Gonzalo Anti New World Order


El ex presidente argentino Carlos Menem, absuelto por contrabando de armas

Un Tribunal argentino ha absuelto al ex presidente Carlos Saúl Menem de supuesto contrabando de armas a Ecuador y Croacia durante su mandato (1989-1999). 

En el marco del proceso, que arrancó en 2008, la Fiscalía pedía ocho años de prisión para el ex mandatario de 81 años por la supuesta venta entre 1991 y 1995 de unas 6.500 toneladas de armas a Ecuador y Croacia.

Según la acusación, dicho tráfico habría sido posible tras la firma por parte del ex mandatario y de sus ministros de tres supuestos decretos que autorizaban envíos de armamentos a Panamá y Venezuela, aunque su destino final habría sido Croacia y Ecuador. En aquel entonces en Croacia regía un embargo de armas de Naciones Unidas, mientras que Argentina era garante de paz en el conflicto territorial entre Perú y Ecuador.

Menem, que actualmente ejerce como senador por la provincia de Rioja, había declarado su «absoluta y total inocencia» en lo que se considera uno de los mayores escándalos de corrupción de su gestión.

Óscar Guisoni, analista político del diario ‘Página 12’, considera que en los casos de corrupción de alto nivel es casi imposible demostrar la culpabilidad de un presidente. Según el experto, puede haber muchísimos implicados en un proceso de contrabando, pero “llegar a que un presidente sea declarado responsable siempre es complicado”.

La causa por la venta ilegal de armas no es la única que tuvo que afrontar Menem durante los últimos años de su gestión. Actualmente el ex mandatario está siendo procesado en relación al atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 que dejó 85 muertos. Menem está acusado en concreto de evitar que se investigara a ciudadanos sirios. También fue investigado por el supuesto cobro de un soborno para la fabricación de documentos de identidad, así como por la explosión de una planta militar y la venta ilegal de terrenos.

Para Guisoni, el ex presidente argentino es un hombre “con una gran capacidad para ir eludiendo este tipo de trampas judiciales”. Aunque Menem tiene bastante causas pendientes con la justicia, su avanzada edad complica aún más la posibilidad de una condena.

Es una de estas figuras como el general Pinochet que mueren impunes por más que se sospeche y haya más de una razón para pensar que tiene culpabilidad en alguna de las causas que se le imputan”, sostiene Guisoni.

Fuente: Russia Today

Ecuador: Naciones Unidas se ha convertido en una dictadura mundial

Vice Ministro ecuatoriano aseguró que la ONU se ha transformado en una dictadura mundial a partir del Consejo de Seguridad.

9 de Septiembre de 2011 – El vicecanciller ecuatoriano, Kinto Lucas, aseguró este viernes, en referencia a la intervención extranjera en Libia, que la Organización de Naciones Unidas (ONU) se ha convertido a través del Consejo de Seguridad en “una dictadura mundial”.

Naciones Unidas se han transformado a través del Consejo de Seguridad en una dictadura mundial: la dictadura del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, denunció el diplomático, quien recordó que mientras más de 180 países, miembros de la ONU, “no tienen capacidad de resolución, cinco países tienen capacidad de vetar o decidir si se invade un país o no”.

Las demandas fueron realizadas durante la instalación del VI Consejo Político de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), reunión a la que asisten los ministros de Exteriores del organismo regional, en la capital venezolana.

El ministro ecuatoriano destacó que en el país magrebí se dividen partes importantes de como se configura el mundo actual.

Por un lado tenemos el ejemplo más claro de ese imperio global corporativo en donde se juntan países, grandes corporaciones trasnacionales, grandes medios de comunicación para someter a un determinado país o a un determinado territorio” con el objetivo de usufructuar sus recursos naturales y el lugar estratégico de la nación, como en Libia.

Otro punto importante, que es parte de la realidad mundial, es la crisis económica, destacó, puesto que “cuando los países imperiales, han sufrido crisis retornan a fortalecer colonialismo”.

De alguna forma, señaló, lo que se vive actualmente en Libia “es una nueva forma de neocolonialismo” de los Estados que viven en crisis, pues estos “necesitan no solo los recursos naturales, sino los recursos que estaban en el banco y confiscaron” al país norteafricano para salir del riesgo económico.

Ante los mencionados aspectos, consideró importante hacer nuevas propuestas “de que todo lo que se está cumpliendo en Libia no sea un precedente para que ocurra algo similar en Siria”, donde el presidente de dicho país, Bashar Al Assad, ha denunciado la presencia de infiltrados y mano extranjera en el conflicto que se ha expandido por meses.

Igualmente, manifestó que es interesante discutir con otros países “la necesidad de crear algunas comisiones que pueda ir a Siria para ver como está la realidad”.

Propuso también que cuando se hable de juzgar ante la Corte Penal Internacional las violaciones a los derechos humanos que se ha cometido en Libia, “se juzgue claramente cuál ha sido el papel de la OTAN”, puesto que dicha Alianza se ha transformado en “la paradoja de que para salvara supuestamente civiles esta matando civiles”.

Llamó a realizar una investigación del papel que ha cumplido la OTAN en el país norteafricano.

Finalmente, indicó que a pesar de estas realidades, en el mundo existe otra “realidad que se le opone y demuestra que si es posible otro mundo (…) distinto, de paz y sin intervenciones extranjeras”.

Fuente: Aporrea.org

La UNASUR se reúne en Quito para adquirir vida jurídica

Los miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) se reúnen en Quito este viernes, 11 de Marzo, para poner en vigencia su Tratado Constitutivo y colocar la primera piedra de la sede de la organización, así como para discutir algunos problemas actuales como la elección del secretario general y el conflicto en Libia.

Con la reunión de los cancilleres y un vicecanciller de los 12 países que conforman Unasur, el organismo cobra vida legal, un mes después de la ratificación del Tratado por el Congreso de Uruguay, en Diciembre de 2010. Ahora Unasur es una entidad jurídica internacional, capaz de tener su propia burocracia y sede, que llevará el nombre de su ex secretario general de UNASUR, Néstor Kirchner, esposo de la presidenta de Argentina, Cristina Fernándezfallecido en Octubre pasado.

Los participantes del encuentro debatirán sobre los posibles sucesores de Kirchner. Los candidatos son la ex cancillera colombiana, María Emma Mejía, y el ministro de Electricidad de Venezuela, Alí Rodríguez.

El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, adelantó que entre otros temas puede figurar la Guerra Civil de Libia ya que UNASUR no se ha pronunciado hasta ahora sobre el asunto, mientras la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) ya gestiona crear un comité de mediación para el conflicto libio.

El nuevo estatus oficial de UNASUR profundizará la integración política entre los países de la región así como en otros ámbitos como la infraestructura, salud, educación y desarrollo social.

Fuente: Russia Today

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El «golpe encubierto»: Una operación a dos puntas ¿Con CIA o sin CIA?

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se metió solo en la boca del lobo (en la manifestación de policías sublevados), y a partir de allí, en medio de la tensión local e internacional, comenzó a desarrollarse una jornada que combinó maniobras políticas para convertir el incidente en un «golpe encubierto«, con una posterior operación comando de fuerzas especiales que terminó con el presidente reinstalado en el palacio presidencial. El saldo: Correa, repotenciado, en el mismo momento de ser liberado, comenzó una campaña de aprovechamiento político mediante la victimización extrema y la promesa de castigo para los «golpistas«. Y la pregunta de fondo ¿Cómo jugó EEUU en el golpe?

