es nuevo. Un ejemplo es este gráfico cartel promocional creado en 2009.

Como en el caso de la campaña del movimiento 10:10, se recurre a la utilización de niños para hacer más impactante el mensaje. En este cartel, aparece una niña con una soga al cuello cuyos pies reposan en un casquete de hielo a punto de fundirse.

El eslogan de la exposición del cartel, celebrada en 2009 en Cannes, era «Cambio climático, impacto humano, desafío creativo«. Se da la paradoja de que el objetivo de la muestra era enseñar anuncios representantes de una «comunicación responsable«. Si esto se considera en círculos ecologistas «comunicación responsable» no resulta extraño que nadie de 10:10 se diera cuenta de que su anuncio no era divertido sino más bien totalitario.

La organizadora de la exposición, la Advirtising Community Together, es una asociación radicada en Suiza que, según su web, trata de fomentar una comunicación «responsable» en materia de «sostenibilidad«, «desarrollo sostenible» y «responsabilidad social«. Entre sus iniciativas está, precisamente, la organización de muestras como la que ilustra este cartel de dudoso gusto.

Fuente: Libertad Digital

Nota: adjunto el artículo que se nombra con anterioridad para que comprendan de qué va el tema en realidad.

Salvaje anuncio contra el cambio climático: hacen explotar a niños escépticos

Ecologistas del grupo 10:10, en Reino Unido, lanzaron hace unos días su campaña en internet con un salvaje anuncio. En él, aparecía una profesora instando a sus alumnos a reducir su gasto energético para rebajar las emisiones de CO2. Quien se oponía, era literalmente detonado.

El objetivo de la campaña 10:10, surgida en Reino Unido, era convencer a los ciudadanos de que reduzcan en un 10% sus emisiones de C02 a partir de este año para combatir así el llamado cambio climático. Pero fueron demasiado lejos con su arenga: en un spot de varios minutos publicado en su página web, quien se oponía a la iniciativa estallaba, literalmente, delante de sus compañeros.

Aparecían un total de tres escenas. En la primera, una profesora intentaba convencer a sus alumnos de las bondades de ahorrar energía. Unos pocos rechazaban participar en la iniciativa. «Sin presiones» –No pressure–, contestaba la maestra, que después apretaba un botón rojo que hacía estallar los cuerpos de los alumnos díscolos. El resto de episodios eran igualmente salvajes: en uno de ellos, un empresario aleccionaba a sus empleados y en otro, un entrenador de fútbol hacía lo propio con sus jugadores. En ambos casos, los escépticos terminaban pulverizados. En el final del corto, la propia dobladora también muere cuando rechaza colaborar con la campaña.

El anuncio se extendió rápidamente por la red y suscitó las lógicas protestas de muchos ciudadanos por un contenido extremadamente violento y un mensaje que, aun disfrazado de humor negro, era meridianamente claro. Los responsables de la campaña decidieron sacar el vídeo de su página y pidieron disculpas a quien se pudiera haber sentido ofendido, aunque insistían en que su único objetivo era «hacer reír» y acaparar titulares. Lo segundo sí lo han conseguido.

Fuente: Libertad Digital

Nota: Para ir terminando esta exposición «ecológica» y «sin presiones» cuyas ideas y estéticas gore parecen haber sido propuestas por algún fanático de Elfen Lied, les dejo el video mencionado.

Propaganda del Econazismo – 10:10-No Pressure – ¡Revienten al escéptico!

Nota: Este es el comentario de quien lo expuso en YouTube:

¡¡Apología de la violencia!!!

Los fascistas eco-eugenistas sacaron sus colmillos en este video exponiendo su deseo de eliminar a cualquier persona que no crea en el alarmista fraude mundial Algoriano. Suena como una real amenaza a los escépticos del calentamiento.

Queda ahora muy claro el deseo (por no decir la intención) de exterminar a todo aquel que no esté de acuerdo con sus mentiras, mostrando cuál es el espíritu real del movimiento verde, el que esconde debajo de su imagen de dulces abraza conejos

La Campaña 10:10 está financiada por:
ActionAid, The Carbon Trust, The Energy Saving Trust, The Guardian (su «socio en los medios»).

Por otro lado, tienen también sponsors comerciales como O2, Sony y Kyocer quienes han ayudado a financiar la propaganda asesina de orientación nazi «campaña 10:10».