Por Manuel Freytas (*)

Los expertos coinciden en Ecuador: No hubo un plan de secuestro del presidente, sino un plan improvisado de convertir la detención del presidente en el hospital en una especie de secuestro no explicito orientado a generar las condiciones para una operación golpista encubierta.

«Golpe encubierto«, y un claro intento del gobierno de aprovechar la situación a favor de Correa fue la sensación y el rumor que empezó a circular entre los especialistas que seguían los acontecimientos desde Ecuador.

Todo había empezado cuando Correa, en un claro intento de sumar marketing político, fue a arengar a los efectivos rebelados para que depusiesen su actitud y aceptaran la medida de recorte salarial que se les había impuesto.

El presidente fue recibido con piedrazos y con gases, y terminó haciendo un discurso que mezclaba lo trágico con la parodia y un llamado a que lo mataran si tenían valor. ¡Mátenme si quieren!, llegó a decir en estado de histeria.

Lo demás, es un proceso conocido y documentado por las cámaras.

Ecuador entró en caos. Saqueos, confusión, enfrentamientos de partidarios del gobierno con la policía, rumores de más levantamientos, operaciones militares en el Parlamento y en el Aeropuerto, técnicamente, un clima golpista de tensión en ascenso con el presidente secuestrado en el hospital policial.

No hubo pronunciamientos, nadie reivindicó el secuestro del presidente, nadie se adjudicó una operación golpista,  pero la procesión iba por dentro, las operaciones de aprovechamiento venían cruzadas, y los políticos y la inteligencia decidieron hacer lo suyo.

Hasta aquí, Correa había cometido un error, estaba encerrado, y entonces comenzaron a funcionar las usinas operativas con la Embajada de EEUU y los políticos, de uno y otro sector, quienes especulaban para posicionarse, y trataban de enterarse si la movida venía con luz verde del Departamento de Estado o del Pentágono.

La CNN acudió al hombre «indicado«, el encargado del aérea de América Latina del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela, quien condenó todo intento golpista en Ecuador, pero dejó en claro que Washington todavía no veía las condiciones de un levantamiento contra el poder constitucional.

En el plano internacional, y haciendo suya la denuncia de golpe de Estado de Correa, la Unión Europea, la OEA, presidentes del mundo y la totalidad de los mandatarios latinoamericanos condenaron preventivamente el intento de desestabilización del proceso constitucional ecuatoriano.

Y para completar la UNASUR y el ALBA llamaron a una defensa cerrada del presidente de Ecuador para evitar la repetición de una Honduras en América del Sur.

El «golpe encubierto»

Y las preguntas se multiplicaban. ¿Estaba EEUU detrás del golpe? ¿La Casa Blanca con Correa, y el Pentágono con los golpistas? ¿Washington unido para terminar con el presidente izquierdista?

La aparición, con un claro apoyo a los policías sublevados, del ex presidente Lucio Gutiérrez, alentó las versiones de una mano negra del Pentágono y de los sectores conservadores en la operación que se estaba cocinando con el correr de las horas y la detención de Correa.

De cualquier manera, habían dos operaciones  cruzadas: Por un lado el gobierno tratando de sacar crédito político de la confusa detención de Correa en el hospital militar, y por otro las acciones políticas subterráneas  para convertir el episodio en una serie de acontecimientos que pudiesen derivar en el debilitamiento o la destitución de Correa.

A eso de las cinco de la tarde en Ecuador comenzó, entre los que manejan información clasificada, a correr la versión de una plan de «golpe encubierto« que venía montado en la confusa situación de secuestro no reconocido por los captores, que padecía el presidente Correa.

Según la especie, sectores de la oposición, con Lucio Gutiérrez como pivote, alentaban el plan de mantener secuestrado a Correa, sin ningún pronunciamiento, dejando que transcurriesen las horas y que el presidente y el gobierno comenzaran a sufrir un desgaste mientras Ecuador ingresaba a un «vacío de poder«.

La idea, según la versión, era precipitar negociaciones de emergencia para reducirle el poder a Correacerrando el Parlamento y llamando a elecciones anticipadas, que incluían desde la permanencia del presidente debilitado en su puesto, hasta su derrocamiento por vías institucionales.

Los conspiradores supuestamente jugaban una carta: que ni el Ejército ni la policía leal iban a reprimir a los amotinados ni a intentar operaciones para rescatarlo. Lo que indicaría, según la versión, de que el Pentágono y la estación local de la CIA estaban en la maniobra.

Las palabras del jefe del Ejército ecuatoriano adelantando que el conflicto debería «resolverse entre ecuatorianos» y sin hechos de violencia reafirmaron a quienes hablaban del plan golpista encubierto y sin represión.

A eso de las 22 horas del jueves en Ecuador, se respiraba la sensación de que Correa se había metido solo en una ratonera y que su secuestro, no reivindicado por nadie, iba para largo, mientras se daban las condiciones para la operación política con su destitución.

Pero algo no le cerraba a los especialistas.

Nada indicaba que Correa hubiese sido aislado en un área protegida militarmente por los sublevados, sino que se mantenía en una habitación rodeado por sus custodias, y la única línea demarcatoria de su secuestro era el cerco que habían establecido los sublevados afuera y adentro del hospital.

Esto, según los expertos, pone en evidencia que no hubo una acción militar planificada desde arriba, sino una improvisación sobre la marcha. Lo que empezaba a poner en duda la participación de la CIA en la operación.

Otro punto que no estaba claro era el ingreso de las fuerzas especiales leales al hospital.

¿Una operación de engaño? ¿Fuerzas leales haciéndose pasar por golpistas, y luego actuando para salvar a Correa? Este punto permanece en la nebulosa.

Y plantea en sí misma una conclusión inevitable. Si el Pentágono y la CIA (controladores del aparato militar, de inteligencia y de seguridad de Ecuador) estuvieran en el «golpe encubierto» contra Correa, esas fuerzas especiales no hubieran actuado para rescatar a Correa.

Y para los especialistas, queda claro que esta vez el Pentágono, o un sector importante del mismo, no jugó con los conspiradores, sino  para restaurar la permanencia del gobierno de Correa.

Y también queda claro que si la CIA hubiese intervenido en la operación del secuestro presidencial, habría tomado todas los resguardos de aislamiento y protección del prisionero.

En conclusión, según los especialistas, solo quedan dos alternativas:

A) Que los golpistas solamente hayan actuado y desarrollado el plan con elementos sublevados policíacos locales sin ninguna experiencia en operaciones especiales.

B) Que el Pentágono y la CIA se hayan plegado al golpe y luego dieran marcha atrás, o que directamente hubieran hecho una operación de engaño para rescatar a Correa casi sin resistencia.

Como sintetizó gráficamente un comentarista: «Si la CIA y el Pentágono hubieran estado detrás, Correa no sale vivo«.

En resumen, un error marketinero de Correa, una operación de aprovechamiento a dos puntas, con un plan de «golpe encubierto» detrás. Una prolija operación de rescate militar del presidente. Y Correa, fortificado y exultante, perpetuándose en el sillón del poder con un discurso ganador en el balcón presidencial.

Y nada de eso hubiera ocurrido si la CIA y el Pentágono hubieran estado firmes detrás del golpe para derrocarlo.

Correa salió al balcón, porque el Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA así lo quisieron.

Los expertos saben que hay suficiente  experiencia estadística  en América Latina para pensar lo contrario.

Fuente: IAR Noticias

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

Correa dice que tras el fracaso del golpe de Estado el ‘plan B’ era matarle

Posted in atentados,noticia,unasur por Gonzalo Fernandez en octubre 2, 2010
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Por Salud Hernández-Mora

Le recibieron en pie, con un sentido aplauso. De esa manera, los ministros de Exteriores de UNASUR quisieron significar el respaldo de la comunidad sudamericana a la democracia ecuatoriana y a su jefe de Estado. En una breve reunión en el Palacio de Carondelet, el viernes por la noche, colmaron de elogios a Rafael Correa y reiteraron el compromiso de sus países con el estado de derecho. No habrá en el hemisferio sur, aseguraron, espacio para quienes pretendan subvertir la institución democrática.

Pero no todos hablaron el mismo lenguaje diplomático, algo gaseoso, propio de ese tipo de escenarios; el de algunos estaba teñido por la posición política de sus gobiernos. Nicolás Maduro, canciller de Hugo Chávez, y su homólogo boliviano, no dudaron en señalar a los enemigos de sus procesos revolucionarios como los responsables de lo que consideran fue un frustrado golpe de estado en Ecuador. «No es un hecho aislado. Los autores intelectuales no deben tener ningún apoyo de estos países«, dijo el enviado de Evo Morales. «Es una conspiración permanente y un golpe continuado contra los procesos progresistas«, agregó Maduro. «Nuestro gobierno está a sus órdenes«, le ofreció a Correa.

El resto de cancilleres o sus delegados, fue más prudente. No aventuraron culpables ni atacaron a los medios de comunicación, como hizo el ministro venezolano y, más tarde, el propio Correa. Optaron por alabar la «valentía«, palabra que varios utilizaron, de Correa y el arrojo de su pueblo que no dudó en defender la democracia.

El presidente ecuatoriano concluyó la sesión en un tono agridulce. Dirigió su dedo acusador hacia los medios de comunicación «corruptos» y sus opositores por la intentona golpista y la muerte de cuatro compatriotas. Y le imprimió un toque humano al referirse a una tragedia que le tiene, indicó, «destrozado«, sumido en una profunda tristeza, «y a la patria de luto«.

«Esperáramos el apoyo de toda América Latina para capturar a todos los responsables«, afirmó. «No podemos permitir que esa decena de criminales que dispararon contra sus hermanos no sean fuertemente sancionados«, agregó en tono elevado.

También aseguró que todo estaba perfectamente orquestado para acabar con su vida, que interceptaron llamadas en las que pedían que le asesinaran. No obstante el peligro que corrió, nunca cedió ante los sublevados. «Salgo como presidente o salgo como un cadáver«, le gritó a los sublevados.

A su juicio, los sublevados querían provocar un levantamiento general de la policía y los militares, lo que hubiese llevado al país a un caos social.

Sin embargo, a los opositores «les falla esa estrategia de desestabilizar al Gobierno y entonces el ‘plan B‘ era matar al presidente«, remarcó el mandatario, que dijo haber escuchado en varias ocasiones esas amenazas durante su retención.

También contó que en un momento en que los sublevados, aparentemente, habían accedido a liberarlo, él se resistió al ver que los agresores le esperaban para fingir un cruce de tiros.

Incluso en el espectacular rescate militar, el auto en el que fue evacuado del hospital recibió cinco impactos de fusil, algunos de ellos apuntando al sitio donde se suponía que Correa estaba, según relató él mismo. El coche blindado soportó el tiroteo.

Afirmó que fueron cuarenta los heridos, algunos muy graves, y tres los muertos. «Ese es el costo de la acción de unos desquiciados. Una acción coordinada para generar el caos y la guerra civil«. Así mismo, dio a conocer que supieron que los cerebros de toda la operación habían preparado un comunicado, ideado por esos políticos «que no nos pueden vencer en las urnas«, donde exigían la amnistía para todos lo que participaron en el motín.

Insistió en la frase, reiterada a lo largo del día, de que no habrá «ni perdón ni olvido» para los autores de los dramáticos hechos. Rafael Correa abrazó a cada ministro al finalizar el encuentro y agradeció el respaldo general. «Nunca nos sentimos solos, siempre acompañados de esa patria grande latinoamericana«.

Fuente: El Mundo

Correa asegura que ‘no habrá perdón ni olvido’ tras el intento de ‘golpe de Estado’ en Ecuador

  • Denuncia una conspiración del ex presidente Gutiérrez.
  • El mandatario anuncia ‘una profunda depuración de la Policía Nacional’.
  • El comandante general del cuerpo, Freddy Martínez, ya ha dimitido de su cargo.
  • El jefe de Estado fue ‘secuestrado’ por un grupo de agentes amotinados.

El Gobierno de Ecuador busca a los responsables de la sublevación policial que el jueves desembocó en el secuestro durante varias horas del presidente, Rafael Correa, quien ha apuntado como instigador al ex mandatario Lucio Gutiérrez.

La crisis mantuvo en vilo al país mientras el jefe de Estado permanecía acorralado en un hospital por un importante grupo de agentes que se manifestaba contra los recortes de sus sueldos y que acabó atacando con gases lacrimógenos a Correa, quien tuvo que ser rescatado por el Ejército.

Inmediatamente después de su liberación, en un operativo militar en el que murieron al menos dos agentes, el presidente anunció una «profunda depuración de la Policía Nacional» tras lo que definió como «un intento de golpe de Estado«. El comandante general de la Policía, Freddy Martínez, ya ha dimitido de su cargo, mientras que el fiscal de la Nación, Washington Pesántez, afirmó que investigará los hechos.

Una ‘república de opereta’

«No se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro ejemplo de conspiración«, sentenció Correa en una rueda de prensa. El mandatario, que lucía la banda presidencial, aseguró que «los ambiciosos de siempre, los irresponsables de siempre han hecho quedar mal al país a nivel internacional«, presentándolo como una «república de opereta donde se secuestra al presidente«.

Correa explicó que hubo «varias acciones coordinadas que querían crear el caos con el pretexto de que se habían quitado beneficios económicos a la policía nacional y a los militares«, algo «falso» según el jefe de Estado, que aseguró que los involucrados tendrán la sanción correspondiente.»Aquí no habrá perdón ni olvido«, afirmó, al insistir en que no dará «un paso atrás» en su intención de «cambiar la patria«. Y, si eso implica perder la vida, Correa se declaró «presto» a ello.

El mandatario reiteró que durante su «secuestro» jamás claudicó y señaló que tras la crisis ha salido «más fortalecido«. Para Correa, se trató de un intento de conspiración coordinado «por bien conocidos allegados a los Gutiérrez«, en referencia al mencionado ex mandatario, que por su parte descartó que tuviese algo que ver con la situación y responsabilizó al propio jefe de Estado por la crisis.

‘Profundas cicatrices’

«Esperaban crear un baño de sangre, que se veje al presidente, que se lo secuestre, se lo trate de rescatar y se cubra de sangre el suelo ecuatoriano para tratar de desestabilizar al Gobierno y de esa forma ganar lo que no pueden ganar en las urnas«, explicó Correa. Además de la muerte de dos agentes, también otra persona perdió la vida en los disturbios en Guayaquil.