¿La pretensión de que disminuyamos un 10% nuestras emisiones de CO2 significa que dejemos de respirar un 10% de nuestra vida?.

¿Acaso no saben que el aumento el CO2, ayuda al crecimiento de las plantas? (la naturaleza come CO2)

El incremento en el crecimiento de las plantas, significa aumento en la producción de alimentos, mejoramiento de una economía en dificultades, disminución de los precios de la energía, acceso a una calefacción asequible en los sectores más carenciados. En definitiva, salvar muchas vidas del hambre, del frío, ¡y de fascistas eco eugenistas locos / as!

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Alerta con los mensajes subliminales

Introducción

Escribo esto porque siempre se ha afirmado que no existen los mensajes subliminales, sino que solo existe en la mente humana la idea de que hay algo subliminal. Esta idea es FALSA, pues no es que an o solo sea una teoría; esto es una realidad que puede comprobarse prestando atención a todos los medios que nos rodean: canciones, series de televisión, imágenes, publicidades, etc.

Esta clase de mensajes tienen un efecto gradual sobre el cerebro, pues no es percibido por el lado conciente del ser humano, sino por el subconsciente. Por ello muchas veces nos resulta imposible descifrar lo que nos están inculcando. El efecto que pueda ocasionarnos depende de la clase de mensaje que sea. Por ejemplo, si escuchamos una grabación de autoayuda puede ser beneficioso que tengan mensajes que nos ayude a seguir adelante.

Pero desgraciadamente, usar mensajes subliminales es un método empleado por las corporaciones publicitarias, comerciantes y, porque no, los elitistas que quieren imponer el Nuevo Orden Mundial. Es decir, personas que no tienen escrúpulos y que son capaces de hacer lo que sea con tal de que compremos sus productos basura o que aceptemos propuestas políticas sin que nos resistamos.

Esta clase de mensajes pueden ser muy variados: se han encontrado casos de mensajes que tienden a persuadir a las personas, como en el caso de las publicidades, que incitan a una estimulación sexual. También se comprobaron casos de mensajes subliminales satánicos en canciones muy difundidas en la actualidad por la cultura de consumo.

Mensaje subliminal en comida

¿Qué es un mensaje subliminal?

Un mensaje subliminal es una señal o mensaje diseñado para pasar por debajo (sub) de los límites normales de percepción. Puede ser por ejemplo, inaudible para la mente consciente pero audible para la mente inconsciente o profunda; puede ser también una imagen transmitida de un modo tan breve que pase desapercibida por la mente consciente pero aun así, percibida inconscientemente.

Investigaciones

Recientemente los investigadores Johan C. Karremansa, Wolfgang Stroebeb y Jasper Claus, del Departamento de Psicología Social de la Radboud University Nijmegen y del Departamento de Psicología Social y Organizacional de la Universidad de Utrecht, citan el experimento de Vicary como un experimento ampliamente desacreditado, y que, sin embargo no invalida la hipótesis de la efectividad de los mensajes subliminales.

Estos investigadores finalmente han demostrado que si las condiciones son las correctas, los mensajes subliminales funcionan.

Historia

La primera mención registrada sobre la percepción subliminal es la realizada en los escritos de Demócrito (400 a.C.), que sostuvo que «mucho de lo perceptible no es percibido por nosotros«. Platón habló de esta noción en su escrito Timeo.

Aristóteles explicó de modo más detallado los umbrales de la conciencia subliminal en su «Perva Naturalia» hace casi dos mil años, y parece ser el primero en sugerir que los estímulos no percibidos de modo consciente bien podrían afectar los sueños. Hace 2.250 años Aristóteles explicó en su teoría del Sueño:

«Si los impulsos que tienen lugar durante el día no son demasiado fuertes y poderosos pasan inadvertidos debido a impulsos altamente despiertos. Pero mientras dormimos tiene lugar lo contrario, entonces los pequeños impulsos parecen grandes. Esto aclara lo que pasa en el sueño. Cuando sólo hay ecos débiles en sus oídos los hombres creen que se trata de algo relampagueante y extraordinario«.