El presidente ecuatoriano dijo que la situación ha dejado «profundas cicatrices» que tardarán en sanar: «Parte de estos policías (amotinados) antes dependían de potencias extranjeras, recibían sueldos extras. Todo eso se ha cortado y todo eso puede que cree resentimientos, pero no daremos ni un paso atrás«.

Durante su intervención, Correa conectó vía telefónica con su vicepresidente, Lenín Moreno, quien se encontraba en Guayaquil y quien le dijo que se sentía «orgulloso» de él y le reiteró su lealtad. El jefe de Estado agradeció a los colegas presidentes que le expresaron su solidaridad y saludó a la reunión de Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR): «Aquí no vamos a permitir que ocurra lo que ocurrió en Honduras«, apuntó en alusión al golpe de Estado en el país centroamericano que apartó a Manuel Zelaya del poder.

Fuente: El Mundo

El «mundo único»: La falsa guerra de la «izquierda» contra la «derecha»

Cambian los escenarios, cambian los contenidos ideológicos, cambian los objetivos estratégicos, cambian las metodologías de lucha, pero la dinámica de los procesos y los actores son los mismos. La «izquierda» y la «derecha» ya no  están en guerra permanente  por la resolución de un orden internacional  de bloques enfrentados como «sistemas» diferenciados (como en la guerra fría URSS-bloque occidental), sino que disputan por el control de los gobiernos del sistema capitalista vigente como «mundo único«.

En términos doctrinarios y estratégicos, la «nueva izquierda» ya no lucha contra la «derecha» para sustituir al Estado capitalista, sino que lucha  para «socializar» el sistema capitalista desde adentro sin tocar sus estructuras históricas de dominio y de poder.

Por Manuel Freytas (*)

1) La vieja guerra

Ya no se trata de una guerra excluyente por la eliminación del contrario (izquierda comunista vs. derecha capitalista), sino de una competencia política para imponer proyectos alternativos dentro del mismo sistema.

Ni la izquierda es «revolucionaria» ni la derecha es «contrarrevolucionaria«: Ambas son la expresión del mismo sistema capitalista sólo diferenciadas por el discurso.

Ya no se utiliza la calificación de «izquierda» entendida en los parámetros de la Guerra Fría entre el sistema capitalista y el sistema comunista,  sino en los términos de «reformar» el sistema controlado por la «derecha«.

De la misma manera se utilizan y califican las posiciones de izquierda (como expresión de «progresismo y democracia«) contra la derecha (como expresión de «retrógrado y fascista«), en los términos de la inserción de ambas como alternativas dentro del mismo sistema.

En el marco internacional, se trata de un reposicionamiento de la «Guerra Fría«, no ya entre dos sistemas opuestos (el capitalista y el comunista) sino entre potencias capitalistas que se disputan la hegemonía del poder mundial.

La antigua «Guerra Fría» de la URSS con EEUU (y el bloque aliado de naciones capitalistas) era principalmente por áreas de influencia militar y política: el sistema comunista vs. el sistema capitalista occidental.

Se trataba  de una «guerra entre sistemas«, económicos, políticos y militares, diferenciados que se disputaban el planeta dividido en áreas de influencia.

Como consecuencia irradiadora, en el mundo y en los cinco continentes confrontaban «dos sistemas«:  la «revolución socialista» por vías del poder armado, o del poder político (exportada por la URSS), y la «civilización capitalista de libre mercado»(exportada por EEUU y sus aliados).

El marco operativo y estratégico se definía por el objetivo buscado: La izquierda quería eliminar de raíz al sistema capitalista (o sea a la «derecha«) de la propiedad privada y sustituirlo por otro sistema de reparto social igualitario y sin explotación del hombre por el hombre. Y la «derecha» quería lo contrario: destruir a la izquierda para preservar al sistema capitalista.

Esta guerra de «sistemas«, de la «derecha«, -el sistema-  contra la «izquierda«, -el antisistema- donde se enfrentaban los que querían el «hombre nuevo» de la revolución y los que defendían el statu quo del «hombre viejo» del sistema capitalista, experimentó un cambio cualitativo,  un salto transformacional histórico, cuando el capitalismo terminó con el sistema socialista de la URSS en la década del 90.

Con la derrota y desaparición de la URSS (punto de referencia geopolítico y logístico de la «revolución socialista» y de sus movimientos armados) desaparece el sistema comunista, y el sistema capitalista occidental de «libre mercado» ingresa al nuevo «orden mundial» convertido en sistema hegemónico unipolar liderado por EEUU como potencia locomotora.

2) La nueva guerra

Colapsado el sistema socialista de la URSS y el esquema del orden mundial «bipolar«, el sistema capitalista se licuó en un orden internacional «unipolar» con EEUU como potencia regente. En el vértice del triángulo, terminó la «guerra entre sistemas«, y comenzó la era de la «guerra intersistema» con las potencias mundiales compitiendo entre sí por áreas de influencia (geopolítica, militar y económica) y sin romper el ordenamiento internacional del sistema capitalista.

En este nuevo escenario, emergente del fin de la «guerra entre sistemas«, la guerra de la «izquierda» contra la «derecha» también experimentó un salto cualitativo y transformacional.

El teatro de confrontación supervivió, pero su marco cambió de contenido doctrinario y de objetivo estratégico. La «nueva izquierda» y la «nueva derecha» ya no combaten militarmente desde polos diferenciados y excluyentes («sistema» y «antisistema«), sino que disputan una guerra político-ideológica conviviendo dentro de un mismo sistema.

En el nuevo marco de disputa, «izquierda» y «derecha» ya no son enemigos excluyentes (revolución vs. contrarrevolución), sino rivales políticos-ideológicos que conviven y compiten por el control del Estado capitalista.  El teatro de confrontación ya no es económico-político-militar, sino ideológico-político-electoral dentro de normas fijadas por la preservación del sistema dominante.

La polarización ideológica, ya no se define por una guerra por el exterminio de uno u de otro («sistema» vs. «antisistema«) sino por una competencia establecida dentro del ordenamiento (y las reglas) de la «gobernabilidad«, la «estabilidad» y la «paz social» del sistema capitalista.

La «izquierda» y la «derecha» ya no pelean su guerra en escenarios clandestinos asimétricos de la lucha armada, o en marcos sociales de huelgas y conflictos violentos, sino que lo hacen por medio de movilizaciones pacificas o de procesos electorales enmarcados dentro de la «legalidad» del sistema

Por lo tanto, a la contradicción fundamental de la «guerra intersistemas» (comunismo vs. capitalismo) por áreas de influencia y dominio geopolítico-militar, le sucedió la «guerra intercapitalista» por áreas de influencia y de control de recursos productivos y de mercados, dentro de un mismo sistema.

Como emergente, los conflictos sociopolíticos ya no se desarrollan en el radio de influencia de «sistemas diferentes» (comunismo vs. capitalismo) sino como contradicciones económicas, políticas y sociales de un «sistema único»: el capitalismo de libre mercado nivelado como «única civilización» para todo el planeta.

En consecuencia, y tras la caída de la URSS y de los movimientos revolucionarios armados, el mundo gira (o lo hacen girar) hacia la derecha del Imperio, o hacia la izquierda del Imperio.

La nueva «izquierda democrática» post-Guerra Fría ha subvertido el significado histórico y funcional de la palabra «revolución«: Hacer la revolución ya no es cambiar el sistema capitalista, sino adaptar el discurso revolucionario al sistema capitalista.

Su ideología es «reformista» (comprendida dentro del sistema capitalista) y no revolucionaria. No es anticapitalista, sino crítica al capitalismo de derecha al que quiere sustituir en el gerenciamiento de los Estados capitalistas. No lucha para derrocar al sistema capitalista, sino para derrotar a la «derecha» que administra el sistema capitalista.

La izquierda asimilada plantea una «guerra» no ya en los términos de la Guerra Fría, donde la izquierda se referenciada en la Unión Soviética y en Cuba y la derecha en EEUU y el bloque occidental, sino en los términos de la guerra entre un capitalismo «democrático» y un capitalismo «fascista» y militarista.

Asimilada dentro de la nueva estrategia de dominio «democrático« y del «Estado trasnacional» exportados por Washington, la «izquierda democrática«, sigue los parámetros de la lucha contra el «militarismo» y la «derecha» de la década del 70, sin los objetivos concretos de toma del poder que guiaban a la izquierda armada revolucionaria de entonces.

La nueva izquierda vive mentalmente en la «guerra fría«, en el escenario ideológico de los militares de la «doctrina de seguridad nacional«, mientras Washington (en un claro desfasaje histórico) ya no domina con los militares sino con elecciones, políticos y un orden blindado basado en el respeto al «orden constitucional«.

La izquierda (asimilada a la filosofía del «único mundo posible«) ya no piensa el mundo en función de la guerra a muerte para terminar con el sistema capitalista (el dueño del mundo), sino en función de terminar con la «derecha» dentro del marco del mismo sistema.

3) La integración de los opuestos

Vaciada de su contenido «antisistema«, hoy la izquierda sigue en guerra contra la «derecha«, no ya para destruir al Estado capitalista sino para gerenciarlo en su lugar. La «nueva izquierda» revirtió el marco ideológico-doctrinario: Ya no pelea estructuralmente contra la «derecha» para destruir al sistema capitalista, sino para «transformarlo» (reformarlo sin tocar la substancia esencial del sistema de la propiedad privada y de la dominación del hombre por el hombre).

En su tesis teórica liminar, la «nueva izquierda» (como expresa Chávez) plantea «socializar» el capitalismo sin guerra militar ni toma del poder, con la misma herramienta (el Estado) que utiliza el capitalismo para hacer lo contrario: Concentrar riqueza y propiedad privada en pocas manos y expulsar a las mayorías a la pobreza y a la exclusión social.

Esta teoría presupone que el sistema capitalista (cuya esencia histórica es la concentración de riqueza en pocas manos) podría de pronto reconvertirse en «socialista» con los multimillonarios renunciando pasivamente a sus fortunas y las corporaciones y bancos trasnacionales repartiendo sus activos y estructuras empresariales entre los que menos tienen.

Y esto implicaría también que EEUU renunciaría a la hegemonía del dólar, clausuraría el templo financiero de Wall Street y convertiría a sus arsenales, sus bases militares y flotas nucleares en santuarios pacifistas entregándoles el poder a los que  quieren transformar el capitalismo en socialismo sin disparar un solo tiro.

En términos doctrinarios y estratégicos, la «nueva izquierda» (en su expresión gubernamental) ya no lucha contra la «derecha» para sustituir al Estado capitalista, sino que lucha contra la «derecha» para «socializar» el sistema capitalista desde adentro sin tocar sus estructuras históricas de dominio y de poder.

En otras palabras, competir con la «derecha» por el gerenciamiento político sin destruir el «ordenamiento económico» (sistema económico-productivo controlado por el capital privado), el «ordenamiento político» (Estado capitalista controlado por los grupos y las corporaciones capitalistas) , y el «ordenamiento social» (valores basados en el individualismo y la sociedad de consumo).

Por lo tanto, la nueva izquierda y sus teóricos carecen de una visión  totalizada y actualizada de la estrategia de dominio (y del control de la «gobernabilidad«) que utiliza el Imperio capitalista para concretar sus objetivos de conquista de mercados y de apoderamiento de recursos vitales a escala global.

En un momento en que el sistema capitalista (exceptuando unos pocos países donde aplica la ocupación militar) controla el mundo con el «sistema democrático» (el control político), con la sociedad de consumo (la ideología y los valores consumistas impuestos como máxima creencia social), y con los medios de comunicación (los nuevos represores y controladores sociales sin uso de las armas), la izquierda asimilada al sistema sigue identificando al «viejo orden» (los militares y la «derecha militarista» de la Guerra Fría) como el principal enemigo estratégico a derrotar.

En resumen, la izquierda «antimilitarista» rechaza los movimientos«fascistas» como el golpe militar-institucional de Honduras (expresión modificada y actualizada de los golpes setentistas), pero acepta y apoya golpes «democrático-institucionales«, como el ejecutado en Ecuador contra Lucio Gutiérrez que finalmente culminó en el gobierno «izquierdista» de Rafael  Correa.

En lo substancial (y aunque se proponga «anticapitalista» en el discurso), la izquierda asimilada identifica como enemigo al imperialismo «político-militar» de la Guerra Fría, en un escenario en que el sistema capitalista ha girado hacia el dominio «politico-democrático«.

Las nuevas estrategias de control con el «poder blando» ya no están  dirigidas a la supresión o al control físico de sus enemigos, sino que utiliza técnicas psicológicas orientadas a controlar  los cerebros mediante la manipulación con el «pacifismo» y la «democracia» como factores integradores al sistema.

En consecuencia, los descendientes de la izquierda setentista «democratizada«, ya no pelean contra la depredación del sistema capitalista, no pelean contra las columnas vertebrales de la nueva dominación (políticos, medios de comunicación y sociedad de consumo) sino que pelean contra los que infringen o ponen en peligro el sistema de gobernabilidad democrático.

Como resultante, izquierda y derecha son complementarias (dentro de las estrategias de control del sistema capitalista)  y se articulan como una «alternativa» dentro de lo mismo.

Por lo tanto, la única diferencia existente entre un «gobierno de izquierda»  y otro de «derecha«, es el discurso cargado de «ideología» (desfasada de la realidad) y sin aplicación práctica en el presente.

4) La alternativa dentro de los mismo

Al abandonar sus postulados setentistas de «toma del poder» y adoptar los esquemas de la democracia burguesa y el parlamentarismo como única opción para acceder a posiciones de gobierno, la «nueva izquierda» se convirtió en una opción válida para gerenciar el «Estado trasnacional» del capitalismo en cualquier país de América Latina y del mundo.

Precisamente, ese «orden» establecido estaba  amenazado por  la «izquierda antisistema» militarizada de la «guerra fría«, y la respuesta a su accionar eran  los golpes militares de la «derecha» apoyados por EEUU.

En este nuevo marco de enfrentamiento (fijado por la guerra político-electoral), la «nueva izquierda» (a diferencia de la izquierda de la «guerra fría«) ya no lucha contra el Imperio capitalista como totalidad estratégica y funcional, sino que lucha para convertirse en alternativa a la «derecha» de ese mismo sistema.