Aristóteles anticipó lo que a principios del siglo se conocería como el efecto Poetzle. El filósofo Montaigne se refirió a dicho fenómeno de la percepción subliminal en 1580. En 1968 Leibniz también propuso la noción que dice:
«Existen innumerables percepciones prácticamente inadvertidas, que no son distinguidas lo suficiente como para percibirlas o recordarlas, pero que se vuelven obvias a través de ciertas consecuencias«.
Durante la última parte del siglo XIX y principios del XX, Freud investigó nuevos conceptos y teorías sobre el subconsciente y el inconsciente. La teoría del sueño de Freud creó una base sobre la que el doctor O. Poetzle hizo uno de los primeros descubrimientos científicamente importantes sobre la percepción subliminal. Freud dijo que los sueños tienen tres características principales:

  • Protegen el dormir al convertir el material potencialmente perturbador en imágenes propias del soñar;
  • Representan la realización del deseo;
  • Los estímulos del sueño son transformados de manera simbólica antes de surgir en el sueño, sobre todo aquellos estímulos que amenazan al individuo.

Poetzle descubrió que un estímulo o una información captada conscientemente por una persona no aparece en los sueños subsecuentes. Cuando estudiaba las reacciones a figuras plasmadas o escondidas en pinturas descubrió que el contenido del sueño en apariencia era trazado por los estímulos percibidos a un nivel inconsciente anterior al sueño. El científico formuló su Ley de exclusión alrededor de la observación de que los seres humanos excluyen de sus sueños los datos percibidos de manera consciente. Concluyó diciendo que el contenido de los sueños estaba compuesto en esencia de información percibida subliminalmente. Poetzle reflexionó sobre que el concepto de transformación de Freud, la tercera característica del sueño, era en esencia una modificación de material percibido de modo subliminal. Este fenómeno de transformación fue descrito más tarde como la defensa de la percepción, mecanismo mediante el cual el individuo se protege a sí mismo de la información que podría ser poco placentera, potencialmente dañina o que produjera consecuencias de ansiedad. La información amenazadora depositada en el inconsciente debe ser enterrada o transformada en algo relativamente inofensivo antes de ser admitido en la conciencia. El análisis del sueño durante la psicoterapia se basa en la interpretación del estado transformado de manera lenta y cuidadosa para que el paciente pueda aprender a vivir con comodidad cuando surgen del inconsciente los recuerdos penosos.

Los discípulos de Poetzle teorizaron que los ojos hacen cerca de 100.000 fijaciones diariamente. Sólo una pequeña parte de estas fijaciones se experimenta de modo consciente. De alguna manera el contenido percibido subliminalmente es aislado y transformado para su reproducción posterior en los sueños. El descubrimiento sugiere que los estímulos inducidos de modo subliminal actúan con un efecto de reacción retardada de «alarma de reloj» o «bomba de tiempo» sobre el comportamiento.

En 1919 Poetzle estableció una relación entre los estímulos subliminales, la sugestión poshipnótica y la neurosis compulsiva. Un individuo realiza los actos que se le han indicado o programado que haga sin ningún conocimiento de por qué está haciendo dichas cosas.

El estudio de la percepción subliminal volvió a llamar la atención del público a finales de la década de 1950. Los científicos que estudiaban el comportamiento habían experimentado con las teorías de Poetzle durante treinta años.
En 1957, James Vicary, investigador del mercado norteamericano, demostró el taquistoscopio, máquina que sirve para proyectar en una pantalla mensajes invisibles que pueden ser captados por el subconsciente. Durante la proyección de una película aparecía un fotograma (en el cine se muestran 24 por segundo) con el siguiente mensaje: «Tienes hambre, come palomitas. Tienes sed, bebe coca-cola«. El resultado fue asombroso: La venta de palomitas se disparó un 70%, mientras que la de la bebida tan sólo un 20%. El escaso aumento de la bebida los llevó a investigar más a fondo descubriendo que en los días del experimento se daban bajas temperaturas. Bajas temperaturas que de todas maneras no fueron suficientes para que un 20% fuera manipulado sin saberlo.

En 1958, después de publicarse el libro de Vance Packard «The Hidden Persuaders«, los investigadores de la motivación Ernest Dichter y Louis Cheskin fueron amonestados públicamente debido a sus contribuciones científicas que habían sostenido los intentos de los publicistas por manipular a las personas.

En este tiempo los legisladores y el público fueron sacudidos por las implicaciones encerradas en la percepción subliminal o subauditiva. Aunque nunca entró en vigor, se introdujo una ley en seis de las legislaturas estatales y en el Senado de Estados Unidos a fin de prohibir legalmente el uso de técnicas subliminales en los medios de comunicación masiva.