En resumen, el sistema capitalista unipolar (con EEUU como potencia regente) no solamente terminó con el conflicto «entre sistemas» a nivel internacional, sino que también terminó con la «izquierda antisistema» integrándola como alternativa de gobierno a sus estructuras de dominación planetaria.

Y ya hay laboratorios experimentales de procesos sociales y políticos con experiencia de gestión de la «nueva izquierda» al frente del Estado capitalista.

Dentro de este nuevo esquema de polarización «izquierda» vs. «derecha«, la guerra ya no se define por la «destrucción mutua» asegurada, sino por la búsqueda de una posición dominante dentro del mismo orden económico, político, militar y social  establecido.

Terminada la guerra político-electoral, la «izquierda«, tanto como la «derecha«, defienden los mismos valores institucionales del sistema capitalista: «orden  democrático»«estado de derecho»«paz social», como sustentos básicos de la preservación del Estado y de la sociedad capitalista de la propiedad privada.

La asociación beneficiosa entre la «izquierda civilizada» y el establishment del poder capitalista es obvia: El sistema (por medio de la izquierda) crea una «alternativa de gobernabilidad» a la «derecha neoliberal«, y la izquierda (y los izquierdistas) pueden acceder al control administrativo del Estado burgués sin haber hecho ninguna revolución.

Y nació el distintivo axiomático que guía a los gobiernos «progresistas» en la región: hacer discursos con la izquierda y gobernar (con y) para los intereses de la derecha.

Cualquier «tercera posición» frente a esta alternativa dualista es descalificada inmediatamente como «conspirativa infantilista»: Fuera del espacio de la «izquierda» o de la «derecha» (la antitesis oficial aceptada)  sólo existe la crítica «sin propuestas y sin trinchera«, como califican los teóricos «progresistas» a la posición de los que definen a la izquierda y a la derecha como alternativas de lo mismo dentro del sistema capitalista.

En resumen, los que no toman partido por la «izquierda» o por la «derecha» (aunque combatan y denuncien al sistema capitalista) son «conspirativos» y están (como los marginales y expulsados del sistema capitalista) excluidos del mercado de las ideas y creencias aceptadas.

¿Es malo ser de «izquierda» y proponer un capitalismo asistencialista de rostro más «humanizado«?.

Para nada: Lo malo es pertenecer a la izquierda asimilada al capitalismo (el «progresismo» democrático capitalista), y simular una pertenencia a la  izquierda anticapitalista revolucionaria (enemiga excluyente del sistema capitalista).

Lo alienante (y más allá de las posibilidades de existencia que hoy tendría) es hablar de una «revolución de izquierda«, cuando claramente la izquierda (salvo excepciones minoritarias) se ha convertido en la más férrea defensora de la «democracia», la «paz»y  el «orden constitucional»,  los pilares esenciales de la «gobernabilidad» del sistema capitalista.

Lo alienante (y engañoso), es hablar con el discurso de izquierda, y ejecutar a rajatabla los programas operativos (económicos, políticos, militares y sociales) del Imperio capitalista como hace la «izquierda gubernamental» en América Latina y en el resto del mundo.

5) El «enemigo de paja»

¿Y para qué le sirve a Washington esta izquierda asimilada en América Latina?

Reorientemos la pregunta: ¿Porqué el Imperio capitalista estadounidense (no obstante la inserción probada de la izquierda dentro del «sistema«) sigue considerando a la izquierda como el «enemigo número uno» de su sistema de dominio en América Latina?.

Hay un precepto estratégico (de naturaleza maquiavélica) que sostiene que para evitar que surja un enemigo real que ponga en peligro el sistema de poder vigente, es preciso inventar un «enemigo de paja«, controlable e inofensivo, al que se presentará como si fuese el enemigo real, o la «principal amenaza« al sistema.

En el actual sistema de poder capitalista imperialista controlado por Washington, la estrategia con el «enemigo de paja» tiene como objetivo principal el de «desactivar» los conflictos sociales y las luchas populares (naturalmente violentos y «antisistema«) y encauzarlos por caminos «pacíficos» y meramente «reclamativos«, a través de su inserción en el «sistema democrático» controlado por Washington y el establishment económico en la región.

Ese es el rol concreto que cumplen los gobiernos «revolucionarios» integrados al capitalismo, cuya función principal es la de ajustar a las reglas «democráticas» los conflictos sociales que, de otra manera, romperían el orden vigente y pondrían en peligro los negocios (hoy en «paz«) de las transnacionales y bancos capitalistas en América Latina.

Con el axioma de la izquierda «políticamente correcta» el Imperio alienta  un enemigo falso, inofensivo y controlable, para que opaque y reste protagonismo al enemigo real que puede presentarse en cualquier momento.

Lavar a la izquierda de su cara anticapitalista y revolucionaria, desviar las luchas y conflictos sociales por caminos pacíficos y «reclamativos«, integrar los reclamos del dominado al «sistema democrático«, y evitar que grupos de resistencia revolucionaria (el enemigo real) amenacen y pongan en peligro al sistema, es la misión esencial del «enemigo de paja« del Imperio en América Latina.

Y ésa es la función principal que cumple la «izquierda democrática«, en guerra permanente contra la «derecha fascista«, dentro de los marcos legitimados de la gobernabilidad capitalista.

Fuente: IAR Noticias

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

Rusos afirman que EEUU causo terremoto en Haiti ensayando Proyecto HAARP

Terremoto en Haití

Un reporte preparado por la Flota Rusa del Norte estaría indicando que el sismo que ha devastado a Haití fue el «claro resultado» de una prueba de la Marina Estadounidense por medio de una de sus «armas de terremotos».

La Flota del Norte ha estado monitoreando los movimientos y las actividades navales estadounidenses en el Caribe desde 2008 cuando los estadounidenses anunciaron su intención de restablecer la Cuarta Flota que había sido disuelta en 1950, a lo que Rusia respondió un año después con una flota rusa encabezada por el crucero nuclear «Pedro el Grande«, comenzando sus primeros ejercicios en esta región desde finales de la Guerra Fría.

Desde finales de la década de 1970, los Estados Unidos han «avanzado enormemente» el estado de sus armas de terremotos y, según estos informes, ahora emplea dispositivos que usan una tecnología de Pulso, Plasma y Sónico Electromagnético Tesla junto con «bombas de ondas de choque«.

El informe compara además la experimentación de la Marina Estadounidense de dos de estas armas de terremotos la semana pasada, cuando la prueba en el Pacífico causó un terremoto de magnitud 6.5 azotando el área alrededor de la ciudad de Eureka, en California sin causar muertes, pero con su prueba en el Caribe que causó ya, la muerte de al menos 140.000 inocentes.

Según lo indica el reporte, es «más que probable» que la Marina Estadounidense haya tenido «conocimiento total» del catastrófico daño que esta prueba de terremoto podría tener potencialmente sobre Haití y que había pre-posicionado a su Comandante Delegado del Comando del Sur, el General P.K. Keen, en la isla para supervisar las labores de ayuda si fuesen necesarias.

En cuanto al resultado final de las pruebas de estas armas por parte de los Estados Unidos, advierte el reporte, está el plan de los Estados Unidos de la destrucción de Irán a través de una serie de terremotos diseñados para derrocar a su actual Régimen Islámico. Según el informe mencionado, el sistema experimentado por los Estados Unidos (Proyecto HAARP) permitiría además crear anomalías climatológicas para provocar inundaciones, sequías y huracanes.

De acuerdo a otro informe coincidente, se tienen datos para establecer que el terremoto en Sichuan, China, el 12 de Mayo de 2008 con una magnitud de 7.8 Richter, fue creado también por la radiofrecuencia del HAARP.

Al existir una correlación entre la actividad sísmica y la ionosfera, mediante el control de la radiofrecuencia inducida por hipocampos, en el marco de HAARP, se concluye que:

  • Los terremotos en los que la profundidad es linealmente idéntica en la misma falla, se producen por proyección lineal de frecuencias inducidas.
  • La configuración de satélites permite generar proyecciones concentradas de frecuencias en puntos determinados (hipocampos).
  • Se han elaborado un diagrama de sucesión lineal respecto de los terremotos denunciados en que casualmente se produjeron todos a la misma profundidad:  en Venezuela el 8 de Enero 2010 , profundidad 10 kms Honduras el 11 de Enero 2010, profundidad 10 kms. Haití el 12 de Enero 2010, profundidad 10 kms. El resto de las réplicas tuvieron profundidades de alrededor de 10 kms luego del terremoto.

 

El Pentágono dijo que el buque hospital USNS Comfort, que se encontraba anclado en Baltimore, comenzó a llamar a su tripulación para partir hacia Haití, aunque podrían transcurrir varios días hasta la llegada del buque. El almirante de la Armada Mike Mullen, jefe de Estado Mayor Conjunto, dijo que el Ejército de Estados Unidos trabajaba preparando la respuesta de emergencia a este desastre. Fraser, del Comando Sur (SOUTHCOM), dijo que barcos cúter de la Guardia Costera de Estados Unidos y buques de la Armada en la región se enviaron también para ofrecer ayuda aunque tienen suministros de alivio y de helicópteros limitados. El super portaviones USS Carl Vinson será enviado de la base naval de Norfolk, Virginia, con una dotación completa de aviones y helicópteros llegó a Haití a primeras horas de la tarde del 14 de Enero, añadió Fraser. Otros grupos adicionales de helicópteros se unirían al Vinson, declaró.

La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ya operaba en Haití antes del sismo. El presidente Obama fue informado del terremoto a las 5:52 de la tarde del 12 de Enero y solicitó a su personal que se asegure de que los empleados de la embajada estén a salvo y que comiencen los preparativos para proporcionar la ayuda humanitaria que sea necesaria.

De acuerdo al reporte ruso, el Departamento de Estado, USAID y el Comando Sur de los Estados Unidos comenzaron su trabajo de «invasión humanitaria» al enviar al menos 10.000 soldados y contratistas, para controlar, ahora en lugar de la ONU, el territorio haitiano luego del devastador «terremoto experimental«.

EEUU tiene la tecnología militar provocar desastres, por eso no suscribieron el tratado de KIOTO.

Antenas del proyecto HAARP, que algunos afirman que puede utilizarse para modificar el clima.

Por Chevige González Marcó/ Patria Grande

Apenas 48 horas después de que el mundo empezara a conocer sobre las terribles consecuencias generadas por el terremoto de 7,3 grados en la escala de Ritcher, registrado en Haití, ya Barack Obama anunciaba que 3 mil 500 soldados estadounidenses partirían de inmediato a Haití a brindar «solidaridad«.

La tragedia de Haití generó expresiones inmediatas de cooperación por parte de decenas de países. El pequeño aeropuerto de Puerto Príncipe colapsó, ya Estados Unidos tiene control directo del aeropuerto.

Según Roger Searle, profesor de geofísica en la Universidad de Dirham (Reino Unido), el terremoto de Haití fue 35 veces más potente que la bomba de Hiroshima. El catedrático también comparó la energía liberada por el terremoto en el país caribeño con la explosión de medio millón de toneladas de TNT.

Sin embrago, según la tesis de Searle, la energía liberada en el terremoto de Haití es una centésima de la que estalló durante el devastador tsunami en la denominada Banda Aceh, al sur de Asia. Sin duda ese tsunami y su poder destructor causó una terrible impresión en la humanidad.

Algunos lectores dirán: esos fenómenos son la consecuencia de la contaminación y la destrucción del planeta; otros dirán: los terremotos siempre han existido y forman parte de la forma como está constituído nuestro planeta; y otros se preguntarán ¿estos fenómenos tendrán únicamente causas naturales o alguna potencia interesada en seguir ocupando espacios estratégicos está detrás de un plan militar imperial de proporciones inimaginables?

La Fuerza Aérea Estadounidense desarrolla un peligroso proyecto, que parece sacado de una película de ficción, pero no lo es, y que la comunidad internacional no sabe si ya está en ejecución. Se trata del Proyecto HAARP, un sistema que puede generar violentos e inesperados cambios en el clima.

La traducción al castellano de las siglas HAARP es: Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia. Funciona a partir del ataque a la ionósfera con ondas de alta frecuencia con la potencia de 1GW, lanzadas a partir de un complejo de antenas ubicadas en Alaska. Los estadounidenses habrían logrado reproducir artificialmente una aurora boreal. Mediante este sistema pueden utilizar la energía que está presente fuera del espacio terrestre y reconducirla a los fines de generar bruscos cambios de clima. De esa forma se podrían utilizar al HAARP como un arma de guerra.

¿Será el HAARP mito o paranoia antiestadounidense? No, en su resolución de 28 de enero de 1999 sobre medio ambiente, seguridad y política exterior (A4-0005/1999), el Parlamento Europeo señalaba que el programa HAARP manipulaba el medio ambiente con fines militares y solicitaba que HAARP y el organismo europeo, lejano de sospechas de ser antiimperialista, pidió que se estableciera un convenio internacional que prohibiera el desarrollo de la máquina del clima.

De acuerdo con investigaciones científicas precedentes y relacionadas con la manipulación de frecuencias en la ionósfera, se conoce que mediante satélites u otros instrumentos de reconducción se puede utilizar los llamados hipocampos que generan los HAARP para otros usos distintos al cambio climático, incluso para aspectos que no necesariamente son dañinos a la humanidad, como generar capa de ozono.

Los HAARP potencialmente tendrían también la capacidad, de desintegrar objetos, generar combustiones espontáneas e inducidas, e incluso cambiar patrones cerebrales, inducir conductas y producir enfermedades biológicas. Investigaciones sobre el Proyecto HAARP han surgido desde universidades estadounidenses y centros europeos.

Uno de los pioneros en la investigación sobre HAARP es Nick Begich, un investigador científico de Anchorage, Alaska, la región donde se ubican las antenas del proyecto. La investigación de Begich no fue sólo científica, sino también política. Descubrió las conexiones entre patentes reservadas y de carácter secreto del gobierno estadounidense, y luego de las empresas conexas que se iban haciendo cargo de patentes relacionadas. Entre ella denunció el investigador, habían algunas que se referían a «cómo hacer explosiones de tipo nuclear sin radiación, sistemas radiantes de energía, el radar de sobre-horizonte, sistemas de detección para misiles que lleven cabezas nucleares, pulsos electromagnéticos antes producidos por armas termonucleares y otros recursos de la Guerra Espacial«.