Ejemplos


1) Aquí se puede observar claramente el mensaje publicitario subliminal ya que si observamos la primera parte de la imagen, se percibe claramente una mujer con una copa en la mano (imagen de un periódico cualquiera), pero si observamos la segunda parte de la imagen que esta invertida, se aprecia a una mujer masturbándose.


2) Publicidad subliminal (coca-cola):

La publicidad de Coca Cola encontrada en un anuncio de la empresa de los años 80. Sin duda es una de las más claras y también pornográficas publicidades subliminales que hemos visto, y de la que les encanta participar sobre todo a refrescos, empresas de tabacos y bebidas alcohólicas.

Se publicó por Australia a mitades de los 80 y no fue hasta que se puso en la parte trasera de un camión cuando alguien se dio cuenta.

Luego el autor confesó que simplemente lo puso ahí como una pequeña broma. Como se puede apreciar (por si alguno no lo ha visto todavía), se puede ver en uno de los cubitos de hielo a una mujer a punto de introducirse cierto miembro viril en su boca, así como el mensaje del anuncio dice claramente que sintamos las curvas.


3) Publicidad Subliminal (Pepsi-cola):

Lo que se ilustra en las latas de Pepsi es un típico mensaje subliminal. Las líneas rojas y azules simulan ser luces de neón sobre un fondo negro. Observe y analice si es cierto o no que las líneas azules en la lata superior forman una letra «S», las rojas del medio una «E» y cómo en la lata inferior ambas líneas se cruzan para formar la «X». Dicho de otra manera, la palabra S-E-X está escrita en cada lata.

La pregunta que surge es: ¿y para qué? ¿Qué gana la Pepsi Cola con poner la palabra inglesa «SEX» de ese modo dentro de las latas si el público consumidor no la ve? La respuesta a esas preguntas nos las da la Psicología: manipulación a través del subconsciente. Se explica así:

La mente humana se divide básicamente en dos partes o niveles: conciencia y subconsciencia. El consciente está integrado por procesos mentales cuya presencia advertimos. Es capaz de analizar, criticar, modificar, aceptar y/o rechazar las propuestas que recibe desde afuera. La subconsciencia en cambio está constituida por un conjunto dinámico de deseos, sentimientos e impulsos fuera del campo de nuestra percepción consciente, se le puede comparar con un gran banco de memoria que almacena, por períodos variables, la mayor parte de la información que percibimos.

Claro, todo esto tiene que ser visto con inteligencia. El hecho de que la palabra S-E-X este escrita en cada lata de Pepsi, no implica que el público va a salir corriendo a comprar el refresco, eso seria tonto al igual que el otro extremo: pensar que Pepsi haya arriesgando su imagen a cambio de nada por lo que surge una pregunta fundamental: ¿Será efectivo?

La efectividad de los mensajes subliminales ha sido por más de cuatro décadas tema de discusión. Algunos profesionales de la conducta humana aseguran que los estímulos ocultos dentro de la publicidad y la música tienen muy poco o ningún efecto en los individuos. Otros, en cambio, señalan esa práctica como una de orden inmoral, atrevida y peligrosa para la sociedad.

Como ya les menciones sobre ejemplos en imágenes, ahora les voy a poner una de mensajes satánicos en música. Este video demuestra claramente que una canción de la famosa serie juvenil ISA TKM posee esta clase de mensajes. ¡Ojo! ¿Captaron lo que dije? Es de una serie juvenil que posiblemente la miren sus hijos y demás familiares de menor edad. No hay que ser muy inteligente para comprender el peligro al cual se exponen.

Para ir concluyendo, hay mensajes en todos lados. De hecho, si investigan en Internet sobre estos temas, verán una infinidad de ejemplos que les resultara difícil tratar de exponer y denunciar. Para eso, iré exponiéndolos para que quede claro que clase de cosas nos están bombardeando 24 horas al día, 7 días a la semana. Hablo de cosas que alteran el natural desarrollo mental de nuestros seres queridos y demás personas, sin mencionar a nosotros mismos, con el oscuro objetivo de lavarnos el cerebro para que seamos solo lo que los poderosos del sistema quieren que seamos: cuerpos sin mente que responden a lo que “ellos” nos dicen que hagamos.

Todos los que leyeron este artículo están advertidos, así que manténganse alertas.

Fuente 1: Wikipedia
Fuente 2: Usuarios.lycos
Fuente 3: Monografias

Gonzalo Fernandez.