Entre quienes han escrito sobre proyectos relacionados con los HAARP, se encuentra Zbigniew Brzezinski, quien fuera asesor de seguridad del ex presidente Jimmy Carter, y a quien relacionan con la tendencia política dentro del sistema de poder estadounidense que representa Barack Obama. Brzezinski se refirió a las alternativas existentes para lograr cambios en el pensamiento de los seres humanos y en la guerra ecológica. Dijo que a pesar de las incomodidades que podría generar eso en ciertos sectores, el uso de tecnologías como los HAARP era inevitable.

¿Representaba una amenaza Haití para los intereses estadounidenses? Evidentemente no, tampoco es una nación que a simple vista posea recursos naturales indispensables para Washington. Lo que si representa Haití es una posición geográfica clave en el Caribe, en el contexto de una Latinoamérica que está librando los procesos de recuperación de soberanía más importantes desde la Guerra de Independencia.

Es además Haití, uno de los países más pobres del mundo, tratado tanto por EEUU como por algunas potencias europeas como un campo de experimentación. Del Imperio pocas cosas se pueden dudar.

Hubo sospecha de que se utilizo esa tecnología contra Bolivia y otros paises

Un programa ultra-secreto de las fuerzas militares de Estados Unidos en fase de explotación está al descubierto. Con el nombre clave de HAARP especialistas del Pentágono han estado desarrollando el High Frequency Active Auroral Research Program, destinado al estudio de la modificación de la ionosfera para manipular el clima con fines militares.

«La modificación del clima formará parte de la seguridad doméstica e internacional y podrá ser usada unilateralmente. La habilidad para generar precipitaciones, nieve, tormentas o modificar el espacio exterior… o la producción de climas artificiales, todo eso constituye parte de un conjunto de tecnologías que pueden incrementar el conocimiento tecnológico, la riqueza y el poder de los Estados Unidos para degradar a sus adversarios» (US Air Force, énfasis added. Air University of the Use Air Force, AF 2025 final report.)

El Departamento de Defensa podría provocar fenómenos como inundaciones, huracanes, sequías y terremotos. Incluso los seres humanos pudieran ver afectadas sus ondas cerebrales por las emisiones de baja frecuencia (entre 3 y 30 herzt) que conseguirían modificar sus patrones de conducta. Resulta muy curioso que países clasificados por Estados Unidos como miembros del «eje del mal«, hayan tenido una historia similar de alteraciones climáticas. Corea del Norte, por ejemplo, se ha caracterizado desde mediados de los 90 por una sucesión de sequías, seguidas por inundaciones. Mientras que en Irak, Irán y Siria devastadoras sequías ocurrieron en 1999, y en Afganistán, en los cuatro años anteriores a la invasión de 2001, la ausencia de precipitaciones destruyó la economía agrícola.

Un calentamiento en la alta atmósfera es impredecible, porque estaría provocando desde una alteración local del clima hasta alterar las propiedades de ‘filtro‘ que tiene la atmósfera. Con ello, los rayos cósmicos que vienen del espacio dejarían de filtrarse en la ionosfera, y harían llegar su radiación a la superficie de la tierra. Para muchos científicos, las pruebas del HAARP serían responsables del cambio climático de El Niño, los aerolitos o incluso la ola de calor que hizo subir en Melilla la temperatura de 20 a 40 grados en cinco minutos.

La manipulación del clima, de las comunicaciones, y de los sistemas eléctricos es un arma de guerra global que capacita a Estados Unidos para dominar regiones enteras del mundo.

La cantidad de tragedias vinculadas con el clima han aumentado y parecen separarse de los patrones establecidos por años. El clima ha variado «coincidencialmente» en Sudamérica. Otros ejemplos han sido los huracanes que han devastado a Cuba y las terribles inundaciones, nunca vistas, que está viviendo Bolivia.

También contra Cuba

El pueblo, el Partido Comunista, las organizaciones sociales y los organismos del Estado cubano  libran hoy una batalla crucial contra los efectos devastadores del huracán Ike y de los destructivos fenómenos naturales que le precedieron.
Cargados de dignidad y abnegación sufren y contrarrestan, con profundo sentido humano y solidario, las nuevas calamidades provocadas por al furia de una naturaleza agredida y alterada, no solo por un orden mundial depredador, por un capitalismo genocida y ecocida, sino también por un uso perverso de la tecnologías y de la ciencia, que incluye, como se ha develado recientemente, el uso por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de los cambios climáticos como arma de guerra.

No puede ser solo «mala suerte«.

No puede ser encono de una naturaleza o «supra-naturaleza» a lo que la revolución cubana no le ha hecho nada malo.
Un programa ultra-secreto de las fuerzas militares de Estados Unidos en fase de explotación esta al descubierto.
Con el nombre clave de HAARP, el Pentágono ha estado desarrollando el «High Frequency Active Auroral Research Program«, destinado al estudio de la modificación de la ionosfera para manipular el clima con fines militares.

«Las modificaciones del clima -se explica en una de las partes de ese estudio- formarán parte de la seguridad doméstica internacional y podría ser usada unilateralmente. La habilidad para generar precipitaciones, nieve, tormentas o modificar el espacio exterior, la producción de climas artificiales, todo eso constituye parte de un conjunto de tecnologías que pueden incrementar el conocimiento tecnológico y el poder de Estados Unidos para degradar a sus adversarios» US Air Force, énfasis Added. Air Universsity of the US Air Froce, AF 2025 final report).

Con esa tecnología en sus manos, el Departamento de Defensa de los EEUU y su fuerza aérea están en capacidad de producir un calentamiento artificial que altera sensiblemente no solo las trasmisiones radiales, sino también el equilibrio de la ionosfera y las condiciones climáticas del lugar al cual se dirijan estas señales.

Nada puede dudarse del Estado más terrorista y del imperialismo más perverso y depredador que haya existido a lo largo de la historia.

¡Cuba también ha sido víctima de la guerra bacteriológica!

¡Son demasiadas las coincidencias y enorme es el odio imperialista contra el ejemplo de dignidad antiimperialista del pueblo cubano y de sus líderes históricos y actuales!

Ese informe es tenebroso y de él se derivan grandes sospechas sobre las desgracias supuestamente naturales escenificadas en los últimos tiempos en Corea del Norte, Bolivia, Cuba, Ecuador, Venezuela, Irak, Irán y Afganistán.
Pero además de sentirnos en el deber de denunciar esa maquinación hasta convertirla en clamor acusatorio contra la incontrovertible  existencia de ese programa destinado a emplear los cambios climáticos como armas de guerra, se impone  la necesidad de promover al máximo la solidaridad material con el pueblo de Cuba, hoy gravemente afectado por el huracán Ike y las tormentas que le precedieron.

Los envíos de medicina, alimentos, ropas, útiles escolares, colchones, ayuda en monedas fuertes, combustibles, líneas de transmisión, brigadas y material sanitarios, deben volcarse sobre esa la isla de la dignidad, junto a todo el amor del mundo.

Cuba siempre ha sido inmensamente solidaria con la humanidad y ahora les toca a los pueblos de América y el mundo ser solidarios en grande con Cuba.

Con espíritu bolivariano, guevarista, martiano… los pueblos de nuestra América habrán de decir presente en la necesaria solidaridad política, moral y material con la Cuba de Martí, Maceo, Gómez y Fidel.

Fuente 1: Primicias

Fuente 2: Zass7